Estupenda la película con que se ha inagurado el festival: Serenity. Vaya por delante que no soy buffyadicto (sólo vi el largometraje cuando se estrenó, flaco favor) y soy un absoluto ignorante respecto a Joss Whedon. Tampoco tengo la más mínima idea de la serie de televisión en que se basa este largometraje. Pero coño, la cosa es de un divertido que asusta.
Spece Opera aventurera, su gran virtud es que es lo que pretende ser: un divertimento digno, ágil y bien construido. El típico ejemplo de lo que parece fácil y no es. Una Space Opera para enmarcar, con sus dosis de western, su malo interesante, su tripulación bien perfilada, el tono grupal a la Hawks, sus caníbales espaciales, sus momentos de estética samurai, sus peleas marciales, sus tiros, sus héroes renegados, sus diálogos bien trenzados, sus justos momentos de humor, sus secretos gubernamentales, sus batallas espaciales. Dura lo que tiene que durar (cosa cara de ver hoy en día) y todo marcha sobre ruedas. Yo la disfruté un montón.
Desde un punto de vista de sociedad borderline y de entrever la realidad a través de la aventura pop, jugando a la metáfora política y social, me gusta el detalle de desmarcar el gobierno USA del misticismo del rebelde. Históricamente, el ideal norteamericano se identifica con el rebelde, el que se opone al imperio. Whedon, de manera bastante sutil, se desmarca y plantea lo evidente. La Alianza, que lucha por un ideal de paz imponiendo su criterio y haciendo cosas que no deben hacerse, es el Imperio USA. Y los rebeldes se oponen a la imposición y a que se hagan cosas que no deben hacerse. Curioso. Que la cosa se suavice hacia el final remarca esta visión paralela y de fondo. Ya saben, el ideal está por encima de sus gestores.
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