2.8.10

EL REVERSO TENEBROSO DE AMELIE PUTAIN




Bernie es una salvaje comedia francesa estrenada en 1996 en la que un huérfano que ha pasado toda su vida recluido decide salir al exterior en busca de sus padres. El tipo es corto de luces y en un primer momento parece que la historia va a acudir a la clásica odisea del tonto en la ciudad, pero no es así. Bernie está loco y no desprecia la violencia para llevar a cabo sus fantasías, y así la cosa deviene en una cruda fábula, generosa en humor negro (negrísimo) pero también incómoda en su brutalidad, por mucho que la violencia a menudo mire directamente a la locura cartoon.


Uno está tentado en afirmar que Bernie es el reverso oscuro de Amelie Pulain. El París idílico y la exasperante pulcritud moral del filme de Jean-Pierre Jeunet se transforma en extrarradio inmundo, jeringuillas de deshecho, vagabundos zafios y maltratos de todo tipo (mujeres, animales, infantes). El símil perverso entre Amelie y Bernie funciona a la perfección pero tiene un pequeño fallo: el reverso siniestro es cinco años anterior a su gemela con flequillo. Estas cosas pasan y hay obras que adelantan a lo que está por venir. También es posible que el reverso tenebroso sea Amelie. El vínculo, de hecho, está ahí: Bernie es también en muchos aspectos hija de la ópera prima de Jeunet, es decir, de Delicatessen.

Bernie también antecede, en cierta manera, la Nueva Ola del Horror francés. La única diferencia es que Martyrs o Frontière(s), por ejemplo, ni cartoonizan la violencia ni busca el humor negro; pero el sesgo social está ahí, como expresión de una Francia en la que algo no funciona demasiado bien. Bernie, al fin y al cabo, también puede leerse como una película de psicópatas que recuerda a la soberbia Henry, retrato de un asesino por el uso de las videocámaras o la asociación de dos tipos violentos y enajenados (el protagonista y su padre vagabundo).

El huérfano protagonista, sorprendente ejemplo de psicópata cándido, se enamora de una yonqui interpretada por una debutante Claude Perron, quien quince años más tarde protagoniza La Horde, excesiva película de zombies que es la última aportación del nuevo cine violento francés. Por en medio, la actriz también tenía su papel en Amelie. Y es que a veces todo cobra sentido.

5 comentarios:

Anonymous dijo...

lo de Putain es despiste o injuria XD ?

Anonymous dijo...

en realidad amélie putain existe: http://www.gdac.org/gdac_film.php3?mlng=fr&film=720
el reverso tenebroso de esto tiene que ser tremendo!

absence dijo...

<span>Dejémoslo en manos de Freud.
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Puño dijo...

<span>Me hace pensar también en C´est arrivé pres de chez vous, de Belvaux, Bonzel y Poelvoorde.
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Sr Nocivo dijo...

Interesante recomendación, la tendré en cuenta para verla en un futuro próximo. Aún así a mi "Amelie" siempre me ha parecido una película escura y casi terrorífica: Amelie se ve a si misma como una chica dulce y atenta... pero en realidad es una psicokiller que se dedica a torturar a la gente que la rodea según su moralidad... ¿acaso no tortura al verdulero?