2.9.04

PEOR IMPOSIBLE – DELICIAS TURCAS

Este fin de semana se celebra en Gijón una nueva entrega del Peor Imposible, simpático y recomendable certamen dedicado al cine de derribo más trash del planeta. Agradables proyecciones en pantalla grande de vídeo y deuvedé, en un local cómodo y preparado para un aforo de 100 personas (jubilosas), bajo la atenta organización y selección de Jesús Parrado, amigo personal de juergas eternas desde hace años. Chuso, que es como coloquialmente le conocen sus amigos, siempre dice que el próximo año voy de ponente con los gastos pagados, pero al final no es así. Le entiendo porque sé que entre Carlos Pumares y yo dista una gran distancia, como mínimo mediática. Acabaré acudiendo algún día porque cada año proporciono consejo y efectúo gestiones variadas para la consecución de títulos. Así, sin haber visto siquiera el programa puedo adelantarles que se van a proyectar cosas tan indispensables como Versus, Made in China, El luchador Manco, Suicide Club, The City of the Last Souls o Robovampire. Puedo adelantar títulos sin haber visto la programación porque o bien he actuado de intermediario, o son directamente mis cintas las que se proyectan o porque he insistido en la calidad zetosa del filme en cuestión. Ni qué decir tiene que más pronto o más tarde cada una de ellas acabará por ser reseñada en este blog ausente.

La casualidad ha querido que precisamente el bueno de Superdiscochino linkara hace unos días en el Foro Dixtópico esta impresionante y más que gráfica review de una joya turca del calibre de 3 Dev Adam,más conocida como Captain America and Santo vs. Spider-Man (T. Fikret Uçak, 1973). Una película que precisamente pude visionar al ejercer de intermediario en la consecución de una copia de vídeo que fue proyectada en la edición del año pasado del ciclo asturiano.

La cinematografía turca es todo un filón a descubrir por el cinéfilo sin escrúpulos. Yo me enamoré de la foto del Star Trek turco que había en la contraportada de la versión original del Mondo Macabro de Pete Tombs. De hecho, si tuviera más tiempo releería y haría una buena síntesis bloguera de los dos textos en castellano que tocan el tema con la relevancia necesaria: el Vidas monstrencas de Jordi Costa y la edición española del mentado Mondo Macabro. Como de momento no puede ser, tan sólo les adelanto que una de las grandes virtudes del cine otomano popular es su total desprecio por los derechos de autor. Sólo así se entienden cosas como la legendaria versión turca de Star Wars, que robaba las secuencias de naves y efectos especiales y rodaba con sus propios actores e idiosincrasias el resto del metraje.

Dicho esto, volvamos a la delicia turca que centra la segunda parte del blog de hoy. Ni que decir tiene que la Marvel nada supo del singular uso que se hacía de dos de sus personajes más característicos. Tampoco el entrañable luchador mexicano enmascarado fue informado de su alter ego de Oriente Medio. El enlace que les he proporcionado es lo suficientemente explícito para que yo no tenga que escribir demasiado, pero supongo que agradecerán información de primera mano de alguien que ha tenido el placer de contemplarla ensimismado y boquiabierto. Ahí van algunos puntos de interés:

1- El presupuesto es paupérrimo y el guión ínfimo. Pese a verla a pelo, en su idioma turco original, uno ya se percata de lo segundo. Eso sí, a diferencia de las películas de luchadores mexicanos, la acción es bastante más frenética y los actores protagonistas bastante más atléticos que sus orondas contrapartidas del país del tequila.
2- El total desprecio por un leit motiv tan básico como el de la identidad secreta. Tanto el Santo como el Capitán América aparecen en público enseñando sus rostros, por lo que no se entiende que luego se pongan a investigar disfrazados. Ambos tienen una pinta de turcos que espanta, factor éste más que sospechoso siendo el Steve Rogers original tan rubito y tan blanquito. De hecho, el Capitán América protagoniza parte de la historia y de las peleas sin necesidad de enfundarse su emblemático pijama nacionalista.
3- Lo más importante de todo: Spiderman es un tipo muy muy malo y muy muy sádico. La película ya empieza con el hombre araña decapitando a una moza con las hélices del motor de una lancha (!) y ya luego continua matando, violando e incluso aplicando vilezas del calibre de hacer que una rata devore los ojos de una de sus víctimas. En ningún momento me quedaron claras sus motivaciones, por otro lado.

Y dicho todo esto les informo de que es posible que esta delicia turca corra ya por esos dispositivos p2p tan nefastos para el futuro de las artes. Aunque en este caso aplicamos el célebre refrán de quién roba a un ladrón tiene cien años de perdón. Buena búsqueda.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Desgraciadamente la copia que circula por la mula es de vigésima generación por lo menos y la calidad de imagen es ínfima (pero mala, mala de verdad).

Eso sí, lo que he podido intuir entre borrones en movimiento es impresionante.
Como advierte Absence, atención a la escena inicial en la que Spider-man pasa por la hélice a una pobre muchacha enterrada en la arena de la playa.
Claro que casi son más impactantes los flashbacks de marionetas sincronizados con un orgasmo femenino (???).

Mucho mejor digitalizada parece la copia disponible de El Exorcista. Además se pueden encontrar unos subtítulos en inglés para los que andamos un poco flojos en turco.

Ese festival es toda una gozada. ¡Menuda programación!
Lástima que Gijón me pille tan, tan lejos (en más de un aspecto).

SD.

EmeA dijo...

Sin relación con el tema del post, aunque sí con el autor del mismo:

http://adlo.blogspot.com/2004/09/x-force-1-pgina-22.html

alterego dijo...

Hola,
Me preguntaba si serias tan amable de ponerme un enlace en tu pagina.
Gracias
ciclopeorimposible.blogspot.com