29.4.06
AQUÍ ESTÁ EL CHARRO
La primera vez que ví El Charro de las calaveras, sin saber nada sobre ella, a los veinte minutos de película estaba pasando por uno de los momentos más cinefágicamente absortos de mi vida. A la innumerable ristra de virtudes del filme, que de inmediato intentaré comentar pese a que jamás podré hacerle justicia (y nunca mejor dicho), había que sumar un elemento que era el que me había empujado por el precipicio del delirio: El Charro de las Calaveras NO es una película. O mejor dicho, no es un largometraje: se trata de tres episodios de lo que antaño se llamaban seriales y que eran la genuína traslación cinematográfica del bolsilibro pulp: episodios, normalmente con continuará, de media hora que servían de complemento al programa doble. Eso sí, El Charro de las Calaveras, como serial, ofrecía dos características importantes: eran episodios autoconclusivos y se rodaron en 1965, una fecha muy alejada de la época de esplendor del género, los años 30-40.
A lo que iba, al precipicio abisal de la fascinación, y que insisto es innato al filme, en mi caso se vio multiplicado y convertido en una experiencia mística. Desconocía que no era una película sino tres y, claro, a los veinte minutos estaba yo flipando (y no saben como) ante algo que veía inaudito. "¿Cómo coño pueden quedar 60 minutos de película con la de cosas que están pasando?". Al acabar el primero y pasar abruptamente al segundo, sin transición alguna, lo entendí todo. Pero ahí quedaban esos 25 minutos en los que me vi inmerso en la pulpzetosidad definitiva. Este hecho casual marcó mi relación con la película, una obra maestra (de eso no les quepa la más mínima duda). Tenía cierto miedo a que mi reencuentro con ella rebajara el recuerdo imborrable de todo su metraje, acaso porque igualar esa sensación de maravilla era imposible. Estaba equivocado.
He hablado por aquí en diversas ocasiones de la Ley del Círculo que convierte determinados títulos en obras maestras de la casualidad. "De tan malo es muy bueno". También de que en sus orígenes el séptimo arte más que arte era un espectáculo de barraca, pop barato sin más deseo que la evasión inmediata. Para desgracia del espectador occidental, esta concepción ya casi se pierde en la noche de los tiempos por culpa de la pretenciosidad europea y la industria norteamericana, que manufacturan arte y espectaculo como salchichas de frankfurt con carne separada mecánicamente. El cine pop barato también manufacturaba de manera industrial, pero lo que producía eran salchichas de pueblo. Las auténticas salchichas de pueblo que ahora son tan difíciles de encontrar. Y cuando las encuentras descubres que son salchichas que quieren ser como las aldeanas. Y coño, no lo son. Un buen ejemplo de eso sería la Troma. Comparar el Vengador Tóxico con La Momia Azteca o con Ninja Hunter es como comparar El Príncipe de las Mareas con El Desafío de las Águilas. Y de hecho es tremendamente injusto hablar de la ley del círculo porque los cánones que la rigen son cinéfilos. Y esto es otra cosa (mejor).
Dicho todo esto, hay que decir que la quintaesencia del maravilloso pop barato está en el cine chatarra mexicano. Sí, vale, uno puede citar también la serie Bé fantástica norteamiracana de los 50, el cine de género y las exploitations italianas, el cine de terror británico, el delirio japonés de los 70, las maravillosas películas de chinos, el terror de Naschy y compañía... Pero la quintaesencia está en México con sus vampiros sangrientos, sus luchadores enmascarados y sus marcianas generosas. Supongo que les meto todo este rollo porque hacía demasiado tiempo que no me acercaba a los terrenos de la genialidad mexicana. Y es que el charro de las calaveras tiene innumerables virtudes: su ya citada concepción como serial cuando el tiempo de estos ya ha pasado, con esa obligada concentración de sucesos al mismo tiempo que se despoja de lo vanal, del relleno (las películas debieran durar siempre media hora); la trasposición de un arquetipo como el "charro", el cowboy mexicano elegante y cool (cuya profundidad popular me consta pero desconozco) dispuesto a traginarse a la Anselma a la que cantaban Los Lobos ("o dejas que te visite o te traigo a los gendarmes") al cine fantástico cruzado con el héroe enmascarado (Coyote, Zorro, Llanero Solitario); la absoluta carencia de medios a la que hacer caso omiso, porque da igual, porque no hace falta. La velocidad con la que han de pasar las cosas, fruto de guionistas enfebrecidos a los que no importa romper las normas narrativas lógicas en pos del asombro inmediato. Da igual lo que has explicado antes porque eso era para antes (hace cinco minutos) y ahora importa el ahora. Si hay que hacer transformaciones licántropas o convertir murciélagos (de cartón) en vampiros, pues se hace, y no una sino tres o cuatro veces por episodio, alcanzando medias de dislate por segundo insospechadas. A 45 rpm. Con esos planos fascinantes (peleas montadas en planos y contraplanos subjetivos entre un vampiro y nuestro héroe, por ejemplo) fruto de la casualidad, pero que si los hubiera rodado Rossellini, ai, amigo, si los hubiera rodado Rossellini... Con esos diálogos rimbombantes fruto de una ingesta descontrolada de fotonovelas que encima son declamados por pésimos actores. O el desprecio absoluto al concepto de la noche: es el más claro ejemplo de película rodada a pleno sol (es más barato) en la que los personajes hablan y actúan como si fuera de noche (cosa que en el episdio del Vampiro ya clama al cielo). Ni siquiera el nombre del personaje es original: ya hubo una aventura de El Coyote en la que su némesis también se llamaba así.
Y luego está el hecho de arrejuntar los tres episodios (a lo bruto, sin un mísero fundido en negro separándolo) que están cortados por el mismo patrón (y rodados en el mismo lugar, cementerio incluido): monstruo que ataca campesino, el Charro que pasaba por ahí que intenta evitarlo pero fracasa en el intento, pueblerinos asustados, nuevo ataque del monstruo y nuevo fracaso del Charro, presencia de la moza, presencia del elemento fantástico extra (un gran acierto: hay más por el mismo precio), recuerdo oral de los orígenes del Charro, nuevo ataque y nuevo fracaso que resultaría casi mortal para el héroe sino fuera porque uno de los ayudantes (el niño, para ser concretos) resuelve la situación aunado con la casualidad. Y es que oigan, el Charro, como héroe, resulta un auténtico desastre. Así que paso a atacar cada uno de los tres episodios: El Lobo Humano, El Vampiro Sinistro y El Jinete sin Cabeza. No sin antes reseñar que la película se abre con unos títulos de créditos magistrales, con nuestro héroe realizando ejercicios equinos (ya saben, pasitos del caballo a la derecha, pasitos del caballo a la izquierda) mientras suena el tremendo corrido del acreditado como Trío Calaveras, con la exquisita letra que les detallaba en la previa a esta crónica.
El primer episodio sirve, claro, de presentación del personaje, pero eso no evita que se abra como antes he mencionado: un hombre lobo (o mejor, un lobo humano) atacando a un pueblerino. Es un hombre lobo que viste camisa a cuadros y es enormemente peludo (los licántropos mexicanos son melenudos). El Charro de las Calaveras aparecerá por allá, medio sorprendido, pegará cuatro tiros y el bicho saldrá huyendo. Abruptamente el espectador se encuentra con una loca que, en el incomparable marco del cementerio de la película, profiere gritos mirando a cámara con movimientos espasmódicos. Que si el lobo humano, que si la luna llena. De ahí se pasa al otro escenario del filme: la casa en la que vive el niño Perico, su mamá, su padrastro y Cleofás, un gordinflón que juega el típico papel de contrapunto humorístico, ese humor llano tan propio del cine mexicano (Tin Tan o Mantequilla Nápoles son dos buenos ejemplos) aunque el recuerdo del Lou Costello también está muy presente. Hay que decir que aquí el humor llega a extremos tan de encefalograma plano que no hace otra cosa que incrementar, aún más, el impagable tono delirante a la película.
Nuestro héroe enmascarado tomará contacto con la familia (vía vouyerismo casual: en su búsqueda del monstruo le da por observarles por la ventana, imaginen qué susto). También explicará sus orígenes: su familia fue asesinada por unos malechores y dedicó su vida a perseguirlos, llevando una calavera estampada en sus ropas por cada uno de ellos que detenía. "Y por eso voy enmascarado, porque la justicia no tiene cara". La investigación que lleva a cabo El Charro de las Calaveras consiste básicamente en charlar con la familia tomando pastitas en la sala y recorrer los alrededores para encontrarse con el lobo humano (este escapará siempre). Pero tiene un plan: "Hay que guardar paciencia: el monstruo cometerá un error en el momento menos pensado". Aún así, la frecuencia de los plenilunios es del todo inusual: en veinte minutos llevamos ya cuatro. El espectador, por eso, ya sabe quién es el maldito, por mucho que se cambie de ropa (algo que no vemos pero que es así: la camisa a cuadros tiene una función licántropa en el filme) e incluso llegamos a presenciar tres transformaciones de esas en fotofija: tipo de la camisa en el suelo, calavera sin camisa, hombre lobo con camisa.
Al final, la resolución será casual. El Charro encontrará a la loca y esta resucitará a un zombi para que le explique lo que pasa. El resucitado, sentadito en su tumba, suelta un rollo de mucho cuidado: "El origen del hombre lobo se pierde en la noche de los tiempos. No se sabe cómo surgió. Apareció de pronto en los bosques eternos y se dedicó a matar a los hombres que encontraba a su paso y a devorarlos para saciar sus criminales y feroces instintos. El actual lobo humano que asola esta región es..." Obviamente prefiero no revelarlo por si alguna vez tienen la oportunidad de disfrutar del filme.
Pese a conocer la identidad del culpable, el héroe continua dando círculos sin ton ni son hasta que acabarán dándose de hostias (con los impagables contraplanos subjetivos) y sólo el azar inclinará la suerte del enfrentamiento. Será el error antes comentado: un infortunado resbalón en lo alto de un precipicio. Eso sí, la cosa tiene tintes de tragedia y el niño Perico deberá ser adoptado por el justiciero enmascarado. También Cleofás. Y como muestra de buena voluntad El Charro de las calaveras les mostrará su verdadero rostro.
El segundo episodio es el más simple de todos. Sin ningún tipo de signo de puntuación cinematográfico saltamos a un murciélago de carton acosando a un campesino. Le vemos transformarse en un vampiro enmascarado (luego le cambiará la máscara por cierto, pasando a ser una muy similar a aquella que utilizara El Príncipe Valiente y que luego imitara el Etrigán de Kirby) aficionado a correr con los brazos abiertos extendiendo su capa. De nuevo El Charro que pasaba por allí. Hay que llamar la atención sobre un detalle: el niño que le acompaña ya no es el mismo, ahora se llama Juanito. Resolverán el fallo de continuidad con una simple frase: "Perico está en el colegio". De dónde sale Juanito y por qué no está también en la escula es un mistero que quedará sin resolver.
Este episodio, que de nuevo demostrará la total ineptitud del héroe para llevar a cabo una investigación con piés y cabeza, se resolverá gracias a la intervención del niño (como pasa en el anterior y en el siguiente). Desde luego, lo más llamativo es el total desprecio con las normas solares del vampirismo. La película está rodada a plena luz del día y ni se molestan en ejecutar una modesta noche americana; mejor así: permite contemplar algo tan inaudito como la sombra solar de un vampiro. Y eso que los personajes no se cansan en insistir en que es de noche, portan antorchas e incluso comentan que la luz del día acabará con él. El uso del murciélago de cartón también es desvergonzado: se insiste en su presencia de manera constante, sin ninguna intención de disimular un efecto especial paupérrimo. También se comenta que nadie ha visto jamás el verdadero rostro del héroe, cuando el espectador no hace ni cinco minutos que lo ha visto.
El Vampiro Siniestro, que parece tener una fijación especial por perseguir al tontorrón de Cleofás además de soltar los monólogos típicos de cualquier villano de tres al cuarto (y que en realidad son la artimaña del guionista incapaz de explicar lo que está pasando), vampirizará por amor a la moza del episodio, una especie de Sara Montiel con sobrepeso. El proceso, tal y como se explica, consiste en matarla. Así que la muchacha resucita, se transforma en murcielago y persigue a Juanito con los brazos extendidos hacia adelante como las mejores vampiras de la serie zeta añeja. Este proceso mortal no implica que al final la muchacha se cure y regrese a la vida como persona normal. De nuevo, las normas lógicas están para saltarse y sorprender al espectador.
El tercer episodio es el más complejo de los tres al hacer uso de las acciones paralelas aleajadas por muchos kilómetros. De nuevo el salto de un episodio es abrupto y de nuevo nos plantamos en el mismo escenario de siempre. Ahora es el clásico jinete sin cabeza (que suele ser alto a consecuencia del supletorio del disfraz) cabalgando al trote con una espada de plástico (que se bambolea por la velocidad) y liquidando a un campesino. De ahí pasamos a una mujer que está leyendo unos papeles, que escucha una voz procedente de una caja. La abrirá y en su interior una cabeza le exigirá regresar a su cuerpo. Más adelante en una anticlimática conversación en una piscina, la chica enseñará la caja y su contenido a un médico amigo y le explicará que la heredó de su padre científico. La cabeza pertenecería a un delincuente y su padre la habría utilizado para investigar la constitución de un cerebro criminal (otra muestra de la complejidad de este episodio: ciencia pajera). "Y ahora le ha dado por hablar". La solución es sencilla: llevar la cabeza a la tumba de su propietario.
Paralamente, El Charro investiga el tema jugando a las cartas con Cleofás y Juanito. Un pueblerino les explicará lo que pasa: "El Chacal y sus dos secuaces se dedicaron en vida a toda clase de atropellos. El Chacal fue muerto por la justicia y un científico se apoderó de su cabeza dejando mutilado el cadáver. El cielo, en castigo por su maldad, ordenó que él y sus dos hombres vagaran penando sin descanso". La solución divina es ciertamente sorprendente, porque la maldición supone multitud de muertos inocentes. Los dos secuaces, por cierto, son ahora sendos frailes con rostro de calavera (bastante hermosos y conectados estéticamente con los templarios sin ojos de Ossorio).
La cosa es que la chica llega al pueblo pero sólo consigue que el Jinete Sin Cabeza la recupere y se niegue a descansar eternamente. Sus diálogos con Dios (una nube de tormenta con sus rayos, sus truenos y sus centellas) son impagables. El resto es lo que ya hemos visto antes: enfrentamientos diversos, nula incapacidad del Charro para llevar a cabo una labor detectivesca cabal (tiene una innata capacidad para no ver a un monstruo que tiene a su lado, será cosa del antifaz que le quita visión lateral), el habitual humor chusco de Cleofás, la presencia del niño que arregla la situación y el combate final, que en esta ocasión en vez de ser a puñetazo limpio toma forma de esgrima, aunque la coreografía sigue siendo igual de pauperrima.
27.4.06
COMING SOON (CON CANCIÓN)
Este es el corrido
de un hombre que supo
repartir justicia
por la buena ley.
Amigo del justo
y con los canallas
fue por sus hazañas
un gran paladín
Se identificaba
por su traje negro
su caballo prieto
y su gran valor
porque en sus espaldas
como una amaneza
unas calaveras
se veían lucir
Aquí está el Charro
Aquí está el charro
El Charro de las Calaveras
Siempre al malvado
Siempre al canalla
será el vengador.
El emblema blanco
de sus calaveras
cinco de exterminio
siempre lo cuidó
Y cuenta la gente
que al encuentro
de los siniestros
será su perdición
Aquí está el Charro
Aquí está el charro
El Charro de las Calaveras
Siempre al malvado
Siempre al canalla
será el vengador.
TRESCIENTOS TREINTA Y TRES DISCOS PARA AGITAR EL BOOGALOO ENCEFÁLICO # 006/333
El concepto clave es Soul Blanco, pero vayamos por partes. Sí, Elvis, el idolo que recorrió el camino que va de peligroso roquero a las lentejuelas de Las Vegas, pasando por Hawaii y que actualmente tiene la condición de fantasma del pop por excelencia. En 1968 podríamos decir que el Rey del Rock, tras licenciarse del ejército, había sido domesticado por el Hollywood más tontorrón. Lo cierto es que visto ahora estaba en un callejón sin salida. Y por primera vez en muchos años tomó decisiones: las canciones a incluir, el cambio de productor y, sobre todo, el regrasar a Memphis, ciudad que entonces vivía en la efervescencia soul de la Stax. Y ahí está nuestro hombre perpetrando el que posiblemente sea su disco más compacto. Soul trompetero, country, gospel a golpe de coros magistrales, pop de violines, blues. Todo unido por la férrea argamasa del crooner pélvico. Sí, es cierto que hay alguna balada country o que la versión extendida cuenta con una grimosidad del calibre de Mama Liked the Roses, pero oigan, este disco cuenta con joyas como la que lo abre, la impresionante Wearin' That Loved on look, auténtica piedra fundacional de ese SuperSonido de los 70 al que Tarantino dedicara una oreja; con el country de entrepierna de I'm Moving On, mezclando slide guitars y trompetas souleras (toda un ejercicio de novedad); un arrebato gospel del calibre de Long Black Limousine; el blues sudoroso de Power My Love; la estupenda balada pop ideal para alegrar domingos a base de violines que es Any Day Now. Y luego está el In The Ghetto con el que se cerraba el lp original, claro. Por cierto, la edición remasterizada de hace unos años incluía el resto de canciones grabadas en esas sesiones soul de Memphis, y que iban dedicadas a singles (el formato comercial de toda la vida por entonces) y entre ellas se encuentra ese festival de coros y trompetas que es Suspicious Mind y que convirtió al Rey del Rock en el crooner pop por excelencia. Lo dije al principio: Soul Blanco.
Simpsonario (CDXXI)
Frase muy habitual en Bart, que expresa con ella su máximo desprecio hacia la persona a la que va destinada. El niño le pide, sencillamente, que desaparezca, que se convierta en nada, que deje de existir.
26.4.06
EL BURROESFÉRICO CLANDESTINO
(...)
No hay mucha diferencia entre deshuesar un conejo y a un tío sobrado que escribe un blog y que ha dicho que tu Costatine al finocchio necesitaba más vino de Marsala.
(...)
No hacen falta más que unos cuantos elogios para conseguir una cita con ellos. Sugerir la clase de compañía sexual que puedan estar deseando. O mejor todavía, sugerir que eres el redactor jefe de una revista de tirada nacional y que quieres llevar su voz al mundo entero. Ensalzarlos. Darles la gloria que ellos tanto merecen. Elevarlos a la prominencia. Toda esa atención de mierda, les ofreces la mitad y ellos se reúnen contigo en el callejón a oscuras que tú les digas.
En persona, siempre tienen los ojos pequeños, unos ojos que son como canicas negras metidas en el ombligo de un gordo. Gracias en parte a los cuchillos Kutting-Blok, su aspecto mejora y acaban viéndose limpios y cortados y con guarnición. Carne lista para ser usada para algo útil."
Fragmento de Publicidad Encubierta, un relato del Chef Asesino
(Fantasmas, Chuck Palahniuk, Mondadori 2006)
Esto leía anoche, precisamente cuando tenía pendiente comentar brevemente mi presencia en un evento (llámenlo meeting) blogoesférico en mi ciudad (que es Condal). Y fíjense que digo blogoesférico y no burroesférico. A priori el único burroesférico iba a ser yo, que encima llegaría tarde (no repetiré lo de la vida familiar y patatán), tan sólo a saludar y lanzar un morboso (acaso mórbido) ojo a este tipo de encuentros. Ya saben que este mi personaje ausente que he creado por aquí gusta de sentirse élite ignota frente a la real blogoesfera (y mira que soy burro... esférico). Bueno, mejor acabo con esta antipática y petulante introducción, que yo soy persona humilde y buena a la que le cuesta ser malo (con y/o sin motivo).
El pasado jueves se celebraba una Beers & Blogs barcelonesa. Y ustedes, queridos lectores habituales, se preguntarán: "¿Y qué coño pinta absence, adalid de la subcultura basura en la red, en una reunión de estas características?" Buena pregunta. Yo también me lo pregunto. Verán ustedes, cuando vi la lista de asistentes previstos, en su mayoría procedentes de blogs "tecnológicos" (un tema que respeto como cualquier otro pero que no me interesa demasiado), pues eso, que una reunión de presuntos y expertos geeks no es, precisamente, el lugar donde yo pueda encontrarme a gusto. Lo que pasa es que
a) estaba muy cerca de casa;
b) soy cotilla y extrovertido por naturaleza;
c) lo más importante, Palimp, de Cuchitril Literario había insistido en requerir mi presencia ya que era una buena oportunidad para saludarnos.
Miren. Una persona como Palimp que me dice, textual y efusivamente, que las Vidas Ajenas son de lo mejor de la blogosfera, no sólo demuestra un buen gusto exquisito (juazz) sino que merece el saludo, apretón de manos, conversación y el derroche, a raudales, de mi innata simpatía. Así que allí me planté con cierto retraso y cuando la reunión oficial se acercaba a su fin. Tuve el tiempo suficiente para hablar de esas cosas que tanto nos gustan a los que tenemos blogs: quién la tiene más larga, el uso profesional o la publicidad. Este último aspecto llamó mi atención, ya que lo del adsense de google, si me genera unos cien euros cada cinco meses, pues oigan, la verdad es que no me molestaría demasiado y ayudaría a pagar la alimentación de absencito. Queda como una idea en estudio. Igual es venderse por poco, pero ya que tampoco soy muy partidario de la publicidad, quizá esta fuera una solución muy poco abrasiva.
A parte del posterior copeo junto a Palimp (claro), Mezkal, Vigo y Adolfo (a los que no conocía siquiera virtualmente), lo mejor de la noche vino de la mano de Khalo de Dadanoias (que por cierto me pareció mucho más guapa en persona que en foto). Imaginen la situación (y como acabé ralmiendome con ella... con la situación, no me malinterpreten). Unos veinte muchachotes geeks allí reunidos y en medio una hermosa muchacha que gusta de jugar al erotismo en su blog. Y llego yo, saludo a Palimp y el grupo pregunta cual y de qué va mi blog. "Soy El Blog Ausente y escribo sobre zombis y sobre Godzilla" exclamo orgulloso (el orgullo del coolzetoso). Y de golpe la chica guapa del evento comienza a soltar públicos y emocionados chillidos. "¡absence! ¡absence! ¡es mi ídolo! ¡Es el mejor!". ¿Lo imaginan? Toda mi protección (revestimiento) de falsa modestia echada por tierra. Un rictus de satisfacción en mi rostro imposible de disimular. Mi ego rebotando por el local y produciendo interferencias en el wifi. Yo. absence. El Rey. El intruso burroesférico clandestino convertido, de golpe, en el tipo más sexy del lugar. Una muesca en la culata del revolver y algo (ridículo, sí, pero algo) que contarle a absencito cuando crezca. (coloquen aquí mentalmente un prudente emoticón sonriente).
Y ahora relean la intro que he sacado del último Palahniuk, afilen sus cuchillos y tiéndanme una trampa.
Simpsonario (CDXX)
De manera a menudo imperceptible, uno de los tabúes mediáticos (especialmente en los dibujos animados), que en Los Simpsons se rompe de manera irónica, mordaz, anticonformista. Por ejemplo, en Un coche atropella a Bart, el primogénito de los Simpson, tras un accidente, tiene una experiencia de vida después de la muerte en la que transita hacia el cielo para luego caer irremisiblemente al infierno por su mal comportamiento en el viaje; en Un pez, dos peces, pez fugu, pez azul Homer, tras haber ingerido pescado crudo venenoso en un restaurante japonés, se dispone a reflexionar en qué cosas debe hacer durante sus últimas veinticuatro horas de su existencia; en Dinero viejo el personaje de la anciana Bea Simmons muere realmente en el asilo; en La elección de Selma desaparece Gladis, la vieja tía abuela de Marge; en Alrededor de Springfield deja la escena el músico de jazz Gingivitis Murphy, ídolo de Lisa, en una conmovedora secuencia en la cama del hospital, aunque al final su alma quedará en el cielo como guía espiritual para la pequeña saxofonista; en el tercer cuento de terror incluido en el especial de Halloween La casa-árbol del terror VI, siguiendo los pasos de la serie de películas de terror de Wes Craven Pesadilla en Elm Street, el jardinero Willie está muerto, pero vuelve en los sueños de los niños y actuando desde el mundo onírico consigue golpearlos mortalmente; en Madre Simpson Homer simula su muerte para no tener que ir a trabajar y se encuentra en el cementerio con su madre, hasta ese momento presuntamente muerta, un encuentro entre dos personajes convencidos de sus recíprocas muertes; en Bart, el soplón se habla de un tío que ha muerto recientemente y que ha dejado dinero en herencia al muchacho; para acabar, es obligado destacar el episodio Solito otra vez naturalmete, en el que se produce la muerte real de Moude Flanders, la esposa del vecino Ned.
25.4.06
COSAS QUE ME HACEN ILUSIÓN
"Muy bueno lo tuyo.Lo has pillado todo. Lástima que los espectadores de entonces no fueran tan avispados como los jóvenes de ahora. Las fotos son buenísimas, yo no las tengo. Voy a copiarlas ahora mismo. Gracias, siempre agradan las críticas bien informadas. Agradecido.Carlos Aured"
A mí me ha hecho mucha ilusión. Siempre he mantenido que Aured era un estupendo artesano para el cine de género y sus primeras películas para Profilmes merecen la pena. Luego siguió el camino sociológico del destape y el vodevil erótico, que siempre me ha interesado mucho menos. Les dejo con un par de carteles: la mítica El Fontanero, su mujer... y otras cosas de meter y Atrapados en el miedo, su último filme.
Simpsonario (CDXIX)
Expresión de sorpresa (a menudo negativa) muy habitual en Bart y también, pero en menor medida, en Homer. Se trata de una aportación del doblaje español que ha adquirido cierta popularidad como exclamación propia de los Simpson a causa de su frecuente reiteración. Curiosamente, no es la traducción de una determinada palabra de la versión norteamericana; sustituye en ocasiones los “Ay caramba” propios del Bart original, algunos “yoink!” de Homer y a menudo no tiene ningún equivalente claro.
KIM JONG IL, EL SEXO ORAL, EL COMUNISMO SEXY Y LAS EXPLOTACIONES ESTALINISTAS DE GODZILLA
Hace un par de días, en una de las infinitas listas de correo a las que estoy suscrito, el señor Beboop enlazaba un curioso montaje sobre un mensaje de Kim Jong Il a sus vecinos Surcoreanos. No se lo pierdan porque lo he disfrutado de lo lindo. Un discurso que acaba con vivas al cunnilingus norcoreano como ejemplo de lo sexy que puede llegar a ser el comunismo; es de lo más brillante que he leído en mucho tiempo e incluye momentos en los que al “Querido Líder” de Corea del Norte se le va la pinza para explicar con detalle lo mucho y bien que saben sus súbditos masculinos en lo de darle al sexo oral, una práctica de la que conocen todos sus secretos permitiendo a sus parejas alcanzar un auténtico y prolongado orgasmo dialéctico y materialista. Iba a decir que es lo más delirante que ha llegado a mis manos sobre el dictador comunista sino fuera porque no es así. Ya de entrada, y en términos de delirio, piensen que se trata de la primera república comunista heredada por derecho de sangre, es decir, por ser hijo del anterior dictador.
Kim Jong Il encabeza el llamado Triángulo del Mal pero como personaje pop bizarro es tan espectacular como necesario. Su aspecto, ya de entrada, es el de un Gary Glitter maoista gracias a su cabello crepado y sus plataformas de diez centímetros; entre una cosa y otra el tipo gana un par de palmos necesarios para ser el espectacular líder de uno de los estados más militarizadas y oscurantistas que hay sobre la faz de la tierra. Lo cierto es que entre retoques bipgráficos propagandistas y leyendas urbanas, todo lo que pueda decirse de tan peculiar personaje debe ser tomado con cautela. Incluso el contenido del link del cunnilingus. Pero la existencia de la duda siempre es (lo) importante.
El tipo viaja en un tren acorazado especial, un regalo de Stalin a su padre que poco a poco ha ido modernizando. El régimen político (atroz, claro) es un culto a su personalidad total. Su retrato lo preside todo (y cuando digo todo, digo todo) y al parecer más del 90 % de la programación televisiva del país está dedicada a su figura. Tendría un coeficiente intelectual del 150 (un genio, vamos), habría compuesto numerosas óperas, habría nacido en una montaña sagrada a los piés del arco iris (y no en el real exilio siberiano), tendría dotes mágicas que le permiten utilizar la lluvia cuando es necesaria y habría escrito, en 1973, el mejor ensayo sobre teoría del cine que jamás ha parido crítico alguno: El arte del cine.
Antes de entrar en terreno cinematográfico, y por si a alguien se le escapa tras la atenta lectura del mensaje enlazado al principio sobre el cunnilingus comunista como base pop del atómico régimen norcoreano, el tipo es un obseso sexual y un mujeriego de cuidado, amigo de las orgías y de los prostíbulos rusos (que visitaba, antes de la caída de la URSS, montado en su blindado tren bala). De hecho, son varios sus descendientes procedentes de affaires con las estrellas pop del país. Como ven, la conexión pop es más que evidente, aunque lo mejor me lo guardo para el final, antes me gustaría recomendarles este texto en especial por la descripción que hace elperiodista de su visita a la Exposición de Amistad Internacional, nombre que recibe un ciclopeo e hipertecnológico búnker camuflado como museo; es decir, la base de Spectra (James Bond es su personaje de ficción favorito) tiene forma de gran emporio pajero dedicado a acumular los regalos y ofrendas recibidos por él o por su padre: pelotas de básquet firmadas por Michael Jordan, limusinas y todo tipo de objetos kistch, incluidos souvenirs de animales en peligro de extinción que ríanse ustedes del multimillonario contratista ese de Málaga detenido recientemente. Por cierto, no puedo resistirme a transcribir un pequeño extracto del enlace recomendado. “España también tiene su vitrina de presentes, compuesta por una figura de Lladró de Don Quijote de la Mancha, un plato de Toledo y un par de jarrones de Salamanca, todo ello regalado por Santiago Carrillo, ex secretario general del Partido Comunista de España (PCE).”
Kim Jong Il, además de un fanático de internet (en un país donde no existe), es un consumado coleccionista de cine. Al parecer posée un colección de cintas de vídeo y dividís que ríanse ustedes de la de Spaulding, con quien, por cierto, compartiría mucho el gusto por el cine clásico norteamericano, en especial el de los años 40 y 50. Su pasión por el Séptimo Arte le llevó a protagonizar la que quizá sea su acción bizarra por excelencia: el secuestro, en 1978, del productor y director surcoreano Shin Sang Ok y su esposa la actriz Choi En-Hui. Hay varias teorías al respecto, aunque la oficial, en boca de los secuestrados tras escapar milagrosamente en 1984, es que Kim Jong quería que el productor se encargara de construir la industria del cine norcoreano. Si tenemos en cuenta que tras tamaño suceso el pobre cineasta tan sólo ha podido facturar tres entregas de los Ninja Kids (3 ninjas contraatacan, Tres ninjas peleones y 3 ninjas en el parque de atracciones ) no sé yo sí darle mucho pábulo.
Descartada, pues, la versión oficial, nos quedan las otras dos: la sexual y la megapajera. La que tiene más visos de realidad sería la sexual. El Querido Líder Comunista habría raptado a la pareja con la intención de beneficiarse a la actriz, de la que al parecer estaba enamorado desde los años 60, y habría tenido al marido rehén entretenido filmando películitas de consumo interno. Finalmente nos queda la megapajera, también bastante oficiosa: Kim Jong habría raptado al director porque éste se negó a participar en un kaiju que él mismo habría guionizado. Como lo leen: una película de monstruos gigantes al estilo japonés. Y como el director recientemente fallecido se negó, lo secuestro para obligarle a rodarla. La película, claro, existe, y se llama Pulgasari.
EL bicho homónimo sería mitológico (y recordemos que Kim Jong, aquí productor ejecutivo, también es mitológico para sus súbditos), una especie de Golem o Daimajin creado por un herrero para liberar a Corea de la tiranía que crecerá alimentándose de metal hasta convertirse en una especie de Godzilla stalinista y barrigón que liderará una revuelta campesina. Los efectos especiales corren a cargo de Teruyoshi Nakano, nada menos que el heredero del maestro Tsuburaya y acreditado en un montón de kaijus clásicos de esos que poco a poco les voy reseñando, y enfundado en el traje de látex del monstruo se encontraría Kenpachiro Satsuma, el actor que se disfrazó, entre otros, de Hedorah o de Gigan. El cómo fueron a parar estos profesionales del kaiju a Corea del Norte... Bueno, con el antecedente del secuestro yo no me habría atrevido a decir que no.
No he podido ver la película, que no trascendió fronteras hasta 1985 (precisamente tras la fuga de su realizador) pero acabo de comprobar con alegría que no sólo está en la mula sino que recientemente la han fansubtitulado en castellano. Por cierto, también me acabo de percatar que el pobre director murió hace apenas un par de semanas, que ya es casualidad, y también googleando he encontrado este otro interesante enlace en castellano que habla de toda esta bonita historia que acabo de explicarles. Y recuerden: ¡Viva Godzilla! y, sobre todo, ¡Viva el cunnilingus norcoreano!.
ACTUALIZACIÓN: Lo más probable es que el discurso sobre el cunnilingus sea falso. He regresado al tema en este post más al respecto, y no olviden leer el Pyongyang de Delisle.
Meneame
24.4.06
Simpsonario (CDXVIII)
El célebre compositor de música para el cine es uno de los pocos europeos (sin contar los británicos) homenajeados en la serie. El tema principal de la banda sonora que escribió para El bueno, el feo y el malo de Sergio Leone se repite por dos veces en el episodio El misterioso viaje de Homer. El acompañamiento musical remarca la parodia de los spaguetti-westerns, las películas del oeste coproducidas por España e Italia en los años 70, cuando Homer recorre el gran concurso anual de chili de Springfield y cuando, como si se tratase de un duelo entre pistoleros, el jefe de policía Wiggum le reta a probar el explosivo chili que ha preparado para la ocasión.
23.4.06
Esto de los libros
Y ya que estoy con esto de los libros y los tebeos. Si dejamos al margen todos los cómics de la IPC y de superhéroes negros que me he leído los últimos doce meses, se trata del periodo de tiempo en que menos tebeos han pasado por mis manos. Me siento como desconectado de la novedad tebeíl, algo que siempre he llevado muy al día. Tengo una gigantesca cantidad de tebeos comprados en los últimos años que no he podido leer por falta de tiempo. De ahí que últimamente hable poco de tebeos por aquí: porque leo pocos. Y al final la hipoteca y los gastos domesticos han impuesto su férrea ley. Compro muy pocos tebeos, y aún así de cada cinco que compro leo uno, con lo que el colapso es terrible. También he reducido drásticamente la compra de dividís.
El problema es que mi necesidad compulsiva de consumo de ocio es como la rueda de una vieja bicicleta. He puesto el parche en los tebeos. He puesto el parche en los dividís. Y va y de golpe me estalla la cámara por otro lado. En los dos últimos meses he comprado bastantes libros y he notado ese placer de entregar la tarjeta de crédito en la caja con el agradable frío sudor del yonqui consumista que sabe que gasta a crédito cosas que no va a poder leer durante el año que viene.
Fíjense ustedes que en menos de cincuenta días me he hecho con El gran desierto de James Ellroy (que por fin han reeditado en bolsillo, es de lo poco que no tenía), La Tierra trema de Robert Anton Wilson (que ya reseñé), El gran complot de Robert Gordman (efecto de la lectura del anterior), El péndulo de Focoult de Umberto Eco (este también es efecto de los illuminati de RAW), La misteriosa llama de la reina Loana de Umberto Eco (con esa especie de metalenguaje pulp que aparenta tener debía ser mío), Confidencias de una mente peligrosa de Chuck Barris (lo encontré saldado por casualidad), Pronto de Elmore Leonard (también lo encontre saldado junto al otro), Extinción de David Foster Wallace (y es que disfruté mucho con Algo supuestamente divertido que nunca volveré a hacer), Fantasmas de Palahniuk (mi actual lectura desde hace dos semanas), Submundo de Delillo (sospecho que me encantará), Trampa 22 de Joseph Heller (varias personas me han dicho que es la hostia), El Gran Dios Pan y otros cuentos de Arthur Machen (qué bonita es la colección Gótica de Valdemar) y el Congreso de Futurología de Lem (qué cosas, a los dos días se moría el escritor).
Y bueno, hoy que es el día del libro le he regalado a doña absenta la biografía M, el enigma Caravaggio de Peter Robb. Absencito le ha regalado El Arte: conversaciones con mi madre de Juanjo Sáez. A Absencito le hemos dados Els Colors (que le ha gustado bastante: de los básicos ya acierta tres de cuatro) y a mí me ha tocado la Trilogía del Abismo de William Hope Dogson. Como ven, en casa tenemos lectura para meses y eso que esto sólo son las novedades del último mes. En fin.
22.4.06
LA CAMPAÑA TEBEIL
Pues eso. Aquí está el meollo del asunto. Mañana ya les soltaré otra cosa más divagante y masturbatoria, pero esto mejor hoy; así pueden irse corriendo a la librería (mejor si es de tebeos, claro). Teóricamente son cosas conseguibles. Tampoco esperen los dieciseis tomos del Century Boys de Urasawa (eso no es un regalo para el día del libro sino un premio). O la colección completa del Vampus (porque es imposible) Ah! y si el objetivo es alguien que YA lee tebeos todo el rato, cómprenle un libro (porque lo cortés no quita lo valiente).
- Es para un cafre que hurga en su nariz y desprende un olor especial: Juventud cabreada (mi reseña del primer número).
- Si vas a llevarla a la playa este verano y no eres celoso: Vampirella Las Crónicas carmesí (ya ha salido el segundo)
- Si te la quieres follar: Maison Ikkoku (si no le gusta es demasiado mayor para tí)
- Si te llevó al estreno de La venganza de los Sith: Valerian
- Si te llevó al estreno de La Tierra de los Muertos: Los Muertos Vivientes #3 (porque acaba de salir y los dos anteriores los tiene seguro).
- Si le gustan los culebrones a la vez que lee novelas gafapastas de origen sudamericano: Palomar
- Si es un hombre de Pelo En Pecho: Blueberry (y más concretamente Chihuahua Pearl, El Hombre que valía 500.000 dólares, Balada por un ataud y Fuera de la ley).
- Si es una hermosa mujer independiente que lleva la voz c antante en los momentos íntimos: Modesty Blaise
- Si le gusta Ciudadano Kane y siempre comenta que Welles exigió decorados con techo : Los Archivos de Spirit #12 (es importante que sea el doce, y porque el trece no ha salido)
- Si es una neurotica/o de cojones: Biblioteca EC Psicoanalisis
- Si odia a su pareja y necesita soluciones: Mátame (lo hará mejor)
- Si tiene más de 40 años y aún fuma porros: Makoki integral
-Si los fuma en pipa: Rip Kirby (si necesitas más info)
- Si escucha la COPE: V de Vendetta: (porque no va a entender nada, quedarás como un señor y que se joda)
- Si es diferente, es tan guapa como frágil y vive ensimismada: Rubia de Verano
- Si te gustó lo que te hizo cuando estabas desnuda/o y abrió el cajón: Midori
MONDO AUSENTE : NUTRICIÓN - EL CALDITO... CALENTITO Y CON SUSTANCIA
LA POLICÍA ENCONTRÓ UNA OLLA Y PASTILLAS AVECREM
Unos desconocidos profanan una tumba en Perelada y hacen un caldo con los huesos de la difunta
GIRONA.- Unos desconocidos profanaron en la madrugada de ayer una tumba en el cementerio municipal de Peralada (Girona) e hicieron un caldo con los huesos de la difunta, fallecida hace unos diez años, en el mismo recinto. Los Mossos d'Esquadra siguen buscando a los autores, según fuentes de la policía catalana.
El vigilante del cementerio fue quien encontró los restos de los huesos, así como la olla y pastillas de Avecrem, ayer por la mañana, y alertó a los Mossos d'Esquadra, que han abierto una investigación para tratar de localizar a los autores de este acto macabro.
El acceso al camposanto es fácil, ya que la puerta del recinto municipal siempre tiene la llave puesta. Los autores intentaron profanar una tumba pero sólo lograron arrancar la lápida y se centraron en una segunda, donde lograron extraer la caja y el esqueleto.
En un rincón, instalaron un fogón portátil y una olla de pequeñas dimensiones donde pusieron a hervir los huesos de la difunta. Los Mossos d'Esquadra se desplazaron al cementerio para realizar una inspección y recoger los objetos que dejaron los profanadores para buscar pistas que permitan identificar a los autores.
EL TREINTA Y CINCO
Ya hace un par de semanas que se encuentra disponible en los puntos de venta habituales el número 35 de Mondo Brutto, espectacular fanzine repleto de la necesaria ración de actualidad bizarra para brutos mecánicos, plagado de apretados contenidos e imágenes imposibles.
Un número espectacular englobado bajo la etiqueta de Especial Reaccionario que se abre con un extenso artículo a cargo de los titanes Grace Morales y Galactus sobre ese emporio de comunicación de masas que es la emisora COPE. Preciosa la ilustración de Keko que introduce el texto,por cierto: un robot gigante sembrando caos urbano del que emergen tres serpientes con los nombres de Vidal, Schlichting y Losantos. Un concepto, el de unir a King Gidorah con la Conferencia Episcopal, hermoso. A continuación el lector inquieto podrá deleitarse aprendiendo con dos enormes piezas de costumbrismo sociológico dedicadas a describir de manera intensa cómo han cambiado nuestras vidas la odontología y la telefonía móvil. Si tenían alguna duda de que el futuro ya está aquí y es una cosa normalita, estos dos textos resultan harto reveladores: la sonrisa profiden del que envía un SMS a Salsa Rosa es una instantanea de la Sociedad Borderline.
Lo que me ha dejado boquiabierto es el extenso dosier sobre Mujeres Chifladas de Grace Morales, especialmente por lo que respecta a las reseñas biográficas de Christine Chubbuck, Mary Baker Eddy y Aurora Rodriguez y su hija Hildegart. Pero el verdadero must de este número son la entrevista al eminente ufólogo portoriqueño el Profesor Reinaldo Ríos y la semblanza de un personaje tan tan bizarro como el polifacético y sombrío López Rega. Añadan a todo ello un homenaje póstumo al comisario Melitón Manzanas; un amplio dosier sobre la Música de Miedo (es decir: de Screaming Jay Hawkings al Drácula Yeyé de Pajares); los hermanos Friedman convertidos en instrumento para explicar el magazine que tienen en sus manos; una entrevista al rockero líder del combo Los Lobos Negros; la bella Jimina Sabadú diseccionando el ghetto chino español y sus tópicos o a ese genial ente de ficción que es Lemmony Snicket.
A todo ello deben ustedes añadir el indispensable noticiero universal que es el Mondo Lirondo (lo primero que me leo ansiosamente y que tantas pistas gloriosas me ha regalado a lo largo de los últimos lustros), la tercera entrega del cada vez más grandioso Mis problemas con Amenabar de Mostrenco y Ché-Qué-Loco (es decir: Costa y Adanti) o las aportaciones de Olaf y Brieva. Por lo que a mí respecta, se trata del tercer número en el que colaboro, cosa que me llena de orgullo (como siempre digo). Por un lado la ya anunciada por aquí primera entrega de Black Super Power, un vistazo a los tebeos con negros desde una óptica social y con especial interés por los superhéroes negros. Por otro, mi participación en la entrevista al insigne dibujante español Miguel Gallardo, español ilustre creador de personajes tan maravillosos como Makoki, el Niñato, el Buitre Buitaker, Perico Carambola, Pepito Magefesa y Roberto España.
Así que ya lo saben. Recuerden que luego el Mondo Brutto se agota y que hay cientos de seres humanos que vagan por las calles como zombificados porque se perdieron los números anteriores y ahora no los encuentran. Si van el transporte público los reconoceran rápidamente. Dan mucha pena y no son un buen ejemplo para los niños que heredarán el siglo XXI.
21.4.06
NANCY EN WACO
La imagen que antecede estas líneas es el escaneo de mi single (la edición española de 1965) de ese enorme y gigantesco clásico del pop que es These Boots were made for walking. Como portada es preciosa y Nancy Sinatra luce estupenda con tan delicioso modelo coolyeyé: botas rojas, faldita roja, media y jersey a rayas. Genial, sin duda. El estribillo, con ese irresistible
And that's just what they'll do
And one of these days these boots
Are gonna walk all over you
da mucho juego desde el punto de vista de la dominación sexual. De todas las interpretaciones que puedan hacerse, posiblemente la que guarda la "conexión pop-sociedad borderline" más potente es aquella que la vincula a los sucesos de Waco de 1993 y su uso como arma para la humillación mental en situaciones de acoso a la fuerza enemiga.
Refresco memoria de forma rápida. El enfrentamiento entre la secta de los davidianos y las fuerzas de orden estadounidenses, concretamente FBI y la ATF (la Oficina del Alcohol, el Tabaco y las Armas de Fuego) es una de las grandes conspiranoias de finales del siglo pasado, además de una masacre importante (setenta davidianos, entre ellos una veintena de niños).
Básicamente, la ATF atacó la sede de los davidianos de Texas para detener a su líder David Koresh bajo la sospecha de abusar sexualmente de los niños de la secta y de haber acumulado todo un arsenal de armas de fuego (un derecho constitucional, no lo olviden). Según la teoría conspiranoica ad hoc, en realidad se trataba de una operación méramente publicitara para la ATF que se convirtió en un desastre. Fallaron las previsiones, los davidianos se defendieron a tiros y la situación degeneró en un asedio que duró 51 días, se saldó con la masacre antes contabilizada (que tiene huevos: para salvar a 20 niños de abusos sexuales se les acaba matando). Tanques, aviación, la guardia nacional, uso de armas químicas ilegales, guerra preventiva y técnicas de humillación mental que consistían en potentes altavoces que noche tras noche, durante todo el asedio, repetían sin cesar cánticos tibetanos, los chillidos de ovejas y conejos al ser degollados y... el grandioso hit de Nancy Sinatra. ¿Por qué esta canción? Básicamente enviaban un mensaje: las botas del FBI están hechas para caminar sobre los davidianos. Aquí tienen un enlace, en inglés, en la que se interpreta la letra sencera. Lo de los cánticos de monjes tibetanos como instrumento para el control mental... eu... ¿alguna teoría?
ACTUALIZACIÓN: Este post ha generado otro: el misterio de la teta fantasma de Nancy SInatra
Meneame
Simpsonario (CDXVII)
Durante la enésima fuga de la cárcel, el Actor Secundario Bob combate el morbo de la dependencia televisiva. Se convierte en enemigo jurado del entretenimiento de masas, del que ha observado, también desde la cárcel, sus efectos desastrosos. Querrá detener la influencia de la televisión en la sociedad incluso con artefactos nucleares: en el episodio El último resplandor del Actor Secundario Bob amenaza con detonar una bomba atómica si no se destruyen todos los televisores de Springfield. La destrucción de la televisión es, además de metalingüismo nihilista dado el origen de la idea, un acto de proporciones apocalípticas para la sociedad borderline.
20.4.06
Simpsonario (CDXVI)
"Lo has hecho lo mejor que has podido y has fracasado míserablemente. La moraleja es: no lo hagas." (Homer)