11.10.07

DESDE SITGES CON ARDOR (XXXIII): EL ÚLTIMO JUSTO

Entro a ver esta producción de Filmax, evidente exploit del Código Da Vinci, porque me pilla entre dos películas y no tengo nada que hacer. Goya Toledo, fatal en tan sólo cuatro líneas de diálogo, me convence del todo del error que he cometido. Pero el Auditori es cómodo, son las diez de la mañana y el exterior un poco inclemente, así que decido cerrar los ojos entre diálogos de bolsilibro malo. Los vuelvo a abrir. Ha pasado un rato pero los dos periodistas que estaban sentados ante mí ya no están. Levanto, triste, la mirada hacia la pantalla y escucho al personaje protagonista decir: "Me siento protagonista de un best-seller de quinta". Momento óptimo para levantarme, salir y comprobar el estado del tiempo exterior.

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