9.10.16

CRÓNICAS DE #SITGES2016 (VI): GOKSUNG (THE WAILING)



Seguimos coreanos. Viva Corea. Reconozco que esta es una de las que más me apetecían, porque Na Hong-jin se ha ganado mi confianza con solo dos películas, The Chaser y la estupenda The Yellow Sea. Y aunque aquí propone un giro temático a esos dos thrillers precedentes, mantiene sus virtudes y defectos, que por mucho que me gusten sus películas también tiene, como por ejemplo ese alambicado tan coreano de dar requiebros y marear la perdiz. Juega mucho al salto de tono del serial killer rural a la comedia de collejas coreanas, del cine de exorcismos al de infectados, de los fantasmas orientales al legado oscuro de la ocupación japonesa, siempre haciendo dudar si va de eso o de lo otro, lo cual está muy bien por la intriga que crea, pero con momentos en que la acumulación se descontrola. Es cierto que es demasiado larga, y que algunas escenas, aunque entretenidas, no llevan a ningún sitio. A cambio, tiene una memorable escena de ritual chamánico coreano que rompe con el habitual simbolismo católico (que tanto me intriga y que también hace acto de presencia aquí). Y luego me encanta que se lo pongan difícil al espectador, a quien no se le da la cosa masticada sino todo lo contrario. No ha sido hasta 10 minutos después de verla que mi cerebro ha hecho click de golpe y he entendido, o eso creo, de que iba el asunto en realidad, cual era la presa capturada, y que no es la que parece, ese pobre policía que sufre por su hija. Así que bien, todo bien. Viva Corea.

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