7.10.07
DESDE SITGES CON ARDOR (XIII): INVISIBLE TARGET
La primera película de la sección Orient Express a la que acudo este año es esta producción de Billy Chan, puro espectáculo de acción, bastante alargado (parece que no se vaya a acabar nunca) y con ese extraño contraste entre fascinante frenetismo visual y tragedia recargada y blanda que provoca la risa (y algún bostezo). Y es que esto, amigos, es burro de narices y tienen mucho de delirio. Olvídense de la perfección thriller de Johnnie To: aquí lo que valen son las hostias, las explosiones y el destrozo urbano. Desde el primer momento la cinta se olvida de cualquier vestigio de credibilidad y convierte a policias y ladrones en una especie de modernos superhéroes wuxia que saltan y se dan de hostias durante minutos y minutos para salir tan campantes, para alegría de las empresas cristaleras de Hong Kong. No es ninguna maravilla, se hace larga, es bastante autoparódica pero entretiene y ofrece un generoso desparrame de hostias posmodernas.
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