21.6.08

WE WANT THE AIRWAVES #11/08






The League of Extraordinary Gentlemen de Alan Moore y Kevin O’Neill (Planeta).

Releo con absoluto placer la primera aventura de los Caballeros Extraordinarios de Moore. Desde que se editó en grapa, hace ya ocho años, que no me acercaba a ella, y descubro que muchas de sus viñetas y escenas han permanecido intactas en mi recuerdo, y este es un detalle que juzgo vital para reafirmar su genialidad. El crossover total entre personajes dispares no es un ejercicio nuevo (PJ Farmer ya lo practicó en su imprescindible saga del Mundo del Río, y los pastiches de Holmes son lecturas siempre agradecidas, por ejemplo) pero el gusto, cariño, buen hacer y, muy importante, conocimiento de los personajes que tienen el barbudo es total, haciendo de esta obra un sublime homenaje a la novela popular decimonónica, el pulp y el steampunk. Mina Harper (Dracula de Bram Stocker), Allan Quatermain (Las Minas del Rey Salomón o Ella de H. Rider Haggard), El Hombre Invisible (H.G. Wells), El Capitán Nemo (Verne), el Dr. Jeckyll/Mr. Hyde (Robert Louis Stevenson) enfrentados a Fu-Manchú y Moriarty (embarcados en una lucha de egos del M.A.L.). Kevin O’Neill, autor del genial Marshall Law, se luce, y la historia está repleta de detalles como la presencia del abuelo de James Bond, las naves de Robur el Conquistador, Auguste Lupin (Poe), la holmesiana cascada de Reichenbach o ese genial y sutil guiño según el cual Nemo pudiera ser Holmes. Imprescindible.

36-39 Malos Tiempos II de Carlos Gimenez (Glénat)

Reconozco que las relativamente recientes continuaciones de Paracuellos y Los Profesionales, siendo estupendas lecturas, me parecen por debajo de las originales (obras maestras, cosa que lo explica). También reconozco que con 36-39 Malos Tiempos Carlos Gimenez recupera mucho el pulso con su revisión de la Guerra Civil desde el punto de vista del sufrimiento de la gente de la calle, de los madrileños anónimos que vivieron bajo el asedio Nacional. El hambre es el verdadero protagonista de esta segunda entrega formada casi íntegramente por pequeñas y casi minimalistas anécdotas de supervivencia. Mención especial merece Sito, última y más larga historieta del álbum y una genialidad imprescindible, de lo mejor que leido últimamente, y en la que las dotes de Gimenez para lo sentimental se combinan con sabias dosis de humor negro y un uso magistral del McGuffin narrativo. Muy Recomendable.

No Pasarán de Vitorio Giardino (Norma)

No nos movemos de la Guerra Civil, pero sí de punto de vista, ya que No Pasarán resulta en comparación mucho menos trágica, también por el corte de aventura e intriga política propia del Max Friedman de Vittorio Giardino, sin olvidar que apela a la mística y el encanto de las Brigadas Internacionales. Una década ha tardado el dibujante italiano en completar una obra que, aunque publicada en tres partes, debe ser tomada como una unidad. Y así debe ser leída. Un estupendo tebeo, seguidor del concepto de aventura propio del cómic europeo (y de Corto Maltés), con la línea clara absolutamente minuciosa de Giardino; tan minuciosa que quizá enfría el resultado, aunque justo es decir que no desentona con la trama de espionaje ambientada en el frente del Ebro y los últimos días de la Barcelona republicana. Quizá hay, también, un exceso de postales de ciudad modernista en guerra, pero tampoco puede ser motivo de queja si tenemos en cuenta la cuantiosa documentación manejada por un autor que incluso llegó a buscarla (y localizarla) en el Mercado de San Antonio. Un buen álbum europeo.

Deogratias de Stassen (Planeta)

En sólo tres meses de 1994, la etnia hutu practicó sobre los tutsis uno de los mayores y más terribles genocidios recientes. El conflicto ruandés protagoniza este álbum demoledor, centrado en un muchacho, el qu ele da título, enloquecido y trastornado por la violencia de unos sucesos que se relatan en flashbacks. De Deogratias sólo pueden decirse cosas buenas: el uso narrativo de los saltos temporales es perfecto y el tono, sin rehuir lo sensible del tema, no cae en el peligro de este tipo de visitas: la lágrima fácil que paradójicamente diluye la tragedia. Como muy bien apunta Tío Beni en su reseña en Entrecomics, «esquiva la posibilidad de crear un impacto en el lector basado precisamente en casi lo único que los medios de comunicación han hecho llegar al resto del mundo». Vamos, que está todo pero que muy bien mesurado, dibujo incluido. Bastante recomendable.

El Cuaderno Rojo de Teddy Kristiansen (Norma)

Kristiansen, apreciable dibujante danés que, curiosamente, ha trabajado su expresivo estilo para el mainstream norteamericano (en obras de calidad y, podríamos decir, casi alternativas), propone revisitar la Primera Guerra Mundial a través de un pintor ignoto cuya trágica historia se recompone, en el presente, por un escritor obsesionado en desentrañar el misterio. Kristiansen se embarca, así, en un álbum muy personal y alejado de sus trabajos para los USA, aunque el resultado se me antoja pelín fallido. Me explico: dibujado está de cojones, expresivo, muy bien coloreado y con bellísimas viñetas, pero no acabé de sumergirme del todo en sus viñetas. Quizá el problema está en la historia que cuenta, en que la introspección del escritor acaba por alejar la historia del pintor, mucho más interesante. No está mal.

La revolución de los pinceles de Josep Busquet y Pere Mejan (Dolmen)

Y para acabar, un conflicto imaginario. Imaginemos que el folletín decimonónico, en vez de entregas literarias hubieran sido cómics. E imaginemos que sus autores fuesen explotados por las grandes editoriales. Explotados hasta que estallan en una revuelta de tintes épicos. La revolución francesa de los dibujantes de tebeos, esa es la frase que define este estupendo álbum, simpática ucronía que no camufla para nada el sustrato de crítica para con la industria del tebeo que propone Josep Busquet en su guión, sin perder precisamente el tono folletinesco (de capa, espada y conspiración), encima muy enriquecido, mucho, con el fantástico dibujo de Pere Mejan, todo un descubrimiento por mi parte, que aúna a Max con Blain sin perder frescura ni personalidad (todo lo contrario) y que promete grandes alegrías futuras, a poco que no sea víctima de las pérfidas maniobras opresivas de Ediciones La Risa, los villanos editores de la función. Recomendable, fresco y muy original.

Nota: esta entrada es una variación del guión para el Cabaret Elèctric emitido el pasado 3 de junio y cuyo mp3 se puede descargar aquí.


3 comentarios:

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