31.12.08

ENTREVISTA A HERNÁN MIGOYA Y JOAN MARÍN


Hace pocas semanas entrevisté para el magazine radiofónico Cabaret Elèctric a Hernán Migoya y Joan Marín, responsables de Olimpita (Norma). Pueden escuchar el audio aquí; como se desarrolló en catalán, he traducido y trancrito la charla. Aunque mi opinión sobre la novela gráfica queda clara en las preguntas, vaya por delante que Olimpita me ha gustado. Rehuye el postalismo mediático con que se suelen abordar temas como la emigración y el maltrato, y quizá por ello consiguió tocar fibra, algo que no experimento demasiado a menudo cuando se tocan temáticas tan sensibles y lo habitual es acudir a lo fácil. El trabajo gráfico de Joan Marín tampoco debe pasar por alto: me parece excelente. Para acabar y dejarles con la entrevista, llaman mi atención las referencias al trabajo desarrollado por Norma, tanto a nivel de impulso inicial como de apoyo a los autores.

Cabaret: En Olimpita encontramos a Hernan Migoya, escritor a menudo envuelto en polémica, frente a dos temas de enorme sensibilidad pública, emigración y malos tratos. Supone un cierto riesgo.

Hernán Migoya: Por la mirada que me haces, el riesgo soy yo, no los temas. Sí, tienes razón.

Cabaret: Pero és un cómic serio.

Hernán Migoya: Sí; supongo que no quieres decir que nosotros no seamos serios sino que este puede colar como exposición de una problemática social, etcétera. Sí. Yo no soy muy fan, y tú lo sabes, de las obras con mensaje, así que hemos huido un poco de eso del mensaje. Por un lado, como Barcelona es tierra de emigrantes, hemos tratado la emigración superponiendo un poco la “charnega” de los Sesenta con la actual ola migratoria, haciendo que interactuen dos grupos que son diferentes y al mismo tiempo forman parte de las clases populares. Por mi origen y dónde he crecido conozco un poco como actúa el grupo al que pertenezco. Por otro lado está el tema del maltrato, que cuando has vivido en un barrio popular de hace 20 años conoces porque era el pan nuestro de cada día. Historias familiares, y concretamente la de una tía segunda, están reflejadas en la problemática a la que se enfrenta Olimpita. Pero volviendo a la pregunta, creo que este proyecto es tan serio como cualquier otro.

Cabaret: Has sacado el tema de Barcelona. La historia transcurre en el barrio de Gràcia y en su mercado. Joan, ¿como dibujante tuviste que visitarlo a menuda para pillar el ambiente?

Joan Marín: Sí, la verdad es que bastante. Ahora ya vivo en Barcelona, pero cuando estaba dibujando Olimpita vivía en Sabadell y tuve que hacer muchos viajes para empararme de un barrio bonito e intenso, con mucho movimiento, e intentar darle al cómic esa sensación de vida propia de Gracia, un barrio que parece un puebl. Queríamos reflejar mucho esa ida de que todo es muy próximo, muy vital.


Cabaret: El momento en que se canta La falsa moneda es duro. Hernán, por lo que he leído está relacionado con esa historia familiar que has comentado antes.

Hernán: Por un lado está la canción. Me encanta la versión que hace Buika de La falsa Moneda, una versión íntegra de un tema que otros han censurado haciéndolo más políticamente correcto. Y por otro lado, la escena a la que te refieres supone el momento álgido del maltrato en Olimpita. Cuando era pequeño, diez o doce años, visitábamos a mi familía del Norte, en este caso la de Burgos, donde vivía uno de mis tíos, minero como la mayoría de mi familia asturiana o leonesa. Una de las rutinas de los mineros cuando salían del trabajo era irse directamente al bar, a tomar orujos y, básicamente, emborracharse. La costumbre de mi tío era llegar borracho a casa, subir al piso, despertar a golpes a su mujer y hacerla salir al balcón para que cantara canciones a los colegas que esperaban abajo. Cuando de pequeño conocí a esa mujer, que entonces ya tendría unos 55-60 años, recuerdo que iba a ayudarla a poner la mesa, tal y como me había enseñado mi madre que debía hacer en casa ajena. Recuerdo que se giró muy nerviosa y me dijo “Quita, quita, que eso es cosa de mujeres”. Toda esa historia se me quedó dentro, me inspiró y quise volcarla en Olimpita.

Cabaret: Lo cierto es que me ha sorprendido. A ver, las cosas tuyas que había leído, Hernan, eran más coñonas. Leyendo Olimpita hubo un momento en el que me alcanzó la dureza de la historia, me tocó, un tipo de reacción muy poco habitual en mí y a la que no estoy acostumbrado.

Hernán: He intentado dar una visión que no fuera la oficial, simplista y esquematica de buenos y malos. He intentado que el lector comprenda a todos los personajes, aunque despues los condene. Tanto Joan como yo hemos intentado ser limpios con ellos.


Cabaret: Y a ti Joan, ¿Qué te pareció ese guión duro y poco habitual?

Joan: Desde el principio la tarea era dura de por sí; para un dibujante 150 páginas supone un trabajo duro. Dejé de lado las ideas preconcebidas que se pueden tener al tratar este tipo de temas y comenzamos a hablar sobre la obra, sobre el tebeo. De repente decubrimos que en ese momento lo más importante no era no era la temática sino que ambos entráramos en sintonía para tratar de explicar lo mismo. La historia me ha gustado muchísimo. Hernán ha hecho su trabajo muy muy bien y hemos trabajado muy a gusto juntos. Toca temas duros y he tratado de reflejarlo en el dibujo. Hacerla en blanco y negro ha sido muy útil para tratar la historia de manera dura y contundente pero no... no sé com decirlo... no entrando en...

Hernán: En tremendismos.

Cabaret: Joan, formaste parte de 7 Monos, un colectivo que destacaba en el modesto panorama alternativo de los 90, pero luego desapareciste.

Joan: Entré en Bellas Artes para aprender a dibujar mejor, soy muy perfeccionista, y dejé los cómics de lado para dedicarme a la pintura y la fotografía.

Cabaret: Y ahora regresas con Olimpita.

Joan: Fue curioso. En el mundo del cómic conoces a mucha gente, pero lo convertí en vía secundaria de creación. Hacía cosas, pero en el ámbito personal e íntimo. Entonces Óscar Valiente (editor de Norma) se puso en contacto conmigo a través de mi página web, hicimos una prueba y mira.

Cabaret: Me ha gustado mucho el dibujo. Luego busqué en mis estanterías Martín, el comic book que realizaste para Dude hace ya unos años.

Joan: En el pleistoceno.

Cabaret: En Martín la influencia de los Hermanos Hernández es evidente.

Joan: Los Hmnos. Hernandez son dos de mis referentes básicos, dos artistas maravillosos desde el punto de vista gráfico pero tambien por el contexto social que explican.

Cabaret: Supongo que si Olimpita me ha gustado tanto no sólo es porque hay una buena historia, sino también porque el dibujo transmite muy bien la historia.

Joan: Encontrar el punto gráfico exacto para contar la historia de la mejor manera posible supuso un duro trabajo. Es algo que tengo muy claro: las historias han de tener su forma de contarse. No sirve tener un estilo para toda la vida, el estilo se ha de adaptar siempre a lo que estás contando, y en Olimpita eso era muy importante. Hernán se llevaba las manos a la cabeza porque tarde dos o tres meses en conseguirlo.

Hernán: O más. De hecho, el storyboard lo adaptamos juntos. Antes de saber quién sería el dibujante había hecho un storyboard primerizo. Creo que soy de los pocos guionistas que trabajan haciendo storyboard, un poco a la manera de Frank Miller. Necesito integrar mucho la imagen con lo que estoy explicabdo. Luego Joan fue super creativo redibujando todo eso, adaptándolo a su estilo. Ha sido enriquecedor en dos direcciones.

Joan: Sí, es lo que decía antes de no es que uno haya escrito y el otro dibujado, hemos participado ambos en las dos cosas. Mis dibujos han sido suyos de la misma manera que yo he hecho mío su guión, y creo que eso se nota mucho en el cómic.

Cabaret: Hernán, la puesta en escena forma parte del guión i puede parecer extraño que haya quien pueda pasar éste como si fueran diálogos de una película.

Hernán: Si, de hecho uno de los tebeos de superhéroes actuales que más me gustan es el Puño de Hierro que dibuja David Aja. Me sorprendió ver el guión de Ed Brubaker, publicada una parte como extra de la edición española. Me asombró la poca cantidad de información que había y que lo que más interesante me parecía del cómic fuera cosa del dibujante, interpretación propia de David Aja. Me sorprende porque a mí como guionista me parecería estar haciendo sólo la mitad de mi trabajo; con todos los respetos para Brubaker, que es un guionista sensacional, es sólo la manera de trabajar.

Cabaret: ¿Trabajareis juntos de nuevo?

Joan: Si, tenemos otro proyecto.

Hernán: Norma nos ha hechado el lazo y es la primera vez que me encuentro verdaderamente arropado por una editorial, sé que quizá está feo decirlo, pero en mi trayectoria es la primera vez que estoy contento al 100%, a todos los niveles, de cómo nos están llevando, así que antes de que se publicara Olimpita ya habíamos firmado para otra novela gráfica. Creo que hay équipo para rato.

Cabaret: Eso es todo, muchas gracias.

Nota: si se han quedado con ganas de más, en Zona Negativa publicaron hace poco una excelente entrevista en dos partes.

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