4.12.08

LA FAMILIA AUSENTE Y UNA MÁS

Aunque dejé un par de acelerados mensajes en el twitter ausente, hago saber que el pasado lunes 1 de diciembre, a las doce y media del mediodía, la familia ausente veía incrementado su número con la llegada de absencita. Una llegada, por cierto, espectacular y con un importante toque vintage. Lo relato porque debe ser relatado. Veinte días antes de lo previsto, absencita decidió salir al exterior, así que salimos en estampida (y fue relevante la inestimable ayuda del tiet Spaulding y la tieta Filigrana). El problema, una vez llegados a un hospital puntualmente inundado de partos (la madrugada del lunes debió producirse alguna especie de suceso electromagnético que propiciaba el tema, quizás fuera el Repronto navideño), es que absencita venía de culo, y eso en la actualidad implica cesárea. Eran las diez y se programó el quirófano a las dos del mediodía. Doña absenta, que da a luz con inusitada rapidez, ya lo advirtió: "a las dos no llego". Y así fue. Esperábamos en la habitación cuando las contracciones alcanzaron un ritmo importante. En el momento en que doña absenta se arqueó y agarró a la barra trasera de la cama Spaulding acudió a avisar que vinieran rápido. A los cinco minutos era yo el que bramaba por el pasillo dando prisa a la comadrona, que entró, vio el panorama y me envió a pedir la presencia de enfermeras. Comenzaron las carreras y ya no volví a entrar en la habitación. Me moría de nervios e histeria mientras se oían los gritos del parto y toda la planta alucinada asomaba la cabeza por el pasillo. Doña absenta parió a la antigua, sin anestesia y en la habitación, a una niña que venía de culo, en menos de diez eternos minutos. Y una vez pasado el susto, madre y niña estaban en perfectísimas condiciones mientras los habitantes de la planta aplaudían a absencita a su paso hacia la nursería. La recuperación de doña absenta fue casi inmediata, y hoy ya estamos en casa. Absencito, por cierto, me ha secuestrado.

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