13.8.08

LA VIÑETA EUROTRASH: EL DEVORADOR DE CARNE HUMANA (+18)

Atención!!!: entrada no recomendada para menores de 18 años. El apartado gráfico pueden perturbar a personas sensibles o de férreas convicciones morales.
Nota: dado lo horrendo de los hechos y la inmoral frialdad de la adaptación gráfica, esta entrada adopta voluntariamente un punto de vista moral no carente de ánimo exploit. La explicitez gráfica incluida pretende demostrar que la aberración humana se difunde, de una manera u otra, a través de la cultura popular de masas, buscando beneficio económico al aprovecharse de las pulsiones de nuestros bajos instintos. La cultura basura, aquí en su máxima expresión, se muestra así parte de nuestra cultura, nos guste o no. Nos avergüence o no.

1. Los hechos.
La historia de Issei Sagawa, el caníbal japonés, es uno de los más desagradables episodios de la enajenación psicopática reciente, y una muestra de difusión mediática socialmente morbosa y enfermiza. Si ya los hechos son repugnantes y muestran un oscuro rincón del ser humano, por desgracia frecuentado, el desarrollo del caso también demuestra que los medios de difusión se hacen eco y amplifican esos rincones oscuros, a menudo con un tratamiento de la información y las noticias de moralidad difusa y ánimo exploit.

El once de junio de 1981 Issei Sagawa, estudiante de arte en París, asesinó a su compañera de estudios Renee Hartevelt. El impulso era sexual: fascinación por la mujer oriental e incapacidad para la relación humana. Issei disparó a su víctima, practicó la inmunda necrofilia, despedazó al cadáver, cocinó los pechos de su víctima, los comió y guardó los restos en la nevera. Al ser detenido confesó fría y meticulosamente todo el proceso y los medios de comunicación difundieron la noticia con todo lujo de detalles, incluidas las repugnantes y explicitas fotografías del archivo policial.

Lo peor no es que sea un caso que nos recuerda que el ser humano es capaz de lo mejor y, por desgracia, de lo peor, una historia real que constata que en cualquier lugar del mundo hay en estos momentos una persona efectuando un acto inmundo que nos averguence como especie. No. Lo peor es que la resolución jucicial fue clamorosamente injusta, que el asesino no pagó sus crímeres y que ha acabado convertido en un freak con repercusión mediática, con espacio en televisiones y reportajes escandalosos en revistas gastronómicas. Sociedad Borderline en su máxima expresión.

Más detalles de la historia aquí, aunque cualquier googleo con el nombre del asesino devuelve multitud de enlaces. Internet, claro, es también el demonio, pero el caso sucedió y se divulgó amplia y morbosamente mucho antes de que las nuevas tecnologías hicieran su aparición doméstica. Conviene tenerlo presente.

2. El Tebeo Bazofia.


rejas 1


En la segunda mitad de los Ochenta los quioscos españoles se inundaron de repugnantes cabeceras de viñeta eurotrash. Una de las peores, por su pésimo contenido e inmundicia sin par, fue Rejas, editada por Zinco, editorial que no sólo difundió joyas de la DC sino también relatos gráficos para adultos llenos de violencia y pornografía desviada. Desentrañar la procedencia original de los materiales es una tarea compleja. Mucho de lo publicado venía de Italia, bastión mediterráneo de la industria explotativa del bajo presupuesto, pero parte también se hacía en España a cargo de ignotos autores. Aún así, ningún lugar de la Europa occidental de entonces quedó ajeno al tebeo bazofia de contenidos zafios. Así, los créditos de derechos de lo publicado en Rejas se refieren al ignoto copyright de WorldTech Ltd., London. Todas mis indagaciones al respecto han resultado infructuosas.

3. La historieta zafia.
El número uno de Rejas, publicado en junio de 1987, incluía como historieta principal El devorador de carne humana, adaptación tan fiel como apócrifa del caso de Issei Sagawa. Los responsables creativos (dibujante y guionista) son desconocido y a día de hoy no han dado señales de vida ni han reclamado ninguna autoría, muestra de que se trata de una labor alimenticia que a día de hoy les avergonza y prefieren olvidar.

La historieta cambia el nombre del protagonista por el de Osaka Yamamoto pero el resto es una fiel adaptación del suceso real, acaecido cinco años antes, narrado a través de un largo flashback de la confesión y toma de declaración en estancias policiales del trastornado caníbal japonés (que no tardó en escribir varios libros sobre su experiencia. Tras el asco que desprende la primera lectura del cómic, sorprende la tremenda frialdad, impulsada aún más por el detalle y la explicitez meticulosa (recuerden que fue una de las características de difusión mediática del caso) de lo narrado. El tebeo dedica once páginas, sesenta y cinco viñetas, a exponer sin verguenza ni moral el asesinato y los actos depravados que lo continuaron. Tan sólo un pintoresco uso de las onopatopeyas en algunos de los más explícitos contenidos sexuales deja a la mente del lector reconstruir visualmente determinados detalles; la maniobra es pura hipocresía pues en realidad otroga todo tipo de facilidades, cosa que por cierto debería hacernos meditar sobre lo poderoso de la narrativa gráfica y su mal uso.

4. Una selección de 17 viñetas inmundas.


















Valoración Final: un tebeo vomitivo.


Alerta Sincrónica: no pudo dejar de poner en paralelo esta entrada con esta otra de Tones, matizando a Zito, que respondía a Vigalondo .

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