Uno de los procesos de censura, alarma social, amarillismo mediático y política populista más contundentes del siglo pasado fue el escándalo de las llamadas video nasties británicas. A principios d elos 80s, con la fiebre del VHS irrumpiendo en todos los hogares, la horda moralista tembló ante la presencia en los videoclubs de títulos como Holocausto Caníbal, Confesiones de una mente perturbada o El asesino del taladro. La histeria conservadora tardó poco en invadir los medios (la prensa británica es decana en amarillismo) y en un país sumido en la crisis, el paro y la violencia urbana las noticias sobre la inmundicia que escupían los magnetoscópios caseros copó los titulares, siempre con la protección de la infancia como escudo principal. La policía irrumpía en los videoclubs y requisaba títulos que luego se incineraban, se multaba a los tenderos y hasta un distribuidor acabó en prisión durante una temporada. Se realizó una lista de películas prohibidas y el gobierno de Margaret Tatcher puso como principal prioridad de su agenda política elaborar una ley que que pusiera fin al caos de obscenidad que asolaba las Islas Británicas. Fue aprobada por unanimidad.
De entre las decenas de titulares y los cientos de artículos que coparon los medios británicos (entre ellas, equiparar cintas de vídeo a drogas y alcohol o ilustraciones en la que un macho cabrío veía la televisión como si de un rito satánico se tratara), el documental Video Nasties: Moral Panic, Censorship & Videotape (Jake West, 2010) destaca el que lo resume todo, uno de los mayores ejemplos de cosas que no son noticia pero que se conviertes en titular a toda plana para seguir alimentando la máquina mediática de la Sociedad Borderline: Four Children in ten watch video nasties, o lo que es lo mismo,
8 comentarios:
<span>¿No es "cuatro de cada diez niños"?. Aunque parece una exageración, la verdad...</span>
<span>¿En qué estás pensando...?</span>
Pésima traducción por mi parte. Gracias.
Estaba bajando un Comic Sowcase y veo que en la coleccion aparecia un heroe bastante bizarro: B'wana Beast junto a un gorila mutante color purpura y graciosos dinosaurios mecanicos. Como se que le gustan los simios le pongo estos enlaces Mr. Absence :-D .
http://comicsmakenosense.blogspot.com/2010/07/ki-ki-kiuuueeeeeeee-wednesday.html
http://firestormfan.com/2011/04/01/bwana-beast-covers/
http://fichapersonajedc.blogspot.com/2009/12/bwana-beast.html
<span>Y un par mas de personajes simio de Comic, esque no he podido resistirme.</span>
Congorilla el alter-ego de Congo Bill del que parece hicieron un viejo serial de TV.
http://1.bp.blogspot.com/_G9gtrovumMk/S9XnxuLzNNI/AAAAAAAAAkM/sd6GDv3Q2dM/s1600/congorilla_2.jpg
Y otro que dicicilmente se puede superar. Prymaul un simio-vampiro-nazi.
http://4.bp.blogspot.com/_G9gtrovumMk/S9XoAIqoU5I/AAAAAAAAAlE/QVAmw0XJwWM/s1600/127_119.jpg
Como dato curioso, una de las películas prohibidas es La semana del asesino; en una web en ingles, culpan de la prohibición al título en ingles Cannibal-man, resaltando la paradoja de que en la película no hay ninguna escena expícita de canibalismo SPOILER la única referencia a esta práctica es la costumbre de deshacerse los cadaveres en el horno de la fábrica SPOILER
Curioseando en la wiki he leído que en el Reino Unido se va a prohibir el futuro estreno de la segunda parte de The Human Centipede y enseguida he pensado en esta entrada. Y lo peor es que el BBFC le ha hecho Spoilers al director!
http://www.bbfc.co.uk/newsreleases/2011/06/bbfc-rejects-the-human-centipede-ii-full-sequence/
Que cíclica es la historia del derribo...
CANCIÓN DE EL TUNCO MACLOVIO .
http://www.youtube.com/watch?v=UDKuwI1OntI
<span>Querido compañero de la selva, me alegra que aprendiera a escribir (yo perdí el examen de la mujer de la selva, porque no estaba de acuerdo con los planteamientos de mis profesores ), me gusta su blog, pero respetemos un poco ese español que hablamos.</span> «A principios d elos 80s» debería ser : A principios de los 80, sin la s final, es un anglicismo.
Y sobre el tema, está ahora mismo en plena actualidad, se oyen los gritos de las editoriales españolas (¿debería decir italianas?) ante la gran amenaza digital.
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