18.7.13

EL RESPLANDOR DE LA PARANOIA


Recuerdo perfectamente el día que mi tío me llevó a ver El Resplandor, justo tras su estreno. De lo especial de mi tío y de como forjó mi educación he hablado en varios textos del Butano, sobre todo en éste; pero creo que ir con él no explica del todo que recuerde tanto esa tarde de cine y no otras. Yo tenía unos 15-16 años, y aunque estaba ya muy acostumbrado y curtido al cine de terror, la película me pareció una maravilla inquietante, llena de imágenes que han quedado grabadas para siempre en mi cabeza. Recuerdo que entonces no fue recibida como la obra maestra que es y también la polémica por su extraño doblaje español, encargado expresamente por Kubrick a Carlos Saura. Yo era por entonces un espectador bastante inocente, incapaz de juzgar lo acertado o no de esas críticas, entre otras cosas porque era evidente que se trataba de una pieza de horror muy extraña y nada común. Hoy sé que cuando el género se adentra en el terreno de lo irracional y lo inexplicado resulta mucho más poderoso e inquietante. Lo racional desactiva mecanismos profundos y tranquiliza al espectador. Lo narrado será terrorífico, pero si se puede explicar, si se puede comprender en toda su extensión, lo es mucho menos. También sé que la película de Kubrick está llena de juegos subliminales, en especial en la construcción de una arquitectura del horror imposible, de pasillos y habitaciones que desafían la lógica porque si uno se detiene en ellos descubre que son imposibles. Y el tema de las arquitecturas del horror me interesa. Por ahí se puede emparejar El Resplandor con Suspiria, otra de mis películas de terror preferidas, porque también juega en ese margen irracional e inexplicado.


Una de las películas que más lamenté perderme del pasado Festival de Sitges fue Room 237, un documental sobre El Resplandor dirigido por Rodney Ascher, y no ha sido hasta hace pocos días que he podido recuperarlo. Y menos mal, porque me ha gustado mucho, aunque es preciso hacer una advertencia: quien se acerque a Room 237 buscando claves racionales, trucos narrativos y detalles sobre el meticuloso rodaje de Kubrick seguramente se llevarán una decepción. En cierta forma, el mayor homenaje (y muestra de respeto) de Room 237 es que resulta tan extraño, tan raro, como su objeto de estudio. Si El Resplandor era mucho más que un filme de horror tradicional, el documental también escapa de la lógica de su género y acaba abarcando algo mucho más grande: la paranoia.


Room 237 se construye a partir de 5 entrevistas a personas profundamente obsesionadas con la película de Kubrick. Sus voces y explicaciones, que saltan de una a otra, sustituyen al tradicional narrador en off de los documentales. Ellos nos guían y su locura no tarda en hacerse evidente. Para uno, toda la película de Kubrick es una alegoría sobre el genocidio de los nativos norteamericanos; para otro, lo es sobre el holocausto nazi y apoya su teoría en una variada e imposible conspiranoia numérica; hay un tercero firmemente convencido que todo El Resplandor está lleno de mensajes ocultos en los que Kubrick confiesa su participación en el fraude del viaje a la Luna, una conocida rama de la conspiranoia según la cuál lo que se vio en las televisiones de medio mundo estaba rodado en un estudio por encargo de la NASA a Kubrick. Quien parece más racional, la única mujer que escuchamos en el documental y que ha pasado largas horas reconstruyendo en plano el hotel donde transcurre la película y los movimientos de los personajes para demostrar lo imposible de algunos pasillos y habitaciones, acaba desvelando su obsesión por los laberintos y señalando extrañísimos y subjetivos guiños al mito del Minotauro de Creta. La inaudita propuesta alcanza cotas de asombrosa belleza, de aterradora simetría, cuando uno de ellos nos muestra el resultado de doblar El Resplandor sobre sí mismo, de proyectar la película a la vez de principio a fin por un lado, y a la inversa, de fin a principio, por el otro, y superponer las imágenes de ambas proyecciones, un poco como quien busca mensaje satánicos escuchando canciones al revés.



Room 237 habría vuelto loco de placer a Robert Anton Wilson porque es una maravillosa prueba de cómo una obsesión acaba contaminándo todo el espectro visual y cognitivo del obseso, más allá de la razón. Ese es en parte el verdadero tema del documental, sólo en parte porque no podemos despreciar entonces, ni mucho menos, la película de Kubrick que fundamenta el discurso. Al fin y al cabo, ¿Por qué es en esta película y no en otra donde estas personas encuentran tantas claves y mensajes ocultos? Pues precisamente por su condición de pieza de orfebrería de horror subterráneo y subconsciente. El Resplandor deja abiertas tantas puertas que uno debe llenar los agujeros con sus propios y más profundos miedos, aunque estos sean también irracionales. Pasillos de la mente que es mejor no recorrer.


6 comentarios:

baronesa_roja dijo...

Madre mía cuando a algunos le das carrete se les va la olla de lo lindo. Peliculón desde luego.

earl z mcoons dijo...

Muy bueno, absence. Te dejo mi artículo sobre Room 237 que escribí hace unos meses por si te interesa. http://tubinambaliberiana.wordpress.com/2013/03/01/rebelion-fandom/

Pablo dijo...

Buena reseña para una peli genial. Añado un par de enlaces de la también genial banda sonora de la peli: Este tema en la onda 70's https://www.youtube.com/watch?v=T48KPIfB40Y y y este tema en clave más ... ¿clásico-ambiental? https://www.youtube.com/watch?v=vFlUMQkH8gY

Dulce dijo...

Es buenísima película, creo que es de las pocas que de verdad me han dado miedo, en parte por los actores y en parte por la fotografía, debieron darle el Oscar a John Alcott se lució de verdad, me dan ganas de ver el documental, creo que es muy interesante saber cómo se hacen películas así.

Luciano Sivori dijo...

Impecable post! “El Resplandor”, esa magnum opus de Stanley Kubrick, es una de mis películas preferidas... y el libro que obsesionó a Jack Torrance es ciertamente fascinante, quizás lo que más me llamó la atención siempre. Esa "novela" –sí es que podemos llamarla así– apuesta por el arte minimalista y conciso, jaja.


Justamente armé un análisis sobre este "especial libro" en mi blog. ¡Te invito a leer mi nota y comentar que te parece!


http://www.viajarleyendo451.blogspot.com.ar/2013/10/un-analisis-minucioso-del-libro-de-jack.html


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Subo notas de literatura, cine, humor y cultura en general. Saludos!!

Dulce dijo...

Yo amo la película de El Resplandor, es la mejor película de Kubrick según mi parecer, la he visto muchas veces, hasta ahora la tuve que ver en HBO online porque descompuse el dvd jaja pero creo que el documental me va a entretener mucho, me gusta ver cómo se hicieron mis pelis favoritas.