23.6.07

PELELE EN REBELDÍA



- ¿Cómo puedes ser capaz de trabajar para Tao?
- ¿Cómo? No sé diferencia en nada de Lynch y el resto de cabrones de O.I.
- Es un terrorista, Holden. Ha desestabilizado gobiernos en todos el mundo, ha matado gente inocente y quién sabe qué más cosas ha hecho que aún no sabemos.
- ¿Pero qué clase de operaciones encubiertas crees que realizaba para O.I.? Desestabilizaba gobiernos, mataba a gente inocente y hacía muchas otras cosas ha hecho que no quieres saber.

Una vez terminada la lectura del cuarto volumen del Sleeper de Ed Brubaker y Sean Phillips puedo exclamar jubiloso que es un tebeo de la hostia. Mejor. Es un tebeo de la Hostia. Era algo que ya sabía cuando Planeta, hace unos años, decidió dejar inédito en castellano la llamada Segunda Temporada (la historia se compone de dos bloques de doce episodios cada uno, la segunda temporada es el segundo bloque). Hubo un tiempo no muy lejano en que si una colección de comic books me gustaba mucho se cancelaba por falta de ventas. Afortunadamente Norma ha venido al rescate publicando los 4 tepebés que componen toda la historia.

Brubaker está en su salsa en esta historia de agente secreto infiltrado en organización terrorista sin posibilidad de escape. Tan en su salsa que no podía sino salir una puta maravilla. Mejor. Puta Maravilla. El absoluto cinismo de las dos fuerzas enfrentadas a las que ni siquiera separa la famosa línea de moralidad gris. La acción trepidante, los tiroteos, los diálogos, la violencia brutal, el dolor y la mentira como máximas expresiones de lo humano, el sexo compulsivo como válvula de escape, la trama que se enrosca como un venenoso crótalo, la inexistencia del concepto bondad. Me encanta como Brubaker construye cada comic book o capítulo como una unidad narrativa propia. También me encanta como, situada la historia en el marco de un universo de superseres (los de Wildstorm) se pasa tan de puntillas sobre el tema, o mejor, como se integra eso sin darle la más mínima importancia. Porque aquí lo importante es el agente (o ex agente) Carver, un pelele en rebeldía con el mundo. Si a eso añadimos un personaje femenino como Miss Missery, que entre misión y misión arroja paralíticos al tráfico rodante o quema orfanatos, quintaesencia de la mujer fatal, mala de cojones y, por eso, objeto del deseo del lector, yo es que no encuentro adjetivos para definir esta maravilla de tebeo negro. Y por cierto, a mi Sean Phillips me parece un dibujante glorioso, aunque se que los hay que no opinan como yo. Por Dios, ¿acaso no ven como plasma tiroteos y explosiones este hombre?

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