Estaba haciendo el pertinente repaso noticioso matutino cuando la lectura de las últimas novedades sobre la gripe aviaria en Europa me ha recordado inmediatamente la estupenda tercera secuela del Planeta de los Simios Original: The Conquest of the Planet of the Apes, estrenada es nuestro país como La rebelión de los simios en el ya lejano 1972, que debió ser más o menos cuando la vi por primera vez, un tierno infante influenciable por la serie bé de la época.
El punto de partida del filme, situado en un retrofuturible 1999, era que una plaga había acabado con todos los animales domésticos del planeta, especialmente perror y gatos (incluso salía alguna estatua conmemorativa de tan fieles mamíferos). El ser humano, tan necesitado de amistad animal, acababa acudiendo a los simios como nuevos compañeros peludos, aunque la evolución inteligente de éstos acababa por transformarlos en nuevos esclavos, y de ahí a la Rebelión del oprimido. Pues bien, aunque con un error en la fecha de autos, parece que el primer paso hacia esta nueva sociedad futura está dado.
Por cierto, ya que por motivos obvios la negritud en la cultura pop se ha convertido en un tema importante en este Blog Ausente, sepan ustedes que la parte final del filme, la ape riot, la revuelta de los monos oprimidos, se inspiró en la entonces bien reciente revuelta del ghetto de Watts de Los Ángeles. Qué cosas tan hermosas tiene la serie bé de derribo: una rebelión de monos se inspira en una revuelta de negros, aunque el mensaje sea que la explotación de unos sobre otros siempre producirá violencia. Lo incorrecto como metáfora para lo correcto. Tomen nota.
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