31.10.10

EL PIRATA

Ya he comentado por aquí que estoy pasando una etapa stevensoiana. Me gustaría releer, casi cuatro décadas más tarde, La Isla del Tesoro, pero de momento no es posible ya que debo anteponer, como mínimo, cuatro libros publicados por amigos (Atrapados por el Abismo, Todo lo que se llevó el diablo, El año de la plaga y el Quítame tus sucias garras de encima de Hernán que quise leer en verano y no pudo ser). Así que, ante la imposibilidad de acudir a la fuente original, que es la novela de aventuras y piratas por excelencia, acudo a una falsa secuela en formato cómic que acaba por resultar una inesperada sorpresa.


La serie se llama Long John Silver y Norma lleva publicadas las dos primeras entregas, Lady Vivian Hastings y Neptune. El pirata creado por Stevenson es uno de los más fascinantes personajes de la historia de la literatura, y eso hace que resista bien cualquier usurpación a poco que se haga con el debido respecto, como es el caso de esta saga francobelga. Debo decir que mejora en su segundo capítulo, el primero, que tiene mucho de crudo melodrama gótico, sirve para sentar las bases, y es que los franceses se toman las cosas con calma. Como digo, he disfrutado sobre todo del segundo, un fascinante relato de intrigas a bordo de un navío que parte a la búsqueda de El Dorado y donde nuestro amigo de la pata de palo intentará hacerse con el poder. A mí estos relatos de barcos en medio de la tempestad, con motines y pésimas condiciones de vida, me fascinan por ese contraste entre claustrofobia y aire libre, entre espacios cerrados de maderas roídas por la humedad e intemperie de naturaleza desbocada, lugar idóneo para desarrollar una trama de lucha subterránea por el poder.

Una de las cosas que llaman mi atención es el dibujo de Mathiu Lauffray, que huye de la tradicional pulcritud y línea clara para refugiarse en los brazos de Brian Hitch, cosa poco habitual en nuestros vecinos. La otra es el buen hacer de Xavier Dorison, guionista que últimamente parece estar en muchas partes. Por un lado es el encargado del spin-off del best-seller XIII de Van Hamme, de inminente aparición por aquí, y por otro le descubro en Los Centinelas acompañado de los siempre agradecidos lápices de Enrique Breccia. La serie, también en Norma (de momento, el primer volumen) es una buena recreación de la primera guerra mundial en clave steampunk, con ciborgs a vapor, tullidos de la guerra reconstruidos con dolorosos andamiajes y mecanismos. Nueva carne con espíritu añejo. También se toma su tiempo en hacer crecer la historia, y esta primer entrega (Las cosechas del acero) me daja con ganas de más.

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