5.8.11

1976 - SITGES AÑO NUEVE

Sitges IX - 1976_WEB

Como cada verano, prosigo con la crónica historica del Festival de Cine Fantástico de Sitges con la edición de 1976. Por esa época yo ya tenía diez años y me fascinaba pasear por los alrededores y ver los carteles expuestos de las películas. De momento, debía conformarme con eso.

En 1976 el presidente del jurado fue Terence Fisher, uno de los grandes maestros del género y responsable directo del éxito de la Hammer. Su presencia motivó una retrospectiva de la mítica productora con cinco títulos nunca estrenados en España, entre ellos tres de sus películas. Aquí tienen una fotografía de su presencia en Sitges.

También anduvo por ahí Jean Rollin, pintoresco y desmelenado director francés, con una película a competición y algunos títulos repescados que se proyectaron en un espacio habilitado en el Hotel Calípolis y dedicado a un Mercado del Filme para profesionales donde también pudieron verse diferentes películas españolas en busca de algún incauto distribuidor extranjero. A saber, y según el catálogo conmemorativo de aquel año: Vudú Sangriento (Manuel Caño, 1974), Kilma Reina de las amazonas (Miguel Iglesias, 1975), Hombre perseguido por un ovni (Juan Carlos Olaria, 1976), La maldición de la bestia (Manuel Iglesias, 1975) o La noche de las gaviotas (Amando de Osorio, 1975).

La presencia de un erotomano como Rollin desvela uno de los cambios que ya se perciben: el relax de la censura, en especial respecto al sexo. Estamos en plena transición y el furor del destape está a punto de estallar. Ya se ha comentado por aquí que en esos años el premio de una posible teta o desnudo integral llevó a muchos espectadores a las salas del Festival, por mucho que buena parte de las películas fuesen en versión original a pelo.

Entre los filmes poryectados destacaron un clásico de Argento como es Profondo Rosso o Fin de Semana Sangriento, una película hoy bastante olvidada pero que en su momento causó sensación. El resto, pues lo pueden ir viendo a continuación, con la serie bé (y cosas peores) dominando la programación, cosa que sacaba de quicio a muchos críticos.

Los documentos que tienen a continuación proceden de los habituales Nueva Dimensión y La Vanguardia. No he encontrado referencias en Vampus o Famosos Monster del Cine (a punto de cerrar), así que me temo que ese fondo documental se despide de esta sección, por desgracia. Se acercan años oscuros por lo que hace a la búsqueda de información.

Empezamos con la crónica de Carlo Fabretti publicada en Nueva Dimensión núm. 84 y también, con el título de Crisis en el Cine de Terror, en Nuevo Fotogramas núm. 1462 (22 de octubre de 1976). Es una crónica muy dura que motivó polémica y desavenencias importantes, como veremos en la próxima entrega.

CHAPOTEANDO EN UN CHARCO DE SANGRE

No un mar, que no es para tanto, ni un río, que da idea de dinamismo y avance, sino precisamente un charco, símbolo del estancamiento de un género que lleva demasiado tiempo nutriéndose de los mismos tópicos y al que ni el destape ni la progresiva brutalización que ha experimentado en los últimos años logran mantener a flote.

EL IX FESTIVAL
Celebrado en Sitges del 2 al 9 de octubre, ha venido a evidenciar una vez más la crisis de un género que está necesitando urgentemente una renovación a fondo (y no meramente formal) y unas dosis masivas de imaginación, tanto a nivel temático como de realización. En este sentido cabe señalar una serie de puntos significativos:

Ausencia casi total (salvo en eventuales versiones paródicas o sesiones retrospectivas) de los grandes mitos del género: Drácula, Frankenstein, el hombre-lobo, la momia, etcétera, ausencia indudablemente achacable al desgaste de dichos símbolos.
Profusión de cintas meramente sanguinarias que poco o nada tienen que ver con el terror y menos con la fantasía, lo que denota el progresivo desplazamiento del cine de terror por el puramente sádico o sadopornográfico.
Los largometrajes de Terence Fisher presentados en sesión retrospectiva, en doloroso contraste con realizaciones más recientes de la misma productora y otras afines, pusieron de manifiesto una vez más que el viejo maestro británico (que en su día renovó y reimpulsó el cine de terror con cintas como Drácula) no ha sido superado y ni siquiera igualado (pese a sus limitaciones) por sus continuadores, dentro y fuera de la Hammer, lo cual contribuye también a dar idea de la decadencia del género.
Uno de los intentos de renovación y supervivencia del cine de terror consiste en orientarse hacia el cine «catastrófico» ("si no puedes vencerle, alíate con él"), que en gran medida está desplazando al terror tradicional. Pero la gran mayoría de las veces con ello no hacen sino sumarse los aspectos negativos (que son muchos) de ambos géneros. Bug, cinta estadounidense que clausuró el certamen y a la que luego aludiré de nuevo, constituye un claro ejemplo de lo antedicho.



UN FESTIVAL DE DUDOSA IDENTIDAD
Pero la del cine de terror no fue la única crisis puesta de manifiesto por la última Semana de Sitges. Cabe hablar también de una auténtica «crisis de identidad» del festival mismo, que en sus primeras ediciones se autodefinía «de cine fantástico, de ciencia ficción y de terror», que luego eliminó lo de «ciencia ficción» debido al escasísimo número de telefilms de este género programados y que a estas alturas ya podría ir eliminando lo de «fantástico». Y de seguir así, incluso lo de «terror» le vendrá ancho al certamen, y habrá que rebautizarlo de acuerdo con su especialización real, que parece ser el «catsup» y la puñalada trapera. O eso, o un cambio de planteamiento y un criterio algo más coherente a la hora de seleccionar las películas. Cine fantástico no falta; es más, en la actualidad está pasando por una etapa de auténtico resurgimiento por lo que resulta doblemente decepcionante que Sitges insista en ofrecer un menú compuesto casi exclusivamente por los consabidos pasteles de sangre.

(Nota Ausente: según el catálogo de ese año los responsables de la programación fueron Luis Gasca, todo un pionero del fandom pop hispano, Jacinto Santos Parras, curioso productor y distribuidor si miramos su filmografía, y el ignoto Francisco Montamer Mir)


LOS PREMIOS



Este año se pasaron 23 largometrajes, 15 de ellos a concurso, 5 en sección retrospectiva y 3 en informativa. El jurado, presidido por Terence Fisher, concedió los siguientes premios:
Mejor realizador: Dario Argento, por Profondo rosso, de Italia.
Mejor guión: William Fruet, por Death Week-End (de la que también es director) de Canadá.
Mejor actor: Peter Cushing, por The Ghoul, de Freddie Francis (Gran Bretaña)
Mejor actriz: Breda Vaccaro, por Death Week-End.
Mejor fotografía: Jean-Jacques Mathy por Le Nosferat, de Maurice Rabbinowicz (Bélgica).
Mejores efectos especiales: Phil Cory, por Bug, de Jeannot Szwarc (USA).
Mejor cortometraje: Chambre d'hotel, de Yugoslavia, con mención al también yugoslavo Led.

(nota ausente: Death weekend se estrenó en USA como The House by the Lake para vincularla a La última casa a la izquierda. Fijense en el detalle de este anuncio de prensa norteamericano donde se destaca como ganadora de un "gran premio" de Sitges)

Por otra parte, un arbitrario «jurado internacional de la crítica» elegido, según se nos explicó luego, «por sorteo», premió Death Week-end y dedicó sendas menciones a Bug y Le Nosferat. Por cierto que el comentario que acompañó a la mención a la mediocre Bug fue uno de los más ridículos oídos últimamente en los repartos de premios de Sitges (que ya es decir): "Por su excelente utilización de los recursos de la ciencia ficción". El que unos señores que se hacen llamar críticos consideren que unas cucarachas que echan chispas por el culo constituyen una «excelente» utilización de los recursos de la ciencia ficción es sencillamente sonrojante.


(Nota Ausente: El Bicho, que así se distribuyó por aquí, fue la última producción del gran William Castle, el rey del gimmick, que en esta ocasión promocionó en USA su película con un seguro de vida en el caso de que algún espectador muriera de miedo durante la proyección. No es más que una serie B que quiso aprovechar el tirón de Tiburón para regresar a las típicas monster movies de los 50. Aquí el trailer).



LAS CINTAS PREMIADAS
Profondo rosso es un típico film de Argento, en la línea de sus realizaciones anteriores (con un irreconocible David Hemmings como protagonista), en el que crea un suspense bastante artificial pero hábilmente estructurado y eficaz a nivel de espectáculo. La realización, pese a abusar de efectismos típicos del género, como estridencias musicales y largos paseos de cámara a corta distancia de los objetos, es indudablemente hábil y a menudo incluso brillante, por lo que, a falta de nada mejor, el premio puede considerarse lógico.


No es éste el caso, sin embargo, de Death Week-End, que, para empezar, no pintaba nada en una presunta Semana de Cine Fantástico y de Terror, ya que se trata, simplemente, de una cinta de acción y violencia, en la línea de (por no decir inspirada directamente en) Perros de paja, aunque muy inferior en todos los aspectos. El único mérito del guión, efectista y poco coherente, consiste en mostrar a una mujer capaz de conservar la sangre fría y obrar con determinación ante una situación de peligro. Pero, por lo demás, los premios concedidos a esta cinta fueron tan arbitrarios como su misma inclusión en el festival.


Sobradamente merecido el premio a Peter Cushing, aunque The Ghoul no pasa de ser una simple repetición de esquemas y tópicos del género, con una realización meramente discreta y un ogro devorador de carne humana, barrigón y lleno de pupas, más bien hilarante.


Le Nosferat no sólo destacó por su excelente fotografía, oportunamente galardonada, sino por la excelente labor interpretativa de conjunto y por algunos interesantes experimentos, próximos al expresionismo, a nivel de lenguaje cinematográfico.



Bug, mediocre e incoherente cinta terrorífico catastrófica, basa su presunto poder horripilante en unas cucarachas incendiarias, liberadas por un terremoto, que lo más que llegan a producir es un poco de asco en los espectadores aprensivos. Incluso el premio a los efectos especiales resultó arbitrario, ya que, en la misma línea, lo hubiera merecido más Squirm, de Jeff Lieberman, otra cinta estadounidense similar, en la que las cucarachas incendiarias son sustituidas por gusanos mordedores excitados por la electricidad. En Squirm, por lo menos, las escenas de gusanos penetrando en la carne humana y de habitaciones materialmente inundadas por masas de lombrices (hasta el punto de que un hombre puede sumergirse en ellas como en un pantano) están francamente logradas.


La participación española
Este año se ha visto reducida a un sólo largometraje, que, afortunadamente, se sale de la línea tradicional del mediocre terror hispano (me refiero al cinematográfico, claro; el otro está a la altura de los mejores productos internacionales). Se trata de El jovencito Drácula, de Carlos Benpar, obra en muchos aspectos inmadura e imitativa ( el título de por sí ya es lo suficientemente expresivo en este sentido), pero que supone un interesante intento de desmitificación del género. Cinta, además, doblemente polémica: por una parte, se pasó en sesión informativa por considerarse que no tenía el suficiente nivel de calidad para entrar en la sección competitiva, decisión que no pudo ser más injusta y arbitraria, teniendo en cuenta que entraron en competición bodrios tan inadmisibles como la italiana Riti, magíe nere e secrete orge nel 300 (auténtico insulto al espectador) o la estadounidense The Night Daníel Died. Por otra parte, parece ser que, para su exhibición comercial, se ha exigido el corte de una secuencia en la que Verónica Miriel y Susana Estrada juegan a darse mutuamente chocolate con churros con los ojos vendados, secuencia que ninguna persona sana de mente puede considerar especialmente procaz.

(Nota Ausente: estoy seguro que Fabretti era amigo de Benpar, porque lo de El Jovencito Drácula... bueno, dejémoslo correr. La "inadmisible" Riti, magíe nere e secrete orge nel 300 es un delirio trash que merece un visionado)

También, dentro de la línea paródica, resultó bastante divertida la estadounidense Werewolf of Washington, de Milton M0ses Ginsberg, con una convincente interpretación de Dean Stockwell y una deliciosa aunque por desgracia muy breve intervención del desaparecido Michael Dunn. Lástima que la cinta no saque más partido a la sugestiva idea de un hombre-lobo en la Casa Blanca, quedando en obra meramente entretenida, cuando podía haber sido, de potenciar algunos de los elementos puestos en juego, una excelente sátira.



Por lo demás poco que destacar, aparte de una interesante cinta de ciencia ficción que no acaba de cuajar por la lentitud de su desarrollo: The Stepford Wives, de Bryan Forbes, con Katherine Ross y Paula Prentis, pasada en sesión informativa. Basada en la homónima novela de Ira Levin, contiene un revulsivo y estremecedor alegato antimachista, pero peca, al igual que la novela, de innecesaria prolijidad. Las impresionantes secuencias finales de la cinta, en contraste con la tediosa primera hora de proyección, hacen pensar que hubiera podido ser en un excelente cortometraje, del mismo modo que la novela de Levin ganaría bastante de ser reducida a la extensión de un relato.



Como detalle simpático y pintoresco, cabe señalar que la empresa Santiveri, para compensar tanto pastel de sangre, repartió productos dietéticos entre la crítica vegetariana.

(nota ausente: me consta que miembros de la familia Santiveri fueron muy aficionados al certamen en sus primeros años)

CRÓNICAS PUBLICADAS EN LA VANGUARDIA

La Vanguardia, 1 de octubre de 1976

SITGES: 36 títulos para la Semana Internacional de Cine Fantástico y de Terror Concurren trece países y Terence Fisher presidirá el jurado

Mañana, sábado, será inaugurado, en su novena edición el certamen cinematográfico que anualmente centra la atención mundial sobre la bella localidad costeña de Sitges: el Festival internacional de Cine Fantástico y de Terror, único certamen de la especialidad de carácter competitivo que reconoce la FIAPP.


Para saber qué será este Sitges-Terror 76, hemos hablado con el director del certamen, Antonio Rafales

—En líneas generales, año tras año, la mejor manifestación de cine terrorífico que pueda reunirse. Concurren en esta ocasión doce países, y entre las diversas secciones competitiva, informativa, retrospectiva y mercado del filme serán proyectadas treinta y nueve películas, en tres locales diferentes: Palacio del Festival, Cine Prado y una sala especialmente destinada a albergar los títulos del Mercado del Filme.

—¿Qué países tienen ‘mayor aportación?

—Siempre, Estados Unidos y Gran Bretaña, que acumulan gran parte de la producción mundial de este tipo de cine. Además, los ingleses nos han enviado, para la sección retrospectiva, cinco grandes películas producidas por la Hammer Films, que son otros tantos clásicos del cine de terror, y que a pesar de ello son inéditas en España. Tres de estas películas están dirigidas por ese gran maestro del género que es Terence Fisher, quien al propio tiempo estará presente en Sitges, como presidente del jurado internacional Por otra parte, tenemos dos películas mexicanas de una excepcional calidad, Mary, Mary, Bloody Mary y Los sobrevivientes escogidos; la aportación de cinco películas francesas, que tratan del tema vampirístico de una forma muy sugestiva; dos películas italianas de mucho gancho, en especial Profondo rosso, de Dario Argento, que significa la culminación del estilo de este conocido realizador; dos películas holandesas, una de Bélgica, y como novedad, una película australiana. (Nota ausente: el cine australiano se convertiría los años siguientes en un habitual del certamen)


(Nota ausente: no hay restro de que esta película, destacada por Rafales en la entrevista, acabara proyectándose en Sitges 1976)

—¿Hay participación española?

—Sí, El jovencito Drácula, de Carlos Benpar, que ha salvado todos los obstáculos administrativos que se le presentaban. Y como dato que no hay que olvidar, la presencia de Canadá, que como ya es habitual en estos últimos años, envía a Sitges la mejor película de terror hecha en aquel país.

—¿Puede hacernos una valoración previa al certamen?

.—No es mi misión, pero creo que de lo mejor que se proyectará es la canadiense, la italiana que he nombrado, las dos mexicanas, la inglesa The Ghoul y las norteamericanas Squirm y Bug. Pero es más que seguro que surgirán otras sorpresas en el curso del festival, porque hay mucho material y muy bueno.

—¿Material de ciencia-ficción?

—Algunas aportaciones como Los sobrevivientes escogidos. Y una serie de cortometrajes muy interesantes. Lo que sigue en baja es el cine fantástico, aunque también se nos han ofrecido algunos títulos, pero de no muy alto interés. Desde luego, muy lejos de las muestras de cine de terror, que como digo, son abundantes y buenas.

Terroríficamente hablando, Sitges será del 2 al 9 de octubre, un auténtico paraíso.

La Vanguardia, 5 de octubre de 1976

DE LA INVASION DE LOS GUSANOS AL CRUENTO CULTO A MINOTAURO
Sitges, 4 (De nuestra redactora enviada especial.) — Ha comenzado el Festival con bastante animación, ambiente cinematográfico y un perfeccionamiento en los servicios de prensa. Sin embargo las películas en competición no han correspondido al interés de los espectadores.
El primer filme Squirm de Estados Unidos, utiliza el terror por vía de la repugnancia. El planteamiento tiene escasa originalidad, pero dos o tres momentos clave que justifican la selección.


Faltaban los gusanos como grupo de ataque al hombre, destrucción y muerte. Ocurre en la sombra, en la oscuridad y después de una terrible tormenta. Un joven visita a su amiga en el campo y allí tiene ocasión de descubrir un extraño fenómeno. Los gusanos se multiplican velozmente, atacan al hombre y siembran la desolación por doquier. Pero también colabora la mano criminal del hombre, un muchacho enamorado de la chica en cuestión defiende su amor con los asquerosos gusanos.

La cinta tiene un ritmo aceptable, está discretamente construida, pero no tiene la inventiva ni la garra que el teme merece. Squirm, de Estados Unidos, ha sido dirigida por Jeff Lieberman y tiene como principales intérpretes a Don Scarcino y a Pat Pearcy que cumplen con su labor también de un modo discreto.


La segunda película es El Jovencito Drácula de España dirigida e interpretada por Carlos Benpar. Susana Estrada, Víctor Israel y Verónica Miriel le acompañan en lo que es una parodia de mito Drácula. Como tampoco hay originalidad en esta desmitificación y el producto no tiene, por otra parte, gran calidad en la puesta en escena El Jovencito Drácula queda situado en el montón de lo mediocre. A pesar de lo cual hay que destacar algunas alusiones que demuestran un humor válido y fueron coreadas con risas e incluso aplausos esporádicos por el público. La labor de Benpar me parece más aceptable como actor que como realizador.


Levres de sang, de Jean Rollin, utiliza lo fantástico para explicarnos un caso de vampirismo. Con una sucesión de situaciones reiteradas y repetidas Roilln narra un love story, que acaba en el sarcófago. La interpretación da este cuento de miedo corre a carga de Jean-Lou Philippe, Anne Briand, Natalhie Perrey y con un equipo de profesionales que realizan una buena labor.


Una película que es como cualquier otra, The Devil’s People de Kostas Karayannis de Inglaterra. Es como si ya la hubiéramos visto el año pasado. O el otro. Con sus cultos satánicos, en este caso una adoración cruenta a Minotauro, un policía que es cómplice y por tanto no cree al sacerdote que sospecha de la gente del pueblo y los jóvenes que desaparecen cerca del castillo. La película tiene un buen planteamiento, pero luego se desvela en lo satánico con poca originalidad. Y es que por lo visto, es difícil usar nuevas clavas para el terror.

(Devil's People se distribuyó como Land of the Minotaur y también Devil's Men)

Terence Fisher y los cuentos de hadas para adultos

La presencia de Terence Fisher a la cabeza del Jurado ha sido el principal atractivo del fin de semana cinematográfico de Sitges. El director inglés que comenzara sus tareas profesionales en 1948 fue contratado por la Hammer y en 1954 entró en la fama con La maldición de Frankenstein. Ha realizado una serie de películas de terror que él llama con sorna —es un personaje socarrón y al parecer muy astuto— “cuentos de hadas para adultos”.
Tras el homenaje que le ofreció mantuvo una rueda de prensa con los informadores en la que se mostró muy cordial y agudo en las respuestas que traducían las eficientes señoritas que atienden como azafatas del Festival.
—El tema del terror no lo elegí sino que me eligió a mi. Fue una suerte.
—Hago películas para el público, no pare mi.
—Las críticas me ayudaron mucho. La prensa francesa era tremenda, muy distinta de la sajona. Pero le estoy agradecido.
—No he visto El Jovencita Drácula. Leí algunas críticas y no me interesó la película.
—No tengo nada contra el humor en el cine de terror, siempre que esté bien hecho.
—No es necesario copiar cuando se pueden aportar ideas nuevas. Cuando hice el primer Frankenstein me dijeron si quería ver la cinta de Whale y dije no.

Terence Fisher, un grande del cine de terror está aquí como testigo y jurado de esta nueva versión del Festival Cinematográfico que ha congregado en Sitges a importantes personalidades de España y del extranjero, — Ángeles MASO.

La Vanguardia, 6 de octubre de 1976

El buen pulso de Darío Argento en Profondo Rosso

Sitges, 5 (De nuestra redactora, enviada especial). — La tercera jornada llegó con un mayor interés en cuanto a la programación presentada por el Festival. Si bien el filme proyectado en la sesión de tarde, dentro de la competición, ha despertado controversias a la hora de ser juzgado por el público asistente. Se trata de Le Nosferat, de Maurice Rabinowcicz, que se presentó en versión francesa.

Ya se ha dicho en varias ocasiones que hasta ahora el certamen de Sitges se desarrollaba sin la compensación que tienen otros festivales para las películas presentadas. O sea, que quien viene a Sitges lo hace por motivos completamente cinematográficos. Y por el esfuerzo de un equipo que con su director Antonio Rafales, ha logrado que el nombre de Sitges se difunda por el ámbito nacional e internacional.

Un compañero de la crítica me decía que valía la pena haber asistido al Festival sólo por haber visionado Le Nosferat. Este vocablo en la designación vampírica define al hijo natural nacido muerto de una pareja ilegítima, nieto a su vez de ilegítimos. El fantasma se alimenta de la venganza y de la sangre de sus víctimas.


Seguramente las alusiones sociológicas de la película no corresponden a la clave mental que muchos espectadores guardan de los vampiros. Y de ahí la división de opiniones con que la cinta ha sido acogida. La película tiene como principales intérpretes a Martine Bertrand, Maite Nahyr, Veronique Peynet, Guy Pion y Quentin Milo y es una producción belga. El guión lo firma el propio director junto a lvette Micheleme.

En sesión de noche se vio Profondo Rosso, de Darío Argento, que se recuerda aquí sobre todo por su buena labor en El gato de nueve colas y Cuatro moscas sobre terciopelo gris. La película es de nacionalidad italiana y además de sostenerse en una aventura interesante con suspense —dentro del estilo brioso, y con el culto a la violencia y a la tensión que caracteriza a Argento— y en unos intérpretes que desplieguen una labor muy acertada. Se acompaña de una banda sonora muy convincente en la que la música de Giorgio Gaslini juega un importante papel. Elocuente y viva la cámara de Luigi Kuweiler.

El problema surge de una sesión de parapsicología fuente de una serie de sucesos extraordinarios y muertes violentas. Algunas de estas muertes demuestran el cuidado que pone Darío Argento en la solución de las escenas más comprometidas. No valoro tanto el despliegue de la trayectoria argumental como el buen pulso de Argento al mantener un constante interés.


No se olvida el humor dentro de le que cabe en una historia que se desarrolla en torno al esclarecimiento de una sucesión de crímenes. Tanto David Hemmings como Daria Nicomedi nos convencen y coadyuvan a que nos sintamos prendidos de la historia.
Las películas de Darío Argento son en cierto modo como estos juegos de artificio que nos maravilla en tanto saltan al aire, aunque luego podamos pensar que el contenido en conjunto no responde al interés despertado. Pero este malabarismo forma parte del juego del cine de terror y un hombre como Argento que conoce la aceptación del público mayoritario lo sabe perfectamente.


La Vanguardia, 7 de octubre de 1976

En Los sobrevivientes escogidos, de Méjico, el hombre como conejo de Indias.

Sitges, 6 (De nuestra redactora, enviada especial). — El Festival ha llevado una línea ascendente en calidad en el lX Festival Internacional de Cine Fantástico y de terror. Para hoy, en la sesión de noche, se anuncia una de las películas de mayor expectativa: Death Week-End, de Canadá, de la que puedo recordar la buena acogida que obtuvo en el último Festival de Cannes fuera de programa, dentro de la interesante serie de proyecciones que se dan en la rue d’Antibes. En una próxima crónica será posible dar cuenta del recibimiento que la película ha tenido en Sitges. De todos modos, se puede adelantar ya que la cinta que dirige William Fruet tiene la calidad para estar presente en el palmarés.


En la programación de ayer destaca Los supervivientes escogidos (n.a.: al final su título internacional fue Los sobrevivientes elegidos), película mejicana que dirige Sutton Roley. Una película en versión inglesa con subtítulos en español. Es una especie de pesadilla por el ambiente de claustrofobia que presenta. Un grupo de personas se encuentran en un profundo lugar aislado del resto del mundo. Están allí, según se les ha dicho, para defenderse de una hecatombe. Para sobrevivir. Pero más tarde se enteran de que han sido presos en una trampa y que sólo son conejos de indias. Se trata de realizar un experimento para ver los límites de su resistencia ante la soledad, al aislamiento, la misma oscuridad. El grupo se diezma. Es preciso vencer obstáculos de convivencia e incluso de vencer a unos enemigos que han llegado por sorpresa y atacan de noche: los murciélagos.


Se trata de una película de ciencia-ficción, pero no solamente de soñar otros mundos o bien de aventurar hipótesis futuras sino de horrorizarse con la fantasía. La cinta tiene indudables méritos de realización y los actores siguen un acertado tono interpretativo. Constan en la ficha artística Jackie Cooper, Alex Cord, Richard Jaeckel, Bradford Dillman, Pedro Armendáríz Jr., Diana Muldair y Lincoln Kilpatrik. El relato escrito por H. B. Cross y Joe Reb Meffly me parece válido como expresión, dentro de la más extremada fantasía, de una situación límite en que el hombre pueda hallarse inmerso por la manipulación de que es víctima. La fotografía de Gabriel Torres y la música de Fred Karlín se convierten en coadyuvantes del acierto que el filme supone en el difícil terreno de la filmografía de fantasía. Indudablemente, es tambiénj una película para pasarlo mal e incluso excesivamente reiterativa. Pero las repeticiones y la morosidad forman parte del juego.

Un relato de horror que no ha decepcionado al público, The Night Daniel Died, una cinta americana no muy original en su temática —el encuentro cuando menos se espera con extraños seres que son capaces de matar y hasta el final no se desvela su identidad, pero con elementos de terror que resultan válidos para quien no busca novedad en el terror.

(The night Daniel Dead acabó distribuyéndose como Blood Stalkers y, según su publicidad, fue prohibida en 24 países. Yo desconocía su existencia)

Los dos cortometrajes de ayer, Hotelska Soba (Habitación de hotel) de Vanca Kljakovic y Putovanje (El víaje), de Bogdan Zizic, tienen una evidente calidad. El género del terror y la fantasía le van perfectamente al cortometraje. Durante los años que llevo acudiendo a Sitges he visto una excelente colección de cortos, lo que no puede decirse de todos los festivales.

Y seguimos asustándonos, aunque en general el “susto” sea discreto. — Ángeles MASO.

La Vanguardia, 9 de octubre de 1976

Venganza-Justicia, un cortometraje producido en Sitges – The ghoul, de Gran Bretaña, nuevo encuentro con Peter Cushing.

Sitges, 8. (De nuestra redactora enviada especial.) — En una crónica anterior aventuraba el posible éxito de la cinta canadiense Death Week-End. En este caso el pronóstico se ha cumplido en lo que respecta a la buena acogida del público. La película de William Fruet sobre guión propio explica la aventura de una modelo que después de aceptar la invitación de un amigo para pasar un fin de semana, ve truncada la excursión por unos extraordinarios acontecimientos. Todo comienza cuando la chica, al volante del automóvil deportivo, inicia una carrera con otro coche conducido por cuatro gamberros. El gamberrismo se truncará en criminal asalto cuando los jóvenes consiguen encontrar la pareja. El filme tiene un final insólito que el público aplaudió con bastante calor, apreciando el ritmo de pesadilla que Fruet ha otorgado al relato.


En el terreno de los pronósticos cabe situar en buen lugar el cortometraje español Venganza-Justicia, de Ramón Ibáñez Ribot. Cortometraje producido en Sitges, que comienza con una frase desafortunada aunque sea clave de la película. La realización fue con justicia aplaudida, y puede constar en el palmarés. (Nota Ausente: he buscado más datos sobre este cortometraje dado su carácter de "producido en Sitges" pero parece no quedar ni rastro. Su director probablemente sea hermano de Rafael y Juan, que constan en el staff de la organización de aquel año y, en el catálogo, el título es ¿Venganza? ¿Justicia? y coprotagoniza Eva Lyberten, futura reina del destape).


(La película de Pim de la Parra Jr. (!!) cambió de nombre en U.K., yo me quedo con las ganas de sus "audacias eróticas")

Después de un filme de Holanda que sorprendió por las audacias eróticas My Nights with Susan, Olga, Julia and Sandra, de Pim de la Parra Jr., se ha proyectado The Ghoul, de Freddie Francis (lnglaterra), con Peter Cushing, John Hurt y Alexandra Bastedo en los principales papeles. Un filme de terror-horror que es como decir el máximo incentivo para los amantes del género. Una tragedia de horror que comienza con una alegre fiesta de los años veinte y termina con una explosión de sangre. Dos parejas son víctimas de los extraños seres que habitan en casa del doctor Lawrence. Y así nos enteramos de que la palabra “Ghoul” corresponde a un mito asiático que se alimenta de carne humana. Un nuevo filme bien realizado de nacionalidad británica.

Hemos estado viviendo unas jornadas festivaleras. Entre las novedades, además de las películas, podemos contar los carteles junto al paseo y el haber ubicado el cuartel general de la prensa en el mismo hotel Calípolis. En programa, diarias ruedas de prensa, una retrospectiva muy interesante y sesiones diarias, en la sala del hotel, de filmes del mercado. En la retrospectiva ha destacado la obra de Terence Fisher presidente del jurado que ha de otorgar los premios. Le acompañan como vocales Kasto Papic, realizador (Yugoslavia), Juan Luis Buñuel, realizador (Francia), Arturo Marcos, productor (España), y Miguel Utrillo, escritor (España). En sus manos está el reparto de los premios, claveles-medalla de Sitges que en menos de veinticuatro horas se harán públicos. — Angeles MASO

La Vanguardia, 12 de octubre de 1976

Darío Argento, mejor realizador por Profondo Rosso
Sitges — El italiano Darío Argento ha sido galardonado con el clavel y medalla de oro al mejor realizador por su filme Profondo rosso, erigiéndose así en vencedor de la novena edición del Festival Internacional de Cine Fantástico y de Terror. El certamen, que fue clausurado el sábado por la noche, en acto presidido por el subdirector general de cine, Marciano de la Fuente, fue inaugurado el pasado día 2, y en el curso de estos días han sido presentados al público casi medio centenar de títulos, procedentes de doce países, con calidad media muy alta.

Junto al premio a Argento, máximo galardón del certamen sitgetano, el Jurado internacional que presidía el británico Terence Fisher ,ha concedido clavel-medalla de plata al mejor guión a William Frust, por Death week-end, de Canadá, a Peter Cushing como mejor actor por su trabajo en The ghoul; a Brenda Vaccaro como mejor actriz, por Death week-end; a Jeán Jacques Mathy por la mejor fotografía en Le nosferat; a Phil Cory, por los mejores efectos especiales por su labor en la película Bug. En cuanto a cortometraje, el jurado ha decidido conceder el clavel-medalla de plata a Vanca Kljakovic, por «Hotelska Sova», de Yugoslavia, mencionando también a Ana llic por Led, otro cortometraje yugoslavo.

Por lo que hace referencia al premio de la crítica a la mejor producción, concedido también por un jurado internacional formado por sorteo entre los críticos acreditados en el certamen, fue otorgado a la película Death weekend, de William Fruest, de Canadá, otorgando también dos menciones especiales a Bug, de Jeannot Szwarc, de Estados Unidos, por su utilización de la ciencia-ficción y los efectos especiales, y a Le nosferat, de Maurice Rabinowickz, de Bélgica ,por su investigación cinematográfica y valores como cine de vanguardia. — Cifra.

No puede decirse que el jurado internacional haya errado como suele ocurrir en muchos otros festivales. O por lo menos, en esta ocasión su veredicto ha coincidido con nuestro propio modo de pensar, de enjuiciar los filmes presentados a competición en el Festival del Terror. Un certamen que va a más y no me refiero a la categoría de las películas —selección sin grandes relieves, pero con algunos títulos que justifican nuestro interés— sino a la buena acogida del Festival de Sitges, incluso más allá de nuestras fronteras.

Sitges no premia a la mejor película sino a la mejor labor de realización. Darío Argento merecía destacarse en este sentido. Su buena mano en el suspense, su creación ambiental y el dominio de los personajes se han destacado entre los realizadores participantes. En su momento destaqué los valores innegables del filme. Así como la buena factura de Death Week-End del canadiense William Fruest. Su guión ha sido premiado como el mejor de los presentados a concurso. Y Brenda Vaccaro, como mejor intérprete femenina. Algo había que darle a Le Nosterat porque méritos no le faltaban Y así ha recibido el galardón por la mejor labor fotográfica. Y una mención del jurado de la crítica. Death Week-End, filme impresionante, ha obtenido también el premio de la Crítica Internacional a la mejor producción.

Las últimas proyecciones
Ha quedado como la mejor de las últimas proyecciones Bug que introduce un nuevo peligro a la humanidad a través de unos insectos que surgen del interior de la tierra y son poseedores de descargas ingenas. Como que la tierra a grandes profundidades es desconocida incluso para los geógrafos, la ciencia-ficción puede inventar a sus anchas y la aventura del científico que experimenta con los insectos y logra una raza superior, llega a convencer por su excelente trayectoria.

Y una sátira en la penúltima sesión titulada Werewolf of Washington, de Milton Moses Gingberg con la figura del hombre lobo en un contexto político que se conecta con una realidad cercana.

No ha sido una selección como para echar las campanas al vuelo. Pero sí que hemos podido ver algunos buenos titulos que representan un género que tiene en Sitges oportuna y apreciada representación. — Angeles Maso.

***

Algunos apuntes finales para acabar con Sitges 1976.

1.
Consta en catálogo la película de Peter Weir The Cars that Ate Paris, que debía ser la producción australiana a la que se refería Rafales en la entrevista de La Vanguardia. Ninguna de las crónicas la comenta.


2. La retrospectiva de la Hammer estuvo compuesta por The Witches (Cyril Frankell, 1966), The Reptile (John Gilling, 1966), Frankenstein created woman (Terence Fisher, 1967; aquí reseña ausente), The Curse of the Werewolf (Terence Fisher, 1961; aquí reseña ausente) y la soberbia The Devil rides out (Terence Fisher, 1968). Ninguna de ellas se había estrenado en nuestro país.
2. Respecto a Jean Rollin, pudieron verse La vampire nue (1969), Le frisson des vampires (1970), Requiem pour un vampire (1971), La Rose Fer (1972) y Les Demoniaques (1974), además de Livres de sang que iba a concurso. Como testimonio gráfico de su presencia en Sitges tienen la foto y lo que se comenta aquí.

3. Para acabar, esta crónica del "aspecto social" del festival publicada en el catálogo conmemorativo: canapés, cruceros en yate, las autoridades... En fin, una bacanal celtibérica.

Sitges 1976 - Vida Social


Entregas de esta serie:

1967 - Sitges Año Cero
1968 - Sitges Año Uno
1969 - Sitges Año Dos
1970 - Sitges Año Tres
1971 - Sitges Año Cuatro
1972 - Sitges Año Cinco
1973 - Sitges Año Seis
1974 - Sitges Año Siete

1975 - Sitges Año Ocho

12 comentarios:

Anonymous dijo...

Excelente post! ,muy interesante tu trabajo de investigación y sobretodo agradecerte que lo podamos disfrutar los fanáticos de sitges ,yo ya hace trece años que no me pierdo ni uno. Por cierto ,que diferencia las películas que se proyectaban antes y las de ahora ,sobretodo en número ,antes eran 36 y ahora mismo muchas fuentes comentan que está sobresaturado de tantas retrospectivas y demás secciones ,pero bueno ante todo ,buena salud para nuestro gran festival y que dure muchos años ,un abrazo!

Anonymous dijo...

Excelente post! ,muy interesante tu trabajo de investigación y sobretodo agradecerte que lo podamos disfrutar los fanáticos de sitges ,yo ya hace trece años que no me pierdo ni uno. Por cierto ,que diferencia las películas que se proyectaban antes y las de ahora ,sobretodo en número ,antes eran 36 y ahora mismo muchas fuentes comentan que está sobresaturado de tantas retrospectivas y demás secciones ,pero bueno ante todo ,buena salud para nuestro gran festival y que dure muchos años ,un abrazo!

absence dijo...

Gracias.
En esos viejos años se podían ver todas las películas. Yo mismo, en 1986, las vi todas. Aun guardo el abono con sus 42 agujeros por algún rincón. De todas formas, que ahora haya tantas también permite que cada uno se monte Sitges a su gusto.

Jaco dijo...

<span>Felicidades por el magnífico post, se agradece, de veritat! Un abrazo, i buen find!!</span>

Jaco dijo...

<span>Felicidades por el magnífico post, se agradece, de veritat! Un abrazo, i buen find!!</span>

Marc dijo...

<span>¿En qué estás pensando...?</span>

Pienso que el asesino de Oslo, en Noruega, supera todo esto.
Me explico. El sujeto se retoca la cara para parecer guapo. Toma anabolizantes para parecer fuerte. Copia y pega un panfleto? de 1.500 páginas para parecer inteligente.
Y en vez de matar a sus enemigos, va a por sus compatriotas.
Si no fuera por los noventa muertos... ¿En el terrorismo existe la serie B? ¿El zoquete se moría por un buen papel en la historia, aunque por la puerta trasera?

¿Me paso demasiado tiempo leyendo este blog?

wido dijo...

como todos los años, excelente trabajo! tus crónicas de algo tan magico y misterioso como sitges, y con tanto material audiovisual que refute las interesantísimas palabras, son algo que sin dudas tendría que ser encontrado por civilizaciones venideras como un documento de una de las facetas de algo que alguna vez vivió en la tierra.

wido dijo...

saludos desde argentina!

Anonymous dijo...

<span>¿En qué estás pensando...?</span>
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<span>que serie tan interesante, esta la primera entrega que leo y aunque no parece una edicion espectacular si que hay algunos titulos interesantes como Squirm o Death weekend, Bug apenas la recuerdo pero no me impacto especialmente al igual que Rojo profundo, por cierto sabes si esta disponible por la red esa mexicana de Los sobrevivientes elegidos y Blood stalkers? y que tal la italiana rara esa de <span><span>Riti, magíe nere e secrete orge nel 300</span><span><span> ? de que trata exactamente?</span></span></span></span>
<span><span><span></span></span></span>
<span><span><span>mas cosas a destacar la belleza de Katharine Ross, no es Caroline Munro, pero si una de las actrices mas bellas e igual que la inglesa desaprovechada que ha pasado por una pantalla y la de Veronica Miriel no la mas famosa pero si una de las mas bellas, junto a la malograda Sandra Mozarowsky y Blanca Estrada, de la epoca del destape</span></span></span>
<span><span><span></span></span></span>
<span><span><span>tambien destacar el aspecto de Antonio Rafales, bueno como posiblemente haya fallecido no quiero hacer bromas sobre a quien me recuerda...</span></span></span>
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<span><span><span>Francisco</span></span></span>
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MARIA NUÑEZ dijo...

Hola, 

Estoy difrutando mucho tus artículos sobre la historia del festival de sitges. Es historia del cine y el contexto histórico lo hace muy emocionante.

Tengo una duda, me flipan estos carteles del 75- 78.  Es decir, él anterior, este y los dos siguientes. Por casualidad no sabrás el autor de los mismos, no?  La historia de la cartelería en Sitges también me parece muy interesante porque va totalmente con la época.  Se notan los cambios de estilo de los 70' a los 80', 90' es flipante.  Y vaya carteles!!! a mi los de esta época setentera me gustan especialmente.   Enhorabuena por tu trabajo de documentación!!!!!! 

Saludos!!!

absence dijo...

<span>Hola, me alegro de que te guste. Gracias.</span>
El autor de estos carteles se llamaba Brunó y era un pintor del mismo Sitges, si no recuerdo mal, pero pocos datos más puedo aportar. Lo cierto es que son muy chulos, con una clara influencia de Dalí, por otra parte.

MARIA NUÑEZ dijo...

<span>Lo de la influencia dalí, puede ser.  yo úlitmamente estoy viendo la obra de Paul Lehr y  te juro que tiene cuadros que me lo recuerdan. los colores, las formas planas.  mucho más que a dalí.  Fui tonta, tenían uno de los carteles de ese año en una tienda pero lo cobraban casi a 50 pavos en sitges. y yo estaba sin un duro.  Me gustaría ver más obra de esta autor pero he buscado en google y no aparece nada apenas.  Una pena porque sus carteles me parecen de lo mejor de sitges. Realmente pienso que ahora se los curran mucho menos.  Pero bueno, los tiempos cambian también y ahora es el tiempo de lo digital.</span>