13.10.07

DESDE SITGES CON ARDOR (XXXVIII): ROB ZOMBIE'S HALLOWEEN


Difícil, por no decir imposible, el reto de Rob Zombie de rehacer para el siglo XXI uno de los grandes clásicos del cine de terror moderno, La Noche de Halloween del maestro Carpenter. Así que salir victorioso es una proeza. Victorioso en el sentido de que como remake no desmerece, y más teniendo en cuenta que no sólo se enfrenta a un clásico sino que también a la casi decena de secuelas que la continuaron. A estas alturas, causar cierta tensión mientas Michael Meyers masacra (search and destroy) todo lo que se pone por delante no es tarea fácil. La película tiene dos partes bien diferenciadas, la primera es la propiamente robzombiana y funciona como precuela mientras establece el origen del mal en la América White Trash, esa América que ya estaba presente en sus dos filmes anteriores. La segunda es el regreso a la comunidad que le vio nacer, reconvertida en urbanización de clase media que contrasta en su pulcritud con los melenudos guarros del inicio. Los guiños al clásico del '78 son evidentes pero con clase: El Enigma de Otro Mundo en televisión, el sherif, el doctor Loomis, el acoso y vigilancia por la calle, la persecución, los saltos por la ventana, la ocultación en el armario. A eso le añade la entidad corporea del psicópata como mole (y juega a compararlo con el Frankenstein de la Universal), a provocar cierto temor a los espectadores de la primera (a los que se supone ya padres de familia) planteando el tema de la maldad en la descendencia, forjando lazos no previstos, haciendo un sabio uso del juego de máscaras o trasladando la acción a la casa de la matanza originaria, un lugar de abandono y pobredumbre también muy robzombiesco. Y añade una estupenda escena final. El Hombre del Saco del siglo XXI no está nada mal.

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