Una de las pocas cosas que me sacan de quicio sucede cuando los Baby Looney Tunes aparecen en la pantalla del televisor. Ese efecto de rabia no se produce ante la versión edulcorada de unos personajes maravillosos, eso es un mal menor; por experiencia sé que los niños pequeños tardan en comprender las joyas animadas de la Warner y puedo entender la maniobra para aproximarlos a los más pequeños.
No. Mi reacción de cabreo se produce ante la ausencia de quien fuera, en la edad de oro de los cartoons de la Warner (es decir, en las décadas de los 50s y 60s) el tercer personaje más popular tras Bugs Bunny y el Pato Lucas: Speedy Gonzalez. El ratón más rápido de México ha sido casi exterminado por la tiranía de la corrección y el rodillo de los contenidos templados. Ha desaparecido de los canales temáticos (Cartoon Network y Nickelodeon lo han eliminado voluntariamente de su programación, por ejemplo), de la mayoría de dividís recopilatorios y hasta es complicado seguirle el rastro por las redes p2p.
Con Speedy Gonzalez se acumulan varias cosas mal vistas hoy en día, y que dan miedo a los emporios del audivisual. Por un lado su carácter de estereotipo racial. Por mucho que posea un poder (la velocidad), valentía y un noble concepto de la justicia (hasta el punto de que tiene una clara lectura como un superhéroe que defiende a sus compadres del acecho de gatos), no deja de ser un icono tópico que habla un paródico spanglish (por otro lado de lo más gozoso, recomiendo mucho la versión original) y viste a la manera tradicional (curioso detalle: cuando un traje folklórico o regional va ligado a una raza corre el riesgo de convertir a su portador en un incómodo y temido arquetipo).
Pero la condición actual de proscrito de Speedy Gonzalez (Gonzales en el original) no es sólo una cuestión de apariencia. Aquí les dejo su segunda aparición (primera por lo que hace a su diseño definitivo) en el episodio de Merry Melodies de 1955 titulado únicamente con el nombre del personaje y ganador de un Oscar a mejor corto animado.
“Un delicioso pozo de sabiduría completamente inútil”
“Cuando entro en el blog ausente lo hago con la esperanza de encontrar lo inesperado”
“Es como encontrarse un libro cojonudo en un mercadillo de viejo sin editorial visible y con dedicatoria ilegible en portada”
“Va camino de ser la mayor y más grandiosa tesis sobre la Cultura Pop, hecha en nuestro idioma”
“Nos recuerda constantemente que toda esa obsesiva (y subversiva) corriente de cine de saldo y subcultura de derribo, y su extraña mezcla de belleza y miseria, discurre simultanea a lo cotidiano.”
“Es curioso que le resalten la calidad, cuando la mitad de lo que habla es sobre como la falta de ella crea momentos sublimes”
“Un estuche de monerías, de veras”
"Absence es un honesto padre de familia que mantiene una doble vida como investigador de la cultura popular y/o abismática en (casi) todas sus manifestaciones. Es buenísimo y pulveriza mis prejuicios acerca de este emergente medio de expresión." (El Sr. Monstrenco)
"El Cahiers Du Cinema de Serie Z"
"sin ningún titubeo lo consideramos el mejor blog de cultura popular hecho nunca, y quizá que se haga nunca. Es el más inteligente, el más claro, el más preclaro, el más informado, el más informante, el más bonito, el más dinámico y el mejor surtido" (Javier Pérez Andújar)
"abs se merece aun màs comidas de polla"
"chiripitiplastificante, retroefervescente y galvanoplastificante"
"El blog ausente ya es una referencia"
"Se debería estudiar en los colegios"
"En los dominios del señor Absence está todo tan equilibrado/desequilibrado (parte gráfica, contenido, continente, formas) que asusta a la par que engancha"
"La mitad de las cosas de las que habla o no las conozco o no me interesan. Y aún así le sigo diariamente."