La Casa Blanca. Dormitorio del Presidente. El presidente tiene una pesadilla. "Mamá, no me siento bien".
La responsable es la pérfida archivillana conocida como Víbora. Transcribo su diálogo ideológico porque merecería, por si sólo, entrada propia en la sección ausente La Enajenación que Desafió al Mundo:
"América es débil y decadente... sus gentes son autómatas materialistas... sus líderes charlatanes sin verguenza, agentes del capital... sus instituciones opresivas y obsoletas."Como ven, un discurso que la COPE definiría como progre y que la malvada terrorista suelta al mismo tiempo que le vuela la tapa de los sesos a un honrado ciudadano infectado del virus reptil.
"¡Mi objetivo es la eliminación de todo poder! ¡La caída de esta sociedad y de sus arcaicos sistemas políticos! ¡El ascenso de la anarquía absoluta!".Estos son los pensamientos de la archivillana cuando se topa con la primera dama, Nancy Reagan, en plena mutación reptiloide. Sin duda una imagen impactante.
Nancy Reagan no vale ni el precio de las balas necesarias para matarla. Jamás un tebeo había expresado mayor desprecio hacia una primera dama, hacia la esposa del presidente de la nación.
Y aquí tenemos al Capitán América, adentrándose también en la mansión presidencial para hacer el bien y sufriendo América ante cada símbolo que se cruza en su camino. Supongo que todos sabemos en quien está pensando. Por cierto, en esta etapa el Capitán América viste de negro porque va por libre. La Comisión Presidencial de Actividades Superhumanas le ha despojado de su tradicional vestimenta y apodo (entregado a un nuevo Capitán América de pasado paramilitar y fascistoide). El original es demasiado idealista y de difícil control gubernamental. Lean entre líneas y saquen conclusiones. Volveremos a ellas al final.
"No todos los que han vivido aquí han sido hombres de honor".
El Capitán se adentra en el Despacho Oval y se encuentra con un Reagan ya totalmente transformado en reptil.
A partir de aquí hay cuatro páginas de mamporros en los que el presidente reptiloide llega a arrear a nuestro héroe con el mástil de la bandera nortemericana mientras el Capitán va exclamando cosas como
"¡No permita que su estado anormal le haga olvidar su compromiso con los ideales de esta nación, señor!".
"Podeis estar seguros de que la Primera Dama y yo nunca sufrimos ningun peligro."Lo afirma en rueda de prensa. Ronald Reagan, el presidente, miente. Y miente mientras le brilla un diente y sus colmillos son casi vampíricos. Es evidente que Mark Gruenwald era un cachondo, pero también que no le gustaba la administración Reagan. La velada y tácita referencia a Nixon supongo que no se le ha escapado a nadie, y no es casual si pensamos en esta conclusión. Por no recordar el deprecio hacia Nancy Reagan y el ridiculo de un presidente que llama a su mamá cuando tiene problemas. Es cierto que la historieta es puro y maravillos delirio, pero también que Gruenwald utiliza el tebeo para filtrar ideas bastante potentes entre diálogos que son puro gozo. Subcultura pOp de derribo de la buena. Cosecha de 1988.
1 comentario:
Se ve que mark era mas que un,escitor de comics. tiene mucha informacion sobre Reagan y la politica en E.U.A
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