31.8.04

¡FOLKY HORROR CULT CLASSIC!

Hacía meses que quería recuperar El Hombre de Mimbre (The Wicker Man, 1973). Tenía la cinta grabada al lado del reproductor pero el puto formato deuvedé ejerce una férrea dictadura en mi hogar. Ayer decidí que era una estupenda película para comentar por estos lares y hacer que todos ustedes babeen con mi nunca suficientemente reivindicada sabiduría pajera.

The Wicker Man es ejemplo paradigmático de lo que es un filme de culto. Desconocido para la gran mayoría, difícil de ver y venerado de manera arrebatada por unos pocos. Extraño, atípico y, además, doblemente de culto pues toda él gira alrededor del, perdonen, culto a los dioses paganos (por tanto, culto en su sentido religioso).

La cosa va de un sargento de la policía católico fundamentalisma (el televisivo Edward Woodward) que acude a una remota isla escocesa para investigar la desaparición de una adolescente. Una vez allí no tardará en percatarse de que las gentes del lugar, jubilosas y cantarinas, no creen en Dios sino en dioses (el del mar, el dios Sol, la Diosa de la cosecha), practican extrañas ceremonias y follan como descosidos. La sospecha de un sacrificio humano es cada vez más fuerte.
(Bueno, ya me he sacado la sinopsis de encima, que es una cosa que me da mucha rabia porque es como redactar la parte de atrás de las carátulas y saber que no las va a leer nadie inteligente.)

Por lo dicho respecto al argumento queda patente que la cosa va de investigación policial. Sí. También es una película que a menudo se vincula al cine de terror británico (ojo, es un producto independiente, nada de Hammers ni Amicus) sobre todo por su final de cuento de terror de la EC y cierto aire a lo Insmouth (por lo de la comunidad rural rara y autoexcluida). O por supuesto la imborrable imagen del Hombre de Mimbre que le da título, una especie de gigantesco tótem fálico que hace las funciones de altar reciclable y centra la mayor parte del final.


Bueno. Es una película policiaca con puntos de terror. Aún hay más: ¡Es un musical! Los tipos del pueblo viven contentos como jipis cantando durante buena parte del metraje. Le cantan al policía nada más llegar, cuando éste visita La Taberna del Hombre Verde, y ya siguen cantando con irritante frecuencia hasta el feliz y malsano cántico final. Esto de las tonadillas me daba mucho miedo al recuperarla. Conseguí la banda sonora hace algunos meses y andaba con la mosca tras la oreja. De un tal Paul Giovanni, intenta arrejuntar el folklore celta, la dentera propia de John Dever (o la Baez) y la psicodelia de la época. Extraño mejunje que se atraganta sin la película de fondo. Y es que no sé a ustedes, pero a mí lo folklórico siempre me ha tirado para atrás porque soy muy urbanita. Pero claro, una cosa son los mentados cantautores o las sardanas y otra, por ejemplo, una tradición por la cual las lugareñas danzan en pelotas. En definitiva, que no conviene desdeñar lo folk de primeras porque quizá detrás exista una añeja tradición pagana y más bizarra de lo que parece. En la película se utilizan muy bien elementos típicos de la zona (las máscaras de animales) o la figura del polichinela para generar inquietud al espectador. Lo folklórico como elemento terrorífico, pero de verdad.

Por si no fuera poco, la película también recurre al exploit sexual. En este aspecto destaca sobremanera el bailoteo que se pega una jamona tan considerable como Britt Ekland, como Dios la trajo al mundo, meneando el pandero y dando golpes al tabique y a la puerta de la habitación donde el descansa el policía (ojo, parece ser que hay dobles cuerpos y tal porque la sueca estaba embarazada). También destaca un nutrido grupo de jovencitas generosas y desnudas que rotan alrededor de menhires y dólmenes y saltan sobre una hoguera para maximizar su fecundidad. “Es peligroso saltar desnudos sobre el fuego” exclama el Sargento. “Más peligroso es saltar vestidos” le responden. En las puertas de la taberna se copula sin pudor, al aire libre, en una escena que me recordó aquel episodio de Futurama en que el Doctor Zoilberg acude a su planeta natal para llevar a cabo los rituales de apareamiento que le son propios.

El choque entre cristianismo y politeísmo arcano también es una baza importante. Pese al final, son muchos los que defienden la película por decantarse del lado de lo pagano. La gente es feliz, rinden culto al polichinela, el loco o tonto rey por un día y, atención, Ingrid Pritt da clases prácticas a las púberes del pueblo sobre las diferentes variantes del símbolo fálico. También se comen ranas para quitar el mal de garganta, cuelgan cordones umbilicales de los árboles y se encomiendan a la eyaculación de las serpientes.

Luego está, claro, la siempre agradecida presencia de Christopher Lee, el Lord de la localidad que también es el sumo sacerdote o druida. El actor, pese a salir primero con una horrorosa peluca 100% bujarra y luego con otra lacia, como muy Cher con largas melenas, dice que es una de sus mejores interpretaciones. Yo no sabría decirlo, dado que la he visto doblada como se doblan las pelis de culto: mal, y la copia es la estándar, con menos metraje. El productor era un tipo listo: cortó diálogos y dejó los desnudos. Al director, pobre, se lo tragó la noche de los tiempos. Ah! También sale Lindsay Kemp.

La película merece verse, la verdad, por su extraña bizarrez y por ser tan atípica, de una rareza sin igual. Y porque está muy bien, qué coño. Por si sienten mayor curiosidad o tiene ganas de refrescar la memoria les dejo con algunos enlaces:

- La ficha de la IMDB;

- Una excelente web sobre el filme, con su galería de fotos y escenas eliminadas del metraje comercial;

- Un fanzine aperiódico entereamente dedicado al filme;

- Una de las varias que hay sobre las localizaciones escocesas


Meneame

30.8.04

Músicas que me la ponen dura (I)

Inicio nueva sección intermitente destinada a glosar tonadas y/o álbumes que levantan el espíritu ausente. Para empezar, y tan sólo siguiendo el criterio de que es lo que estoy escuchando ahora y de que me gusta un huevo, una banda sonora: la compuesta por Lalo Schiffrin para Bullit.
Podrían ustedes preguntarse si soy un pajero de los soundtracks. Uno de esos tipos dispuestos a hipotecar el futuro de su familia en la adquisión de un extraño vinilo del difunto Elmer Bernstein. La respuesta es no. Mayormente las bandas sonoras escuchadas de un tirón me aburren de manera atroz. Eso sí, como adicto a Lo Pop son multitud las cancioncillas e instrumentales que hacen que mi miembro morcillón acompañe sus compases jubiloso.
Dentro de este segmento de cancioncillas de Lo Pop (que no Pop, ojo, sino que ponen banda sonora a las imágenes e iconos poperos) yo hinco mis rodillas y camino sobre ellas para mostrar mi reverencia hacia Schiffrin. Mission Imposible. Mannix. Operación Dragón. Harry el Sucio. Es posible decir más. Sí: el tema central de Bullit (hay otro, pero me lo guardo porque es un must que ustedes conoceran a su debido tiempo).
Podrán decirme en algún coment: "eh! oiga! que el tema de Misión Imposible es lo más". Tienen razón. Pero la importancia de Bullit también radica en que creo que es definitiva para el asentamiento de una forma de hacer bandas sonoras que luego se impuso en los 70 (¡blaxploitation party!). El tema central de este clásico de Steve McQueen, repleto de trompetas, bajos y percusiones tensas es lo que yo llamo "funqui para la acción" (los que saben de música hablan de latin jazz y de cosas muy serias; yo no sé). Lo escuchas y te dan ganas de ser un policia chungo, un investigador privado, un tipo de revolver facil, bólido cool y mucha gente a la que detener por delante. Y a mí eso me la pone dura, insisto.
Respecto al resto de instrumentales que completan esta banda sonora o beseón, decirles que están muy bien. Hay más ritmos tensos de telefilme policiaco e incluso se rompe la continuidad con un par de temitas a lo Bacharach, con sus trompetitas y sus melodías bonitas y tatareables. Para dar saltitos del amor entre disparo y disparo.
Sobre la película, decirles que es un claro ejemplo de mi alzheimer fílmico. Hay películas que he visto y que podría volver a ver porque casi no recuerdo nada. De esta, tan sólo, que había una persecución de coches muy potente por las calles de San Francisco. Y que el look de Steve McQueen lo quiero para mí.

Hembras que hacen fiu fiu

Me he aburrido con una ostra leyendo el número 48 de Los Vengadores (47 USA del volumen III). De hecho, toda la saga de Kang invadiendo el mundo da sopor de la muerte. Me compré los tebeos sin leerlos, en una rutina que me cuesta detener. Luego los leo al cabo de un par de años y sé que cometí un error. Resisto en la lenta lectura de esta saga porque me han dicho que sale Bush encabezando las tropas marvelianas en una ofensiva final contra El Amo del tiempo. No me negarán que esa imagen justificaría que me esfuerce, algún día, con el tema de las fotos e ilustraciones.

Lo que más pena me ha dado de este tebeo, aparecido en España en octubre de 2002, ya ven mi retraso, ha sido mi amada Carol Danvers. Busiek, el guionista, la había tratado bien hasta ahora pero en este tebeo no se la merece. Me enamoré de Carol en 1978 con los tebeos de Miss Marvel que sacó Vértice. Es el tipo de personaje superheroico secundario que da empaque al universo marvel. De novia terrestre del Capitán Marvel a directora de la revista Woman con vida paralela de rubia voladora en shorts, enseñando cacha. Luego la han ido puteando: la preña, o así, su propio hijo venido del futuro (o algo así, era muy complicado y salía Kang de padre, y a mi Kang siempre me da dolor de cabeza, o así), le chupaba los poderes y recuerdos Pícara, se convertía en Binaria y vagaba por el espacio exterior con una pinta muy rara. Luego Pájaro de Guerra y encima alcohólica. Lo cual le daba un punto degerado que obviamente remata mi amor. Y eso que es rubia y a mi siempre me han puesto más las morenas.

29.8.04

samurais solitarios

Acaban de emitir por tv3 un documental dedicado al hijiko mori (o como se escriba, este es un post inmediato, sin contrastar, etc, lo pone arriba). Un millón de adolescentes hay en Japón que se encierran en su habitación y se pasan años allí. Sin salir. Sin hablar con sus padres. Éstos más o menos acatan la decisión. El padre, ya antes del ataque anacoreta, no hablaba con el hijo porque trabaja todo el día. También he visto que había clases. Uno estaba seis meses sin ducharse y acumulaba basura a modo de Gran Muralla de Desechos que me oculta de Mamá. Ésta le decía desde la puerta: "¿Has acabado ya el videojuego?" y la respuesta era un lacónico "este juego nunca se acaba, es infinito". Había otro que estaba desnudo todo el día a oscuras. Allí encerrado. Luego ha salido el ermitaño pijo. Con su play, con sus pedidos por internet. Y los padres tragando. Dos años llevaba allá. Esta enfermedad es propia del Sol Naciente y está en auge. Dicen. Lo achacan a la competitividad, a la falta de comunicación y a las escuelas intensivas. 13 horas de clase y un examen cada noche. Hasta que no lo apruebas no te vas a la cama.
Este tipo de pajerismo excluyente no se da, por fortuna, en nuestros lares. Vale, sí, podemos pasarnos mucho rato delante del ordenador, o mirando pelis, o leyendo tebeos. Yo mismo soy un tipo la mar de hogareño, pero coño, siempre regreso a la calle. como las putas.

28.8.04

Maintaining My Blog

a. ! Vico ya tiene blog !
b. Satanasito y adultolescente fueron los primeros en linkarme. Ahora yo les linko a ellos. El diablo se oculta tras lo cotidiano. El secreto de la eterna juventud. Al alcance de todos ustedes.
c. Aún no me he puesto a trabajar para que los enlaces incluidos en los post se abran en otra ventana. ¿Alguna sugerencia? Les dejo con un post extenso. Si usted ve un link en el texto y le apetece abrirlo, mejor dele al botón derecho del ratón y 'abrir en ventana nueva'. Disculpen las molestias.

BEWARE THE MOON – PUREZA PAJERA

Bueno, ya que con esto de tener a absencito en casa la tarea de ir al cine se ha puesto compleja, comentaré las pelis que me vea en el salón”. Vale, muy bien. Buen propósito. Además, no se porqué, creo que se me da bien hablar de cine. Seguramente se debe a que la séptima es la más pagana de las artes. Y bastante más sencilla (o simple) que los tebeos, me atrevo a decir.

Cuando Doña Absenta decidió que quería ver Un hombre lobo americano en Londres mi primera reacción fue de desdén. “Yo, con mi blog recién estrenado y me va a tocar hablar de un título por todos conocido”.

Estaba meditando este extraño rechazo hacia la película de John Landis, que, por otro lado, me parece magnífica, cuando he llegado a la conclusión de que se debe a que es prototípica de la Pureza Pajera. Pureza desde el punto de vista de quien la mira. Pureza desde la inocencia. Y claro, yo ya no soy un pajero inocente, al contrario, los años y mi actitud de coolhunter refinado en busca de lo raro me han convertido en un pajero pervertido, degenerado, amante de lo bizarre. Un adicto de la lujuria.

Aún recuerdo la primera vez que vi el filme de Landis. En casa de un amigo, en vídeo de alquiler recién editado, allá por 1984 aproximadamente, escuchando a Ultravox, bebiendo y fumando jachís. Un pajero en estado y momento puro. Y desde luego la película es pajera en grado sumo: jóvenes yanquis recién graduados de viaje por Escocia, anteriores a la era virtual, putos Gates potenciales de los que tanto abundaban en el cine de los 80. Éstos son de los primeros. Uno de ellos se acaba follando a una enfermera (poseedora del punto justo de veteranía amatoria) que despierta la temperatura del espectador puro: Jenny Agutter, a la que se le ve una teta, por cierto, lo recordaba como un sumum masturbatorium (véanla de jovencita ) y que encima es ella la procaz, la que se lanza, la que seduce (“Tendré que dártelo en la boca”) a un protagonista que, digámoslo ya, es feo y no se comió un rosco en el mundo del cine.

Sigamos. El filme es lo suficientemente gore: cabezas que vuelan, brazos amputados, estómagos chorreantes, cuchillos que se clavan, muerdos con carne goteando. Salen licántropos nazis ametrallando una familia mientras la Rana Gustavo y la Cerdita Peggy hablan de agresividad. Parodia el cine porno. Hay un zombi, o mejor, un No Muerto que cada vez está más podrido y que encima es Griffin Dunne. Hay más dentro de una sala X. Homenajea los clásicos. Incluye una taberna rural que se llama El cordero degollado, tiene un pentagrama dibujado en la pared y ariscos pueblerinos entre los que se incluye ni más ni menos que ¡Rik Mayall! haciendo de extra ajedrecísta. Un americano en pelotas robando globos a los niños. “¡El príncipe Carlos es maricón!”. Maquillaje de Rick Baker (siguiendo una honorable línea que se iniciaba con Jack Pierce y continuaba con Roy Ashton). Le gustó a Michael Jackson. Toda la escena final de pánico en Piccadilly Circus demuestra una labor de montaje excepcional, de esas que luego continuaron los chinos. Además es el caos que Londres demanda desde que se hizo Quatermass and the Pitt. Pervierte Blue Moon (por partida triple: Bobby Vinton, Sam Cooke, The Marcels) y convierte el Bad Moon Rising de la Credence en ansiedad licántropa drogodependiente preludio del cambio hormonal. Incluye un genial ataque en el metro de Londres rematado con el picado desde lo alto de las escaleras mecánicas con el hombre lobo avanzando, de lejos, a cuatro patas. The last werewolf on Earth must be destroyed. En definitiva, lo dije al principio, pureza pajera de primera generación y yo soy gilipollas.

Algunos apuntes finales:

1. Los paramos escoceses. “Don’t walk the moor”. Me obsesionaron tanto que no pare hasta revolcarme en ellos al grito de “¡Piso los páramos!” en un viaje en furgoneta hacia el faro del fin del mundo.
2. Es una película de horror que se construye de manera clásica. Con un monstruo que tarda en verse, con su historia de amor, su investigador paralelo, sabedora de sus deudas con los clásicos de Siodmak y Fisher. Al mismo tiempo introduce variaciones: el hombre lobo a cuatro patas, sin ir más lejos. O la célebre transformación, claro.
3. Acaba mal. Como debe ser. Tirarse a una enfermera tiene su precio.
4. No se limita al hombre lobo. Lo dije antes: salen muertos vivientes y, en cierta medida, a un segundo nivel, es una historia de fantasmas errantes que buscan descanso.
6. Escrita y dirigida por John Landis. Pobre tipo. Ya ni en La generación que cambió Hollywood le citan apenas. Y eso que Desmadre a la Americana y los Blues Brothers de 1980 están ahí, subvirtiendo Hollywood, idiotizándolo con actitud. Lo de Vic Morrow pudo con él, por lo que resulta morboso verle exclamar en imágenes de la época “Nadie tiene porque resultar herido en un rodaje”.
7. El hombre lobo es trágico. El hombre lobo es un capullo. El que sufre la maldición es buena persona. Por eso de pequeños es uno de nuestros monstruos clásicos favoritos: el hombre lobo tiene su lado puro (pajero). De mayores preferimos al Doctor Frankenstein y a las vampiras y vampiros (adictos a la lujuria).
8. El hombre lobo es sexual. Desde el momento que el prota está maldito la enfermera se pone cachonda. Siempre que se habla de monstruo sexual se piensa en el vampiro. Es cierto. Es lo más. Pero el hombre lobo también es sexualmente procaz. Animal. Puro.

(Verán que la coctelera cinéfaga de sangre, sexo, monstruos y violencia es una temática que me interesa y que me apunto a mi mismo. Para eso sirven los blogs también ¿No?)

(reitero mucho el término pajero. Lo sé. Desconozco quien dio con el adjetivo como alternativa a friqui o similar. Desde aquí mi más sentida gratitud. No hay otros sinónimos que describan lo mismo sin perder matices)

27.8.04

¡Corred, Corred Insensatos!

Creo que fue Karramarro (responsable del indispensable Papel Continuo) quien me dio a conocer el enlace, el Dana's Downloadable Album of the Month. Pues bien, agosto está que se acaba y perderán la posibilidad de bajarse Moog Madness, efervescente recopilación de pop electrónico de primera generación. El cacharro llamado moog fue de los primeros precedentes inmediatos del sintetizador y en la jugosa selección del señor Dana no falta de nada, ni siquiera esa joya que es el Moog Power de Hugo Montenegro. Y no se preocupen, que si el señor Dana continua ofreciendonos emepetreses tan bonitos yo me encargo de informarles con más tiempo.

26.8.04

HORMIGAS!

1. ¡ELLAS SON...

Aparecieron hará cosa de tres semanas. Primero alguna de solitaria recorriendo feliz el suelo de la sala. Murió aplastada. Luego en el dormitorio nupcial (lugar donde se duerme mucho y a veces pasan cosas). Scrunch, de nuevo. Al día siguiente, y como era de esperar, mi vista de águila detectó, mientras comía y a varios metros, una pequeña miga de pan y algunos puntos negros a su alrededor. Una fina hilera que se adentraba en la sala desde el dormitorio y avanzaba hacia la ventana. Se perdía entre el aluminio que la enmarca y la pared. Absencito fue rápidamente trasladado a buen recaudo y eché mano del Raid Hogar y Plantas.
Los días pasaron, felices hasta decir basta, cuando un grito de Doña Absenta rompió la paz de nuestro hogar. “¡Hormigas! ¡En la cocina!”. Efectivamente, allí estaban. Negras, pequeñas, chungas. La misma especie pero bastantes metros más allá. Mi casa es larga y habían reaparecido precisamente en el extremo contrario, el lugar más alejado. Recorriendo el suelo en una operación relámpago de avituallamiento y perdiéndose en el interior de una de las baldosas de la pared, a media altura. De nuevo Raid Hogar y Plantas.
La presencia de estos diminutos seres, pero, continuó, y precisamente en el lugar donde se elaboran los ya célebres manjares de la familia ausente. Gran preocupación. Insomnio. Ansiedad. ¡Solitarias hormigas recorriendo el mármol en pos del pan con tomate! ¡Solitarias hormigas bajando desde el techo! Y la penosa tarea, noche tras noche, de poner alimentos, enseres y electrodomésticos diversos a buen recaudo y proceder a la rutina de la fumigación improductiva. Kill the ants!
Poned parafina” “Preparen un cebo” “Los esprais no sirven de mucho” “Capturen a la reina pues pierden el tiempo matando obreras”. Al final no hay más remedio que acudir, en pleno agosto, a la búsqueda de una droguería (ai, que bonito, “Droga de la droguería”). Baigón Plus Ultra fue la recia respuesta del profesional de la drogotendencia. “Elimina y desinfecta”. Y por la noche, de nuevo, fumigación meticulosa de toda la cocina tras un pesado desalojo de enseres.
Las hormigas desaparecieron y pese a ello yo me despertaba cada mañana con la imagen de un señor embutido en un mono butanito con cacharro, manguera y mucho veneno.

Ayer descubrí hormigas en la galería. Siguen, pues, ahí. Acechando. Cada vez más desesperadas. Mi temor es que muten, que se conviertan en insectos gigantes, inteligentes y carnívoros.

2. ...Gigantes!

Si hay una obra maestra en el cine de insectos (u otros bichos) gigantes, esa es La humanidad en peligro (Them!, 1954). (Bueno, la verdad es que a mi juicio casi todas las películas con bichos gigantes son obras maestras, pero eso es otro tema). Dirigida sin sutilezas por un artesano del cine de entretenimiento como es Gordon Douglas, toda ella es para relamerse. El inicio, brutal. Una niña amnésica en el desierto, una caravana destrozada, un cadáver. A partir de ahí, y pese a seguir un esquema clásico, la cosa no tiene desperdicio (tititititi, el sonido del horror) y sigue, tensa, hasta el final, con la incursión de rescate de unos niños por unas sombrías cloacas que tienen nuevos habitantes (y todo un referente para el Aliens de James Cameron). Nada falta, nada sobra. Cine recio. Cine fantástico de los años 50. Cine pajero. Hormigas gigantes. La edición en dvd es magnífica. Yo compré la de zona 1 y resulta que, por una vez, la de aquí está la mar de bien (es la misma con el añadido del audio castellano).

3. ...Inteligentes!

Saul Bass era un genio del diseño gráfico. El era el responsable de los títulos de crédito de un buen número de películas de Hitchcock o de Preminger. También creaba carteles increíbles (como el de Vértigo que embellece el pasillo de casa), planificaba visualmente secuencias como la de la ducha de Psicosis (qué más se puede decir al respecto) o diseñaba gasolineras. Sí, sí, lugares donde repostar los vehículos. Él mismo lo explicó en una irrepetible (en parte, por razones obvias) sesión que tuvo lugar hace ya unos años en el Festival de Sitges y a la que tuve la suerte de asistir.
Pues bien, tamaño monstruo de lo visual tan sólo dirigió un largometraje: Phase IV. Filme atípico en el que un grupo de científicos, aislados en pleno desierto, son atacados por hormigas que han desarrollado el don de la inteligencia. Parca en palabras, narrada sin florituras, con un tono hard muy poco habitual, haciendo uso de las técnicas propias del documental (apartado bichos pequeños). Hace tiempo que no la reviso, pero el recuerdo que tengo (vista en dos ocasiones y en pantalla grande) continua fresco, inmutable, impertérrito; y la convierten en una genialidad que defenderé siempre.
Por cierto, Phase IV se estrenó comercialmente en nuestro país como Sucesos en la 4ª Fase, a rebufo de los Encuentros spielbergianos en la 3ª fase. Y miren, la verdad, que vistos estos últimos las pasadas Navidades sólo pueden calificarse, por mi parte, de ejercicio de sopor buenrollista ninoninoná. Échenle la culpa a los canelones de mi madre.

4. ...Carnívoras!

Hubo un tiempo en que Charlton Heston molaba. Tu veías una foto de la peli, a la entrada del cine (la mía es, cachis, la última generación de la doble sesión de barrio), con el tipo a pecho descubierto y frunciendo el ceño y decías “mola seguro”. Una de las primeras películas de marcado tono pajero que protagonizó el presidente honorífico de la Asociación Nacional del Rifle fue Cuando ruge la marabunta (The Naked Jungle). Un nutrido ejército de hormigas carnívoras avanzando imparables contra la hacienda brasileña de nuestro hombre, un tipo arisco que encima se debate entre las calenturas y el rechazo hacía la viuda que a comprado de segunda mano por correspondencia. “If you knew anything about music, you'd know that the best piano is one that's been played.”. La película, dirigida el mismo año que Them! por otro artesano, Byron Haskin, mezcla melodrama, actitud de serie B disfrazada de espectáculo y es todo un clásico de la aventura catastrófica (sección la madre naturaleza es chunga). Por cierto, el cadáver devorado por la marabunta que aparece en la barcaza es todo un precedente de esa cabeza submarina de Tiburón que tanto nos gusta y que tanto susto da (y que he buscado como un poseso pues recuerdo el fotograma colgado por ahí en alguna web, una lástima).

(nota: como ven sigo sin fotos. Todo llegará. A cambio he procurado enlazar algunas imágenes)

Prácticas felatorias

Con dos cojones. La intención del día de hoy es actualizar un par de veces. Ésta primera es meramente utilitaria y sirve a varios propósitos.

Primer propósito: chupar pollas.

Como ven, una de las grandes cuestiones planteadas en el día de ayer ha sido resuelta: ya sé editar los links de la columna de la derecha. De momento les dejo tres: La Dixtopía, es decir, el foro de Los Invisibles, creado a la mayor gloria de la célebre serie de Grant Morrison y que ha acabado resultando un lugar de encuentro egopajero harto interesante, lo suficiente para que me pase por ahí cada día. Lo que en un principio podría ser un foro encorsetado a una serie y un guionista de tebeos es en realidad lugar de encuentro donde tiene cabida cualquier cosa relacionada con esas cosas que tanto me gustan y donde a menudo leo cosas interesantes. Lo suficientemente interesantes para que de vez en cuando me aproveche de los links que allí se sueltan para incluirlos en este blog sin ninguna sutileza. Espero, al menos, citar su procedencia, pero no siempre será así (esto es el siglo XXI, amigo, qué coño te pensabas).

El segundo link es el Focoblog, lugar donde Los Focomelos (Chili Temple y Jonh Tones) ejecutan con simpar maestría el noble arte de escribir cosas casi cada día. Yo, desde mi sillón masturbatorio, me declaro fan irredento de Mr. Tones y proclamo a los cuatro vientos que es el modelo que me guía. Cualquier cosa que les diga desde aquí ya la habrá dicho Tones antes, seguro. (Qué pasa, ya dije que éste era un post felatorio).

El tercer link es el de Universo Marvel, extensa e inabarcable guía web en la que colaboro (antes muy activamente, hoy menos) dedicada a esa editorial llena de personajes en pijama hoy tan cinematográficamente de moda. La Marvel me ha hecho pasar muy buenos ratos a lo largo de mi vida y en esta web en permanente construcción se pretende glosar todos sus tebeos y todas sus ediciones españolas. Una tarea de Macistes.

Segundo Propósito: absentismo laboral.

Pues sí señor, claro que sí. Estoy sólo en el trabajo, disfrutando de los últimos días de una oficina sin jefes, sin agobios, alejado de mi familia. Y quiero probar si este Blog Absente se actualiza de manera óptima desde aquí.

Tercer propósito: calentamiento

¿Conseguiré editar los enlaces html en el texto del post? Aún no lo sé, pero tengo puestas grandes esperanzas en mí mismo. Soy mi mayor fan y no tengo ninguna duda: lo conseguiré.

Cuarto propósito: seguir chupando

Y agradecer así las bienvenidas jubilosas enviadas hasta el momento por gentes sin duda ociosas. Muchas gracias. Los hay que incluso ya me enlazan desde sus blogs, a ciegas, sin percatarse de la perdida de credibilidad futura que puede suponerles. Yo al menos, procurare que así sea. Gracias por enlazar EL BLOG AUSENTE (o absence a secas, ustedes mismos).

25.8.04

El Prinicipio del fin

Que conste que esto es sólo una prueba. Un intento. Un noséqué. Ya hace mucho tiempo que la idea de un blog me persigue, interna y externamente. La idea de una página web a la que llamaría periodistacanibal.com también me persiguió y ahí se quedó. No me extraña: ni soy periodista (pero casi aunque cada vez menos) ni soy caníbal (pero casi aunque cada vez más). Murió como un furby sin pilas, en lo profundo de disco duro, a medio hacer, como casi todo lo que me prepongo.
Escribo estas letrillas con cara de imbécil. Tampoco es mi intención presentarme pues imagino que quien por aquí acuda no lo hará por casualidad. Y tengan en cuenta que esto está en periodo de pruebas, sin ninguna familiaridad con el sistema (a ver cómo y cuándo enlazó fotos y demás, por ejemplo).
Como el caos, mayormente, me domina (aunque de manera relajada) imagino que aquí va a tener cabida cualquier cosa. Supongo que mayormente me dedicaré a elaborar aberrantes comentarios sobre la subcultura pop. Ya saben: libros, tebeos, películas, canciones. Y presupongo que también me animaré a desnudar mi mundo de felicidad autista con ustedes.
No deja de ser curioso que precisamente ahora que con la llegada de absencito mi vida de consumo a la bartola se ha reducido de manera espectacular me ponga a bloguear. Ciertamente, el riesgo es enorme. Si antes acudía al cine cada semana y me zampaba un montón de subcultura a todos los niveles y ahora no. Así que no esperen demasiadas reseñas de actualidad. Más bien al contrario: los ausentes siempre van con retraso.
Y aquí les dejo con el cliffjanguer, es decir, con el final de continuará repleto de emoción: ¿Conseguirá nuestro héroe ausente actualizar algo diariamente? ¿semanalmente? ¿Regresará al mundo de la necia droga para poder estimular su ya maltrecho cerebro? ¿Conseguirá editar los links amigos? ¿Enviar fotos? ¿Habrá algún post mañana?