
“Mis hijos son los adalides de la ecología. Militantes incansables sin miedo ni reproches. Siempre atentos, en alerta. Mis hijos son un coñazo”.
La cita procede de
Autobio de
Cyril Pedrosa (Norma, 2010). El título aúna el carácter autobiográfico (en historietas de una o dos páginas) y la temática ecológica como eje argumental. Vamos, que son anécdotas sobre la condición ecologista del autor. Eso me producía las lógicas reservas. De Cyril Pedrosa me agradó
Tres sombras (también en Norma), un cuento para adultos en forma de novela gráfica sobre un padre que huye con su hijo para evitar la muerte de éste, al que persigue la parca (en forma de sombría tríada). Un tebeo muy bonito, muy bien dibujado y muy sentimental. Pero imaginarme a su autor haciendo ecología me frenaba; soy un cínico y el buenrollismo me produce mal rollo. Si le di una oportunidad fue por la procedencia original, el semanario francés
Fluide Glacial, que me ofrece garantías.
Una vez leído, puedo recomendarlo. Pedrosa practica algo poco habitual: reírse de sus creencias. Es un ecologista militante, pero el tebeo desgrana todas sus vicisitudes y contradicciones, sus flaquezas ante el engorro (ser ecologista no es cómodo), sus conflictos familiares (su esposa aún es más ecologista) e incluso esboza que en su creencia hay cierta pose. La cita, por ejemplo, es demoledora, y alguna de las historietas me arrancó carcajadas; y eso no tiene precio.