25.3.05
FREE REDNECK CINEMA (CON ZOMBIS)
No soy, para nada, un experto en el cine de Fred Olen Ray. Al contrario. Le he visionado muy poco y casual. De hecho, su cine me interesa más bien poco pese a su total adscripción a esa serie Zeta a la que tanto aprecio tengo. Pero claro, una de las (muchas) temáticas prioritarias de este Blog Ausente es el cine de zombis, aunque entre Godzillas, chinos y luchadores enmascarados pueda parecer algo relegada. No es así y de ahí sacrificar 74 minutos del Viernes Santo de 2005 con un subproducto de la categoría de Alien Dead. Por cierto, para un mejor conociemiento del cine casposo (y creo que aquí sí puedo utilizar este adjetivo que no me gusta un pelo) les remito a este post del señor REFO.
A lo que iba, la película. Uno de sus primeros largometrajes. Un meteorito ha caído en los pantanos (o mejor ¿charcas?) de Lousiana. Lo del meteorito nos lo escatiman, por cierto. Primero lo explica, de manera harto confusa, un viejo. Luego, hacia el final, en un pavoroso (de malo) flashback. ¿Cómo recreas la caida de un meteorito en un filme sin presupuesto? Fácil. Una mujer levanta la mano hacia el cielo y le metes un filtro rojo a la tipa. Y ya está. El cine es más fácil de lo que parece. Si Alien, la de Scott, era un éxito un año antes, ruedas una pauperrima cinta de zombis white trash y la titulas Alien Dead. Ese es el cine de Fred Olen Ray. El meteorito convierte a gente en zombis. ¿A quienes? Ni idea, pero desde entonces pululan por el lago, de manera submarina, salen por los alrededores y se comen a la gente y se beben la sangre. O algo así.
Eso es Alien Dead. Cuatro pueblerinos asustados investigando el caso del lago sin caimanes pero con gente muerta al son de música country y pretendidos sonidos futuristas e inquietantes basados en alguien que sopla por un tubo. El sherif es un manta inutil, Buster Crabbe nada menos, el Flash Gordon de los seriales de los años 30. El resto del reparto, tan pésimo como ignoto. Y la dirección, buff. Fred Olen Ray despide la década de los 70 con cine que nace ya viejo. En los interiores la cámara no se mueve. Se planta ahí en medio sin ningún criterio estético y se suelta a los actores, provistos de diálogos mongoloides, para que deambulen como puedan y consuman minutos como sea. Da igual que de vez en cuando miren a la cámara, o le den la espalda. Cine sin criterio. Cine libre. Una bandera, una mesa y cuatro sillas es la comisaria, sin bandera una casa, con un microscopio... un laboratorio.
Y luego, los exteriores. Cuatro tipos mal pintados que salen de la charca y atacan a las numerosas chicas que por ahí pululan y se bañan solitarias. Una teta es una teta. Todo hay que decirlo, las escenas de zombis acuáticos emergiendo del pantano algo bello tienen pese al feismo que todo lo envuelve en esta película de orgullosa serie zeta. No sé el qué, pero algo. La forma en que atacan a la gente y que ésta, pese a tener un un hacha, o un rifle, se limitan a poner cara de terror y quedarse paralizados en tomas de ojo de pez tiene una especie de gracia y encanto triste. Pero es bazofia pura y yo la degluto sin criterio. Para que se hagan una idea, una vez has reunido un grupo de personajes con los que centrar algo la acción en su huida de los zombis, los metes en un camión, a diez minutos del final, y les regalas a los espectadores cinco (¡5!) minutos de planos del vehiculo por carreteras secundarias mientras, en off, escuchas sus diálogos (mongoloides). “Qué hacemos, vayamos a Georgia, porque estos zombis de dónde salen, no lo sé, patatín, patatán” para al final masacrarlos en un anticlimático predesenlace con sacrificios inútiles y bombas molotov que no explotan. Y luego un final estúpido, burdo, que nada resuelve. Se acabó el dinero. Ah! ¿Pero había dinero? Quizás no había nada, tan sólo el impulso de rodar... algo, y luego acabarlo, de alguna forma. En una línea invisible y (a)estilística que nos lleva al peor Jesús Franco, al peor cine italiano de subgeneros. Al peor... algo. 74 minutos de Viernes Santo que yo he sacrificado para purgar los pecados del cine de zombis. El domingo resucito y Santas Pascuas.
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