El sello del Comic Code apareció en la portada de los tebeos norteamericanos a principios de 1955 y hoy sigue en parte vigente (tras dos revisiones), aunque en clara decadencia y sólo en determinados tebeos del universo superheroico de DC y los cómics de Archie. Es un un código de censura autoimpuesto por la propia industria como respuesta defensiva a la persecución a la que fue sometida la industria del tebeo casi desde su nacimiento y que a principios de los 50s se veía reforzada por el éxito de Seduction of the Innocent del psiquiatra Fredric Wertham y por las audiencias del senado para investigar la delincuencia juvenil, que partían con una acusación demoledora: la culpa era de los tebeos. Pueden leer las normas del Código de 1955 aquí. Si se fijan están ordenados en cuatro bloques: thrillers criminales, género romántico, terror y publicidad incluida en los tebeos.
El comic book o tebeo de grapa había nacido casi por casualidad en 1933 con Famous Funnies, que se dedicaba a reimprimir en ese nuevo formato tiras de prensa, hasta ese momento el lugar donde se publicaban las historietas. El éxito popular fue algo inesperado, y la aparición de Superman en 1938 lo convirtió en un fenómeno de masas: un estudio de la época cifra que el 40% de la población norteamericana mayor de ocho años consumían comic-books (dato extraído del Monster Show de David J Skal) .
Esta maravillosa foto, que ya había sido publicada por aquí, nos muestra un grupo de niños leyendo tebeos en el típico supermercado de ultramarinos, uno de los puntos de venta habituales. Expone claramente el éxito de los tebeos y sospecho que no se trata de una de las frecuentes fotos falseadas que proliferaron en los medios como apoyo para la alarma social.
Wertham casi siempre habla de niños (children, kids) en Seduction of the Innocent. La foto de arriba, procedente de los archivos de la revista LIFE (que trató mucho el tema en su época, y desde la perspectiva amarillista dominante), nos muestra adolescentes. Dejando de lado que desde mi perspectiva personal considero la fascinación por la violencia ficcionada y el gore como un paso más del fin de la infancia, lo cierto es que en su Monster Show David J Skal cita una de las pocas estadísticas realizadas en aquella época: el 60% de los lectores de tebeos eran adultos.
El City councilman de Los Ángeles, Ernest Debs, muestra algunos de los tebeos que quiere retirar de la circulación. La foto es de 1954 y el dato local es importante: Los Ángeles es la ciudad de las estrellas de Hollywood. El cine había sido víctima de una persecución similar dos décadas antes, en 1934, con otro código de censura, el Hays. Es un dato a tener en cuenta, ya sea como precedente como para contextualizar el hecho de que muchas de las cosas que podían leerse en un tebeo no podían verse en cine.
Lo cierto es que la mala prensa de los tebeos provocó inumerables quemas públicas en muchos pueblos, ciudades y escuelas. Una caza de brujas cuatricomadas con profesores, líderes religiosos locales o madres enfurecidas a la cabeza, dispuestas a limpiar EEUU de la plaga de los tebeos a diez centavos.
El cuadro de arriba, encontrado en los foros de la Collectors Society, muestra una distribución por géneros de los tebeos aparecidos en marzo de 1952. Es importante saber que en esa época se vendían más de 50 millones de ejemplares al mes, y que un ejemplar era leído por muchas personas, no sólo por el comprador. En marzo de 1952 los superhéroes (la estrella hasta el fin de la 2ª Guerra Mundial) estaban en decandencia, los True Crime comics (que habían tomado el relevo de los héroes enmascarados como líderes de ventas) iniciaban su declive, el género romántico estaban en su momento más álgido y los de horror se disponían a tomar el relevo. Nótese, pero, que el western era género dominante (casi siempre con aventuras protagonizadas por los héroes de los seriales del cine y la radio) y que el humor (en diferentes subgéneros) ocupaba buena parte del mercado.
En este otro cuadro, procedente del mismo foro, vemos cuantitativamente las cabeceras editadas en marzo de 1952 según su editorial. No ha cambiado mucho si pensamos que la Atlas es hoy Marvel y que la National es DC. Desde otra perspectiva, es bueno comprobar como más de la mitad de las listadas no superaron el impacto del Comic Code y el desprestigio social del comic book que supuso el acoso de los guardianes de la moral.
(continúa en parte dos)
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