«Estos organismos vivos tranparentes, como medusas, parecen flotar en la densa atmósfera del planeta de una estrella alienígena. Las gentes al principio las toman por plantas; pero no es así».
Dibujo de Andrei Sokolov y texto del también dibujante Alexei Leonov extraídos del libro de ilustraciones The Stars Are Awaiting Us (1967), según se indica en Nueva Dimensión #32 (mayo, 1972), que la utilizó de portada. Sokolov y Leonov formaron un tandem recurrente en la ilustración soviética de los años de la Guerra Fría, y se especializaron en dibujar béllamente la Conquista del Espacio acargo de la URSS. Su firma era frecuente en todo tipo de posters y sellos conmemorativos (como los cubanos que enlazo en honor del Día de la Cosmonáutica), la mayoría de carácter realista más allá de la recreación que supone toda ilustración y de intentar reflejar en ocasiones avances tecnológicos y de diseño más o menos cercanos (aunque ideales). Algunas de esas ilustraciones, pertenecientes a la serie Russian Space (1975), las tienen abajo. Hasta aquí, algo relativamente normal: una pareja de ilustradores rusos glorifican los avances soviéticos en la carrera espacial con sigular maestría y envueltos en el aura pop que supone la propaganda soviética de la época; aquí tienen unas cuantas además de las de abajo. Lo que los convierte en aún más especiales es que uno de ellos, Alexei Leonov, era realmente austronauta, y, de hecho, fue el primer hombre que caminó por el espació, el primero en salir de la nave espacial y flotar en el silencio sideral. De ahí que sus ilustraciones adquieran una implícita poesía pop que aumenta, hasta lo inconcebible, en la ilustración que preside y motiva esta entrada, dedicada a la biología cósmica: el austronauta, testigo de las maravillas del espacio, fabula gráficamente con las medusas transparentes que nos aguardan en los confines del universo.


