6.3.05
BWHAHAHAHA! (TIEMPOS DE CACHONDEO, SUPERPODERES, CAOS Y CONTEXTO)
El reencuentro con viejos amigos siempre es grato aunque te muestra el paso del tiempo. El reencuentro con viejos amigos es grato aunque éstos, en realidad, sean entes de ficción. Personajes de tebeo. La lectura de Antes conocidos como Liga de la Justicia me ha regalado un buen rato de diversión, entretenimiento y buen humor. No está a la altura de la mítica serie de finales de los 80 que perpetraron en un tandem impagable a los guiones Keith Giffen y JM DeMatteis. Y con un Kevin Maguire a los lapices de los primeros números que daba gloria verlos. No está a la altura pero se agradece. Mucho.
Hace demasiado que no saco de las estanterías la colección de Zinco. Más de una década. Y yo creo que merece una relectura. A ver cómo le han sentado los años. Estoy seguro de que bien y me sorprendería mucho lo contrario. Quizás en verano encuentre un hueco. Aunque el contexto ya no sea el mismo. Finales de los 80, en DC, eran tiempos de renovación. Renovación por el lado oscuro. Con aquel Batman sexagenario de Miller, o simplemente un personaje dominado por su reverso tenebroso y multitudinario en forma de los estrafalarios sociópatas que poblaban Arkhan Asylum. Y Watchmen. Y La Cosa del Pantano de Alan Moore. Y las semillas de la inminente línea Vertigo. Comic books frescos por diferentes. Porque más que frescor era el frio de lo siniestro el que emanaban. El infierno gélido de la enfermedad, la psicosis, la pobredumbre, la vejez, lo decrépito. Lo siniestro. Frescor glaciar. Lo que era fresco, fresco en toda la amplitud de su sentido, era la Liga de la Justicia Internacional.
El frescor de ser algo que no se parecía a nada de lo que hubo o había. El frescor de lo que nadie se atrevió a imitar. El frecor de la agilidad narrativa y de diálogos. El frescor de la risa y la sonrisa. Del absurdo y del caos como fuerza creativa. El frescor de los rostros dibujados por Maguire, especialista en retratar la expresividad facial... El frescor, en realidad, de la humanidad. Porque los personajes eran, en la práctica, mucho más humanos con su ridiculez y falta de neuronas que sus siniestros coetaneos. O algo así.
La Liga de la Justicia heredaba toda la tradición del primer supergrupo definitivo y tiraba toda esa misma tradición por el retrete aprovechando el lavado de cara de Las Crisis en las Tierras Infinitas . El primer supergrupo era ahora ridículo y el lector se mondaba. Con todas aquellas portadas mostrando al grupo y sus variaciones, con el pendenciero e incorrecto Guy Gardner y su corte de pelo cenicero adelantado a su tiempo, con el tándem formado por Booster Gold y Blue Beetle, con el Batman más socarrón jamás visto, con un Detective Marciano superado por las circunstancias, con un líder corporativo como Maxwell Lord, con Gnort, el héroe más estúpido jamás recreado. Con Oberon y Mr. Miracle. Con L-Ron. Con sus homenajes al cine de serie B. Con su guerra de sexos. Con aquellas visitas de Lobo. Y con Manga Khan, claro, el villano megalómano definitivo y sus risotadas. Fueron 60 números americanos a los que que sumar los 36 de la Liga de la Justicia Europa, un puñado de annuals y los creo que tres Quaterlys publicados (de los que aquí sólo vimos el primero).
Catorce años más tarde Giffen, De Matteis y Maguire retoman algunos de sus miembros. Nada ha cambiado en ellos pero quizá sí en el lector. Cachondeo, Caos y Superpoderes. En mi caso no ha habido carcajadas pero sí muchas sonrisas. Están casi todos, hecho en falta a Guy Gardner y a Hielo y a cambio me regalan a Mary Marvel, bobalicona jovencita que encarna lo mejor de la vieja serie llevado a la actualidad. Una inocente muchacha a la que pervertir. Como los chicarrones de Kansas puestos a sacar lo peor de si mismos en el Medio Oriente. A mí ya me vale. A mi me ha gustado. Quizá sea un problema de contexto el que los haga diferentes. El contexto de entonces no es el de ahora.
Y para que no se diga, me he permitido recontar los números de la LJI que editó Zinco en nuestro país, típica pregunta en foros y listas de correo que me permitirá enlazar este post de vez en cuando. Fueron 54 números de la colección principal bajo el título de Liga de la Justicia Internacional (LJI) en los 19 primeros, mutando a Liga de la Justicia América (LJA) a partir del 20 y cinco Especiales con los cuatro Annuals (el último, imprescindible, con la incompetente Liga de la Justicia Antártica de mítico recuerdo para el aficionado) y el Secret Origins número 32 (en el segundo Especial) más un especial de Navidad fuera de numeración que incluía el JL Quaterly 1 que presentaba a Conglomerate.
La colección madre se bifurcó con la Liga de la Justicia Europa, 36 números españoles que incluían, sin saltos, la colección USA, y un especial con el primer annual de la sección destinada a nuestro continente. Fíjense que he hablado de saltos. Eran tiempos de grandes crossovers y nuestros héroes se vieron siempre implicados. Algunos números saltaron, en España, de la colección original a las series limitadas de esos grandes crossovers (cada vez peores). Así Millenium Especial 1 y 6 incluían, respectivamente, los JLA 9 y 10; los Invasion 2 y 5 los LJI 22 y 23; y los Armageddon 4 y 12 los LJA annual 5 y LJE annual 2. Todo ello sin olvidar el DC Premiere número 3 y el autoconclusivo cruce con el Escuadrón suicida (y, por tanto, con el LJI número 13 en su interior). Ostras. El Escuadrón Suicida. Otro supergrupo a reivindicar.
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