24.1.11

VIÑETAS PRESENTES


Pablo Muñoz es Alvy Singer y anoche me leí su libro; en un plis plás por agrado y por tamaño: apenas sesenta páginas. Edita Alpha Decay en su colección de Cápsulas literarias portátiles de lectura inmediata. No mienten. Los libros pequeños como éste me gustan como objeto. También los gordos, pero ahora que tengo un eReader se me hará duro sacar de la estantería alguno de los tochos pendientes. Hablar de eReaders viene a cuento con un Alpha Mini en la mano por una cuestión de pulgadas: seis concretamente. Supongo que ese mimetismo entre electrónica y papel está ahí, como un camaleón. José María Beroy también comparaba el formato de Onírica, su antología integral de historietas editada por Glénat, con el iPad.

El libro de Alvy, digo Pablo, se lee con agrado en un plis plás y se llama Padres Ausentes. Yo, que soy padre y Ausente, doy mi beneplácito. El libro de Alvy, digo Pablo (perdón, es la costumbre) es un híbrido entre la memoria y el ensayo. 26 % autobiografía y 74% ensayo, por cuantificar con exactitud. Y habla de tebeos de superhéroes y el vínculo que algunos adolescentes establecimos con ellos. Y de cómo ese vínculo ha sido expresado por grandes escritores contemporáneos: Jonathan Lethem con La Fortaleza de la Soledad y Michael Chabon con Las Aventuras de Kavalier y Clay; y también por un guionista de cómics, Mark Millar, en el tebeo 1985, confiriendo a ese año del siglo pasado la misma carga mítica que a 1977 (el año del punk y de Star Wars).

Pablo Muñoz se busca, como lector de tebeos, en la obra de Chabon, Lethem y Millar. Es bueno buscarse como lector en las obras ajenas que uno disfruta. Se busca, y se encuentra, con la osadía que se espera de un escritor y ensayista de 22 años. Y cuenta con la baza de tener un último párrafo maravilloso, que es lo mejor que puede tener una lectura tan sencilla como esta, que se consume en media sentada y se clausura con alegría.

Tengo esta pequeña cápsula literaria portátil de lectura inmediata en la mano, la miro y también siento un poco de envidia. Yo quiero una. Así que comienzo a trazar un plan cuyo primer paso pasa por secuestrar a Alvy Singer. Exigiré como rescate la publicación de mi propio opúsculo con una edición tan bonita y sencilla como la de Alpha Decay. Mi opúsculo ya tiene título, por cierto: Django y Wang Yu se citan en Tokio.

PD: Le he pillado un gazapo a Padres Ausentes. Nada grave: este blog está lleno de ellos y ustedes me los apuntan con asiduidad; a veces los corrijo. Lo menciono para las futuras ediciones: las historietas de Spirit que recuperó en los 70 la Warren norteamericana las editó aquí Garbo Editorial y no Bruguera (afortunadamente).

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