"La contribución más visible de Imelda Marcos a la industria del cine filipino fue la creación del Centro Cinematográfico de Manila, un enorme edificio destinado a albergar el festival anual del sector y el recién estrenado archivo. En teoría, se trataba de un proyecto admirable, pero en realidad se trató de otro símbolo más de megalomanía del matrimonio Marcos. Para asegurarse de que las obras estarían terminadas para la gala de inauguración de 1982, los equipos de construcción trabajaron contrarreloj. Como era de esperar, el trabajo a destajo llevó a la chapuza, y de ahí a la tragedia. Una mañana, el techo principal del edifició se desplomó, enterrando a doscientos trabajadores bajo una espesa capa de cemento rápido. Desesperados por acabar la obra a tiempo, los supervisores ordenaron que los cadáveres de los que habían quedado atrapados por el cemento fueran abandonados. Todo miembro o extremidad que sobresaliera del cemento cuando este se secase debía ser amputado y el muñón recubierto de más cemento. Semanas más tarde, cuando todos los invitados internacionales llegaron al lugar, se encontraron con un Centro Nacional de la Cinematografía infestado de moscas e inundado de un insoportable hedor a carne putrefacta. Muchos años después, en 1996, se llevó a cabo una ceremonia de exorcismo para dar por fin descanso eterno a aquellos hombres, cuyos espíritus todavía vagaban por el edificio; o eso decían algunos."La cita procede del Mondo Macabro de Pete Tombs (edición española en Círculo Latino, 2003)
30.4.11
IMELDA MARCOS Y EL EXORCISMO AL CINE FILIPINO
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