8.8.06

TRESCIENTOS TREINTA Y TRES DISCOS PARA AGITAR EL BOOGALOO ENCEFÁLICO # 014/333



JAMES BROWN - LIVE AT THE APOLLO (1963)


Sudor. (Del lat. sudor, -ōris). Líquido claro y transparente que segregan las glándulas sudoríparas de la piel de los mamíferos y cuya composición química es parecida a la de la orina.
Orgiástico. Perteneciente o relativo a la orgía.
Orgía. (Del lat. orgĭa, y este del gr. ὄργια, fiestas de Baco). 2. Satisfacción viciosa de apetitos o pasiones desenfrenadas.
Aquelarre. Del vasco aquelarre, prado del macho cabrío). Junta o reunión nocturna de brujos y brujas, con la supuesta intervención del demonio ordinariamente en figura de macho cabrío, para la práctica de las artes de esta superstición.
Alma. (Del lat. anĭma). 2. En algunas religiones y culturas, sustancia espiritual e inmortal de los seres humanos.

"Are You Ready for Star Time?" proclama Fats Gonder nada más empezar. ¿Estais preparados para Mr. Dinamita? Yeah! Y la banda (mejor... La Banda) inicia un instrumental de trompetas entrecortadas y acorde guitarrero casi surf. Y entonces aparece él. The Amazing Mr. Please Please Me. La Bestia. Y los chillidos femeninos sacuden el Apollo Theatre de Harlem. Y ojo. Que estamos en 1963. A simple oido uno diría que son los mismos chillidos que acompañarán a los Beatles en un par de años. Pero no. Por Favor. Please Plese Me. Esos serán de muchachitas blancas desgañitando su virginidad, los que nos ocupan son de esas bellezas negras criadas en el ghetto. La virginidad hace demasiado que quedó atrás. Saben lo que es un buen orgasmo. Y están ahí. Y el Hombre, The M-A-N, hace acto de presencia, estallando con un demoledor I'll Go Crazy. Dos minutos de intensidad R'n'B protofunk. Desgañitándose. Sacando el alma (negra) por la boca. Un alma plagada de la tensión sexual propia de un barrio marginal, del reformatorio, del tipo que había pasado de robar a mano armada a ponerse a cantar gospel. Y de ahí a un puñado de singles. Y luego hablan de Elvis. Esta es otra liga, hermano. Esta es La Liga. Y el sudor se seca temporalmente con "Try Me", una de esas baladas estomacales. Gástricas. Que exulsa ácido orgánico disolvente. Y que sigan las trompetas en el primero de los arcos instrumentales de apenas un cuarto de minuto destinados a erradicar el silencio. Para que no pase ni un ángel. Y luego "Think". Yeah. Sí. eso. YEAH!. Palmea que el mundo se acaba. Pero palmea de verdad, cojones, no me seas maricona. Y si hasta ahora todo eran estallidos de dos minutos va el tipo ese que se retuerce en el escenario y entrega su alma al diablo con un "Lost Someone" de trece minutos. Ahí está, palpitando y sangrante, un corazón arrancado por enésima vez, a la vista de todos, entregado a un público poseído. Un sacrificio humano ritual, suicida, generoso en chillidos de dolor. Un aquelarre de sudor. Una endiablada orgía para los sentidos. El demonio hace acto de presencia. Está ahí. Es Negro. Está Flotando. Saliendo de las trompetas. Emanando de la garganta del futuro Padrino del Funk. El demonio chilla. Y entonces un medley. Osea... un medley. ¿Sabes?. El It's Alive de los Ramones también era un medley. ¿Sabes?. Osea que coges las canciones y las cantas seguidas, empalmadas, e-m-p-a-l-m-a-d-a-s. Osea.. ¿Sabes lo que empalmarse? ¿no? ¿Tú lo sabes? ¿No? Se te ha empalmado o has tenido una empalmada en las manos. Si no empalma no es un medley de verdad, es otra cosa. Y cuando crees que no puede haber más entrega llega el Tren Nocturno. Night Train. Y fin. Han sido 32 minutos. En posteriores ediciones de la era digital el show está íntegro, pero en 1963 salió así. La noche del 24 de octubre de 1962 James Brown entregó su alma al diablo y decidió dejar constancia. Formaba parte del pacto. Hasta aquel momento el mundo era de los singles. Su manager no quiso sufragar los gastos de grabación de un directo. ¿Pero a Q-U-I-É-N-C-O-Ñ-O le interesa un show grabado en directo? Las radios no ponen shows, ponen singles. Pero James Brown sabía que el demonio estaba con él, dentro y fuera. Y que quería salir. Y que el ritual fuera público. Y lo grabó. Y ganó. Y el resto es historia. Historia del R'n'Roll, el soul, el r'nb. Una historia de Sudor orgiástico. De Aquelarres. Del Alma. Y ahora, en el sexto año del siglo XXI, pones el disco en tu casa, y de los altavoces sale el diablo, y lo ves saltar y danzar ante tí. Y te gustaría venderle tú alma, sí, TÚ alma. La tuya. Para poder chillar como Mr. Dynamite. Para arrancarte el corazón y entregárselo a una de esas hembras voluptuosas que se contonean, palmean y te jalean. En la platea del Apollo Theatre de Harlem. Precios populares.


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