12.1.12
2012
Ahí estoy, disfrazado de joven Batman, entre una legión de iguales, desfilando para dar la bienvenida al Fin del Mundo. Aunque por la foto no lo parezca, caminamos veloces y con prisa, una cosa muy cuántica. Eso nos impide mirar atrás o a los lados. Es lo que tiene el hiperespacio, que es como si te pusieras anteojeras de esas que ponen a burros y caballos para que no se distraigan. Pues así estoy yo, sin poder apartar la mirada del fin del mundo que tengo delante. Mi fin del mundo es un apocalipsis interior, que conste, una cosa muy de andar por cada que lleva el nombre de fecha de entrega y que los freelancers que conozco casi siempre denominan deadline. La línea de la muerte. Pues eso explica la tristeza que produce estos días el Blog Ausente. ¡Con lo que ha sido! Y ahora malviviendo, sufriendo de abandono, con su amo sin acudir por aquí siquiera para promocionar el nuevo Mondobrutto, el nuevo 2000 Maníacos, los audios de la radio, los butanos, el blog de la señora absenta. En fin. En fin, que como digo el Apocalipsis, en formato reducido, está a la vuelta de la esquina, y ese momento post-apocalíptico les emplazo. Es sólo un momento. Esperen, que aprieto el botón.
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