19.3.14

EPÍSTOLAS LIBRESCAS (VII): UN NUEVO AÑO DE LIBROS



Buenos días, Absence

Un año nuevo, nuevos lanzamientos. Así que aunque ahora hable de libros también en El Receptor eso no significa que estas epístolas se vayan a terminar. Sobre todo porque hay una enorme cantidad de libros interesantes que siguen saliendo. Y como siempre son un buen puñado. Empezando por los destacados, que abren con una recuperación.


- La noche a través del espejo de Fredric Brown, Ed. Reino de Cordelia
 Pocos libros llevaba tanto esperando que recuperaran como esta obra maestrísima de Fredric Brown, un policiaco divertido que hace su seña de identidad del juego de espejos con los libros de Alicia, como trasfondo con el que mezclar crímenes y soluciones. Un libro maravilloso.



- Le Park de Bruce Bégout, ed. Siberia
 Una de las rarezas del mes y por eso mismo enormemente agradable. Guía de un parque temático inexistente, enorme trabajo de fabulación sobre lo que un posible futuro nos puede traer para la diversión y el trato entre humanos. Está muy lejos de ser un libro al uso e incluso la idea de considerarlo un ensayo o un libro de ficción especulativa deja fuera partes de la obra.


 - Cuentos de detectives victorianos de VV.AA., ed. Alba
Esta antología es enorme; textos fundacionales de las figuras claves junto a otros casi desconocidos o directamente marginales. Su logro final es lograr que nos hagamos a la idea de una manera completa, ofrecer una visión de lo que supuso la llegada del cuento policiaco y como influyó en la aparición de distintos estilos. Fundamental.




- La parte inventada de Rodrigo Fresán, ed. Literatura Random House
Un nuevo libro de Rodrigo Fresán siempre merece ser recibido con algarabía. Ficción, memoria, meta; todo un conjunto de posibilidades que nos son ofrecidas en esta novela. Crucemos los dedos por ella.





- La reparación de la poesía de Seamus Heaney, ed. Vaso Roto.
El gran poeta irlandés ve aquí recopiladas las conferencias sobre su interpretación de la poesía, sus reflexiones sobre idioma y comunicación y cómo interactúan con sus propios pensamientos.



- Cocinar de Michael Pollan, ed. Debate
Una investigación sobre la cocina, sobre el poder transformador y los instrumentos y alimentos, todo un compendio de sabiduría a favor de cocinar y de su importancia no solo nutritiva sino incluso antropológica y cultural.



 - Maten al león de Jorge Ibargüengoitia, ed. RBA
El gran escritor mexicano fue satirizando durante toda su vida los aspectos más sombríos de la realidad, indagando en ellos con cierta mala leche que se ponía más de relieve con los tópicos. En esta novela recuperada, la posibilidad de hablar de las dictaduras le permitió cargar a la vez contra ese lugar común de la literatura de su época y contra la propia realidad dictatorial sudamericana; una bravísima creación.

 

- El acompañante de Jonathan Ames, ed. Principal de los Libros
Ames, guionista de intencionalidad cómica y responsable de alguna serie de TV propone en esta ocasión una mirada a la figura de los acompañantes en un periodo histórico anterior, es decir, hombres que trabajan entreteniendo a las damas pero sin pasar de ahí. O eso se supone.



 - Trabajos de amor ensangrentados de Edmund Crispin, ed.Impedimenta
Crispin regresa con su detective literario e intelectual, Gervase Fen, en una nueva aventura que lleva al delirio lo mejor de la novela enigma británica. El asesinato como problema intelectual con resonancias literarias divertidísimas.



- Muerto el perro de Carlos Salem, ed. Navona
El escritor porteño afincado en España presenta una nueva intriga criminal, esta vez con una viuda, a punto de llegar a los 50, decidida a destapar la muerte de su marido; pero con este autor la cosa no quedará simplemente en un caso, también en un auténtico cambio en su protagonista que entra en una nueva vida entre las intrigas y la extraña diversión sacada de todo esto.



La novela negra, como ves, sigue en perfecto estado, tanto sea que se trate del regreso a Marlowe de La rubia de ojos negros de Benjamin Black (ed. Alfaguara) como el regreso en formato de relatos de la clásica Kinsey y yo de Sue Grafton (ed. Tusquets) o el embrollo postmoderno y puro juego en Era una broma de Gabriel Josipovici (ed. Rayo Verde)...



... toda una variedad de posibilidades que incluye clásicos como el escocés Laidlaw de William McIlvanney (ed. RBA) o novedades a la última como la francesa Clavos en el corazón de Danielle Thiery (ed. La Esfera de los Libros) o la intriga al estilo femenino moderno en ¿Y tú qué clase de madre eres? de Paula Daly (ed. Literatura Random House) e incluso de espías como El sexto hombre de Charles Cumming (ed. RBA)...


...aunque yo creo que no puede ser mejor un clásico de mis recomendaciones en un acercamiento al negocio de la droga, el mexicano La primavera del mal de F. G. Haghenbeck (ed. Suma de Letras).



No solo los detectivescos están de moda porque gracias a ya-sabes-qué-serie el regreso de Lovecraft que había estado creciendo el año pasado ha terminado de explotar. Incluso en España podemos notarlo con la publicación a la vez de El caso de Charles Dexter Ward de Howard Phillips Lovecraft, ed.Acantilado, y la nueva traducción de El resucitador de H. P. Lovecraft, ed. Periférica además de los relatos por él inspirados en Alas tenebrosas, VV.AA, ed. Valdemar.


No es lo único en fantástico que ha llegado este mes, sin salir de Valdemar tenemos un nuevo conjunto fantástico de historias en Música muerta de José Maria Latorre, además de un nuevo Terry Pratchett en colaboración con Stephen Baxter, La tierra larga (ed. Fantascy) o el divertido Redshirts de John Scalzi (ed. Minotauro) junto...



... al muy literario Lexicón de Max Barry, ed. Ediciones B; la antología steampunk Ácronos (Antologia steampunk vol. 2), VV.AA., ed. Tyrannosaurus Books, y la inesperada fantasía de El hombre sin rostro de Luis Manuel Ruiz, ed. Salto de Página...



... o la mezcla entre ucronía y género negro de Plan D de Simon Urban, ed. Grijalbo. Además tenemos la tercera historia de Alera, La furia del cursor de Jim Butcher, ed. RBA.



Hablando de continuaciones, también lo son El regreso de Titmuss de John Mortimer, ed. Libros del Asteroide que sigue la historia del ministro de Thathcher tras Un paraíso inalcanzado, y Las dos señoras Abbott de D. E. Stevenson, ed. Alba que continúa con las historias de la Señora Buncle. Pero no es lo único que tenemos porque en el frente inglés podemos encontrar la burra Lionel Asbo (El estado de inglaterra) de Martin Amis, ed. Anagrama o la más clásica Inglaterra, su Inglaterra de A. G. MacDonell, ed. Belvedere,...




... en el francés las paródicas Obras completas de Sally Mara de Raymond Queneau (ed. Blackie Books); en el ruso la sutil La ciudad de N de Leonid Dobychin (ed. Nevsky Prospects); de los griegos Lo poco que sé de Glafcos Zrasakis de Vasilis Vasilicós (ed. Hoja de Lata) con sus dobles lecturas.



Pero los niveles y el repaso internacional continúa en punto con el gran Stefan Zweig y su Confusión de sentimientos (ed. Acantilado), otra de sus magníficas composiciones sobre las relaciones humanas y el amor al conocimiento. También con más de una posibilidad está la historia de problemas psicológicos Constance de Patrick McGrath (ed. Literatura Random House) o la reflexión sobre el capitalismo de El patrón de Goffredo Parise (ed. Sexto Piso).



Y aún quedan por mencionar la historia casi definitiva sobre internados femeninos El principio de la sabiduría de Henry Handel Richardson (ed. Alba) y, por supuesto, la reflexión sobre la emigración india y las relaciones fraternales de La hondonada de Jhumpa Lahiri, ed. Salamandra.


Por cierto, que hay un punto intermedio, entre lo histórico y lo manguizado, en el torneo de artes marciales de Shigurui de Norio Nanjo, ed. Quaterni.


Aunque si algo ha ocupado la no-ficción en general y la sección de historia en particular ha sido la Primera Guerra Mundial, de cuyo inicio se cumplirá este año su primer centenario. Entre otras se han publicado obras sobre cómo se inició como Sonámbulos de Christopher Clark (ed. Galaxia Gutenberg); relatos de periodistas españoles que estuvieron presentes como De Paris a Monastir de Gaziel (ed. Libros del Asteroide) o Crónicas de la guerra europea (1914 – 1918) de Vicente Blasco Ibáñez (ed. La Esfera de los Libros)...



... o de futuros escritores como Iniciación de un hombre: 1917 de John Dos Passos, ed. Gallo Nero que también acaba de publicar Errata Naturae; de algún contemporáneo que no como La Primera Guerra Mundial contada para escépticos de Juan Eslava Galán, ed. Planeta, e incluso relatos antibelicistas de cierta aspiración juvenil como La calavera del Sultán Makawa de Rudolf Frank, Ed. Del Viento.



No es lo único que ha salido porque también hemos podido recibir memorias a patadas, desde personajes tan sugestivos como Joseph Fouché en sus Memorias de Fouché (1759 – 1820) (ed. Biblok) a gente que vivió una guerra como Memorias de un francotirador en Stalingrado de Vasili Zaitsev (ed.Crítica) o que trató de detenerla como La mujer que disparó a Mussolini de Frances Stonor Saunders (ed. Capitán Swing) e incluso alguno que fue injustamente tratado tras intentar cambiar las cosas, como el protagonista de Guerreros y traidores de Jorge M. Reverte (ed. Galaxia Gutenberg).




Todo eso y además autores como Slawomir Mrozek que en Baltasar, ed. Acantilado, habla de su vida después del íctus; o las vivencias carcelarias reales que han dado pie a la serie de televisión Orange is the New Black de Piper Kerman, ed. Ariel.



Dentro del ensayo histórico hemos podido leer El gran golpe de Joan Maria Thomas Andreu (ed. Debate) que explica los pormenores del Caso Hedilla y cómo Franco desmontó y asimiló a la Falange. En apartados más bélicos tenemos Gracias por sus servicios de David Finkel (ed. Crítica), continuación de Los Buenos Soldados, o Pequeñas guerras, lugares remotos de Michael Burleigh (ed.Taurus), y es que lo bélico no para últimamente...


Lo que no quita para que haya más tipos de ensayos, como el filosófico que ha visto en estos dos meses de inicio de año la aparición de novedades de dos de los importantes: ¿La riqueza de unos pocos nos beneficia a todos? de Zygmunt Bauman (ed Paidós) por un lado, no sabemos si en busca de liquidez, y por el otro los breves estudios de El extranjero de Richard Sennett (ed. Anagrama). De alguna manera relacionados tenemos las aproximaciones psicoanalíticas a las emociones en La mujer que no quería amar de Stephen Grosz (ed. Debate).


Más mundano aunque no menos importante es CeroCeroCero (Cómo la cocaína gobierna el mundo) de Roberto Saviano (ed. Anagrama) que sin duda procurarán que sea un gran éxito tras Gomorra. Que, por cierto, encuentra unión con las Crónicas de la mafia de Íñigo Domínguez (ed. Libros del KO).



Pasemos a otras mafias con los ensayos literarios, que parecerá una tontería pero por ejemplo en La novela blanqueada (El doctor Zhivago de Pasternak entre el KGB y la CIA) de Iván Tolstói (ed. Galaxia Gutenberg) puede encontrarte un repaso a la historia de la relación de las dos grandes agencias de información alrededor de un célebre libro. Algo que no le hubiera pasado de ser uno de los Artistas sin obra (I would prefer not to) de Jean-Yves Jouannais (ed. Acantilado) en este más que curioso repaso a creadores extraños. Y de ahí a otras ideas extrañas en Rituales cotidianos (Cómo trabajan los artistas) de Mason Currey (ed. Turner).


Añadámos una visita a la antología de La sátira de Pollux Hernúñez (ed. Rey Lear) y, por supuesto, a los escritos reunidos en Baudelaire de Walter Benjamin (ed. Abada).


En cuanto a la música, podríamos ir a lo fácil con Cómo funciona la música de David Byrne (ed. Literatura Random House) o a la curiosa historia del Malas hierbas (Historia del rock experimental 1959-1979) de Óscar Carrera Sánchez (ed. T&B) pero creo que lo más interesante puede ser la historia de un apasionado que vivió desde dentro sin llegar a nada. Me refiero a Lost in Music (Una odisea pop) de Giles Smith (ed. Contra) más cercana al amor por la música que al habitual baile de cotilleo de los exitosos.



Tranquilo que ya queda poco. Voy a permitirme, eso sí, recordar que ha sacado libro de cocina la sencilla y encantadora La cocina fácil de Lorraine Pascale (ed.Grijalbo) y que ese trueno que tenía por padre Martin Amis ha visto publicado Sobrebeber de Kingsley Amis (ed. MalPaso) con sus comentario y opiniones sobre los alcoholes.



Vayamos a los ilustrados que desde que comenzó el año hemos tenido libros tan diferentes como La huelga general de Jack London (ed. Luces de Gálibo) a los Consejos para niñas pequeñas de Mark Twain (ed. Sexto Piso) hasta llegar a auténticas obras magnas a las que le han puesto ilustraciones como Washington Square de Henry James con ilustraciones de Johnny Ruzzo (ed. Sexto Piso) y a otras pensadas sobre todo en servir de defensa y regalo como En el país de los libros de Quint Buchholz (ed. Nordica).




Pero termino, ahora sí que sí, con algunos títulos que te pueden interesar, creo, empezando por el último de los ilustrado, Mejor que vivir de Miguel Noguera (ed. Blackie Books), el último libro del cómico. También con cierta comedia aunque más mordaz en El reportero Billie Wilder de Simón Peña Fernández (ed.Comunicación Social) repasan la carrera como periodista del gran director de cine y el influjo y proyección que tuvo en sus películas periodísticas.



Hablando de cine, una curiosidad es No lo comprendo, no lo comprendo de Akira Kurosawa (ed. Confluencias) que incluye tres charlas, una con un experto en cine japonés Donald Richie, otra con el también director Nagisa Oshima y, por último, con el escritor Gabriel García Márquez. Otro libro ilustrado, aunque este más reflexivo, sobre el acto de mirar o de volver a ver, es Cataratas de John Berger (ed. Gustavo Gili) en el que el crítico recién operado vuelve a habituarse y reflexiona sobre lo perdido y ganado. En cuanto al audiovisual, no se te pase el que le ha dedicado Cruz Delgado Sánchez a Tex Avery  (ed. Cátedra).



Lo mejor para el final, y es que por un lado ha salido un nuevo trabajo sobre la realidad, la ficción y la percepción en Camouflages de Joan Fontcuberta (ed. Gustavo Gili)  y, finalmente...



Sherlock Holmes contra Houdini de Harry Houdini y Sir Arthur Conan Doyle (ed. La Felguera) obra elaborada a partir de textos de los dos autores mencionados -lo de Holmes es una maniobra comercial, claro- contrapuestos para mostrar su opinión sobre el tema del espiritismo a partir de escritos de ambos autores acompañados además de imágenes de sesiones espiritistas de la época y asuntos relacionados.



Así que ya ves, incluso en dos de los meses tradicionalmente más tranquilos del año tenemos un buen montón de novedades entre las que elegir. Ya no sé si decir que espero que encuentres alguna que te interese o que encuentres el tiempo para leerlas.

Un abrazo,
Jónatan.

Jónatan Sark (¡visítenle en El Receptor!) es lector compulsivo y librero vocacional. No se me ocurre mejor persona en cuestión de recomendaciones literarias y conocimiento de la actualidad editorial afín a mis gustos. Si no has tenido suficiente (cosa que dudo) con estas recomendaciones, prueba en las entregas anteriores. 

Entregas anteriores:
Epistolas librescas I
Epístolas librescas II (Especial Día del libro 2013)
Epístolas librescas III
Epístolas librescas IV
Epístolas librescas V
Epístolas librescas VI 

A continuación, un mosaico Amazon con los libros recomendados. Si te apetece comprarlos desde aquí, me llevo una pequeña comisión que se invierte íntegramente en mi adicción a la lectura. Gracias.





















20.2.14

GÓTICO MALAGUEÑO

Esto de Trash entre amigos va como va, y si la semana pasada estábamos en Bilbao con un gorila gigante con zapatillas, mañana viernes 21 de febrero estaremos en la Térmica de Málaga  dispuestos a maldecir al Séptimo Arte.

La película escogida es una de esas oscuras e infames muestras de eurotrash con que la industria italiana nos alegró la vida. Ya saben que siempre digo que hay que vincular el auge del delirante cine de explotación italiano con el ascenso de Berlusconi del mismo modo que Kracauer vinculó el expresionismo alemán como reflejo insconsciente y colectivo de la irrupción de Hitler.

La película, como digo, es algo inenarrable y se titula Terror en el castillo de las mujeres malditas (1974), también conocida internacionalmente como Frankenstein’s Castle of Freaks, un titulo mucho más acorde con el argumento… si se puede decir que hay argumento. Lo de las mujeres malditas quizá sea porque El castillo de las mujeres malditas fue el título italiano de The Ghost in the Invisible Bikini (1966), una joyita pop con Nancy Sinatra y Boris Karloff, pero vamos, los designios de la explotación son inexcrutables, y más cuando tenemos por en medio a Dick Randall, que ejerce aquí de director (cosa rara) pero que como productor estuvo envuelto en mondos infames, copias de Emmanuelle, clones de Bruce Lee y hasta en tres títulos del maestro Juan Piquer Simón: Supersonic Man, Mil gritos tiene la noche y Los nuevos extraterrestres.

Terror en el castillo de las mujeres malditas (Frankenstein’s Castle of Freaks) es, en términos de canon cinéfilo, una película pésima. De hecho, está considerada la más mala de todas las que se inspiran, de alguna manera, en la inmortal criatura de Mary Shelley. Pero como siempre, eso es muy matizable porque es una espléndida muestra de cine inaudito que te lleva a preguntarte POR QUÉ. Diálogos malos, música atroz, montaje infecto, actuaciones pésimas, tetas, argumento absurdo, enanos y cavernícolas.

Os dejo con una galería de bellos carteles.






11.2.14

EL GORILA ATACA BILBAO


Trash Entre Amigos celebrará San Valentín como Dios manda: en Bilbao y con gorilas gigantes. La sesión se enmarca dentro de las actividades de Tracking Bilbao, un sarao (sub)cultural que también es como Dios manda. Aquí tienen toda la programación, llena de cosas mucho más interesantes (y que también implican a los miembros del Trash juntos y/o revueltos) que esta infame subproducción entre Corea del Sur y Estados Unidos que, en su momento, quiso aprovecharse del remake de King Kong de 1978, el de John Guillermin.

En la web de Trash entre amigos tienen más datos, horarios y un excelente resumen de lo que nos espera con El Gorila Ataca, película que vi en su estreno y de la que aún no me he recuperado.

Muy importante: es gratis, es en versión subtitulada y no es en 3D, con lo que tendremos que imaginarlo.

La película tiene una de las elipsis más grandes de la historia del cine y, en palabras del gran James Wallestein: "es la película más mala que he visto". También está llena de descaro y falta de vergüenza. Promete un espectáculo que nunca ofrece, está llena de escenas de relleno y esos momento de feliz delirio bizarro que sólo este tipo de cine puede ofrecer. Metalenguaje incluido.

Les dejo con la crítica publicada en La Vanguardia y con algunas imágenes.

«El Gorila Ataca»Proyección en tres dimensiones. Color de Lux.El cine Fantasio nos ofrece con este filme una nueva proyección por el sistema del relieve, es decir, en tres dimensiones, para el que es preciso, como es sabido, que el espectador sea provisto en la taquilla de unas adecuadas gafas de plástico. Cada vez que se ha dado una de estas proyecciones, muy de tarde en tarde, constituye un éxito, que el público celebra. El procedimiento es muy atractivo, y justifica por sí solo que se asista a visionar el filme, independientemente de los mayores o menores méritos de éste. Lo interesante es el sistema. Un medio óptico que añade al cine un gran caudal de vibración, de seducción y de dramatismo. Gracias a este procedimiento el mundo de les imágenes, ya sean de objetos, personas o paisajes, adquiere una fuerza insuperable.La película El gorila ataca, no es artísticamente demasiado importante. Se trata de un filme con gorila gigante, un poco en el estilo de los recientes de King Kong, pero con menos grandeza en los artificios puestos en acción. Le historia es, naturalmente, fantástica: Un barco de carga lleva a bordo un gorila gigante que alguien ha conseguido apresar vivo. Lo traslada a San Francisco con el propósito de exhibirlo en un zoo. Pero el fenomenal personaje logra desencadenarse, medio hunde el barco y se lanza al mar. En éste, mientras nada rumbo a la costa, es atacado por un tiburón con el que sostiene sangrienta pelea, y al que acaba venciendo. Ya en tierra, ataca una ciudad de Corea, en la que produce enormes destrozos y cuantiosas víctimas. Y a continuación se encamina hasta Seúl, la capital. Pánico, carreras, huidas en masa... El paso del gorila, una bestia que mide doce metros de altura, se señala por devastaciones y ruinas. El empeño de volver a capturarlo vivo se revela inútil. Y tras una emocionante serie de peripecias, harto convencionales, se consigue abatirlo. Para lograrlo tienen que unir sus elementos la policía de Corea y las fuerzas armadas de los Estados Unidos destacadas en el país, incluidos aviones y helicópteros.Historia entretenida, un poco ingenua, dentro de un fantasismo elemental, pero atractiva, sobre todo, gracias a los alicientes de la proyección en relieve, en este caso bastante bien logrado.

La Vanguardia el 10 de septiembre de 1977








2.2.14

LECTURAS MALDITAS


Leo Los libros condenados de Jacques Bergier movido por las ganas de diversión e interés por el concepto de libro maldito. Ese deseo de conocimiento debe matizarse, y mucho, porque lo que hay en sus breves páginas está en el confín extremo de cualquier metodología científica y es pura fantasía con forma de ensayo de no ficción. Vaya por delante que siento una enorme simpatía (y recuerden que yo soy persona escéptica) por Jacques Bergier por su condición de coautor, junto a Louis Pauwels, de El retorno de los brujos (1960). Éxito de ventas mundial y piedra angular de la eclosión del llamado realismo fantástico, que llenó las estanterías de charlatanes, desarrollaba teorías e historias dispares en cuatro apartados: los paralelismos entre alquimistas y científicos del átomo (era la época), continentes perdidos, nazismo esotérico (creo que fueron los primeros en hablar de ese vínculo enajenado) y poderes paranormales a raíz de unos supuestos experimentos de la marina norteamericana (que haberlos, los hubo, otra cosa es que llegaran a alguna parte). Una de las cosas que me gustan de El retorno de los brujos además de su sentido de la maravilla  es el uso de relatos de ficción de Arthur Machen o Arthur C. Clarke como apoyo a sus tesis. Es algo que me resulta maravilloso.


Los libros condenados es una obra de redacción acelerada hasta el punto de hacer evidente que está escrita deprisa y corriendo para llegar pronto a las estanterías y sacarse unos dineros. En ella Bergier habla de una serie de libros desaparecidos a lo largo de la historia (y de dudosa existencia, añado) para establecer la existencia de una conspiración centenaria llevada a cabo por los que bautiza como Hombres de Negro. Esto es muy divertido porque luego a penas los cita ni habla de ellos. De hecho, cualquier razonamiento lógico o demostrable brilla por su ausencia y su argumento más recurrido es que a él le parece creíble. Y hablamos de alguien que cuando aparece el tema de un supuesto poder de invisibilidad custodiado por los miembros de la Orden de la Golden Dawn lo justifica diciendo que él no tiene nada que objetar a que eso sea posible. Y ya está. Eso sí, subraya un par de veces que el Necronomicón no existe como si eso fuera la prueba de que el resto sí.



Los libros condenados a los que dedica un capítulo a cada uno de ellos son El libro de Toth (la destrucción de la Biblioteca de Alejandría da mucho juego), Las estancias de Dzyan (aunque en realidad sea un capítulo sobre Madame Blavatsky), la Esteganografía del Abad Tritemio (y eso lleva a una biografía del singular John Dee), el famoso Manuscrito Voynich (que desaparecido no está), El Manuscrito Mathers de la Golden Dawn (que aprovecha para atacar con dureza a Aleister Crowley), el Excalibur de Ron Hubbard que vuelve loco a quien lo lee (no conocía esta leyenda sobre el escritor pulp que fundó de la iglesia de la cienciología), los libros del sabio revolucionario ruso Filipov (una especie de Tesla soviético) y acaba con La doble hélice de James Watson, que tampoco es un libro desaparecido sino el relato personal del premio Nobel por sus estudios con el ADN que critica con dureza a la comunidad científica (no por nada esotérico sino por la personalidad mezquina y engreída de muchos científicos) y que fue objeto, como tantos otros, de numerosas trabas ante su publicación.


Los libros condenados de Bergier carece de rigor y no aporta argumentos, si a eso añadimos su redacción apresurada, desde una perspectiva seria y objetiva es muy fácil decir que es un mal libro. No tengo nada que objetar a ello, como diría el propio Bergier, pero por lo que a mí respecta me ha resultado una lectura muy divertida porque ofrece un buen puñado de historias y biografías de asombro disparatado muy estimulantes para la fantasía y la imaginación.