27.9.05

LAS ENTRAÑAS DE LA MANSIÓN AUSENTE


Estos días me habrán oido mentar palabras como agua, cañerías, escape, humedades, goteras... Pues aquí tienen al culpable: una instalación de hace treinta años, a base de tuberías empotradas de hierro, que ha pasado a mejor vida. El problema es que se ha de cambiar TODA la instalación y eso implica tiempo, dinero y quebraderos de cabeza. De entrada ya les digo que la cosa está tan malamente que no se puede hacer ningún tipo de arreglillo para ir tirando, es decir, en estos momentos y a saber hasta cuando la Mansión Ausente carece de agua corriente. Así que el panorama es terrible: un niño de quince meses exiliado a casa de su abuela y unos padres que se van a ver oligados a emigrar a casa de algún pariente cercano. Me gustaría que el tema no afectara demasiado al Blog Ausente, pero me da a mí que sí. Y mucho.

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