16.5.05

LA EMPAREDADA, EL JOROBADO, EL TEDIO ARTIE ZETOSO Y KLAUS KINSKY, QUE PASABA POR ALLÍ



Demasiadas películas normales estos días, y eso que me he saltado una. No podía ser. En cuestiones zinéfagas El Blog Ausente prefiere ceder su espacio al subcine. Qué es esto de alabar a Lars Von Trier. Cielos. Estoy perdiendo facultades. Y luego va y la de Brian De Palma no me gusta. Ai ai ai. No podía ser, así que he mirado en la reserva de películas que me he llevado este largo (en mi tierra) fin de semana y me he puesto un giallo que no había visto: La muerte sonríe al asesino.

La cantera italiana siempre depara subproductos con mucho morro. Este es un caso. Aunque también es cierto que es un filme tedioso e incomprensible, un pupurrí decadente a cargo de Aristide Massaccessi, más conocido como Joe D’Amato. A principios de los 70 y tras algunos spaguettis que no recuerdo, nuestro hombre perpetró el engendro pretencioso y basurero de hoy, aunque su aportación al cine desvergonzado más recordada, Ator a parte, fue la joya deleznable que es Gomia, Terror en el Mar Egeo, obra maestra del cine desagradable y zafio. Luego se labró una dignísima carrera en el cine porno de los 90 con sus decadentes adaptaciones y biografías (Tarzan X, Marco Polo) que lanzaron a la fama al bueno de Rocco Sigfredi. La decadencia y un punto malsano son las mejores virtudes de nuestro hombre.

Pero vayamos a la peli de hoy. Peli de miradas y voyeurs. El 80 % de su metraje son miradas, planos de ojos (incluyendo una aguja que atraviesa uno y un zarpazo de gato que desgarra y deja colgando otro) y vouyerismo. También es una peli incomprensible y bastante aburrida. La he tenido que acabar esta mañana porque ayer me quede dormido con ella, y no era tarde. Yo. Un adalid del subproducto roncando ante la tele. Un subproducto, éste, que por un lado tiene como pretensiones pero por otro es pura basura de serie zeta que acude al engaño en su reparto, al gore de andar por casa, al saqueo de momentos clásicos del género (en plan batiburrillo: E gato negro y La Máscara de la Muerte roja de Poe, y una innecesaria referiencia a Frankenstein), al erotismo malsano y/o perverso (necrofilia, incesto, lesbianismo). Lo del engaño en su reparto es porque se anuncia al gran Klaus Kinsky como primer nombre en el reparto (y motivo que me ha impulsado a verla) cuando en realidad sale un cuarto de hora al principio y palma. Mejor les explico en plan rapidito el sinsentido y despropósito. Sí, les explico la película, pero es que creo que es mejor leer su argumento en cinco munutos que tragarse la hora y media. En serio. Me lo agradecerán. Bueno, Hijo del Celuloide no, por eso le aviso para que no siga, que ésta es de las que le gustan.



La cosa empieza con un jorobado llorando ante el cadáver de su hermana y amante. Luego les vemos recorrer un prado en plan tortolitos, con musiquilla que da dentera y cámaras bucólicas; pero ella se acaba liando en un banco con un señor con bigote que andaba por ahí mientras el jorobado espía tras un árbol. Pasamos a un carromato a toda leche que se mete el hostión padre. El conductor to destripao en el suelo. La viajera es la hermana amante que se ha quedado amnésica con el percance. La recoge y cuida una pareja que vive en un castillo decadente. Llaman al médico. Es Klaus Kinsky. Se deleita con el cuerpo desnudo de la muchacha (Ewa Aulin, rubita pelín turbadora pese a su cara de muñeca vieja) y se imagina que le atraviesa el ojo con una aguja. Una criada lo observa. Un criado observa a la criada. El Kinsky se queda con el medallón de la chica. A la criada se le aparece el jorobado. Estoy aquí ahora desapaerzco. En plan fantasma, ya saben. Plis plas. Estoy no estoy. La criada hace la maleta y se pira acojonada. Luego la vemos correr muy asustada por el bosque hasta que un tiro le revienta la cara a perdigonazos. Todo muy explícito. Con musiquilla como de película de amor. Todo muy lento. El Kinsky en su laboratorio jugando al alquimista. Sus pensamientos en Off. “Por fin he triunfado. El medallón era la clave”. Resucita a un muerto con unas transfusiones alquímicas pero alguien se le acerca por detrás y lo estrangula. Fin de Kinsky, el cabeza de reparto, a los veinte minutos. Pasaba por ahí. Ya saben. El viejo truco de la explotación: te contrato para un día de rodaje y hago ver que eres el protaginista en el cartel y en los títulos de crédito.



Sigamos. Que no se me olvide, cada dos por tres o hay plano de un gato negro o del criado observando. La amnésica hermana se lia con la pareja decadente. Con él primero. La esposa intenta ahogar a la tipa en la bañera y acaban en la cama, ejecutando apasionados tocamientos. La doble relación se mantiene, pero nunca los tres revueltos. Al final a la esposa le da un ataque de celos y empareda a la amnésica tras una pared de ladrillos. El marido le pide a un comisario de policia que la encuentre, que está muy triste. Pasan los meses. En una fiesta de disfraces se le aparece a la esposa la desmemoriada emparedada. La dueña de la casa se suicida. Al entierro acude el padre del ahora viudo esposo. El padre resulta ser el tipo del bigote que se enrolló con la emparedada al principio de todo, ante la mirada del hermano jorobado. Hay un flashback en la que ésta muere por un aborto. Qué cosas. La cosa empieza a pintar como la típica historia de fantasma vengativo, pero no se entiende demasiado su venganza, la historia, el fantasma ni qué pinta el criado espiando tras las puertas y sonriendo cada dos por tres ni nada.



En el cementerio la aparecida ésta (recuerden: emparedada, hermana del jorobado, amnésica, muerta en un aborto, amante de no se sabe cuántos) persigue al padre, el del bigote, hasta que éste se mete en el sepulcro de la esposa suicidada. Ésta resucita y al del bigote le da un yuyu y se muere. Siguen los cuarenta planos del gato y del criado voyeur, también la musiquilla romántica lounge de pacotilla. Y los ojos de pez. Y los planos exasperantemente tediosos. Al viudo se le planta la fantasma en la cama, se lían. El hombre practica el sexo oral y cuando levanta la vista la otra tiene la cara putrefacta y se rie mucho. El viudo grita mucho. Gritos, risas y el gato negro por enésima vez. La muerta va ahora a por el criado voyeur. Le da las gracias por no haberse chivado para luego matarlo a navajazos en la cara. El comisario de policia se encuentra todos los cadáveres. El del viudo guarda en la mano el medallón que tanto gustaba a Kinsky. Lo lleva a un científico que le dice que es inca, que tiene poderes y que hay otro doctor que le ayudará. El doctor resulta ser el hermano jorobado, al que vemos en un flashback resucitar a su hermana para morir a manos de un gato que le arranca los ojos. El comisario acude al lugar y se encuentra el cadaver del jorobado. Mira a la cámara y, atención, exclama: “Creo que nunca podré comprender qué ha pasado y resolver este casoQué fuerte. Qué morro. Es lo mismo que piensa el espectador. Y entonces el comisario entra en su despacho y ahí está la tipa esperando sonriente. Fin. Tremebundo. Yo es que soy incapaz de decir demasiado, por eso les he explicado la película, porque estoy sin palabras. Me voy a la cama

1 comentario:

Anonymous dijo...

<span style="color: #808080;">Trabajo ennorme en la revision de la pelicula .La acabo de ver. </span>
<span style="color: #808080;">Las lagunas del guion de la pelicula son del tamaño de un petrolero, Aun asi esta y Holocausto Porno son las que mas me gustan de Damato.Tendre que ver <span style="color: #000000;">Gomia, Terror en el Mar Egeo</span></span>