26.2.09

RITUAL ESPACIO/TEMPORAL

mystery tales 40 (Atlas, 1956)

Hoy se repetirá el ritual que llevo realizando durante las últimas semanas (aunque con variaciones sobre la rutina podemos remontarnos un lustro atrás). Llegaré a casa del trabajo, entraré en Freak's City para consultar las descargas del día y dejaré la nueva entrega de Lost bajando mientras parto en busca de absencito. Por la noche, si no hay contratiempos, doña absenta y yo nos plantaremos ante la tele para seguir disfrutando de una serie inusual cuyo éxito me parece hoy un milagro.

El debate entre la tomadura de pelo y la genialidad delirante vuelve a arreciar estos días, y yo me apunto claramente por lo segundo. La evolución (y pervivencia) de una serie que a estas alturas utiliza el flashback como un salto al futuro y el flashfoward como salto al pasado no admite demasiadas dudas. Creo. Al fin y al cabo ya referenciaron a Dick hace tiempo y a los tebeos de la Atlas (nada menos) no hace tanto. A estas alturas las cartas están sobre la mesa y la cosa no se resiente (aplausos), con un revuelto esquema entre el culebrón pulp y la paradoja espacio-temporal, con sus mediums y sus guiños, en una constante espiral que sólo los lectores de tebeos y bolsilibros (y nos los espectadores televisivos) podemos sentir como algo habitual en nuestras ficciones evasivas. Nadie daría un duro por una serie como esta si esos elementos hubieran estado ahí desde el principio, aunque ya en la segunda temporada supimos disfrutar de un botón que debía pulsarse cada cierto tiempo a riesgo de que el mundo tocara a su fin (en aquella ya lejana cuenta atrás que había que reiniciar estaba la clave de todo, la prueba del algodón definitiva). Todo ese mejunje lleno de cabriolas imposibles me hace disfrutar como un enano, entragado a sus entregas, en un bucle de disfrute que me maravilla. Y no tengo más que decir.

25.2.09

EL HORROR DE LOS TORSOS REVUELTOS

Horror of Mixed Torsos

Horror of Mixed Torsos! es una de las preciadas joyas que guardan los arcones del Horror Precode de explotación. De autoría ignota y publicada en el número 13 de Dark Mysteries, cabecera de la editorial Story, hoy injustamente olvidada pese a publicar alguna de las historietas de terror grotesco más contundentes. La que traigo a continuación es buena muestra de ellos, sin duda destinada al disfrute de los gourmets del Grand Guignol y la explicitez macabra con altas dosis de delirio.

Básicamente, Horror of Mixed Torsos! (bellísimo título, pardiez) narra una historia de amor necrófilo en la que un freak desgraciado (al que se le mueren las flores y ladran los perros) y trabajador de la funeraria local se enamora del fresco cadáver de una pelirroja, a la que retira de su tumba, embalsama y resguarda en una urna de cristal.


El problema sobreviene cuando los restos de la fallecida deben ser exhumados dado que deben ser trasladados a Europa para su reposo final. Nuestro querido freak iniciará entonces, hacha en mano, una sangrienta cruzada contra todo aquel que pretenda llevarse a su amada.

(No se pierdan el detalle de las ratas tomando su parte del festín)

Como su primera víctima queda partida en dos, guardará cada una de sus partes en lugares diferentes del sótano de la funeraria que le sirve de morada.

A la primera víctima le sigue una segunda, igualmente despiezada a tajos por la mitad.

Y fíjense ustedes qué diversión la mezcla de torsos. Guarda la parte inferior de la segunda víctima con la superior de la primera, y viceversa. Muy divertido, sí, pero un terrible error.

En el universo del horror precode todo cadáver vuelve de su tumba para cobrarse venganza. Con trozos separados resulta más difícil (pero no imposible), pero si a un torso superior deseoso de venganza le añades unas piernas que aunque no sean las que le correspondan compartan objetivo, pues eso, que el freak la ha liado parda.

Pueden leer la historia en su integridad en esta entrada del imprescindible The Horrors of It All. O si lo desean, descargarse el cbr del tebeo desde Golden Age Comics, que por algo es material libre de derechos. Concretamente desde aquí, recuerden que es el número trece, aunque yo les diría que se los bajen todos. La portada, por cierto, es otra joya que pasó desapercibida en su momento. Wertham ni la cita.

Dark Mysteries 13 (Story, 1953)

24.2.09

AMOR CONTRA TERAPIA

My Heart Said Yes, but My Therapist Said No


No sé qué es mejor: el título delirante (Mi corazón dice que sí, mi terapeuta dice que no); el look del terapeuta en aberrante conjuntado lila y a camiseta imperio descubierta; o sus demoledoras palabras (eres autodestructiva Alice ¿No te das cuenta de que eres una mujer hermosa? Estás enferma pero eres hermosa) Supongo que todo en su conjunto, ya sólo por meter psiquiatras en tebeos de romance. Desconozco la procedencia original, salvo que es DC y, quizá, dibujado por Infantino. Y no es precode.

23.2.09

POP ART PRECODE

pop precode


Reflexión propuesta: Meditar sobre la historia del arte contemporáneo si Roy Linchenstein se hubiera inspirado en las viñetas de horror antes que en las de romance. La que preside este post, que es bellísima, procede del número 16 de The Thing (Charlton, septiembre de 1954), en concreto de la historieta Mental Wizard, de autoría ignota sin acreditar.

20.2.09

ENEMIGOS DE LA JUVENTUD

We can stop the enemies of Youth (1952)

Página educacional de prevención contra el consumo de drogas aparecida en los tebeos del sello Lev Gleason en 1952. Por un lado, tiene el interés que aquí despiertan ambos elementos: la historieta como medio educacional/propagandístico y las drogas. Por otro está su autor, Frank Frazetta. Pero hay más reflexiones al respecto. Primero, que se trata de una colaboración entre el New York City Youth Board, agencia pública para dar apoyo y reinserción a los delincuentes juveniles, y la Association of Comics Magazine Publishers, fundada un par de años antes como primera respuesta al problema de la mala fama de los tebeos. De hecho, enseguida esbozaron una especie de comic code al que luego no hicieron caso, pero que sirvió de base para el que había de venir. Segundo, su publicación a cargo de Lev Gleason, sospechoso izquierdista que dejó sus tebeos en manos del genial Charles Biro (editor, guionista y soberbio portadista), responsable de una de las colecciones con peor prensa (y más éxito) de la época: Crime Does not Pay. Se producía así un curioso círculo: los tebeos de crimen provocaban la delincuencia juvenil, así que había que poner en su interior mensajes educacionales para provocar el efecto contrario. Si se fijan, hay un común denominador: la creencia en la historieta como modificador de conductas.

19.2.09

WONDER BONDAGE

El tema surgió de repronto al leer en Entrecomics la carta que el editor MC Gaines envió al Dr. William Moulton, creador y guionista de Wonder Woman: había que reducir el uso de cadenas entre un 50 y un 75%. Tamaña evidencia despertó mi curiosidad. Moulton es un personaje bizarro donde los haya: al margen de la ya mentada por aquí máquina de la verdad (que al parecer utilizó con espías nazis), su relación de bigamia poliamorosa (es decir, aceptada y bajo el mismo techo) con su esposa y su secretaría (dos hijos con cada una de ellas) habla por sí misma. La cultura popular nos ha legado la leyenda de que en sus inicios Wonder Woman, versión fémina de Superman, era un catálogo de bondage y erótica de la sumisión. Un icono ideológicamente subversivo de la mano de un psicólogo libertino, ideólogo de la revolución sexual, que incluso habría asesorado a Hollywodood para escapar por los pliegues de la atadura moral del Código Hays. Lo sabemos y hacemos que sí con la cabeza, pero esa misiva sobre cadenas y tantos por ciento despertó la necesidad de comprobarlo: ¿Había tanta cadena en el tebeo como para llamar la atención? ¿Tantas que de cada 100 cadenas debían quedar 25?

Fechada en septiembre de 1943, la carta se situaría entre los números 6 y 7 de la colección de la superheroina, aunque ésta ya había protagonizado la genérica Sensation Comics desde enero de 1942, tras presentarse en All Star Comics #8 un mes antes. Así que mi deseo de constatar la presencia de elementos de SM light en los tebeos de la Mujer Maravilla debía acotarse un poco, y decidí concentrarme en los diez (al final once, y porque tenía que parar) primeros números de su colección (uno de ellos ya tratado por aquí con otra perspectiva durante la primera entrega de Presidential PoP).

La idea inicial era buscar esas imágenes de bondage y colgar una galería. Cuando iba por el tercer número ya tenía una selección de casi doscientas estampas y me encontraba en un estado de alucinada catatonia por sobredosis. Amigos, esa etapa concreta de Wonder Woman es bizarramente impresionante y yo no daba crédito. Taschen podría perfectamente sacar un tomito como los de Stanton, y desde luego un Archives con esos números en castellano es desde ya algo que reclamar a gritos. Pero continúo con lo mío. Lo que tienen aquí abajo es una selección que constata lo obvio, que la cultura PoP no engaña. El problema es que he tenido que seleccionar, y mucho. Piensen que por cada viñeta colgada en esta galería el tebeo concreto multiplica por cinco o diez, y aún así, como están a punto de comprobar, se trata de una galería abusiva en cantidad. No podía ser de otra forma: poner una decena de imágenes era traicionar el espíritu de dominación que se respira en casi todas las páginas; debía recrear la catarata de sensaciones provocada a base de una catarata de imágenes. Así que recuerden, las imagenes que van a ver son muchas y seleccionadas, y al mismo tiempo pocas en comparación con los tebeos. Wonder Bondage.

Wonder Woman #1 (verano de 1942) (nota, Jotacé ya trató este número hace poco más de un año)

Como primer número que es, hay que explicar el origen. Y el origen son las amazonas vencidas y desarmadas por el ejército griego.

Aquí tenemos a la gordita amiga de Wonder Woman sometiendo por la fuerza a una rival.

Y aquí a unos villanos metiendo a dos hembras atadas (por el cuello) en una red.

Comienza el espectáculo: mujeres atadas con cadenas a las trompas de los elefantes.

La estampa es de una imbatible belleza pOp: saludo fascista, símbolo de inspiración esvástico, villana que fuma con filtro largo y una cohorte de hembras ligeras de ropa, encadenadas y en pose de absoluta sumisión.

En este universo que empezamos a intuir, no debería extrañarnos que los niños también jueguen a atar a las niñas...

...y que acaben atando a la supermujer.


Para acabar con este primer número: la gordita es atada y arrojada de un coche en marcha para su posterior atropello.


Wonder Woman #2 (otoño de 1942)

El ejercito de invasores de Marte (el dios) encadena a la princesa Diana: piés, brazos y cadena en el cuello que la une al resto de esclavos.

Prisioneros de 18 planetas diferentes introducidos en las mazmorras marcianas.

Una imagen que se repite número a número: la amazona encadenada conoce a otras mujeres en su misma situación.
Mujeres y hombres atados son arrojados a planchas ardientes.

Otra imagen muy habitual: la argolla metálica en el sensual cuello de la supermujer.

Un panel de viñetas interesante: la amazona inmovilizada, enrrollada en una alfombra y metida en una caja; en paralelo, una mujer atada consigue hablar por teléfono.

Fíjense en el texto: en La Factoría de la Mentira cientos de esclavos trabajan día y noche escribiendo tramas, decepciones, propaganda falsa, fakes publicitarios... Sociedad Borderline en todo su esplendor. Por no hablar del curioso fonógrafo rebautizado en lieometer, es decir, mentirófono.

Falsos espíritus astrales de Hitler, Musolini y Wonder Woman colgados de la pared.

La princesa Diana, con esparadrapo en los ojos (perturbadora imagen) y atada de pies y manos, huye por un ojo de buey.

Desfile de esclavas encadenadas. Una de ellas se queja del dolor producido por el collar.

Esclava adormilada, con atractivo uniforme de prisionera, es sujetada por la cadena del cuello.

Wonder WoOman y su acompañante sometidos en la chaining room (la habitación de las cadenas). La postura, tumbada de frente con los brazos extendidos hacia atrás, es potente desde el punto de vista del bondage.

Detalle del proceso de encadenamiento.

El resultado.

Diana y el mayor Trevor encadenados a la pared. Ella comenta que debe ser castigada por su estupidez.


Wonder Woman #3 (febrero de 1943)

Wonder Woman con máscara anuda a otra doncella mientras habla de cuerdas y camas.

Spanking con raqueta.

Mujeres vestidas de elfas colgadas de tronco.

Mujeres atadas y expuestas como decorativo relleno para un pastel.

Un grupo de prisioneras de la Isla Sumisión guardan turno para el detector de ondas mentales.

Cat Fight encadenado.

Una variante: Wonder Woman atada por esclavas invisibles.

De nuevo sobre tabla sometida al proceso de colocación de grilletes, soplete mediante.

La Mujer Maravilla da fuego a una prisionera, en ropa interior, que comenta haber perdido 10 libras de peso mientras estaba aprisonada en un traje de cuero.

Chicas esclavas se postran sumisas ante el paso de su ama.

Chicas encadenadas jugando al baloncesto.

Cat Fight + Gang Bang + cadenas

La baronesa Paula Von Gunther implora salir de la Isla Sumisión para luchar contra los nazis.
Mujer atada por hombre pérfido.

Wonder Woman #4 (abril 1943)

Prisioneras encadenadas practican lucha.
"Sólo un minuto más, ama".
"Obedece inmediatamente".

Espalda desnuda de japonesa recién fustigada.

Mujer encadenada de espaldas a la pared.

Ejercicios gimnásticos con bola y cadenas.

Imagen muy habitual en los tebeos que quiero destacar por su erotismo implícito, ya que a la sumisión y las cadenas añade el fetichismo de los pies, también muy presente en los tebeos.

Esclava azotada.

Esclava-ama saluda a la manera fascista.

La princesa Diana flagelada con bola y cadena.

Splash page con cuerdas y columnas.

Espía atada a la máquina de la verdad, en la primitiva concepción de Moulton que la vinculaba a la presión arterial. Es curiosa la constante que convierte el polígrafo en utensilio para el bondage.

Varón sometido por Wonder WOman desata a prisionera con la boca.

El Mayor Trevor aprende sumisión y fetichismo.

Bofetón.

Afrodita sometida al encadenamiento mientras se habla de símbolos de sumisión.

Más bondage, de espaldas y con las pantorrillas levantadas.

"Estas cadenas no podrán conmigo"
"Aprenderás a amarlas".

Wonder Woman #5 (junio 1943)

El dios Marte comprende los riesgos que la incorporación de la mujer a la vida activa, a causa de la guerra, lleva implícitos: escaparán a la dominación masculina y conseguirán una horrible independencia.
El hipnotismo aplicado a la dominación: "Obedéceme".

Tiernas chicas en ropa interior con liguero y cadenas.

Wonder Woman atada al electro-atomizador, un aparato que separa el espíritu de la carne.

Una imagen de un simbolismo brutal: el espíritu de Wonder Woman separado de su cuerpo y encadenado a la pared.

Mujer esclavas comiendo, maniatadas y de rodillas.

La tercera edad también merece unos azotes.

Esclavas como perras rastreadoras.

Están siendo liberadas, pero la dominación está implícita.

Las boleas como útiles para el bondage.

Otra variación simbólica y potente: el entierro en vida.

Wonder Woman #6 (otoño de 1943)

Un panel de viñetas célebre: cadenas, candados, postura incómoda y máscara de cuero.

La superhembra calza sus botas.

Cheetah y sus gatitas atigradas.

Introduciendo líquido en la boca de una mujer inmobilizada.

Deporte y cadenas.

Wonder Woman visita la forja de la Isla de la Sumisión...

...y compran cadenas a kilos.

Mujer atada a un árbol en dolorosa posición para las extremidades superiores.

Wonder Woman #7 (invierno de 1943) (Nota: es entre este número y el anterior que MC Gaines escribió la carta que motiva esta entrada: demasiadas cadenas)

Presos en fuga someten a sus vigilantas (y curioso uniforme el de éstas).

Mujer encadenada arrastrada escaleras abajo.

De nuevo bondage de espaldas, con las pantorrilas levantadas, sin ofrecer resistencia.

La princesa Diana inmovilizada en una camisa de fuerza.


Curiosa variación en harén de esclavas: la red electrificada.

Gatita sumisa responde "Woof Woof" a su exótica ama.

Visita a la escuela de Isla Paraiso. Las amazonas aprenden sumisión desde la infancia.

"Sí, mi ama. Obedezco"

Wonder Woman #8 (primavera de 1944)

Mujer encadenada con máscara de hierro.

Wonder Woman colgada boca abajo liberando enjaulados con la boca.

Mujer encadenada recibe el impacto de bolas de goma.

La princesa amazona de nuevo haciendo amistades en cautividad.


Wonder Woman #9 (verano de 1944)

Bondage colectivo sobre gorila hembra.

Transformación de gorila hembra en hembra humana, con fuego y cuerdas.

El mayor Trevor sometido como San Sebastián con alambre de púas.

Atado de nuevo.

Wonder Woman #10 (otoño de 1944)

Diana sobre la tabla del hierro forjado al rojo vivo.

Diana con dómina de cuero y látigo

La humillación del macho alfa.

Una curiosidad de implícita bizarrez fetichista: los patines con argolla y control remoto electrificado.

La cohorte del asatanasado Saturno está dominada por el cuero ajustado.

La tecnología bizarra es otro de los fuertes de Moulton; aquí vemos un aparato de rayos de paralisis cerebral.
Los pies de la Princesa Diana son utilizados como molde para fabricar botas.

Diana, en su alterego civil, probando sus botas.

Wonder Woman en una nueva sesión de nudo y cuerda. Fíjense en el detalle de las líneas cinéticas para realzar lo prieto de las ataduras sobre su carne.

Variación de lo anterior con cinturones de cuero.

Wonder Woman #11 (invierno de 1944)

Como ven, las cadenas han dado paso a las cuerdas.

El hipnotismo de nuevo. "Soy tu esclava y te obedeceré".

Los brazaletes se encadenan, pero el resto es cuero prieto. La postura es diferente a la habitual, con medio torso elevado.

Hombres en calzoncillos metidos en caja, prietos como sardinas.

La princesa Diana sumergica con cadenas, cueros, bolas y triángulos.

CONCLUSIÓN: Queda certificado que los primeros años de Wonder Wonder son un catálogo de SM y un vehículo para la revolución sexual propuesta por su creador. Subversión pOp de derribo como pocas veces se ha visto.

Menéame