30.3.15

LA BIBLIOTECA AUSENTE


Kike Infame, experto entrevistador especializado en cómic, inició un espacio dedicado a mostrar las bibliotecas tebeíles de algunos adictos a las viñetas y me invitó a participar. Me planteó una serie de cuestiones sobre cuestiones de orden, espacio y coleccionismo y también me pidió algunas imagenes para la posteridad. El resultado deja bien claro que a estas alturas mi enfermedad es de difícil solución: Aquí pueden verlo. Por cierto, en cierto modo, algunas de las cosas que comento pueden ponerse en paralelo a mis dos últimos textos para El Butano Popular: Fuego amigo y Los cosmonautas.

26.3.15

LOVECRAFT Y EL HORROR CÓSMICO URBANITA


"Las cosas orgánicas que rondaban por esa espantosa cloaca no podrían calificarse de humanas, ni siquiera torturándose la imaginación. Eran monstruosos, nebulosos bosquejos del pitecántropo y la ameba, toscamente modelados en alguna arcilla hedionda y viscosa producto de la corrupción de la tierra. Reptaban y supuraban por las calles grasientas, entrando y saliendo por puertas y ventanas de una forma que recordaba a una invasión de gusanos, o a desagradables criaturas surgidas de las profundidades del mar. Esas cosas —o la sustancia degenerada en gelatinosa fermentación de la que estaban hechas— parecían rezumar, infiltrarse y fluir a través de las grietas abiertas de aquellas horribles casas, y pensé en una hilera de tinas ciclópeas y malsanas, llenas hasta el borde de ignominias gangrenosas, a punto de rebosar para inundar el mundo entero en un cataclismo leproso de podredumbre semilíquida.
De esta pesadilla de infección malsana no conservo el recuerdo de ningún rostro vivo. El grotesco individuo se perdía en la devastación colectiva; sólo quedaban en la retina los vagos y fantasmagóricos contornos del alma mórbida de la desintegración y de la decadencia… una máscara amarillenta que ríe burlona mientras una ácida y pegajosa bilis supura de sus ojos, orejas, nariz y boca, con un burbujeo anormal de úlceras monstruosas e increíbles…"
Fragmento de una carta de H.P.Lovecraft a Frank Belknap Long en la que le describe una visita al Lower East Side neoyorkino. "Es un párrafo del gran Lovecraft", dice Michel Houellebecq en su genial ensayo sobre el escritor de Providence Contra el mundo, contra la vida (Siruela, 2006) del que he sacado el fragmento epistolar. Lo cierto es que si no se avisa se hace difícil apreciar que se trata de la descripción de un barrio de Nueva York mayormente poblado de emigrantes —"italo-semitas-mongoloides" dice luego—, pero no quiero incidir en la repulsa racial que expresa sino en el hecho de que no hay diferencia entre el más inmundo abismo primigenio olvidado por el tiempo y la ciudad, cualquier ciudad, que nos acoge... ¿quizá porque en realidad son lo mismo? Lo biográfico siempre está presente en la ficción de horror porque sólo lo cotidiano nos aterra de verdad.

24.3.15

EL VERMUT

Pues que Kiko Amat me citó el otro día en una tasca a mi elección para charlar largo y tendido sobre Mentiré si es necesario. Yo disfruté del encuentro mientras los botellines de cerveza se iban vaciando, y creo que el resultado salió de lo más divertido y se puede leer aquí, en Gent Normal. Es largo, pero creo que quienes gustan de lo mío sabrán apreciarlo.



También aprovecho para decirles que una na de mis dos lecturas favoritas del año pasado fue Mil violines y otras crónicas sobre pop y humanos (Random House, 2011) —la otra esta—, un libro que tuve en mis manos varias veces cuando salió pero que tardé demasiado en pillar —la clave, un amigo que me dijo lo mucho que lo había disfrutado y que él establecía un vínculo poderoso con mi libro—. La cosa es que al final fui a por él y me lo zampé en una ida y vuelta en AVE a Madrid, en un arrebato de gozo y gula lectora. Luego, al llegar a casa, me pase dos días escuchando los discos que comenta en el libro, un recorrido pop y biográfico alrededor de canciones, borracheras y melodramas juveniles de barrio. Vamos, que el vínculo está ahí, es cierto, pero es que Mil violines me pareció cojonudo e incluso me descubrió algún temazo que no conocía. Y el discurso se cierra con los Fleshtones, como debe ser, porque en la conga de la vida el que toca las maracas va delante.