30.11.04

Haciendo el blogger en Sitges (I)

Aunque parecía imposible por mi parte, he podido acudir a la rueda de prensa que sobre el festival de cine fantástico de Sitges se celebraba hoy. La última ya, dado que el certamen abre sus puertas el jueves. También la más política. Sobre el grueso de la programación ya hubo otra anterior. De todas formas, ahí van algunas cosas que he creído de interés.

1. Desmienten un rumor que han leído en internet en el que se decía que habría un pase sorpresa del Episodio III en la Star Wars Conference. Es falso. Ni siquiera un Work in progress. Aunque, eso sí, alguna promo inédita habrá.

2. La presencia de Sarah Michelle Gellar. Así que los buffyadictos ya tienen distracción en Sitges.
3. Otros invitados confirmados: Christpopher Priest (el escritor) y Ken Forbee (el protagonista del Dawn of the dead – Zombi de Romero) son miembros del jurado. También estarán por ahí Landis y Schumacher, entre otros.

4. Que este año alguna de las sesiones sorpresa será de verdad sorpresa destacada.

5. Que se confirma el éxito de la apuesta asiática del festival. Las películas que sobrepasan, con diferencia, las ventas de entradas anticipadas son, por este orden, la peli de Miyazaki, Izu, Old Boy y Steamboy de Otomo. Y que el éxito asiático supera sus expectativas. Así que ya lo sabeis: si os interesan mejor que vayais comprando localidades porque parece que se agotarán seguro. Esta noticia me encanta, por cierto.

6. Que están muy orgullosos de la programación. Lo dicen cada año pero que sí, que este lo están.

7. Confirman definitivamente que el año que viene se regresa a las antiguas fechas de octubre. Me alegro. El solete es el solete, pese al riesgo de tormentas. Y a mí me viene mejor.

29.11.04

COMUNICADO AUSENTE

Como habrán podido apreciar, este blog ha estado un pelín inactivo los dos últimos días. La razón no es otra que terminar un largo texto, aquel por el que hace unas semanas decidí recuperar la Sociedad Borderline y ganar tiempo. Como siempre me pasa, y parafraseando al gran Calvin de Waterson, al final acudí a la inspiración del último momento. Del texto en cuestión, escrito con soltura y sin sufrir demasiado (gracias al ritmo que he cogido estos últimos meses) ya les informaré gozoso en el futuro.

Ya que estamos, aprovecho para comunicar que los dos próximos meses también pueden producirse breves ausencias. A finales de año me veo inundado por ingentes cantidades de trabajo. Y del mismo modo que en verano pude aprovechar tiempo laboral para el blog, ahora pasa todo lo contrario. No pasa nada, en los primeros días del 2005 la cosa volverá a su ritmo habitual (que no es el de ahora ni el del periodo estival).

De manera más inmediata las ausencias vendrán provocadas por algo más pajero. El Festival de Sitges, del que soy asiduo desde tiempos inmemoriables (espero hablar de ello en el futuro inmediato). Así que pasaré unos cuantos días saturándo mi cerebro de películas en un complicado rompecabezas que mezcla días laborables, días de feliz deber paternal y jornadas de sobredosis festivaleras. Mucho ajetreo y movimiento. Es mi intención actuar como auténtico blogger e ir enviando comentarios sobre el festival.

Por cierto, a Sitges también acude Spaulding, y piensa hacer lo mismo. Así que ya saben a dónde acudir en busca de información. Con un poco de suerte algún post subido estará.

27.11.04

ATÓMICA



En los terrenos de una de las temáticas queridas en este Blog Ausente, aquella que hemos bautizado como Ciencia y Paja. La era atómica. Ya me remitía a ella hace un par de días. Un futuro mágico y peligroso al mismo tiempo. Futurismo nuclear y realismo frío. Paranoia antisoviética o simplemente miedo atávico al avance tecnológico. Y la maquinaria de la cultura popular de entretenimiento trabajando a marchas forzadas.

Pues bien, para que disfruten visualmente sobre el tema les enlazo a este virtual Museo de lo Atómico. Una web a mi juicio maravillosa en la que encontrarán piezas procedentes de accidentes, material militar, contadores geiger, objetos comerciales de nombre atómico, carteles de películas de serie B, juguetes, tebeos, memorabilia de Hiroshima, objetos contaminados, carteles publicitarios, trajes antirradiación, medicina nuclear, cacharros domésticos de prevención radioactiva. Un disfrute para el pajero del siglo XXI.



26.11.04

Revista de Prensa: Bizarre

Repasando el generoso muestrario de papeles y cacharros del quiosco de la esquina mis ojos dieron con el primer número de la edición española del magazine británico Bizarre, aquí subtitulado La revista más repugnante del mundo. Un rápido (h)ojeo y mi terrible impulso acaparador hicieron que me llevara el número para casa. Titulares como El sexo y el Ku Lux Klan, Las Momias de la mafia rusa o Vas a ser una mascota humana tuvieron la culpa. Una vez en el cómodo sillón orejero de la mansión ausente me percaté de que el director es Luís Vigil, un pajero de primera generación cuyo nombre, ubicuo en mil (pajeras) publicaciones , ya conocía en mi infancia, cuando era un imberbe siniestro adicto a Vampus, Rufus y Dossier Negro (es decir, a las historietas de horror de la Warren). Allí el señor Vigil ya nos hablaba de cine de terror, de los grandes temas de la hsitoria del horror (licantropía, etc) y escribía cuentos de fantasmas.

Luego fui pasando páginas. Las fotos, tan gordas como desagradables. Pero vamos, nada nuevo si uno se repasa los Inteviú de la transición. Los textos, cachis, he sido incapaz de terminarlos. Demasiado se nota que son traducciones del original británico. Y yo es que me atasco mucho con este tipo de traducciones. Las encuentro mal construidas, sin estilo ni agilidad. Por eso no creo que me compre los siguientes números. Más que nada porque no tengo tiempo para leer todo lo compro para encima acumular más papel.

La revista se abre con una sección de Imágenes post mortem con los típicos tíos chafados por una apisonadora, chiítas automutilando sus globos oculares (impresionante, yo soy un tipo muy visual y las cosas asquerosas con ojos las noto en el estómago). Además de los artículos destacados en portada también se habla de fiestas sangrientas, psicópatas tailandeses, un interesante recorrido gráfico a la historia de la decapitación y un apartado X final dedicado a un travestí. Puesto a seleccionar alguna imagen que ilustre esta pequeña reseña, e intentando no mancillar este blog ausente tan cool con vísceras humanas, he seleccionado una obra de arte titulada La estrella de la muerte, una escultura realizada “con cientos de cadáveres de ratas, secados por congelamiento y cubiertos con resina y fibra de vidrio” expuesta en la galería Saatchi de Londres.



Simpsonario (LII)

Bart

Bartolomew J. Simpson, hijo mayor de Homer y Marge, hermano de Lisa y Maggie, diez años, cuarto curso, carácter indómito, espíritu rebelde, comportamiento transgresor al límite de la paciencia de los adultos. No le gusta estudiar ni ir al colegio, por eso, dentro y fuera de clase, se dedica a gastar bromas pesadas al director y a los profesores. Es, sin embargo, un chico espabilado: vive el presente sin reflexionar sobre las consecuencias de su insaciable curiosidad; es, en resumidas cuentas, uno que lo quiere todo y enseguida, obteniendo muchas veces algo más o menos de lo que esperaba. Entre sus diversiones favoritas están el skate-board, la televisión y la compañía de los amigos. Entre sus fechorías: conseguir un laxante a partir de un concentrado de zanahorias y guisantes, escribir en las propias nalgas con letra bonita, rehuir bañarse en siete meses, enseñar a un hámster a pilotar un avión en miniatura, basar su vida en las enseñanzas de Krusty. Entre las acciones más entusiastas: descubrir un cometa, desbaratar los planes criminales del Actor Secundario Bob, hacer de modelo para una revista de Springfield, hacerse pasar en varias ocasiones por el amigo de Milhouse, criar en casa una rana-toro, afeitar el culo del superintendente Chalmer con el cortacésped del colegio, pasarse horas delante del vídeo juego Tormenta de sangre, hacerse predecir poco a poco un futuro laboral extravagante. Destructor de palacios, demoledor de automóviles, catador de alimentos, stripper, cantante, policía. Según muchos críticos, Bart es la figura principal de los Simpson: en efecto, es suyo el honor de abrir la representación al principio de la cabecera, mientras escribe como castigo en la pizarra la frase del día (siempre diferente).

25.11.04

Publicidad (borderline)

Vuelvo al tema de la sociedad borderline. Lo hago por pura actualidad. Ayer pude contemplar asombrado y en su integridad un maravilloso anuncio del gobierno estadounidense. Una niña le plantea a su madre (ésta, la mamá, es cámara subjetiva) una serie de angustiosas preguntas “¿Qué hago?”, “¿A dónde voy?”, “¿A quién llamo?”, “¿Y si no respondes la llamada?”. Una voz en off recomienda a las familias norteamericanas tener un plan de emergencia en caso de atentado. La amenaza terrorista es así. Parece que los psicólogos y psiquiatras andan llevándose las manos a la cabeza por los efectos negativos en la infancia. Yo lo veo como una muestra más de que todos somos limitaditos pero aprovechables. Imagino que estadísticamente es pero muy baja la posibilidad de que una familia yanqui sufra un atentado. Y más en Alabama. También me recuerda esos maravillosos años de paranoia atómica. Los años que fueron el futuro. Con sus familias felices y sus refugios nucleares. El retrofuturismo ya está aquí, actualizado. Tengo ganas de ver una peli de serie B como las de entonces. El ataque del mujaidín de 50 pies de altura. ¿Se imaginan?


Simpsonario (LI)

Barney, Gumbley

Cliente habitual de Moe, es famoso por sus borracheras y eructos (a veces acompañados de la expulsión de elementos sólidos como, por ejemplo, una raspa de pescado). Donante del banco de esperma de Springfield. Fue miembro del cuarteto vocal Sol-Fa-Mi-Das. En el episodio Señor Quitanieves un flashback descubre que fue Homer quien le llevó por el camino de la cerveza.

24.11.04

Simpsonario (L)

Barlow Birch

Político de derechas que aparece en el episodio Actor secundario Bob Roberts. Es quien propone al Actor Secundario Bob como candidato del Partido Republicano en las elecciones municipales de Springfield.

Simpsonario (XLIX)

Barca

El medio de transporte en el que la pacífica excursión de los boy-scout por el río se convierte en tragedia: el bote con Bart a bordo se pierde en el mar en Explorador de incógnito. La buscada exageración, a través de la sátira, de este relato pretende atacar en particular la célebre institución juvenil. En los Simpson nada o (casi nada) se salva.

23.11.04

Arroz Negro

Veo que esta tarde alguien ha localizado este blog, vía google, con la siguiente consulta: "Condolezza lesbiana". Vaya por Díos. Acudo a los resultados obtenidos y me encuentro con que soy el segundo en aparecer. Creo que deberé cambiar pronto de domicilio. Temores al margen , me ha dado por mirar qué ponía en el primero. Me ha gustado lo leído y el tono, así que si quieren pueden leerlo pulsando aquí. A mi me ha encantado esta frase: "Para los racistas del Pentágono Condi es una diosa blanca metida en la piel de una negra".

Simpsonario (XLVIII)

Barbacoa

Un momento de diversión, gastronomía y sociabilidad típico de la clase media norteamericana, también lugar para la adopción de importantes decisiones: Ned Flanders anuncia delante de la parrilla y de los vecinos la importante decisión de abandonar la rutina de su típico puesto de trabajo en pos de una iniciativa a la vez comercial y humanitaria en Cuando Flanders fracasó.

22.11.04

La Ciudad del Murciélago




Con el retraso que me caracteriza últimamente acabo de terminar el primer álbum de Gotham Central y vaya por delante que me ha gustado bastante. Hablo de retraso porque ya hace unos cuantos meses que corre por las librerias y por mi casa. Por las librerias, de hecho, ya corre el segundo y es desde ya una de mis compras seguras en mi próxima visita a esos antros de perdición pajera. Por mi casa corría porque me hice rápidamente con él por diversos motivos: las criticas positivas que se leen por ahí, la evidente conexión con los tebeos de Batman (un pesonaje que por razones varias acostumbra a generar tebeos decentes) y, sobre todo, reencontrame con la pareja artística responsable de un cómic que me encantó en su momento.

Descubrí a Ed Brubaker y Michael Lark con La Escena del Crimen, serie limitada de cuatro números (dos en España) y un estupendo thriller de serie negra bastante atípico en el momento de su aparición por estos lares. Ahora ya no lo sería tanto ya que el género policiaco (o su tono) ha resurgido con fuerza en los tebeos. Y el tebeo que me ocupa es una buena muestra de ello.



Gotham Central da el protagonismo a los policias de la ciudad de Batman. Un buen marco para el género. La presencia del Hombre Murciélago es velada. Está ahí como una sombra de fugaz aparición. Una presencia incómoda para los detectives que ven como interfiere en sus casos y que no quieren estar en segundo plano. Desde este punto de vista es un acierto prescindir de la figura del Comisario Gordon, demasiado ligado al vigilante enmascarado. También están ahí los psicóticos supervillanos que recorren los bajos fondos de la ciudad (la galería de enemigos de Batman siempre me ha parecido tan espectacular como estrambótica). Y de ésto es más difícil escapar. Aquí nos encontramos, por ejemplo, con un Mr. Frio brutal. De hecho, no deja de ser curioso como la serie busca el realismo pese a la aparición de estos delincuentes tan poco reales. Y lo consigue, sobre todo gracias al protagonismo coral de media docena de policias de personalidades dispares (hay quien compara el tebeo con la televisiva Canción Triste de Hill Street), al uso efectivo de las constantes (compadreo, rivalidad, pistas falsas, nocturnidad, violencia, intriga detectivesca, interrogatorios, largas vigilancias, crimen, sospechosos) de un género que Brubaker domina con maestria (y al que hay que sumar a Greg Rucka, el otro nada despreciable coguionista) y al dibujo de un Michael Lark que pasa de florituras y se dedica a narrar gráficamente y a dotar de la atmósfera sucia que el tebeo necesita. Lo prefiero así que en la fría línea clara que practicó en la retrofuturista Terminal City.

Ya les digo que a mí me ha gustado bastante. Me lo he leído casi de un tirón (raro en mí). Este primer álbum (o TPB) recopila los cinco primeros números USA y muestra dos arcos argumentales completos que, de hecho, pueden tomarse como uno sólo. Una lectura, pues, compacta.


Simpsonario (XLVII)

Bañera

En ella los dibujantes sorprenden a diversas mujeres: Bárbara Bush, por entonces mujer del presidente a cargo de la Casa Blanca, en La familia va a Washington; Marge en el Rancho Relaxo en Homer solo; la señorita Krabappel en su casa en Bart, el amante; y, finalmente, Marge y Homer en la intimidad en El abuelo contra la impotencia sexual.

21.11.04

Terror Borderline


Condolezza of Pain

Sunday Postals (III)



Miren ustedes qué cosa más cool-zetosa. Sexo, violencia y motos desde la portada del segundo número de World of Men, publicado en marzo de 1968. Mundo de hombres, gran título para un magazine que suponemos zafio y sensacionalista, que apelaba al instinto bajo y al icono mugriento (esa esvática en la hebilla). La imagen es gentileza de Bad Mags, otra web imprescindible para nutrirme de estampas de fin de semana.

El Pérfido de Guadalix



Expliqué, en los inicios de este blog, que en la Mansión Ausente somos seguidores de Gran Hermano. También es cierto que a la que quedan en la casa cuatro o cinco participantes la cosa deja de interesarnos bastante. Los concursantes sobrevivientes asumen el destino y el poder de la audiencia y se dejan de discusiones, enfrentamientos e intrigas. Hay que decir que en ésto último, las intrigas, la edición de este año va sobrada y tiene un protagonista absoluto: el transexual Nicki.

Si la transformación, medicina mediante, de mujer (Ana Belén) a hombre le otorgaba ya de entrada una evidente característica pintoresca, ahora, en cierto punto, sería lo de menos. El concursante asturiano ha convertido la casa en un lugar de cuchilladas traperas, un palacio de la intriga donde primero la gestión de la información es poder y luego el poder es poder, en sí mismo. Esa pinta de hombre lobo achaparrado (fruto de las inyecciones de testosterona) ayuda al símil con el pérfido consejero deforme del emperador, el freak maligno aliado al poder, la lengua perversa que va de oreja a oreja posando las simientes del conflicto y el odio. Además, cuenta con la inestimable ayuda del banquero catalán, un babas que tampoco se queda corto y que, a la práctica, su cobardía hace más inteligente. A Nicki le pierde la soberbia y está borracho de poder.

El transexual asturiano ayudó a la división en grupos enfrentados, instigó a unos cuantos y luego cambió de bando, informó de falsas intenciones de nominación a unos y a otros, fue sacándose rivales de encima. Ha ido porfiando por detrás constantemente, gestionando la información siempre en su beneficio, mintiendo, labrando alianzas para que siempre el grupo de nominados, de futuribles expulsados, le benficiara; calculando complicados y efectivos juegos matemáticos con los votos. Y todo en exceso. Cizaña para dar y regalar. La audiencia empezó a darle la espalda, expulsando a la gente en contra de sus intereses. Aún así en la casa de Gran Hermano no se percataban aún de este hecho. Había generado cierto miedo, otorgándose una aureola de favorito y vanagloriándose constantemente de los beneficios de su condición sexual entre el público: “soy un referente para un colectiv", "Me llamarán para actos y conferencias”, “allí fuera hay muchas asociaciones apoyándome, de las grandes ciudades, de Barcelona”.

En el momento más indicado se convirtió en patrón, figura en el concurso que tiene el poder de salvar a un nominado (que es sustituido por el siguiente en más votos, información desconocida para los concursantes) y para asignar grupos de tareas. Las tareas las asignó, como no, maquiavélicamente, estableciendo parejas que se odian entre sí a la búsqueda de generar el conflicto afín a sus intereses y acercando a su esfera de influencia a gentes hasta el momento imparciales. Y luego, claro, el poder para salvarse a sí mismo de la expulsión.

Todo eso fracasó el jueves. El complicado crucigrama numérico de votos se vino abajo. No pudo salvarse a sí mismo al no estar entre los primeros nominados. Salvó a su compinche, el taimado broker barcelonés, y el destino quiso que fuera él quien le sustituyera. Y todo por un voto no previsto, por una ración de su propia medicina: la traición de una “teórica aliada” que aún no ha confesado su crimen. La culpable, una cubana de aparente sumisa actitud con la que ha mantenido una extraña relación de amor/odio que da mucho juego, y que es pieza útil para ver la complicada sexualidad del que fuera mujer: misoginia, comportamiento de machito ibérico, desprecio por lo femenino, envidia hacia los varones viriles. Hay quien ha llegado a decir que Nicki pasó de mujer a hombre y ahora es gay.

Nicki será, con toda seguridad, expulsado el jueves. La audiencia lo odia. Los colectivos de transexuales han brillado por su ausencia (y seguramente sienten vergüenza ajena). En la mansión ausente disfrutaremos con ello. Nos alegraremos de la muerte del villano. Y eso que a partir de entonces el programa será más aburrido. Nos da igual, estamos hasta los cojones del pérfido de Guadalix.


Nicki, estás nominado Posted by Hello

20.11.04

Evasión Horizontal



Ha sido una semana realmente dura en cuestiones laborales. Exceso de curro, que se dice. Más cosas de las que uno cree puede hacer (y con el esmero que merecen) y que al final acaba haciendo. El problema es que será así hasta final de año. Pero bueno, a lo que iba. Poco a poco se ha ido incrementando mi fatiga, a la que hay que sumar las tareas domésticas y el cuidado de absencito (lo mejor del día, claro). Pues eso, que ayer por la noche me encontré estirado en el sofá sin ganas demasiadas ganas de leer y haciendo zaping. Fui a parar a La última Fortaleza, y me la miré pese a que llevaba unos minutos comenzada. La principal razón era la presencia de James Galdolfini, el actor que encarna al Soprano cabeza de familia en la estupenda serie de tv.

Vayamos por partes. No creo que sea una buena película. La cosa va de un presidio militar para marines dirigido con mano dura por Galdolfini al que llega como recluso un general prestigioso y heroico condenado en consejo de guerra por desobediencia. El general es un arrugado Robert Redford revisitando, con variantes, el cine carcelario de Brubaker (la película favorita de mis antiguos vecinos, lo digo por si acaso significa algo, qué demonios). A lo que iba, el coronel alcaide es muy malo, cruel y corrupto, algunos vigilantes también y los presos buena gente que no merecen un trato tan desproporcionado. Al fin y al cabo son marines norteamericanos y a eso apela el general degradado, todo un líder militar al estilo Bravehead que establec su particular partida de ajedrez. Un duelo de egos.

Insisto. No me pareció una buena película. Abunda en los tópicos (el preso tonto, el amoral que se ve obligado a tomar una decisión, el carcelero chungo), predecible ("a éste lo matan"), la historia hace aguas por todas partes y resulta pero que muy inverosímil (los presos, sometidos a extrema vigilancia ¡llegan a construir una catapulta!), y tiene el típico final yanqui de banderita, aquel que dice que el espíritu USA está por encima de los errores humanos. Pero saben una cosa, en la cúspide de mi fatiga semanal, hundido en el sofá, sin neuronas libres, consiguió entretenerme, me dio lo que buscaba: evasión. Y es que todo tiene su momento en esta vida y a mente plana entretenimiento plano. Especialmente en su tramo final, delirante, en el que Redford organiza a los presos como un ejército antiguo, medieval con sus catapultas o sus avances en formación clásica de las legiones romanas, protegidos de las balas por esas resistentes bandejas de comida que deben utilizar por esos lares. Nada de aluminio de hojalata. Resistente acero de Detroit. Y yo en el sofá pensando “venga, chicos, tumben el helicóptero y den su merecido a ese alcaide hijo de puta”. El sentimiento de odio hacia el villano, hermosa emoción para el consumidor de subcultura.

Al margen, también, un par de reflexiones políticas. La primera es del todo casual: un héroe de guerra enfrentado a otro que no estuvo en el frente y que es amigo de la guerra preventiva. Me suena a algo reciente (al fin y al cabo es la típica película del partido demócrata hollywoodiense). La segunda podría ser un elemento de la sociedad borderline: aquí los buenos son los presos, marines al fin y al cabo. ¿Podrían decir lo mismo de los de Abu Rais o Guantánamo? Usease: no se preocupen por lo real, mejor sufran con lo ficticio.

19.11.04

Simpsonario (XLVI)

Banda sonora

Nosotros no consideramos a los Simpson un dibujo animado. Son personas reales. Y lo que es más importante, aquí el montaje está mucho más condensado que en la típica serie dramática. Hace difícil encontrar un espacio apropiado para insertar la música. Hay mucho detalle y la sucesión de imágenes es veloz. A menudo sólo dispongo de un par de segundos para introducir, por ejemplo, un elemento sonoro de tristeza antes de que cambie de registro y la historia se vaya a cualquier otro sitio” (Alf Clausen, músico).

18.11.04

Disciplina inglesa



Leo en la contraportada de El País de hoy la noticia de que el Archivo Nacional del Reino Unido había puesto en la red las fichas de los reclusos del penal de Wandswoth de finales del siglo XIX (exactamente 1872 y 1873). “Coño, aquí hay tema” me he dicho. Más que nada porque, además de ser el presidio a donde fue a parar Oscar Wilde, las fichas incluyen un nutrido grupo de pequeños delincuentes de la época. De ahí la acertada referencia del titular del periódico español a Oliver Twist. Niños de la calle obligados por hambre y abandono a pequeños hurtos (unas monedas, fruta, pan, conejos) que una vez capturados ingresaban en prisión. Trabajos forzados, latigazos, reformatorio posterior.

Quería saber más de esos niños. Qué hicieron. Cuáles fueron las penas. Perderme en la dureza de sus ojos mirando a la cámara con el cartel y el número de preso. Miradas crudas. Afortunadamente las fichas son de pago (3 libras y media cada una) y uno se ahorra la imagen de marras, y solo es posible acceder al nombre, edad, lugar de nacimiento, delito y pena. Así uno se entera de que a Eliza Baker le cayeron seis meses de trabajos forzados por robar un velo a la patrona de la casa donde servía, o a James Hempson 15 días de trabajos forzados y diez latigazos por hacerse con unos higos que no eran suyos. Me llama la atención, por cierto, que a los chicos que robaban en la calle les caían penas menores que a las chicas de servicio que hurtaban a sus amos.


kid 2 Posted by Hello

Por cierto, el material gráfico que he escaneado es el que venía con la noticia.

16.11.04

El Violento Artesano

Hace cosa de cinco años dejé de comprar revistas de cine. Me hastiaban. De todas formas, aguanté poco tiempo. Un amigo me fotocopió unos dosieres sobre Dario Argento, David Cronenberg y Richard Fleischer que habían salido en Dirigido Por y me avisó de un inminente Especial Cine Fantástico. Y así me encontré comprando con regularidad una publicación que conocí un par de décadas antes, cuando era una rata de filmoteca adolescente. El tono de la revista seguía siendo el mismo que antes (pelín elitista o petulante) pero al menos me ofrecía más que el resto, un puñado de páginas que merecían ser guardadas: generosos especiales (algunos a lo largo de tres números) sobre la serie B, la Hammer, el cine de misterio, géneros de fuste como el bélico o el western, directores clásicos (Billy Wilder, Sergio Leone) y hasta artesanos de la serie B (Edgar G. Ulmer).

Todo este rollo viene a cuento del estudio (son 14 páginas) aparecido en el número de noviembre dedicado a Don Siegel. Está muy bien reivindicar la figura de este realizador clásico de la Serie B perteneciente a la generación inmediatamente anterior a “la que cambió Hollywood”. Uno de los dos maestros de Clint Eastwood (por algo tenía un papel secundario en la ópera prima de éste: Escalofrío en la noche), aunque la tendencia siempre es citar a Leone. Siegel fue un tipo curtido en segunda línea (montador, por ejemplo, de Casablanca; no le hizo ascos a la televisión realizando algunos episodios de Twilight Zone), un artesano de la serie B que alcanzó varios éxitos comerciales en la década de los 70. El dossier de la revista está bastante bien, destacando las claves de este viril director, algunas conocidas y otras no tanto: la violencia, el engaño, el individualismo, la acción, la traición, los personajes de moral dudosa. E incide en algo con lo que estoy de acuerdo: sus películas aguantan pero que muy bien el paso del tiempo. Y han tenido descendencia.

Yo, por mi parte, me permito listar brevemente mis títulos preferidos de entre su filmografía, no sin cierto riesgo pues algunos los vi hace ya demasiado tiempo:

El gran robo (The Big Steal, 1949)
Robert Mitchum en un entretenido thriller mexicano de ladrones que juegan a las trampas entre ellos.

Riot in cell block 11 (1954)
Contundente thriller carcelario de bajo presupuesto. Violento y tenso, un clásico del subgénero



La invasión de los ladrones de cuerpos (1956)
Qué va a decir un pajero como yo, pues eso, que es una obra maestra del cine fantástico. Para algunos reaccionaria y anticomunista, para otros (entre los que me cuento) todo lo contrario: una sutil ironía sobre las paranoias macarthystas.

Estrella de Fuego (1960)
Un western protagonizado por Elvis. Y Siegel sale bien parado del reto. De hecho, desde un punto de vista estrictamente cinematográfico fue la mejor película del rey del rock.

Código del hampa (1964)
Lee Marvin, uno de los dos asesinos que protagonizan la película vestidos de riguroso traje negro, guión cronológicamente desordenado. Elementos para una película olvidada hasta que alguien puso en evidencia la deuda de Pulp Fiction para con ella.



Brigada Homicida (1968)
Thriller intenso sobre un policía nada ejemplar enfrentado a un ultimatum. Debería refrescar mi memoria porque sé que me gustó mucho.

El Seductor (1971)
Si no la han visto, deberían. Un desertor de la Guerra de Secesión se refugia en un internado de señoritas. A partir de ese momento un festival de manipulaciones y juegos peligrosos. Película con mucha mala leche.



Harry el Sucio (1971)
¿Es necesario escribir algo?

El último pistolero (1976)
La última película de John Wayne, aquejado de cáncer, sobre un pistolero también enfermo de muerte. Ejemplar western crepuscular.

Teléfono (1977)
Debería volverla a ver. La recuerdo como una cosa la mar de divertida en la que Charles Bronson era un agente de la KGB que ayudaba a la CIA a pillar a un Donald Plasence pasado de vueltas.



Fuga de Alcatraz (1979)
Un muy bien engrasado y preciso mecanismo sobre fugas carcelarias para mayor gloria de Clint Eeastwood.

15.11.04

Paranoias en la Tumba



Siempre quejándome de lo escaso de mi tiempo de ocio actual. Soy un llorón. La noche antes de Halloween Doña Absenta y yo nos pusimos a ver Premature Burial (Roger Corman, 1962), un título ideal para esas fechas, pero la sesión tuvo que ser abortada a los veinte minutos y hasta ayer no pudimos reemprender el visionado. En fin.

Tercera de las adaptaciones de Corman de los cuentos de Edgar Allan Poe (muy libres, normalmente sólo toman la idea y el título), es, desde luego, clarificador ejemplo del cine de horror gótico que practicó el célebre realizador, el rey de la serie B. Es curioso lo del cine de horror gótico en los 60, que tuvo tres ramas bien diferenciadas geográficamente: la Hammer, Corman y la escuela italiana de los Bava y Freda.

Conocida en nuestro país como La Obsesión, siempre me ha gustado mucho y eso que es la primera de la serie Corman-Poe que no tiene al gran Richard Matheson como guionista (es su lugar, Charles Beaumont). Dije que es una gran película de horror gótico. Las razones son muchas. Por un lado la historia, el pánico, la obsesión, de un hombre a sufrir un ataque de catalepsia y ser enterrado vivo. La muerte, pues, como motivo central. Por el otro, la ambientación, todo un catálogo de estilo: castillos tenebrosos, nieblas omnipresentes, relámpagos, sepultureros zarrapastrosos, ataúdes, mausoleos, criptas, ratas y arañas, científicos que juegan con muertos, amas de llave siniestras, cementerios, calaveras, esqueletos, el omnipresente silbido misterioso de la tonada Molly Malone, el hombre que ve que es enterrado en vida y que nadie le hace caso. Una atmósfera, pues, tenebrosa y necrófila. La resolución de la historia, aunque predecible, también tiene mucho de esos relatos gráficos de la EC que por fin hemos visto publicados en nuestro país (y no digo más porque el comentario es un claro spoiler para quien los haya leído, ya saben, muertos que regresan para cobrarse venganza, o así).

Corman consigue ser un realizador elegante que disimula muy bien los bajos presupuestos con los que se movía e introduce por primera vez un elemento que luego será más habitual y evidente en la serie: el sentido del humor, negro y aquí sutil. A eso ayuda, y mucho, Ray Milland. En un principio debía protagonizar el gran Vincent Price, pero problemas contractuales lo impedían. Milland, un tipo simpático, resuelve bien la papeleta. Magnífica es la escena en la que muestra todos los mecanismos que ha mandado construir en su mausoleo: el ataúd se desmonta por tres lados pulsando un botón interior (y por si acaso incluye un pack con diversas herramientas), el mausoleo, herméticamente cerrado en su exterior, también se abre por dentro e incluye una salida extra por el techo, hay una campana para avisar al exterior, hay más herramientas, libros, música y comida por si tarda el asunto, dinamita como recurso bruto y, si todo falla, una copa de veneno. Ray Milland va enseñando todos los artilugios a su esposa (Hazel Court, una habitual de la serie que también trabajó para la Hammer) con una alegría tal que convierte la escena en culmen del humor necrófilo de la época.

Otro elemento habitual del Corman inmediatamente posterior es la utilización de elementos visuales que podríamos definir como psicodélicos. Reconozco que hablar de imaginería psicodélica en 1962 es decir demasiado, pero también es cierto que el filme cuanta con una estupenda escena onírica plagada de filtros de color variantes en la que, con el sonido de los gémidos y latidos del protagonista de fondo, vemos como fracasan cada uno de los mecanismos de protección que ha mandado construir.



14.11.04

Simpsonario (XLV)

Banco

Al de esperma se dirige Selma en busca de un hijo, siguiendo la condición incluida en la herencia de la difunta Tía Gladys, en vez de buscar novio, en el episodio La elección de Selma; pero el único donante es, por desgracia, Barney.

Sunday Postal (II)




Una imagen atípica para hoy. Una portada romántica dibujada por Jack Kirby. Pertenece al número 101 de Love Romances (1962), una de las diversas revistas de género rosa que publicaba Marvel antes de su expansión superheroica de la Silver Age (aunque la portada en sí es posterior a la aparición de Los Cuatro Fantásticos). La revista no duró mucho más, pero su nacimiento si es coetáneo a aquellos tebeos del oeste, de monstruos y de amor (claro) que publicó Marvel en los 50 . La referencia a los monstruos es inevitable, allí el maestro Kirby creo todos aquellos bichos gigantes que tanto me cautivan (Giganto, Fing Fang Foom, Colosus, Gorgilla, Kraa). Por eso me parece tan divertido ver a un dibujante del todo vigoroso, barroco e imaginativo enfrentándose a la ilustración rosa. En definitiva, Kirby se pone tierno. O mejor: lo intenta.

Por cierto, la portada está sacada de una página indispensable: The Silver Age Marvel Comics Cover Index. Es la primera ocasión, pero no será la última en que acuda a ella en busca de imágenes para está dominguera sección.

13.11.04

Simpsonario (XLIV)

Ballet

En Homer contra Patty y Selma Bart descubre por sorpresa que posee grandes dotes de bailarín clásico, ejecutando de maravilla cabriolas y pasos de ballet con su tutú rosa peladilla a causa del cual avivará las antipatías de los habituales fanfarrones de la clase.

TAGORE ES UNA MIERDA

Desde que leí la reseña de Alex Cinéfilo incluida en el más que interesante libro La noche de los sexos violentos (Biblioteca Dr. Vertigo 22, Glénat 1999), que le tenía muchas ganas a Carne Apaleada (Javier Aguirre, 1977). El subgénero de la cárcel de mujeres es uno de los clásicos por excelencia de la explotación de bajo presupuesto. Sexo y violencia, la fórmula mágica. La aproximación del donostiarra Javier Aguirre, un cineasta de vocación, dicen, experimental pero de nutrición zetosa donde se arrejuntan pelis de Paul Naschy con las de Parchís (sin olvidarnos de Rocky Carambola) pasando, claro, por el cine clasificado “S”. Y a éste pertenece Carne Apaleada, eso sí, disfrazada de cine de denuncia y muy hija de su tiempo (la transición). Pero ya saben: aunque la mona se vista de seda... Pues eso, que el resultado es delirante, tanto como podrán comprobar a continuación.

Basada en hechos reales, Esperanza Roy es Berta, una mujer que regresa a prisión. En la anterior ocasión era inocente, ahora no: aprendió a ser una especialista en el cheque sin fondos. Los guardias civiles que la acompañan son, pero, amables. “La culpa dirás que la tiene el Régimen”. Y a los 5 minutos ya tenemos a la Roy en pelotas en la respectiva ducha de bienvenida carcelaria junto a una francesa recluida por el consumo de drogas, concretamente los terribles porros. “Lavaros bien el nido que una llevaba una bolsa de hierbas” avisa la guardia. El Nido. Bonita metáfora que se repite con frecuencia “Eres una guarra que no te lavas el nido” oiremos a media película.

La cárcel está regentada por monjas (y de hecho, parece un convento). Éstas andan preocupadas sobre todo por la virginidad y los contactos lésbicos entre reclusas. La protagonista conoce pronto a Senta, ni más ni menos que una Bárbara Rey en pleno apogeo como mito erótico de la transición. Es una de las reclusas chungas: estranguló a una mujer, su amante lesbiana, para evitar que ésta la obligara a abortar. Ahora está en prisión, con su hija incluida. Si algo no se le puede negar al filme es que no es sutil: a los quince minutos Esperanza Roy y Bárbara Rey se acarician las manos de manera romántica. Y todo gracias a Chopin, cuya música admiran.

Los tópicos de película wip (women in prison) van cayendo poco a poco. La siguiente escena es ya la clásica pelea en el patio entre dos reclusas (por temas sexuales, además), mordisco en pezón (sangrante) incluido, que concluye con un fundido magistral: en la pared del patio una pintada que reza “Ostias Pedrín” se funde con la ostia levantada por un cura en plena eucaristía carcelaria. Ya lo dije antes: cine de derribo con coartada social. Pobres presas, la sociedad las impulsa al crimen y acaban reecluidas bajo la presión religiosa. A una preñada Virginia Mataix, que mató a una niña en un atraco por accidente, la están casando las monjas.

Siguiente materia: la droga. La francesa del principio se fuma un porro a escondidas. Berta no quiere probar pero respeta y escucha mientras empiezan a sonar sitares. “Ahora me gustaría escuchar a Bach o leer a Tagore. He agotado todas las posibilidades del sexo y ya no me queda nada. He recurrido a la droga para olvidar que he bajado tanto que ya no puedo subir”.

El filme es veloz. Bárbara Rey tiene a su hija muy enferma pero la madre superiora, vaya usted a saber por qué (por joder, suponemos) no quiere llevarla al hospital. Esperanza Roy, que es muy buena muy buena utiliza y dilapida su contacto (un concejal franquista del ayuntamiento de Barcelona del que fue secretaria) para salvar a la niña. La madre superiora se enfada mucho: “Vígila, Berta, que tu eres buena y esa es una desequilibrada y una viciosa.” Pero claro, en un paseo con Chopin de fondo acaban dándose su primer beso. “¡Homosexualismo!” gritan las monjas, y claro, deciden separarlas.

Envían a Esperanza Roy, que aún está en espera de juicio, a una prisión de hombres que tiene una pequeña estancia femenina. Allí las atiende un preso marica: “Aunque lo veas tan marica es un buen chico, no se la deja meter” le dice una presa. Fundido en negro y le venos violado y enculado por una banda comandada por Victor Israel. Luego se nos explica que el marica los machaca a lo bestia. Fíjense ustedes qué cosas: una violación masculina es una película de cárceles de mujeres.

A Esperanza Roy la condenan definitivamente a 8 años. El padre se tira al metro en Barcelona. Nos dicen que han pasado dos años y que a Esperanza Roy la trasladan a su antigua prisión. Pero hay novedades. Ya no están las monjas, sino estricto régimen policial corrupto comandado por “La holandesa”, una Terele Pávez en plan Dominatrix sádica, de germánico corte de pelo, militar atuendo y siempre con una foto enmarcada de Franco al fondo. Que las cosas se han puesto muy chungas queda claro cuando vemos a la gabacha porrera con cara de ida. “¡Tagore es una mierda!”, exclama mientras le explican a Berta que está así porque tomó muchas drogas a cambio de ofrecer sus favores sexuales a la nueva jefa carcelaria. Ya no hay sitares de fondo.

Es entonces cuando aparece un importante grupo secundario: “Las Políticas”, inevitables presas provenientes de la ETA. La Roy le de recuerdos de su novio Iñaki a una de ellas, Arantxa, pero también informa de que ha sido condenado a muerte. Las Políticas se declaran en huelga de hambre ante el pasotismo de “Las Comunes” mientras suena un himno gudari a tdo volumen. De ahí pasamos a Arias Navarro por la tele comunicando la ejecución (velocidad, velocidad) y a un fundido con la presa cantautora que, guitarra en mano, se marca unas tonadas en honor de los fallecidos y las presas vascas. La Roy se une a los cánticos tan contenta al grito de “¡Vamos a verlo y a cantar con ellas!”.

EL problema es que a la gabacha drogadicta tagoriana le da un posterior yuyu muy gordo con el tema, bramando por toda la prisión “¡Gora Euzkadi!” mientras se sube por las mesas y tal. Esperanza Roy intenta ayudarla abrazándola y es cuando aparece la chunga de Terela Pávez y se las lleva a prisión incomunicada donde les inyectan trementina, pillan reuma y la francesa se ahorca en pelotas. Nuestra sufrida heroina resiste gracias al amor (muy puro) que siente por Bárbara Rey. La película, por cierto, va cada vez más rápido (que es mala, a ratos zafia y a ratos inocente, muy bizarra y tremendamente entretenida).

De nuevo Arias Navarro por la tele. “Españoles... Franco a Muerto”. Arantxa exclama “acaba de nacer la democracia”. Y de ahí a la Navidad, a una representación carcelaria en la que Esperanza Roy hace de San José y Bárbara Rey de Virgen María. La pérfida Holandesa se queda con las miradas de amor que se cruzan ambas durante la representación (atención: amor lésbico en el portal de Belén) y le da rabia. Por joder obliga a Bárbara Rey, que está a punto de salir en libertad porque su crimen fue para evitar un aborto, a practicar el sexo con ella (¡en el sofá, bajo la atenta mirada del retrato del general gallego!), con tan mala suerte dejarse la llave puesta del despacho fuera. Y claro, con un burdo montaje la Roy hace que las pille el director de la prisión.

A partir de aquí, y para dejar ya del todo claro la celeridad fílmica de la historia, les narro lo que pasa en los siguientes 140 segundos, cronómetro en mano: a Terele Pávez la han puesto con las presas (?), se lía a hostias con Esperanza Roy, luego el resto de presas apalean a la antigua dominatrix, meten a nuestra sufrida heroína en chunga cuarentena, el resto de las presas se levantan en violento motín del que pasan las políticas (“No se puede confiar en ellas”). Esperanza Roy, desesperada de amor por la ausencia de Bárbara Rey (ya en libertad) finge estar loca y le conceden el indulto. Todo esto, insisto, en poco más de dos minutos. Ojalá todas las películas contaran tanto en tan poco.

Berta, ya en libertad, se va en busca de su amor, que trabaja de camarera en la Costa Brava. Allí descubre que vive con otra. Aún así le propone vida en pareja niña incluida. Se queda a dormir y escucha como hace el amor con la otra. Llora. De ahí pasamos a bucólicas escenas de paseos por Lloret de Mar mientras en off se narran las cartas de amor que se intercambian. Al final se van a vivir juntas y escuchan muy felices discos de Chopin.

Pero, ay, Bárbara Rey es una aprovechada. Le pide dinero. Cuando lo consigue se produce eL polvo postergado durante años (u 86 minutos de metraje). Sudor, desnudos integrales, sexo oral e intercambio de fluidos entre ambas en el marco incomparable de un tiñoso apartamento y con Chopin de nuevo de fondo (no podía ser de otra manera). Pero Bárbara Rey quiere más dinero, ya lo dijo la monja: “es una desequilibrada y una viciosa”, la insulta, abandona y roba todo el dinero (que era para pagar el alquiler del nidito de amor). Y así Esperanza Roy, loca de amor, se estira en la vía del tren (medio de transporte que ha sido una presencia constante a lo largo del metraje), espatarrada, con las piernas abiertas, con el raíl cual símbolo fálico centrando su entrepierna. Vemos unos pocos flashes del padre suicida y luego el paso del cercanías, que la despedaza a cámara lenta con repetición de la jugada desde diferentes ángulos. Viva el gore cañí. Una voz en off nos dice que son hechos reales y nos plantan la foto de la auténtica reclusa, una tal Inés Palou (Lérida 1923-Barcelona 1975), que lo escribió todo en su novela homónima publicada por Planeta. Como ven, una joya de película.

11.11.04

SOCIEDAD BORDERLINE ANEXO A : LIMITA LA IMAGEN

Hará cosa de tres semanas alguien (no apunté el nombre, disculpas pués) reenvió una traducción del Comic Code a la lista de correo Mlcomics. Desde aquí mi gratitud al traductor anónimo. He creido que era un buen documento anexo al texto que he colgado fragmentado estas semanas. Les recuerdo que el Comic Code es la censura que se auttoimpusieron los comicbooks estadounidenses tras el escándalo generado por la publicación de La seducción del inocente. Nadie lo ha derogado y hasta hace dos días aparecía en la portada de la gran mayoría de tebeos mainstream.

CÓDIGO PARA CUESTIONES EDITORIALES
DISPOSICIONES GENERALES, PARTE A

1) No se representará un delito de forma que se pueda sentir simpatía hacia el criminal, se promueva la desconfianza hacia las fuerzas de la ley y el orden o se suscite el deseo de imitar a los delincuentes.
2) Ningún cómic mostrará de forma explícita los detalles de un delito o el método para llevarlo a cabo.
3) Nunca se mostrará a policías, jueces, funcionarios o instituciones respetables de manera que se pueda perder al respeto hacia los mismos.
4) En caso de mostrarse un delito, será como una actividad sórdida y desagradable.
5) No se mostrará a los delincuentes de forma glamurosa ni ocupando una posición que cree deseos de emularlos.
6) El Bien siempre triunfará sobre el Mal y el delincuente será castigado por sus actos.
7) Se prohibirán las escenas de excesiva violencia. Se suprimirán las escenas que muestren torturas brutales, peleas injustificadas y excesivas con armas de fuego y armas blancas, agonía física y delitos sangrientos y truculentos.
8) No se mostrará formas únicas o inusuales de esconder armas.
9) Se desaconsejarán las escenas donde mueran agentes de la ley como consecuencia de actividades criminales.
10) Nunca se mostrará abiertamente un secuestro. El delincuente o secuestrador siempre será castigado.
11) Nunca se rotulará la palabra "crimen" con una tipografía mayor que el de otras palabras del cómic. La palabra "crimen" jamás deberá aparecer sola en una portada.
12) Se restringirá el uso de la palabra "delito" en títulos y subtítulos.

DISPOSICIONES GENERALES, PARTE B

1) Las portadas de las revistas nunca utilizarán en los títulos las palabras "horror" y "terror".
2) No se permitirán las escenas de terror, excesivo derramamiento de sangre, actos sangrientos y truculentos, depravación, lujuria, sadismo y masoquismo.
3) Se eliminará cualquier ilustración morbosa, desagradable o truculenta.
4) Sólo se publicarán historias que traten sobre el Mal cuando exista una finalidad moralizante y dicho Mal no se muestre de manera que pueda herir la sensibilidad de los lectores.
5) Se prohíbe toda escena que trate sobre muertos vivientes, torturas, vampiros y vampirismo, espectros, canibalismo o licantropía, así como cualquier instrumento relacionado con lo anterior.

DISPOSICIONES GENERALES, PARTE C

Se prohibirán todos aquellos elementos o técnicas que, aunque no se mencionen explícitamente en el presente documento, sean contrarias al espíritu y propósito de este Código y se consideren violaciones del buen gusto y de la decencia.

Sobre los diálogos:
1) Se prohíben las blasfemias, las obscenidades, las indedencias, la vulgaridad y toda palabra o símbolo que haya adquirido un significado indeseable.
2) Se tomarán precauciones especiales para evitar referencias a defectos físicos y a deformidades.
3) Se aceptará el lenguaje coloquial pero se evitará abusar del mismo y se empleará correctamente la gramática siempre que sea posible.

Sobre la religión:
En ningún caso se permitirá que se ridiculice o se ataque a un grupo étnico o religioso.

Sobre la indumentaria:
1) Se prohíbe todo tipo de desnudez y el exhibicionismo indecente o indebido.
2) No se aceptarán ilustraciones sugerentes ni picantes, ni tampoco posturas sugerentes.
3) Se dibujará a todos los personajes con ropa socialmente aceptable.
4) Se dibujará a las mujeres de forma realista y sin exagerar sus atributos físicos.

NOTA: Se debe tener en cuenta que toda prohibición que haga referencia a la indumentaria, el diálogo o los dibujos en general se aplicará tanto a la portada como al contenido de una revista.

Sobre el matrimonio y el sexo:
1) No se presentará el divorcio de forma humorística, ni tampoco se tratará como algo deseable.
2) No se representarán ni se sugerirán relaciones sexuales ilícitas. No se aceptarán escenas de amor violentas ni desviaciones sexuales.
3) Se fomentará el respeto a los padres, los valores morales y la conducta decente. La comprensión por los problemas amorosos no es motivo para la distorsión moral.
4) Las historias de amor y romances recalcarán el valor del hogar y la santidad del matrimonio.
5) Nunca se tratará la pasión o el interés amoroso como forma de estimular los bajos instintos.
6) Nunca se mostrará ni insinuará tentaciones ni violaciones.
7) Se prohibirá tajantemente la perversión sexual o cualquier referencia a la misma.

CÓDIGO PARA CUESTIONES PUBLICITARIAS

Las siguientes normas se aplicarán en todas las revistas publicadas por miembros de la Comics Magazine Association of America, Inc. El buen gusto será el principio que regirá la aceptación de los anuncios.
1) No se aceptarán anuncios de alcohol y tabaco.
2) No se aceptarán anuncios de sexo o libros sobre el mismo.
3) Se prohíben los anuncios con dibujos, ilustraciones o postales que reproduzcan desnudos totales o parciales.
4) Se prohíben los anuncios de armas de fuego y armas blancas.
5) Se prohíben los anuncios de fuegos artificiales.
6) No se aceptará anuncios sobre juego o material impreso relacionado con el mismo.
7) No se permitirá anunciar en ningún producto desnudos o posturas picantes con intención de practicar el proxenetismo. Las personas deberán aparecer vestidas y con buen gusto.
8) En la medida de lo posible, los anunciantes deberán asegurar que lo que se afirma en sus anuncios se ajusta a la realidad y no puede dar lugar a interpretaciones erróneas.
9) Se rechazarán los anuncios de productos sanitarios, farmacéuticos o higiénicos. Los anuncios de dichos productos que estén avalados por la American Medical Association o la American Dental Association serán aceptables siempre que no infrinjan ninguna norma de este Código.

Simpsonario (XLIII)

Balas de cañón

Se las hace disparar en la barriga Homer en Homerpalooza, en la caseta de las atracciones freaks del festival Hullabalooza (en referencia al festival de rock itinerante Lollapalooza); el éxito obtenido permite a Homer hacerse amigo de célebres estrellas del rock como Smashing Pumpkins o Sonic Youth. La escena no sólo pretende ridiculizar el problema de la obesidad del personaje, sino también subrayar lo absurdo de ciertas diversiones que forman parte ya del imaginario kitsch americano.

Simpsonario (XLII)

Badulaque, El

Conocido como Kwik-E-Mart en la versión original, es el punto de referencia para las compras de Marge y para la gula de Homer; el comercio donde trabaja Apu, de origen hindú, al que despiden en el episodio Homer y Apu, le sustituye nada más y nada menos que el actor James Wood en uno de los cameos en los que la celebridad o artista famoso invitado desarrolla una parte activa en la estructura de la historia.

9.11.04

SOCIEDAD BORDERLINE PUNTO OCHO : REDACTE CONCLUSIONES

Desde la preadolescencia, allá por la mitad de la educación primaria, nos enseñaron que las cosas tienen una introducción, un nudo y un desenlace. Y que había que acabar las redacciones con un apartado de conclusiones. Siempre fue la parte más plasta de este método educativo y la primera de nuestras ansiedades: "para qué volverlo a decir otra vez". "¿Para qué repetir si la gracia está en el nudo? ¿Para qué sintetizar si soy un bordeline?". Una muestra más de que somos casi idiotas, pero aprovechables, como la sociedad en la que hemos crecido.

Pese a que todos inferimos lo básico, no olvide seguir estos consejos cuando desee extraer conclusiones: busque lo raro, escarbe en su nostalgia, recorte, pegue, coloree (en definitiva, intertextualice), examine la pornografía diaria, consuma con moderación y recuerde que algunos testigos confirman que el Papa murió por combustión espontanea hace un par de años. Felicidades: conoce la verdad.


Simpsonario (XLI)

Bad Girl

La versión femenina del bad boy es más reciente y se considera de hecho un fenómeno típicamente posmoderno. Lisa, en Vocaciones separadas, se transformará, si bien momentáneamente, en “chica mala” cuando un test psicológico le revele que su destino profesional no está en el mundo de la música jazz sino entre los muros domésticos como ama de casa. También Marge adoptará el papel de bad girl con la vecina, Ruth Powers, en Marge se da a la fuga. Cansadas de una existencia familiar esclava con hombres egocéntricos y machistas, las dos se lanzarán a la gran aventura, correteando en automóvil en una especie de viaje, al mismo tiempo, de frontera e iniciación, como evocación de las road movies en general y a la película Thelma y Louise en particular. Otra niña, Jessica Lovejoy, hija del reverendo, encarnará el mal en La novia de Bart, obligando al chiquillo, enamorado de sus ojos de catequista buena, a realizar las acciones más infames y desconsideradas.

8.11.04

SOCIEDAD BORDELINE PUNTO SIETE : FLIRTÉE CON LECTURAS PELIGROSAS



Si han tenido el valor y la paciencia de llegar hasta aquí ya se habrán dado cuenta de que hace rato que del terreno de la especulación social se ha pasado a las pistas y recomendaciones bibliográficas. Tras reivindicar un género (la ciencia-ficción) y un medio (los tebeos), el penúltimo apartado de este caótico artículo prosigue con ese hábito tan poco moderno como es la lectura; y lo hace recomendando velozmente a un escritor de actualidad, unos cuantos ensayos (sin los que estas letras no hubieran sido posibles) y la más imprescindible de las revistas españolas.

Últimamente el nombre de Chuck Palahniuk aparece hasta en la sopa. No es para menos tratándose del autor de una novela fundamental: El club de la lucha (llevada al cine de manea ejemplar por David Fincher en 1999). La verdad es que Palahniuk tiene una cara que da como miedo, y se intuye que algo propio impregna a sus personajes. Si no han leído el libro (o visto la película) protagonizado por el caótico Tyler Durden no sé a que esperan para descubrir la caótica odisea de un adicto a los productos Ikea y a las reuniones de enfermos terminales que acabará implicado en una conspiración de despojos sociales dispuestos a destruir la sociedad capitalista a base de reventar rascacielos. Creemos que no se trataba de una profecía de Nostradamus.



La obra literaria de Palahniuk ha continuado con Superviviente (narrada por el gurú mediático de una secta suicida a punto de estrellar el avión en que viaja), Asfixia (un adicto al sexo que vive en un parque temático y ha sido criado por una madre situacionista, su mejor novela junto al Fight Club) y la reciente Nana (un relato de género sobre la muerte súbita de los recién nacidos). La biografía de este escritor nacido en Oregón en 1964 no está exenta de momentos cuando menos inquietantes (el asesinato de su padre), pero sus novelas describen muy bien el caos del individuo hipocondríaco en una sociedad borderline.

Si todo lo leído hasta aquí les parece extraño, alucinado o sencillamente peligroso bueno es reseñar los tres textos teóricos en lengua castellana que han inspirado (probablemente demasiado) todo lo aquí vertido: pOp cOntrOl, Cultura del Apocalipsis y ¡Vida Mostenca!.

El Pop Control de Miguel Ibañez (16) es una fría operación de cirugía social (sin anestesia) que enseña (deleitando) el carácter pop de la ultraviolencia y la deshumanización tecnificada, la fascinación por la bomba atómica, los psicópatas, las conspiranoias, la sangre como espectáculo de masas y el hombre máquina de destrucción masiva. Muy en la línea de este indispensable ensayo del barcelonés Miguel Ibañez, pero con un discurso mucho menos estilizado, robótico y homogéneo, es la amplia compilación llevada a cabo por Adam Parfrey en Cultura del Apocalipsis (17). Su objetivo es mostrar a la luz la variedad de alucinados textos que aparecen al amparo de la prensa radical y underground norteamericana: necrófilos, psicópatas, integristas, visonarios posmodernos, paranoicos, adalides de un nuevo no sé qué. Pese a tener algún texto demasiado cabezón se trata de una lectura como mínimo sugerente.



¡Vida Mostenca! (18) es el último libro a recomendar. Su autor, Jordi Costa, es casi sin pretenderlo (o quererlo) el teórico de referencia de la cultura basura en nuestro país (gracias a su labor como experto cinematográfico, su libro Mondo Bulldog (19) y la organización de la exposición Cultura Basura en el CCCB de Barcelona). Quizás a modo de recuerdo de lo que la literatura medieval conocía como bestiarios (manuscritos repletos de descripciones e imágenes de animales reales o fantásticos, o quizás emulando los libros naturalistas de Felix Rodriguez de la Fuente, Jordi Costa realiza un exhaustivo pero no concluyente sampler sobre lo mostrenco (20). Personajes disparatados, inconexos, desconocidos o populares que conforman, todos juntos, la versión actualizada y cibernética de aquellas biografías de santos y mártires con las que educaron a nuestros padres, en esta ocasión (sería muy injusto no recordarlo) magníficamente ilustradas por Darío Adanti.



Y ya para acabar, el fanzine definitivo: el Mondo Brutto, dedicado a la actualidad bizarra para brutos mecánicos. Se trata de un generoso mamotreto de cadencia trimestral que está a punto de cumplir las treinta entregas (toda una proeza) fruto de la entrega de entes crípticos (como Galactus, Dildo de Congost, Grace Morales o Joe D’Allesandro) de prosa dicharachera (pero con enjundia) y envidiable archivo gráfico. Una avanzadilla pop (como los Invisibles de Grant Morrison) que gusta platicar de temas como la juventud, la unidad de los demócratas, la tolerancia, el suicidio, los mormones, Camacho, Escribá de Balaguer, el fetichismo, la frivolidad, la bomba atómica o lo español como ideal bizarro (21). Festejando la salud de esta imprescindible publicación (sin olvidar su lista de correo) nos adentramos en la recta final de la confusión entendida como una de las bellas artes.



***

(16) Ibañez, Miguel; Pop Cotrol: Crónicas post-industriales (Colección Parapapel, Ediciones Glénat, 2000).
(17) Parfrey, Adam (ed.); Cultura del Apocalipsis (Colección Intempestivas, Valdemar, 2002).

(18) Costa, Jordi y Adanti, Dario (ilustraciones); ¡Vida Mostenca! Contracultura en el infierno postmoderno (Colección No ficción, Ediciones La Tempestad, 2002).
(19) Costa, Jordi. Mondo Bulldog: Un viaje al universo basura (Colección Pandemonium, Ediciones Temas de Hoy, 1999).
(20) El adjetivo mostrenco, según la Real Academia Española: "que no tiene casa ni hogar, ni señor o amo conocido; Ignorante o tardo en discurrir o aprender; persona muy gorda y pesada.

(21) De nuevo, según la R.A.E: "valiente, generoso, lucido, espléndido".

Simpsonario XL

Bad Boy

Es el chico terrible, insoportable, rebelde, de la tradición literaria americana, que ahonda sus raíces en el siglo XIX con el Tom Sawyer de Mark Twain y continua, especialmente en los cómics ya a finales del mismo siglo. El considerado de manera estricta primer cómic de la historia está, en efecto, dedicado a un niño ‘malo’ que, hasta en el color de la piel, puede alardear de guardar interesantes analogías con Bart Simpson: Yellow Kid. El personaje nació en mayo de 1895 dibujado por Richard Outcalt para el New York Herald, en las páginas a color del querido suplemento de Joseph Pulitzer. En esas tiras de grafismo vagamente modernista, las extravagantes aventuras del chico amarillo no perdían ocasión para poner en evidencia el contraste ya irreductible que contrapone los hombres a los niños, el microcosmos adulto al infantil; puede, pues, establecerse un discurso común con Bart sobre separación (que en las aventuras narradas se hace, a su vez, molesto, paradójico, ruidoso) entre el mundo por así decir normal y el de la preadolescencia.

De Yellow Kid a Bart Simpson la lista de los bad boys es realmente inmensa y se pueden citar muchos. Por ejemplo, en 1932 Carl Anderson idea a Henry: un niño adusto, solitario, surrealista, constantemente irritado y además listo para contrastar la realidad de los adultos con salidas que, al mismo tiempo, reflejaban insidias y enfados. En 1942 Crockett Johnson crea aBarnaby, chiquillo indeciso en constante desequilibrio entre su realidad fantástica y la realidad cotidiana y de la familia. El discurso podría también aludir a los otros protagonistas: al igual que en los Simpson, Bart no es el único que encarna el modelo del bad boy en la historia del tebeo americano.

Los antepasados más o menos directos de Bart y Lisa podrían ser Nancy y Sluggo, que no son hermanos, sino dos amigos dibujados en 1938 por ErnieBushmiller. Sluggo, con una gorra a lo pillo, es en realidad un pusilánime que está esclavizado por la agresividad y el despotismo casi matriarcal de su compañera de juegos; característica ésta que parece guardar un cierto parecido entre la inteligencia superior de Lisa y la mente confusa de Bart. Pero las analogías más sorprendentes se derivan de la comparación entre Lisa y Nancy: esta última es engreída y pedante, pero no carece de una objetiva autocrítica, que modera su presunción y propicia, sin duda, un carácter autoritario. A la par que Bart y Lisa, pero con mayor frecuencia, Nancy y Sluggo se afanan en arreglar los numerosos desastres que provocan a pesar de que muchas veces los remedios sean bastante peores que la enfermedad.

Por último, como ocurre en los Simpson, los bad boys son también numerosos entre los demás personajes que secundan a los protagonistas, especialmente amigos y compañeros de colegio. Al igual que en 1923, Ad Carter publicó Just Kids, centrada en las fechorías de un grupo de chicos de barrio, en referencia a las temibles bandas infantiles que en la sociedad americana empezaban a manifestarse en las zonas suburbanas degradadas.

7.11.04

Sunday Postals (I)



Ya avisé (en un comment) que inauguraría una sección dominguera de carácter visual. Básicamente dedicada a carteles, portadas e ilustraciones que me gusten y llamen mi atención. Para inaugurarla he escogido esta estupenda portada anterior al Comic Code norteamericano que localicé por casualidad buscando ilustraciones para la sexta entrega de Sociedad Borderline (un poco más abajo).

Espectacular lo es un rato. De las que hace cincuenta años que no se ven y todo un peligro para la juventud yanqui. Procede del número 12 de la colección Mister Mystery, aparecida en julio de 1953 y dibujada por Bernard Baily. El comic-book, editado por Aragon, constó de 19 números que incluían media docena de historietas de horror, siguiendo el modelo de la EC y, claro, cayó tras el revuelo armado por La seducción del inocente. Aquí encontrarán más datos y portadas de la colección.

6.11.04

Simpsonario - LETRA A

"Abajo con los deberes"
Abejorro
Abuelo Simpson
Accidentes
Acciones
Actor Secundario Bob
"Adonis Calvo, el"
Adopción
Adultos
Albania
Alejamiento
Alemania
Ama de casa
Amarillo
Amistad
Amnesia
Animación
Animales
Antihéroes
Anuncio
Apu
Argumento
Arte
Artista invitado
Asilo
Astronauta
Atención
Atípicos
Audiencia
Australia
Autobiografía
Autobús
Autor
Autores
Autorreferencial
Avión
Azotes
Azúcar
Azul

Simpsonario (XXXIX)

Azul

Además del amarillo de la piel como característica del diseño de los Simpson, también existe el chocante azul ultramar de la melena de Marge. Su memorable peinado es una especie de paralelípedo de color chillón, casi una piña alargada o un amorfo rascacielos miniaturizado; para los dibujantes, sin duda, remite a la herencia del kitsch americano de las amas de casa de clase media: extremas de permanentes y cardados aún en boga en la America de provincias como eterno revival del estilo años cincuenta. La obra de arte de peluquería de serie Z para Marge (que también remite al maravilloso grupo pop The B-52’s) representa asimismo una especie de matojo encantado o lugar mágico en cuyo interior se emboscan, aparcan o abandonan una infinidad de objetos de lo más variopinto (a veces incluso Maggie).

5.11.04

SOCIEDAD BORDERLINE PUNTO SEIS : LEA TEBEOS

En 1954 el psiquiatra Frederic Wertham publicó el sensacionalista tratado La seducción del inocente. En él se culpabilizaba a la industria de los comic-books de ser la causa de una juventud rebelde y de la violencia de la sociedad. La preocupación de muchos padres acabó por desencadenar una comisión de investigación del senado norteamericano. Los tebeos eran un demonio que se había infiltrado en el seno de la feliz familia de los 50 y atacaba a sus retoños. Aunque sobrevivieron esta caza de brujas (con la triste aplicación de la autocensura), lo cierto es que los cómics quedaron marcados para siempre con el estigma de lo peligroso. En la actualidad han perdido gran parte del respaldo popular pero también se han convertido en un extraño reducto, una subcultura alejada de los mass media que cobija en su interior buenas muestras de libertad creativa (ya sea a través de la autoedición o incluso bajo el sello de las grandes editoriales). Así que mejor aprovechar mientras dure. Por mi parte paso a recomendar un autor, un personaje y una obra independiente hecha aquí.



Nacido en Glasgow en 1960, podemos calificar a Grant Morrison como unos de los gurús del poder de la imaginación y un autor de culto que curiosamente combina su papel de infiltrado en colecciones de éxito (en la actualidad se ocupa de los X-Men, tras el éxito de su JLA (13) ) con obras más personales. Criado, como tantos otros, al amparo de revistas británicas de los 80, como 2000 AD (Zenith) o Crisis (The New Adventures of Hitler), pronto dio el salto a los EE.UU. con una exitosa visita al manicomio donde se interna a los enemigos de Batman (Arkham Asylum) y recuperó un superhéroe olvidado, Animal Man, a base de filosofía new age (y un final cercano al Philip K. Dick de El hombre en el castillo). Además de alguna historia unitaria (Mata a tu novio, El misterio religioso) el aviso más serio se produjo con Doom Patrol (La patrulla condenada) un grupo de culto al que dotó de extraños personajes y enfrentó, entre otros, a hombres tijeras que recortan la realidad o a una Hermandad Dadá a la búsqueda del cuadro que se comió París. El terreno estaba preparado para Los Invisibles.



Se hace difícil hablar de la que es considerada la obra más personal del guionista escocés. La edición española ha avanzado a trompicones, con largas interrupciones cuando la historia tan sólo empezaba a tomar forma. Los invisibles son una célula anarquista, un comando de activistas revolucionarios de estética cool liderados por King Mob que lucha contra un raza de invasores seres dimensionales que tiene a la humanidad bajo control, aunque ésta no lo sepa. Muchos han opinado que The Matrix es un plagio de esta obra. Lo sea o no, Grant Morrison también la concibió como una experiencia mágica, además de psicodélica, para él mismo: cuando en el tebeo devoran el rostro de King Mob, la cara del escritor fue atacada por un insecto; cuando el mundo del personaje se desmoronó, la novia del autor escocés le abandonó para luego acabar muriendo de una extraña infección; cuando el guionista decidió que el protagonista tuviera pareja, él mismo conoció a una de idéntica a la presentada en el tebeo (14). La última creación de Grant Morrison se llama El asco y versa, entre otras muchas cosas, sobre una organización secreta dedicada a limpiar, sin que nos demos cuenta, la basura que generamos.

Buena parte de las obras más personales de Morrison han sido editadas al amparo del sello Vértigo de la DC Comics. No son las únicas obras de calidad que han publicado, ni mucho menos, pero dentro de nuestra temática de futurismo paranoico que ya está aquí bueno es recomendar el Transmetropolitan de Warren Ellis y Darick Robertson. La historia de un periodista cabronazo (inspirado en el demoledor Hunter S. Thompson (15) ) enfrentado al presidente de los EE.UU. (El Sonriente, que en realidad tiene a Blair como reflejo) en un futuro cercano superpoblado y neurótico: inteligencias artificiales drogodependientes, alucinadas modas (cirugía estética alienígena), proliferación de sectas y religiones a cual más alucinada, brutal estratificación social, televisión omnipresente y mucha basura.



¿Y todos estos tebeos han de ser de ingleses y venir desde los EE.UU? Pues no necesariamente: la sociedad borderline española también ha inspirado buenas viñetas y el ejemplo que hemos escogido es Dinero, Revista de poética financiera e intercambio espiritual realizada por Miguel Brieva y editada por Ediciones Doble Dosis. Coge prestada la imaginería feliz de los 50, el futuro inocente que soñaban para final del siglo XX y la palabrería propia de la propaganda ideológica, Dinero es un maravilloso catálogo de eslóganes cínicos para el capitalismo hiperdesarrollado de nuestros días. Miguel Brieva también colabora en Recto, (dos números editados números hasta la fecha) junto a otros dos tipos a los que es bueno seguir la pista: Miguel B. Nuñez y Paco Alcázar.



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(13) La Liga de la Justicia de América, el supergrupo de la DC del que forman parte iconos del comic-book como Superman, Batman o Wonder Woman.

(14) Grant Morrison explica todas estas experiencias en el libro de entrevistas de Mark Salisbury Los secretos de los guionistas de comic book (La Factoría de Ideas, 2001).

(15) Hunter S. Thompson es el periodista politoxicómano que escribió, entre otras cosas, esa especie de libro de viajes lisérgico y autobiográfico que es Miedo y asco en Las Vegas, obra cumbre del periodismo gonzo.

ANOTACIÖN ANUMÉRICA: Era mi intención no comentar cosas hasta el final, postear el artículo tal y como salió y luego añadir anexos y demás. De todas formas conviene indicar (al margen que es el apartado donde más se nota que el limite de espacio obligaba a recortar e ir rápido) que la edición de Transmetropolitan está a punto de acabar en nuestro país, que Norma parece decidida de nuevo a publicar Los Invisibles, de la que sólo es posible encontrar el primer gran arco o volumen, quedando pendientes otros dos, y, finalmente, que Miguel Brieva es bastante más conocido que hace año y medio. Recto, por cierto, ya tiene un reciente tercer número (aquí, a mi lado, presto a ser leído y reseñado en breve, o eso espero).

4.11.04

Simpsonario (XXXVIII)

Azúcar

En La rival de Lisa, Homer roba una gran cantidad de azúcar de un camión para satisfacer su glotonería en estado puro, pero también las veleidades inconscientes de un salvaje bandido. El resultado es una inteligente combinación de sutil ironía sobre las golosinas nocivas y sobre la propiedad privada, y cómo estos dos elementos están intrínsecamente ligados al mundo capitalista americano.

Simpsonario (XXXVII)

Azotes

Para pegar a Bart en el trasero por su enésima travesura acude un nuevo personaje en Dos malos vecinos: el ex presidente George Bush Padre; se trata de un castigo que, según el anciano jefe de Estado, el niño se merecía desdehacía tiempo; en cambio, hace que Homer se ponga hecho unafuria. Para los autores del dibujo animado es una forma de echar por tierra otrapolémica figura política, tras las frecuentes apariciones sardónicas deRichard Nixon, pero también podría ser una idea alrededor del monopolio de la violencia por parte del estado, la libertad y el enfado del ciudadano para con la clase política.

3.11.04

SOCIEDAD BORDERLINE PUNTO CINCO : DISFRUTE DE LA LITERATURA DE GÉNERO



Para muchos, la ciencia-ficción no es más que un género de segunda división. Ya proceda de modestos bolsilibros o de elaboradas producciones cinematográficas, tan sólo se trata de aventuras en naves espaciales, verdosos enemigos y heroínas ligeras de ropa. Repasando a fondo por las secciones y los suplementos culturales de nuestros periódicos se puede llegar a la conclusión de que éste tipo de literatura es cosa de adolescentes o hedonistas en busca de evasión barata. La ciencia-ficción está al margen de la cultura con mayúsculas o lo que es lo mismo: la ciencia-ficción es contracultura (10).

¿Especula este género con el futuro? Cierto, pero son muchos los casos en los que en realidad el cómo somos tiene mayor importancia que el cómo seremos, por mucho que la historia que cuenta pueda situarse cientos de años en el futuro. Se podrían dar muchos ejemplos o acudir a nombres de prestigio intelectual (George Orwell, Aldous Huxley) pero eso nos alejaría de la cultura en minúsculas, mucho más divertido es escarbar entre títulos menos reconocidos.

Las novelas de J.G. Ballard y sus autopistas interminables, rascacielos en guerra civil, extraños comportamientos sexuales o hecatombes sociales varias tienen como protagonista un ser humano que es un muerto en vida agobiado por un entorno cada vez más frío, lleno de cemento, deshumanizado, borderline. También podemos acercarnos a John Brunner y su apocalíptica trilogía del desastre: superpoblación (Todos sobre Zanzíbar), violencia (Órbita inestable) y polución (El rebaño ciego). Brunner, de hecho, se anticipó a la corriente ciberpunk con El jinete en la onda del shock, escrita en un lejano 1975 pero que ya anticipa una realidad: el exceso de información en realidad desinforma. Podemos citar a muchos autores más, y alargar este texto muchas páginas, pero si se habla de ciencia-ficción y se especula sobre la realidad de lo que percibimos siempre se acaba por recurrir a un nombre clave: Philip K. Dick.

Su nombre puede ser ahora popular gracias a las adaptaciones cinematográficas de sus cuentos o novelas (Blade Runner, Desafio Total, Minority Report), pero hace treinta años sólo lo conocían los aficionados al género. Ahora es un autor de culto y se le reivindica como parte esencial de la literatura del siglo XX. No deja de ser curioso porque él siempre quiso ser un escritor "serio" y no lo consiguió en vida. La biografía (11) de éste escritor de estilo apresurado y finales desconcertantes contribuye a forjar su leyenda junto al puñado de obras maestras que escribió a lo largo de su vida, destinadas la mayoría en su momento al mercado de papel de pulpa.

Nacido en 1928 e hijo de una familia rota, traumatizado desde el principio por la muerte (por desatención) de su hermana gemela, al poco de nacer, y dominado por una madre posesiva que lo llevó a mil psiquiatras, la vida de Philip K. Dick fue un constante trasiego de divorcios, hiperactividad creativa impulsada por la necesidad de dinero y largos periodos de desequilibrio mental de toda índole (esquizofrenia, paranoia, depresión), por no hablar de su adicción a los fármacos (combinaba con fruición el consumo de anfetaminas y antidepresivos) y sus escarceos, a finales de los 60, con las drogas psicodélicas.



Nuestro hombre era, desde luego, un paranoico. Ya en la década de los 50 sospechaba que el FBI y la CIA lo espiaban; atribuía dicho control al hecho de que en alguna de sus novelas había dado con algo que era real y que el gobierno quería ocultar. Sospechó que su segunda esposa trataba de asesinarle y consiguió, tras acusarla de maníaca depresiva, que ésta acabara internada en una institución mental durante un breve periodo de tiempo. Muchos años antes del escándalo Watergate desconfiaba de Richard Nixon, quien parecía trazar una vida paralela a la suya, y durante algún tiempo creyó que la KGB llenaba telepáticamente sus sueños de cuadros abstractos de Kandinsky. La crisis, o revelación, definitiva acaeció en 1974 (12) y ya no le abandonó hasta su muerte: se obsesionó con el símbolo de los primeros cristianos (un pez dorado) y empezó a sufrir trances místicos en los que su cuerpo era poseído por una presencia que bien pudiera ser lo que entendemos por Dios, tenía revelaciones sobre el pasado e incluso predijo la enfermedad mortal de su hijo (salvándole la vida). En 1976 se acabaron estas visitas y, tras un intento de suicidio, decidió dedicar el resto de su vida a transcribir su monumental y alucinada Exégesis: miles de páginas de revelaciones religiosas. Un infarto acabó con su vida en 1982.

Con una biografía como ésta resulta claro que Philip K. Dick no estaba bien de la cabeza. De todas formas, locura y genialidad a menudo han ido de la mano y fruto de ello son muchas de las novelas y cuentos de este escritor paranoico siempre obsesionado por saber si el mundo en que vivía no era real: universos paralelos en los que Alemania y Japón ganaron la segunda guerra mundial (mientras un escritor revela lo contrario); vidas que son el sueño de los muertos; drogas para vivir en el engaño, para ser controlado o para liberarse; androides que desean ser más humanos que la especie humana; nuevos Mesías de aspecto cibernético; planetas manicomio; falsas guerras que sirven para tenernos ocupados; la esquizofrenia como modo de viaje en el tiempo. Un puñado de títulos como Ubik, Una mirada a la oscuridad, El hombre en el castillo, ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?, La penúltima verdad, Los tres estigmas de Palmer Eldricht o Tiempo de Marte que suponen un maravilloso torrente de ideas de las que llevamos rato hablando.

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(10) También es coleccionismo. Resulta sorprende comprobar los precios que alcanzan en el mercado de la segunda mano algunas agotadas ediciones y títulos de ciencia ficción. Ríanse de la filatelia o la numismática.

(11) Son varias las biografías que se han escrito; una de ellas (Yo estoy vivo y vosotros estáis muertos, de Emmanuel Carrère) ha sido recientemente editada por Minotauro en nuestro país.

(12) Este periodo de su vida está narrado por el genial Robert Crumb en la historieta La experiencia religiosa de Philip K. Dick, incluida en el tercer álbum de la colección de Obras Completas de Crumb (Ediciones La Cúpula).