30.8.04

Músicas que me la ponen dura (I)

Inicio nueva sección intermitente destinada a glosar tonadas y/o álbumes que levantan el espíritu ausente. Para empezar, y tan sólo siguiendo el criterio de que es lo que estoy escuchando ahora y de que me gusta un huevo, una banda sonora: la compuesta por Lalo Schiffrin para Bullit.
Podrían ustedes preguntarse si soy un pajero de los soundtracks. Uno de esos tipos dispuestos a hipotecar el futuro de su familia en la adquisión de un extraño vinilo del difunto Elmer Bernstein. La respuesta es no. Mayormente las bandas sonoras escuchadas de un tirón me aburren de manera atroz. Eso sí, como adicto a Lo Pop son multitud las cancioncillas e instrumentales que hacen que mi miembro morcillón acompañe sus compases jubiloso.
Dentro de este segmento de cancioncillas de Lo Pop (que no Pop, ojo, sino que ponen banda sonora a las imágenes e iconos poperos) yo hinco mis rodillas y camino sobre ellas para mostrar mi reverencia hacia Schiffrin. Mission Imposible. Mannix. Operación Dragón. Harry el Sucio. Es posible decir más. Sí: el tema central de Bullit (hay otro, pero me lo guardo porque es un must que ustedes conoceran a su debido tiempo).
Podrán decirme en algún coment: "eh! oiga! que el tema de Misión Imposible es lo más". Tienen razón. Pero la importancia de Bullit también radica en que creo que es definitiva para el asentamiento de una forma de hacer bandas sonoras que luego se impuso en los 70 (¡blaxploitation party!). El tema central de este clásico de Steve McQueen, repleto de trompetas, bajos y percusiones tensas es lo que yo llamo "funqui para la acción" (los que saben de música hablan de latin jazz y de cosas muy serias; yo no sé). Lo escuchas y te dan ganas de ser un policia chungo, un investigador privado, un tipo de revolver facil, bólido cool y mucha gente a la que detener por delante. Y a mí eso me la pone dura, insisto.
Respecto al resto de instrumentales que completan esta banda sonora o beseón, decirles que están muy bien. Hay más ritmos tensos de telefilme policiaco e incluso se rompe la continuidad con un par de temitas a lo Bacharach, con sus trompetitas y sus melodías bonitas y tatareables. Para dar saltitos del amor entre disparo y disparo.
Sobre la película, decirles que es un claro ejemplo de mi alzheimer fílmico. Hay películas que he visto y que podría volver a ver porque casi no recuerdo nada. De esta, tan sólo, que había una persecución de coches muy potente por las calles de San Francisco. Y que el look de Steve McQueen lo quiero para mí.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Absence, usted sí que sabe.
Lindyhomer

absence dijo...

Hombre don Lindy. Por fin. Andaba ya preocupado.