El filón de Lo Zombi (aquí subsección de infectados, por si alguno de ustedes es sensible al matiz) parece inagotable y esta modesta película canadiense es prueba de ello. Rodada en quince días con un presupuesto muy reducido, Pontypool también demuestra que la imaginación y las buenas ideas no tienen límites. El punto de partida es original: todo sucede en la emisora de radio el pueblo donde se desata la infección y todo se relata desde allá, según van recibiendo y radiando noticias y conexiones con lo que está pasando. Y es brillante no ya por eso, y por demostrar que el relato oral de una historia de este tipo pude sobrecger, sino por el sorprendente giro, por la brillante idea sobre la causa de todo, sobre el cual mejor quedarme mudo (je je je) y no abrir boca, pero ya les digo que es una idea brillante. Tampoco está nada mal el sentido del humor que desprende en ocasiones. Y es que una película de mi subgénero favorito que empieza citando a Norman Mailer nunca puede ser mala..
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