Gag del sofá
Desde los inicios de la serie podemos observar, durante los créditos iniciales, como la familia Simpson entra corriendo para amontonarse en su cómodo sofá delante del televisor. Una de las tradiciones de la serie es que esta pequeña secuencia no es siempre igual, casi siempre incluye variaciones y detalles. En el segundo episodio, Bart el genio, aparece por vez primera un gag del sofá: cuando todos están sentados, la presión impulsa a Bart hacia arriba, saliendo disparado y desapareciendo de la escena. Desgraciadamente, la emisión española de la serie a menudo reduce la duración de los créditos iniciales, suprimiendo, al mismo tiempo, el gag; es una pena porque son innumerables las escenas relacionadas con el sofá y casi todas estupendas. Es suficiente recordar tres verdaderamente espectaculares: la más metalingüística (utilizada en tres episodios: en Homer, el Grande, en Disolución del consejo escolar y en ¡Espectacular episodio número 138!) muestra la entrada habitual con las imágenes en blanco y negro, mostrando los personajes del mismo modo estilístico que los dibujos animados de los años veinte y treinta (delicioso el detalle de los guantes blancos). La que posee más referencia externa (exclusiva del episodio Kampameno Krusty) muestra a los Picapiedra que ocupan, en el sofá, el lugar de Homer y su familia. Y la más musical (en Bart al anochecer y en El show de Pica y Rasca y Poochie) con los personajes colocados como los Beatles en la funda del disco Sgt. Pepper. Los gags del sofá contienen de por sí, desde un principio y en pocos segundos, la filosofía de toda la serie, un concentrado de posmodernidad auténtica, en la acepción más verídica y más constructiva del término mismo.
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