
Coma saben los viejos del lugar, la presencia de las drogas en la cultura popular (o de derribo) es uno de los ámbitos de estudio de este blog. Es por eso que merece mencionarse por aquí el descubrimiento de una historieta de La Familia Cebolleta en la que el cabeza de familia fuma por error un puro de opio del abuelo y sufre alucinaciones en las que el resto de los Cebolletas se muestran como gigantes (el abuelo, el loro) o enanos (la esposa, el hijo).


1 - El indudable paralelismo con Alicia en el País de las Maravillas, y en concreto con el célebre episodio de consumo de trozos de seta ofrecidos por la oruga y que hacen que Alicia crezca o disminuya, es decir, la alucinación se relaciona con el tamaño de las cosas.
2 - La segunda, claro, es la referencia en sí a las drogas en un tebeo de Bruguera publicado en el DDT 1ª época núm. 446 (1959). Si fuese anterior a 1955 quizá no sorprendería tanto por la falta de criterios censores detallados y sistemáticos hasta la aparición de la normativa de 1955 de ordenación de las publicaciones infantiles y juveniles, y que se llevó por delante, entre otros, a Doña Tula Suegra o al Dr. Frankenstein de 13 Rué del Percebe (y, en general, la etapa más vitriólica de la Escuela Bruguera). Pero en 1959 ya estaba prohibido "cuanto implique directa o indirectamente la exaltación del suicidio, la eutanasia, el alcoholismo, la vagancia, la toxicomanía y demás plagas sociales".
3 - El hecho de que sea precisamente el Abuelo Cebolleta quien guarde cigarros de opio. Famoso por sus batallitas, es obvio que tiene un pasado militar, e históricamente han sido los militares la principal vía de introducción al consumo de estupefacientes (al menos hasta la llegada de la democracia.

