7.4.05

B-ART : Los Extraños Carteles Polacos de Godzilla


Japón bajo el terror del monstruo (1954)

El cartelismo polaco es una mina de ilustraciones sorprendentes. Una escuela formada a principios de siglo XX y muy influenciada por el modernismo y el art noveau que ha perdurado, con diferentes modas y evoluciones, hasta nuestros días. Y una de las ramas habituales del cartelismo promocional son, claro, los carteles de películas. En Polonia, en los años 60-70, no se utilizaban los pasquines de procedencia extranjera. Se volvían a dibujar al estilo propio del país y se encargaban a expertos profesionales y artistas. De hecho, el cartelismo cinematográfico polaco se ha convertido en una no demasiado conocida pieza de coleccionismo e incluso en algunos países se organizan exposiciones sobre el tema. En mi periplo godzillesco por internet a la búsqueda de imagenes e información, ya saben que llevo unos cuantos meses celebrando el cincuenta aniversario del gigantesco saurio radioactivo, he ido recopilando algunos de esos carteles con el objetivo de dedicarles un post a todos ellos. Éste. A continuación les dejo los carteles para su disfrute sin poder resistirme a hacer algún comentario.

El de Gidorah, El Dragón de tres cabezas resalta la presencia de Rodan con un potente contraste entre el blanco de la criatura con la masa de negros superior, y en medio un simpático pico rojo. Caricaturismo y abstracción expresiva de trazo grueso.



En el de El hijo de Godzilla se nos muestra al descentiente soltando bolitas rojas por la boca, como parte de su aprendizaje para con el aliento radioactivo, aunque en el filme se trate de círculos de humo.



La ilustración dedicada a Hedorah, La Burbuja tóxica enmarca dentro de la silueta del monstruo un rostro que podría ser prefectamente el de un ent, lo cual no es moco de pavo dado que tanto el filme como el arbóreo ser tolkiano tienen claras concomitancias ecológicas.



El dedicado a Galien, el monstruo de las galaxias ataca la Tierra muestra un Godzilla, de extraño acabado de cintura para abajo, que suelta rayos geométricamente psicodélicos y de colores llamativos que contrastan con los tonos más opacos del resto de la ilustración. El extraño insecto no sabemos a qué hace referencia y como interpretación de Galien resulta harto libre.



Finalmente, para acabar con el apartado dedicado propiamente a Godzilla, considero excepcional a la par que sorprendente el dedicado a The Terror of Mechagodzilla, el último Godzilla clásico. La influencia del estilo de dibujo de El Submarino Amarillo es evidente, y ceder la importancia y el protagonismo de la ilustración a la víctima humana que huye despavorida también tiene su aquel.



Como ven, una hermosa mezcolanza de pop art, expresionismo, modernismo y art-noveau. Es por eso que no puedo resistirme a continuar con otros carteles que sin ser própiamente godzillescos sí pertenecen al género kaiju o allegados. En el de La Batalla de los simios gigantes un gigantesco pié de tonalidad roja se dispone a pisotear rascacielos.



El de King Kong se escapa cede todo el protagonismo al gorila gigante al igual que el de Gappa, Monster from another Planet al extraño reptil con aspecto de pájaro y su descendencia. La sensación amenazante del primero, todo y que la película es un encanto pulp, contrasta con la alegría caricaturesca del remake nipón no oficial de Gorgo.





Dejo para el final el más evocador y genial, el de El Hundimiento del Japón, filme de tintes catastrofistas en que un terremoto y posterior Tsunami hacián desaparecer el archipiélago del Sol Naciente bajo las aguas. Sintetizarlo en la imagen de un rostro femenino (de claro estilo manga, por cierto) que se sumerge en negras aguas me parece sencillamente genial. Seguramente regresaré al tema del cartelismo polaco en el futuro. Merece la pena.

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