24.5.06
LA ESTACA EN EL CEREBRO
El gran C. Rancio llama mi atención respecto a esta ilustración del siglo XVII realizada por Johann Koch para el Teathrum Mortis de Valsavor. La imagen procede del estupendo Giornale Nuovo, un lugar que ciertamente debería visitar más a menudo, al fin y al cabo está especializado en rescatar perturbadoras y añejas imágenes de b-art primitivo. Dejando al margen los motivos de fauna y flora (botánica inquietante) que enmarcan la imagen central, y aunque ésta representa un demonio, no puedo dejar de pensar en que como fusión de la forma de matar a un vampiro y la forma de matar a un zombi podría dar mucho juego. ¿Se imaginan una invasión de zombis a los que sólo se podría liquidar con estacas en el cráneo? Chorrada zetosa al margen, no dejen de visitar el link suministrado por el Sr. Rancio, imágenes como la del extraño demonio con pico de pájaro procediendo al serrado de un mártir o la del Rey Muerte que encabeza el post son de las que merece la pena conservar en la memoria.
Simpsonario (CDXXXIV)
Niña prodigio
Este sobrenombre corresponde como siempre a Lisa, que sin embargo en el episodio La rival de Lisa, es destronada por la nueva compañera de clase Alison Taylor. La envidia que nace entre las dos provoca en Lisa un sentido de culpabilidad que se transforma en la manía de tener que estar constantemente por encima de los demás.
Este sobrenombre corresponde como siempre a Lisa, que sin embargo en el episodio La rival de Lisa, es destronada por la nueva compañera de clase Alison Taylor. La envidia que nace entre las dos provoca en Lisa un sentido de culpabilidad que se transforma en la manía de tener que estar constantemente por encima de los demás.
23.5.06
MONDO AUSENTE : PULP ESCLAVAS SEXUALES
El muy admirado en esta casa Raúl Sensato advertía ayer por aquí de esta noticia británica. A continuación les corto y pego la noticia tal y como la han traducido en Periodista Digital:
UNA SECTA INGLESA DONDE LAS MUJERES VIVÍAN EN ESCLAVITUD SEXUAL
Su nombre era “Kaotians” y fue desbaratada por Scotland Yard. Se basaban en el argumento de una serie de libros de ciencia ficción de la década del 60. El líder del grupo, de 31 años, declaró que las mujeres hacían todo lo que les pedía el maestro “pero de forma voluntaria”.
“Me han llamado enfermo, pero no creo que lo que haga sea malo”, opinó.
La constitución de la secta no admitía cuestionamientos: el beneficiado era el “maestro” y los “súbditos”, en este caso mujeres que vivían en la esclavitud sexual, debían cumplir sus deseos. Así funcionaba “Kaotians”, una agrupación del noroeste de Inglaterra que acaba de ser desbaratada por Scotland Yard.
La Policía de Durham descubrió las actividades del grupo al realizar un allanamiento en una vivienda de Darlington, luego de recibir continuas quejas de vecinos. Hasta el momento sólo pudieron comprobar cargos en el caso de una canadiense, de 29 años, que vivía esclavizada.
La mujer ingresó a la secta tras descubrirla en Internet. Luego no pudo salir. Sin embargo, un día logró comunicarse con un amigo de Estados Unidos, que a su vez llamó a la policía británica. Este hombre denunció que su amiga no podía abandonar el país porque la secta había quemado su pasaporte y su pasaje de regreso a Canadá.
Las autoridades policiales comenzaron a investigar y encontraron que se ejercía la esclavitud sexual. El líder del grupo, Lee Thompson, de 31 años, era el encargado de entrenar a las ingresantes. “Esto es voluntario y seguro", dijo en declaraciones al periódico Northern Echo.
"Nuestra secta funciona sobre los preceptos de que algunas mujeres tienen el deseo de servir", declaró Thompson a modo de explicación. Y agregó: "La mayoría de la gente cree que sólo se trata del aspecto sexual, pero estamos hablando aquí de cada acción que llevan a cabo, las cuales hacen para el maestro".
Según Thompson, "las mujeres de la secta hacen todo lo que se les dice en materia de sexo, pero siempre de forma voluntaria y segura". "Me han llamado enfermo, pero no creo que lo que haga sea malo", opinó.
La secta basa su estructura de funcionamiento en una serie de novelas de ciencia-ficción de la década del '60 llamadas “Las Crónicas de Gor”, que escribió John Norman, profesor universitario de Estados Unidos. Sus libros cuentan la historia del planeta cuasi-medieval de Gor, en el que rige un sistema de castas donde las mujeres son dominadas sexualmente como esclavas.
La secta "Kaotians" tiene unos 350 seguidores en el noroeste de Inglaterra, especialmente en ciudades como Berwich y York, donde se reúnen en pubs y clubes. Se desprenden, a su vez, del grupo “Goreans” que cuenta con unos 25.000 simpatizantes en todo el mundo..
***
Son varios los aspectos que llaman mi atención. Por un lado esa faceta no tan extraña (ahí está el ejemplo de la cienciología) de crear una religión basada en un libro de ciencia ficción. Por si andan intrigados con las dichosas novelitas de John Norman (lo de profesor universitario es mucho decir, que yo sepa llegó a adjunto de filosofia y duró poco tiempo) han tenido edición española, con el título de Crónicas de la Contratierra, al menos por parte de las editoriales Lidiun y Ultramar, aunque creo que no todas las de la saga. Lo de ciencia-ficción también es mucho decir, ya que la cosa pertenecería más bien al género de la Fantasía Heroica (erótica). Dicen los que las han leído que son bastante malas, serie zetas erotico-festivas de consumo rápido, lo cual aún me dejaría más perplejo si tenemos en cuenta los miles goreanos y goreanas que corren por ahí y que tienen hasta entrada en la wikipedia. Los kaotianos y kaotianas (mejor utilizar lenguaje políticamente correcto que es un tema sensiblemente peliagudo) serían un cisma (no sabemos si herético) de esta al parecer no tan nueva religión coolzetosa de la sociedad borderline.
Para que se hagan una idea, les copipasteo la sinópsis de Cautiva de Gor que aparece en la tienda de Ciberdark:
"Arrebatada de su cómoda vida en la Tierra, Elinor se ha convertido en una marioneta de los hombres de Gor. Elinor Brinton de la Tierra, adinerada, bella, en situación de disfrutar de todos los privilegios de su sexo y posición social, se encuentra de pronto prisionera en el campamento de Targo, mercader de esclavos de Gor. Allí, encadenada junto a otras bellas cautivas -Ute, la amiga leal y compasiva que no es más que una pobre tonta a los ojos de Elinor; Lana, la favorita y la más mimada de todas- debe aprender a olvidarse de su amor propio, a someterse, a obeceder las ordenes de los hombres y llamarles Amo. Adiestrada en la lujosa ciudad de Ko-ro-ba, le son enseñadas las sensuales habilidades, las provocativas danzas y los sutiles movimientos de una esclava goreana del placer; soporta la humillación de ser vendida y los castigos que conlleva la desobediencia: el látigo de conco tiras, la marca de hierro candente y la temida caja de los esclavos. Orgullosa y virginal, está decidida a no ser la esclava de ningún hombre... y a escapar. Es entones cuando se encuentra con Rask de Treve, tarnsman salvaje y proscrito, conocido y temido en todo Gor por su mortal destreza en la batalla y su maestría en el arte de doblegar a las mujeres a su voluntad."
Un detalle muy interesante, es que al margen de la chica canadiense que ha denunciado el secuestro, el resto de la kaotianas parece que afirman ejercer su rol con consentimiento. Son dos factores los que resaltar aquí. El primero es la existencia de mujeres aficionadas a estas novelas de fantasia sadomaso, ya que en principio parecen pensadas para incidir directamente en el reptiliano cerebelo masculino. El segundo es que certifica, una vez más, la existencia de un nuevo tabú en los reinos de lo correcto: las personas que gustan disfrutar de su sexualidad con sumisión.
Desgraciadamente no le veo mucho futuro a los kaotianos; no por falta de potencial, ojo, ya que de eso andan sobrados y superan ampliamente el de los trekkies y el de los starwareros, no, yo el problema que veo es que a estas horas deben ser muchos los varones haciendo cola y recorriendo sin parar los pubs del noroeste de Inglaterra. Y tanta demanda no sé si van a poder absorverla. Me temo que la mujer kaotiana se va a convertir en un bien no ya preciado sino prohibido.
Para acabar, al margen de la reflexión de que el autor está vivo y a saber qué pensarán de todo esto él y su esposa, les dejo un último copipasteo de una web argentina de ciencia ficción en la que un par de párrafos ahondan un poco más en los pormenores de la saga:
"Norman es un seguidor de Edward Rice Burroughs y su serie de Gor corre paralela al trabajo de Burrough's John Carter de Marte. Sus novelas contienen largas disertaciones sociológicas y psicológicas poniendo de manifiesto los males de la sociedad actual (desde la falta de sinceridad al holocausto nuclear). Poniendo énfasis en una forma de vida basado en el orden natural Nietszcheano, Norman apuesta por una jerarquía natural basada en habilidades tales como la fortaleza física.
En la década de los 80 a los 90, con el incremento de lo políticamente correcto, especialmente sensibilizados con la causa feminista, asociaciones y editores retiraron del mercado las obras, consideradas ofensivas en algunas ocasiones al tachar la naturaleza femenina de sumisa. En los 90 con el auge de las páginas sumisión, ataduras, y sadomasoquismo en Internet entre el público, las obras de Norman adquirireron repercusión fuera de los canales habituales de publicidad literaria. Cientos de paginas Goreanas recuperaron el espiritu descrito por Norman en sus saga y algunas editoriales reeditaron las obras."
LOS HALCONES SINCRÓNICOS DE URI GELLER
Fragmento de El Martillo Cósmico de Robert Anton Wilson (Cosmic Trigger, 1977)
"Saul-Paul (Sirag), cuando Uri Geller se encontraba en Estados Unidos en 1973, intentó conectar con SPECTRA, la supuesta entidad extraterrestre que se comunica a través de Geller y le permite leer mentes y doblar metal.
Geller dijo que Sirag podría ver a SPECTRA, estando debidamente sintonizado, si miraba dentro de sus ojos (los de Geller).
Sirag miró, y vio cómo la cabeza de Geller se convertía en la de un ave de presa.
Lo más sorprendente de esa ambigua experiencia es que Sirag no sabía en ese momento, y no se enteraría hasta mucho después, que SPECTRA se le había aparecido anteriormente al doctor Andrija Puharich en forma de halcón.
Los encuentros del doctor Andrija Puharich con el halcón de SPECTRA están descritos en su libro Uri. Se le manifestó varias veces en relación con la guerra árabe-israelí en conexiones sincronísticas inexplicables.
Más extraño aún, poco después de que Sirag "viera" el halcón de Horus por mediación de Geller, es que en la portada de la revista Analog Science Fact / Science Fiction apareciera un hombre con sombrero de cabeza de halcón ilustrando la historia "El Recado de Horus". Pero lo más sorprendente era que el rostro del hombre era el de Ray Stanford, un médium tejano a quien el amigo de Sirag, Alan Vaughn, conocía.
Escribimos una carta al artista que había dibujado la portada, Kelly Freas, que en su respuesta nos aclaró que no conocía a Stanford ni había sido consciente entonces de estar utilizando la cara de Stanford en la ilustración.
La respuesta que recibimos después de escribir a Stanford fue aún más sorprendente. Stanford sostenía haber estado en un coche que Geller teletransportó 50 kilómetros. También dijo que estando con el imprevisible Geller se le había aparecido de repente un impresionante halcón.
Todo esto sucedía entre abril y diciembre de 1973. Recibí las primeras comunicaciones de Sirio en julio de 1973, mientras que Leary y Benner recibieron las señales de la Simiente Estelar en agosto de 1973. El colmo fue cuando, estando yo a punto de terminar el primer esbozo de este libro en julio de 1976, Saul-Paul Sirag me telefoneó para decirme que un amigo suyo de California del Sur había informado de otro "teletransporte" en el que estaba implicado Geller, aparte de otro halcón.
Mientras Saul-Paul me contaba esto por teléfono, yo estaba mirando la televisión. Cuando él mencionó la manifestación del halcón, pusieron el anuncio de una nueva película, The Shadow of the Hawk (La sombra de un halcón) protagonizada por Chief Dan George."
Más detalles de las delirantes y deliciosas pop-peripecias de Uri Geller y Andrija Puharich primero aquí y luego aquí. Al final del libro de RAW del que he sacado el fragmento hay un epílogo de Sirag en que amplia detalles sobre todas estas experiencias (incluyendo algo tan perturbador como tomar LSD con Uri Geller). Les dejo con una galería al respecto. Los comments son todo suyos.
El ojo de Horus
Simpsonario (CDXXXIII)
Nichols, Mike
Director de El graduado, famosa película sobre el paso de la juventud a la madurez cuya escena de boda del final se parodiada en El amante de Madame Bouvier: en el lugar de un gallardo Dustin Hoffman hay una lucha de vejestorios, Abe Simpson y Burns, que pelean por la madre de Marge para desesperación de Smithers; para subrrallar la referencia, durante los créditos finales se puede escuchar el The Sounds of Silence de Simon & Garfunkel, parte de la también famosa banda sonora original.
Director de El graduado, famosa película sobre el paso de la juventud a la madurez cuya escena de boda del final se parodiada en El amante de Madame Bouvier: en el lugar de un gallardo Dustin Hoffman hay una lucha de vejestorios, Abe Simpson y Burns, que pelean por la madre de Marge para desesperación de Smithers; para subrrallar la referencia, durante los créditos finales se puede escuchar el The Sounds of Silence de Simon & Garfunkel, parte de la también famosa banda sonora original.
22.5.06
UNA DE MACISTE (O POR QUÉ ME GUSTAN LAS PELÍCULAS DE GLADIADORES)
Hace ya más de un mes que tengo previsto escribir un post sobre Maciste del mismo modo que tengo anotada para reseñar por aquí próximamente Ursus contra el Terror de los Kirghisi. El destino quiso que el otro día me quedara tumbado en el sofá mirándo Maciste en las Minas del Rey Salomón, el vhs que estaba digitalizando. Así que la de Ursus, una estupenda muestra de peplum fantástico, tendrá que esperar un par de meses mientras que el prometido post sobre Maciste seguramente caerá esta semana para complementarse mútuamente con la reseña de hoy. Al menos lo intentaré, que no saben ustedes lo mal que voy de tiempo y los equilibrios que me veo obligado a hacer para mantener este Blog Ausente con actualizaciones regulares.
Mi fascinación por los péplums de forzudos en gallumbos de cuero viene de lejos. Ya saben que me crié en cines de barrio, tragándome un montón. Eran todas iguales. El concepto de la repetición es muy del agrado de los niños. Las películas protagonizadas por Ursus, Hércules o Maciste tienen unas férreas constantes, algunas de las cuales comentaré a continuación: el cartón piedra, la mala perversa, el gusto por la tortura, el anacronismo pulp, los extras paupérrimos.
También es cierto que cada título cuenta con sus aportaciones propias, en este caso se trata de una localización aventurera tan clásica como las celebérrimas Minas del Rey Salomón, que por influencia de la estupenda novela de H. Rider Haggard y por el éxito de la adaptación de 195o protagonizada por Deborah Kerr y Stewart Granger, se convirtieron en uno más de los tópicos sempiternos para la explotación cinematográfica. El ejemplo más claro sería el crossover tarzanesco, hispano y apócrifo perpetrado por Jose Luís Merino en 1973 conocido como Tarzán en las minas del rey Salomón (con Nadiuska de exploradora janeística y Paul Naschy de cazador malvado).
Era casi de cajón que la segunda época de esplendor de los péplums de héroes hipermusculados hasta la atrofia cerebral (que tuvo lugar en la primera mitad de los 60s) acabara aunando a uno de ellos (en este caso el bizarro Maciste) con las Minas del rey Salomón. Además, como el anacronismo pulp fantasioso no les importaba lo más mínimo, permitía juntar en un mismo filme la estetica própiamente péplum con el exotismo de los negritos de la selva africana. Así, el delirio está servido: en esta película de 1964 (es decir, ya en la época de desmadre) el espectador inquieto y cinéfago podrá disfrutar de una fabulosa amalgama de tribus selváticas metidas con calzador (los neidonga), bereberes mercenarios bajo el mando de una perversa amazona y una extraña civilización localizada en la ciudad de Simba, heredera del imperio salomónico y en la que algunos van vestidos de romanos, otros de persas, unos cuantos de egipcio y la mayoría en una fantasiosa amalgama multicolor.
Este gusto por el detalle es muy importante para disfrutar de una peli de Maciste. Como la historia es casi siempre la misma, pues en algo más hay que fijarse de vez en cuando. Vistas ahora reconozco que han envejecido peor (por ejemplo, los Godzillas clásicos siguen resultando la mar de frescos) pero son de vital importancia para entender la exploitation mediterránea en régimen de coproducción. El subproducto italiano nace con estas películas, así que se puede afirmar la existencia de un no demasiado complejo camino que empieza con Maciste y acaba con los caníbales de Umberto Lenzi. No deja de ser ineteresante plantearse cómo estas películas de forzudos con sandalias, correctas artesanías de pop humilde hechas un poco de memoria y que ahora resultan autenticos monumentos camp en honor del cartón piedra (estéticamente cercanas al Bolliwood más rococó en algunos aspectos) acabaran su camino en el gore malsano de Gomia, Terror en el Mar Egeo.
Obviamente, el nexo común que tienen todas estas películas es el hipertrofiado musculitos. Como resulta más que evidente, en muchos casos las virtuderes actorales de estos adictos al gimnasio (nota al margen para el futuro: investigar cuántos de ellos siguen vivos y/o las causas de los fallecimientos por posibles sobredosis de química hormonal) obligaban a unos diálogos del héroe lo más escuetos y monosilábicos posibles; es el caso de la peli que nos ocupa, protagonizada por el británico Mr. Universo Reg Park, que pese a su ineptitud actoral y su breve filmografía cuenta al menos con un par de las destacables: la de los Kirghisi antes mentada y el Ercole al Centro della Terra de Mario Bava (donde la barba le sentaba mejor, por cierto).
Maciste, el Hombre Músculo del filme de hoy, sigue casi a rajatabla todas las dinámicas habituales del subgénero. Su carácter de liberador del oprimido, derrocador de tiranos y reinstaurador de monarquías legítimas es a menudo casual (pasaba por allí) y en ocasiones acude a la llamada, como es el caso: el otro bueno de la función (Abucar, el que tiene líneas de diálogo) le comenta a la chica buena, Samara, ante el golpe de estado en Simba: "Tendrás que atravesar la jungla. Es muy arriesgado. En cuanto te encuentres al otro lado del bosque busca a Maciste y dile que Abucar necesita su ayuda. Será suficiente". Obviamente es suficiente.
Maciste, tras el interludio negroide junglista que luego les detallo, llegará a la ciudad y entrará como entran todos los musculmen: el concepto de puerta que se abre sin necesidad de fuerza bruta no existe para ellos. Se planta ante la primera que encuentra y la derriba. De hecho, Maciste acostumbra a interactuar muy poco con los humanos y mucho, en cambio, con el cartón piedra. A continuación les dejo unas cuantas instantáneas del filme que representan buena parte de los momentos clásicos de todas estas películas.

Trasero prieto y puerta a derribar

Siempre hay un armatoste de cartón piedra a mano para utilizar como escudo

Cargando estatuas de oro

Los sempiternos barrotes

Evitando el derrumbe de las minas.
La otra gran característica común es la idea de un mundo dividido entre buenos y malos sin ningún tipo de matices, a lo sumo algún secuaz que al final no puede más y traiciona a su líder. Los malos, además, son muy malos, hablan a gritos y sueltan forzadas carcajadas. En esta ocasión nos encontramos con Namar, el celoso ministro que traicionará al sabio rey Lamar sellando un pacto con la amazona bereber Fasira, una mujer guerrera líder de un ejército de mercenarios que pronto sucumbirá a los encantos de la intriga palaciega y los perfumes femeninos. También sucumbirá a los encantos masculinos de Maciste y a su fuerza sobrehumana. Este elemento, el de la atracción animal que la maligna villana siente irrefrenablemente hacia el cuerpo de bandera del, por otro lado, parco en palabras Maciste es otro rasgo casi obligado de todos los argumentos. Si retomamos esa línea, la de la historia, Maciste normalmente llega a la zona en conflicto, salva a alguien pero es capturado, resiste una tortura ante la atónica mirada de la hembra pérfida y ésta inicia, primero, un intento de seducción jamonil y de poder ("mira que buena que estoy y encima tu y yo juntos dominaríamos el mundo"). Ante el fracaso se procede entonces a la presión mental, ya sea mediante el chantaje (la amenaza de muerte para cun un desvalido tercero) o mediante el lavado de cerebro y el control mental (como es el caso que nos ocupa).

Los hombres de Fasira viven bajo la amenaza de su líder guerrera

La Guerrera mercenaria pacta con el usurpador

La infructuosa seducción de Maciste

El mal siempre paga.
Antes comentaba que estos peplums suponen el inicio de la subproducción explotativa mediterránea. ¿Cómo casar la incorrecta subversión de los 80, con sus campos de concentración nazis, por ejemplo, con la inocencia de las películas de Hércules, Ursus o Maciste? La clave está en que esa inocencia es cada vez más una cosa aparente que cierta. Dejando de lado la célebre doble lectura gay (supongo que todos ustedes recuerdan Aterriza como puedas), un elemento que denota la paulatina perdida de inocencia es el gusto por algo (tan poco inocente) como la tortura y su sofisticación. Maciste en las Minas del Rey Salomón es generosa en escenas de tortura. Tenemos a Abucar cosido a latigazos a cargo del maligno Namar, que prefiere azotarle él mismo antes que el verdugo (sadismo filogay, por tanto); tenemos la ejecución pública de Abucar con el uso de una especie de ariete tuneado (y con una resolución ciertamente hilarante); tenemos la larguísima (¡seis minutos!) escena de los caballos intentando desmembrar a un Maciste enjaulado y tenemos las dos sesiones de sadismo a las que se somete a la frágil y rubia Samara: el típico torno y la ejecución pública bañándola en caliente oro fundido.

Flagelando a Abucar

Ejecutando a Abucar con el ariete tuneado

Maciste resistiendo el embite de seis caballos por brazo...

... en el interior de una afilada jaula

Torturando a Samara

Calentando oro

Sesión pública de sumisión y Bondage
Ya que estamos con las ejecuciones públicas (tres, con el peso de la Ley de Murphy sobre ellas), una reflexión al margen que tiene que ver con los extras que hacen de esclavos y que las contemplan. Siempre son los mismos. A tenor de los sucesos (que no relataré) y de ese facor repetitivo se deduce que hay dos tipos de esclavos en el filme: aquellos que trabajan en las minas y aquellos cuyo uso consiste en presenciar los sangrientos espectáculos. Desde el punto de vista de la sociedad borderline es interesante anotar esta metáfora del esclavo (tele)vidente del espectáculo político gore.
Al inicio de este texto destacaba que uno de los placeres a degustar en un peplum de serie bé es fijarse en los extras. Normalmente se trata de tipos que agitan sus espadas de plástico sin demasiado convencimiento mientras arrasan poblados como los jubilados del Inserso arrasan con los canapés de cualquier inauguración pública. Son tipos que pasaban por ahí, o que acudían con frecuencia a las puertas de Cinecittà para ver si les tocaba hacer de romano del montón o de indio del montón. Siempre del montón. Luego les pedían que pusieran cara de susto, cara de malos, cara de algo, pero algo del montón.
Entre las características propias de Maciste en las Minas del rey Salomon hay que destacar la inclusión del tópico selvático, muy valorado en el cartel que encabeza esta reseña, aunque al final no sea para tanto. El elemento selvático, heredado de la novela protagonizada por Allan Quatermain, participa a tres niveles: el clásico uso de trozos de documentales y safaris ajenos, la pelea tarzanesca de Reg Park contra un león atiborrado de barbitúricos y, lo más importante, la presencia de la tribu de los Neidonga.
Lo de los Neidonga es de un forzado que asusta y un maravilloso ejemplo del uso del narrador en off, que irrumpe abruptamente a los veinte minutos de filme para soltar un rollo impresionante: "En apariencia salvajes y fieros, los neidonga, habitantes del bosque que rodeaba la ciudad de Simba, eran en realidad un pueblo de espíritu amable y de tradiciones antiquísimas. Subdivididos en numerosas tribus, se dedicaban casi exclusivamente a la caza que, además de procurarles el sustento necesario, les permitía dar muestras de sublimes virtudes morales además de condiciones físicas nada comunes; les gustaba sobre todo enfrentarse a fieras extremadamente feroces y astutas a las que perseguían durante semanas e incluso meses, dejando los pequeños poblados al cuidado solamente de las mujeres. Unos seres dulces, laboriosos y sumisos".
Como ven, este narrador imprevisto divaga antropológicamente que da gusto. La función de esta tribu de negritos, además de las consabidas estampas exóticas, consiste en servir de refugio de los fugitivos Samara y el hijo del difunto rey de Simba. El problema es que los neidonga no vuelven a aparecer, son exterminados por los malos elípticamente. Eso sí, el narrador vuelve a aparecer por segunda y última vez: "Audaces y valientes, los neidonga habían defendido con su vida la libertad de aquellos que se habían refugiado en su poblado, pero el sacrificio desgraciadamente había sido inútil". Creo que es un maravilloso ejemplo de ese pragmatismo sin límites que tanto me seduce de la serie bé.
Eso es todo, queridos lectores. Me dejo algún detalle más en el tintero (lo mal explicada que está la muerta del hijo del tirano, el paseo de Maciste por la jungla, los apenas veinte segundos que dura el cortísimo reinado de Abucar) pero tampoco se trata de dedicarle párrafos y párrafos a una película como esta. Les dejo con dos estampas habituales del final de los títulos de este subgénero.
Simpsonario (CDXXXII)
Nevada
Histórica la nevada del episodio Bart en suspenso que provoca el cierre temporal del colegio, permitiendo que el muchacho se quede en casa a estudiar para conseguir aprobar mientras en el exterior los demás niños juegan con bolas de nieve, demostrando, así, lo catastróficos que pueden resultar los deseos cuando se hacen realidad.
Histórica la nevada del episodio Bart en suspenso que provoca el cierre temporal del colegio, permitiendo que el muchacho se quede en casa a estudiar para conseguir aprobar mientras en el exterior los demás niños juegan con bolas de nieve, demostrando, así, lo catastróficos que pueden resultar los deseos cuando se hacen realidad.
19.5.06
PELEAS DE MUJERES MARIONETA (Y MUCHAS OTRAS COSAS DELICIOSAS)
Parece mentira la desbordante capacidad del cine de serie bé para sorprenderme. Hace años que me fascina y que dedico parte de mi tiempo a la búsqueda y a la recopilación de información y aún así es que casi no pasa una semana sin que descubra la existencia de pequeñas joyas. Igual en este caso concreto yo estaba en la inopia y resulta que era la mar de conocida, pero miren, un buen día entro en Hijo del Celuloide (que por cierto, su responsable Superdiscochino está que se sale y es de visita obligada) y me entero de la existencia de Mad Monster Party?. Es decir, un filme de hermoso título que, encima, une dos elementos que tocan mi fibra más sensible (intelectual y estéticamente): las marionetas animadas con stop motion y los monstruos clásicos del cine de terror. Para avergonzarme más aún, la película cuenta con guión de Harvey Kurtzman y diseños del enorme Jack Davis. Estoy por darme de cabezazos contra el canto del escritorio por no haber imaginado ni siquiera en sueños la existencia de tamaña maravilla. Supongo que el que no se estrenera jamás en España influye (ya que al parecer es un clásico de las matinales infantiles de medio mundo civilizado), pero no justifica mi ignorancia. Así que fue enterarme de su existencia, ponerme muy nervioso, conseguirla y visionarla.
No voy a extenderme más sobre lo comentado por Superdiscochino en su reseña, tan sólo algunos apuntes y unos cuantos extras para acabar de redondear el asunto. Sobre la película, qué puedo decirles, que complace totalmente todos mis sentidos. Estéticamente es una preciosidad sin igual. Los monstruos son pura delicia y su diseño insuperable: Drácula, el Hombre lobo, Mr. Hide, Frankenstein, su novia, el barón (con voz y rostro del gran Karloff), el Hombre Invisible, La Cosa (It), La Momia, La Criatura de la Laguna, El jorobado de Notre Damme, un regimiento de camareros zombis, plantas carnívoras, esqueletos, King Kong, murciélagos. Imaginen todo ese bestiario inigualable puesto en escena con sabiduría artesana y gusto por el pulp gotico-siniestro exquisito. Por no hablar de la que se acaba convirtiendo en la estrella del filme: Francesca, la pelirroja femme fatale ayudante del Dr. Frankenstein.
Hay que reconocer, eso sí, que no es una película perfecta. La mayoría de los gags no me hicieron casi ni sonreir. No sé si se trata de falta de ritmo, de excesivo respeto por los clásicos, de que se trate de humor exclusívamente pensado para niños o de si yo estaba más pendiente del deleite visual que tenía ante mí. También les comunicó que, de hecho, me importaba un carajo la desconexión chistosa del asunto absorto como estaba en esos muñecos y esos diseños. Pero no se confundan, que muchos gags no me funcionaran no significa, ni remotamente, que argumentalmente sea una cosa irregular o destrempada. Nada más lejos de la realidad, y por si fuera poco hay muchos más detalles a tener en cuenta. El principal es una banda sonora que no voy a parar de buscar hasta tenerla en mis manos, una deliciosa muestra de crime jazz a lo John Barry con dos momentos que desde ya considero imborrables de mi memoria: los títulos de crédito acompañados de una canción que remite directa y magistralmente a las de James Bond y la actuación estelar del esquelético combo Tibia y los Peronés. Por otro lado, el filme oculta entre su metraje un par de memorables secuencias a la mayor gloria de lo políticamente incorrecto: una es, agárrense, un trasunto de la típica pelea de hembras (por los suelos y por los pelos) recreada con marionetas; la otra, el par de bofetones que le arrea el atípico (y muy protonerd) galán de la función a Francesca: tan inesperado arranque de masculinidad la impulsará a sus brazos y a sus labios. Y eso es todo, les dejo con una breve galería de imágenes y curiosidades sobre el filme que he encontrado, sin demasiado esfuerzo, por ahí:

¡Pelea de hembras!

Tibia y los Peronés en pleno desmelene garajero

Mr. Hide, uno de los muñecos diseñados por Jack Davis. Aquí encontrán la foto de alguno más.

Portada de la fotonovela editada por la Dell a finales de los 60s. Seguro que vale su peso en oro.

Portada del comic-book realizado por Black Bear Press que acompaña algunas de las ediciones de vídeo y dividí.

Portada del vinilo original

El cartel original obra, como no, de Jack Davis

Ilustración de otro maestro para el filme: Frank Frazetta!
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