La semana pasada Miguel Ángel Martín visitó Barcelona para presentar Bitch (La Cúpula, 2008), recopilación en álbum de una historieta seriada en El Víbora hace unos años. La lectura de toda la historia seguida la he disfrutado mucho, al igual que durante el verano me pasó con Play Love (Rey Lear, 2008), su primera novela gráfica concebida como tal. Soy muy fan de Miguel Ángel Martín desde que comenzó a publicar en Zona 84 hace ya un par de décadas, ya que me seduce en lo gráfico pero, sobre todo, me interesa en lo que explica: entra de lleno en temas e ideas que suelo tratar por aquí. Les dejo con la entrevista íntegra, y la versión en audio para la radio, más breve y editada, pueden descargarla de aquí.
Abs: Hola Miguel Ángel. Releyendo Bitch, que ya no recordaba de cuando fue seriada en El Víbora, veo las abundantes referencias a los movimientos antiglobalización, al terrorismo, a la xenofobia y me doy cuenta de que es tu cómic más político.
Miguel Ángel Martín (MAM): Más que político lo definiría como mi cómic más social. Obviamente, hay política; pero más que la política de los partidos políticos me interesa el movimiento social que hay al margen de ellos, es decir, lo que hay en la calle. Es cierto que es mi cómic más político pero yo lo definiría mejor como mi cómic más social.
Abs: También hay un retrato de movimientos urbanos, como el hip hop o las culturas del graffiti y los tatuajes.
MAM: Bitch está basado sobre todo en mi experiencia en los centros sociales italianos, que he conocido muy bien desde que en Italia la justicia secuestró Psychopatia sexualis, hace casi 15 años. En esos centros se produjo una gran reivindicación a favor de la libertad de expresión y, a parte, mi editor tenía buenos contactos. En Italia, además del mercado de los aficionados al cómic, he vendido mucho en ese mundo. He conocido los centros más importantes, desde Milán a Sicilia, haciendo exposiciones, ruedas de prensa o participando en mesas redondas sobre la censura. Esa actividad me permitió conocer toda una cultura, o subcultura que se mueve en Italia en estos momentos, o hasta hace poco tiempo; me parece muy interesante y son los temas que trato en el tebeo: la globalización, la xenofobia y, sobre todo, los piercings, el graffiti, el hip hop, la cultura de las modificaciones culturales extremas, etc. Sin olvidar el tema de las conspiraciones y el control. En Italia están muy preocupados por el control de masas, aunque me da la impresión que, en ese sentido, es una sociedad mucho más controlada que la española, y quizá por eso se produce una reacción. Otra cosa que siempre digo, aunque hay gente a la que sienta mal, es que para mi ha sido un placer conocer este tipo de centros porque me descubre una izquierda intelectualmente muy radical, pero que no es casposa como la de aquí. No tienen inconvenientes ni prejuicios con la tecnología, con internet, con la música electrónica. Me da un poco de rabia porque aquí, entre la izquierda, a veces ves que el paradigma de música es Labordeta, que cuenta con todas mis simpatías, pero... por favor... estamos en el siglo XXI.
Abs: Me gusta la ambivalencia de tus comics. La xenofobia se enfoca desde el punto de vista del nazi, pero también de saharaui. Y los jóvenes radicales pertenecen a clases medias-altas.
MAM: Efectivamente; es una cosa que he visto claramente en Italia pero que también se da en España. Muchas veces la gente más, entre comillas, combativa no es la gente del pueblo llano y sencillo sino que proviene de clases medias altas, con posibilidades para acceder a la universidad y a la información. Pero esto no sólo pasa en este mundo, también en el del arte: si das un vistazo a la historia desde el Renacimiento, o incluso antes con los griegos, los artistas más o menos conocidos también proceden de las clases medias altas. La gente del pueblo ya tiene bastante con sobrevivir día a día. Es cuando tienes la barriga llena que te permites filosofar y crear. Por una parte está bien, pero por otra está lo que yo, más que denunciar, he satirizado: la hipocresía de que es muy bonito tirarse el rollo radical para luego dormir en casa de los papás. La gente de la calle tiene que pelarse los huevos día a día y por eso a lo mejor la clase trabajadora puede llegar a ser conservadora.
Abs: También me llama la atención, y eso se ve también en Play Love (Rey Lear, 2008), la descripción de un mundo de engaños, donde realmente nada es lo que aparenta. Eso es algo muy social.
MAM: Absolutamente. Hay dos cosas que funcionan muy bien para desenvolverte en un mundo social: la hipocresía sobre todo, y luego el autoengaño. Pero además se da en todas las escalas sociales, cambian los registros pero básicamente es lo mismo: tirarse el rollo se lo tira todo el mundo, ya sea para echar un polvete si se puede o para vender un estatus.
Abs: En cambio, las protagonistas de Bitch y Play Love son bastante inocentes, especialmente la primera.
MAM: La de Bitch es una persona ingenua en el sentido de que es una idealista que sueña con mundos mejores mientras lo que ve en el entorno es que todo el mundo va de palo. Ella se cree en lo que está, pero el entorno no; como su mejor amiga, que va de vegetariana radical y luego es una pedorra a la que no le interesa el tema más allá de tirarse el rollo. En cambio la chica de Play Love es otra historia, es una chica más convencional que trata de sobrevivir, una chica lista que sabe lo que quiere y que no tiene ningún inconveniente en hacer lo que puede para conseguirlo; si un chico no sale como ella quiere, busca otro y se acabó el tema. Por cierto, que quede claro que en Play Love hay mucho de autobiográfico también.
Abs: Otra cosa que me gusta mucho de tu obra es la cantidad de referencias e información que utilizas y citas. En el caso de Bitch encontramos sapos que segregan sustancias alucinógenas, el uso de ultrasonidos para controlar manisfestaciones o la figura del Gran Omi... ¿Cómo accedes a esa información y la recopilas para su uso?
MAM: Son cosas que me han interesado siempre. Tengo mucha bibliografía en casa, tanto de biografías de psicópatas como de cultura underground, todo ese tipo de cosas. Y aunque no llevo tatuajes, me fascinan. Nunca me he tatuado porque tengo aversión a todo lo que es irreversible, incluido tener hijos, pero sin embargo me fascinan los tatuajes y, sobre todo en Italia, he visto gente con unos tatuajes tipo El hombre ilustrado, el cuento de Bradbury, que cubren todo el cuerpo y pienso qué huevos que la gente se tatúe el cuerpo de esa manera porque eso luego es irreversible. Un tatuaje pequeño lo puedes esconder o borrar, pero cuando es todo el cuerpo supone ver la vida de una forma totalmente distinta ya que socialmente con unos tatuajes que van de la cabeza a los pies sabes que trabajar en un banco no vas a trabajar nunca, tienes claro que vas a hacer otro tipo de vida. A parte de eso, soy una persona muy influenciada por William Burroughs, y aunque tiene aspectos de persona normal, también trata mucho temas sobre la información, las subcultura de los ultrasonidos, las guerras psicológicas, etc.
Abs: Normalmente se te empareja genéricamente con la ciencia-ficción, pero eso puede llevar a confusión porque haces un uso digamos que parecido al de Ballard y otros autores, fuertemente ligado a la actualidad y donde el futuro que se plantea es el de los próximos cinco minutos.
MAM: Efectivamente. A mí Ballard me gusta mucho. De hecho, llegué a descubrir de verdad a William Burroughs gracias a Ballard, que en un principio me gustaba más. De joven leí Yonqui, que me impresionó mucho porque a aquella edad no había leído nada igual. Posteriormente leí El almuerzo desnudo y no me gustó, no lo soporté. Años después, a raíz de leer a Ballard, le descubrí de nuevo y vi la enorme influencia que ha ejercido no sólo en Ballard o en montones de escritores, sino también en el entorno de la música electrónica experimental, en dibujantes de cómic y en el mundo del arte en general.
Abs: ¿Y qué te parece la adaptación cinematográfica de El almuerzo desnudo que hizo Cronenberg?
MAM: Brillante, porque es una película 100 % Cronenberg y 100 % Burroughs, es decir, Cronenberg hizo una película suya, personal, y al mismo tiempo captó todo lo que hay en El almuerzo desnudo; y no sólo eso, es una versión tan libre que es un poco un compendio de toda la bibliografía de Burroughs.
Abs: Y que Cronenberg te gusta es algo evidente.
MAM: Hombre, está claro. Es una de mis influencias más obvias.
Abs: Y aún haciendo ciencia-ficción que habla del presente, mirando tu obra pasada, títulos como Space Between o Rubber Flesh, veo que sigue vigente, que casi no ha envejecido. Ni siquiera Keibol Black.
MAM: Keibol Black tiene 20 años, y se acaba de editar en Italia un tomo recopilatorio de todas sus historietas que espero salga pronto también aquí. Y de Rubber flesh me decía un lector, a quien como tú le interesan todas las referencias que meto en los tebeos, que le parecía una cosa clásica pero con un toque retro realmente fantástico, y me pareció un bonito cumplido la verdad.
Abs: Me encanta el uso del color y las acuarelas en Bitch.
MAM: Son acuarelas bastante simples, en concreto una marca, Ecoline, que tiene una gama bastante limitada de colores, 20-30, no muchos más, son casi acuarelas más de colegial que de profesional, aunque por supuesto los profesionales las utilizan, y mucho. Tengo que dar las gracias a un buen amigo y gran dibujante, Fernando de Felipe, a quien hace unos años, estando en su casa, consulté porque yo tenía problemas con los rotuladores que usaba entonces, que me daban un color que no me acababa de convencer. Quería unos colores que fueran lo más planos posibles, y Fernando me descubrió las acuarelas Ecoline. De esto hace ya 15-20 años.
Abs: De todas formas, hay una especie de contradicción: trabajas de manera más o menos manual pero en tu obra hay una profunda fascinación por la tecnología.
MAM: Por un lado, en mi caso vendo muchos originales. Pero es que además no es incompatible trabajar de manera artesanal y utilizar tecnología; yo la uso para mandar los dibujos a todas partes, incluso algunos, para determinadas portadas o carteles, los trato también con ordenador, pero me gusta que el dibujo definitivo esté currado y que el color sea acuarela, no realizado con ordenador. Hace poco me dejaron unos tebeos de Historias de la cripta, me gustaba la serie de televisión, pero pensaba que serían más antiguos y me encontré con que todo eran dibujantes nuevos, horribles, coloreados por ordenador de una forma espantosa. Hay gente que utiliza muy bien el ordenador para colorear, pero en muchas ocasiones no me gusta nada el resultado y me parece espantoso.
Abs: Te movías muy bien en el formato de historias seriadas más o menos autoconclusivas, con continuidad subyacente. Ese tipo de forma para estructurar narraciones ya no es posible tras la desaparición de las revistas de cómic y, en tu caso, de El Víbora. Tras Play love ¿te sientes cómodo con el formato de novela gráfica?
MAM: Sí. Tengo otro guión ya escrito, que era un guión para cine que voy a adaptar a cómic... que por cierto, Play Love también era un guión de cine. Eso es lo siguiente en que me voy a poner a trabajar, aunque estoy escribiendo otros dos guiones, primero con destino cinematográfico, para mover por productoras, y que luego adaptaré a cómic. Uno es una historia totalmente nueva y el otro recupera a Brian the Brain pero ya adolescente, hasta ahora era un niño y ahora será un joven en torno a los 17-18 años. Con el tiempo pienso cerrar las historias de Brian the Brain como una trilogía, con un tercer volumen en el que Brian sería adulto.
Abs: A parte de Italia, donde se produjo el juicio famoso y has recibido varios premios importantes, ¿En qué otros países funcionan bien tus tebeos?
MAM: De forma oficial está publicada en Francia y en Grecia; también se ha publicado en bastantes revistas underground americanas, en algunas islandesas, y me escribe gente de todo el mundo, que compran los comics incluso en español. En Portugal, aunque no se han publicado, tengo muchos lectores y me han invitado a menudo. Me escribe gente de todo el mundo, de Brasil... el otro día un chico de la República Checa. Los americanos me preguntan con frecuencia cómo es que no se publica mi obra de manera oficial en los EEUU, pero es que parte de mi obra es impublicable allí por el problema de puritanismo que tienen; aunque hay una parte que creo podría funcionar bien. Y desde Japón también me compran tebeos por internet, aunque ya a pequeñas escalas.
Abs: Eres experto en música electrónica experimental, pero en Play Love suenan los Pet Shop Boys.
MAM: Me enteré luego que en esa canción, Where The Streets Have No Name, mezclan dos canciones y una es versión de U2.
Abs: De joven U2 me gustaban, luego a los Pet shop Boys no les hice ningún caso. Y ahora los U2 no me gustan nada y a Pet Shop Boys puedo escucharlos sin problemas.
MAM: A mi me ha pasa lo mismo. Me gustaban los dos primeros discos de U2 y ahora no los soporto. No aguanto esos sermones y menos de gente que no paga impuestos. Los Pet shop boys me parecían horteras pero ahora los he descubierto y tienen buena música disco pop para bailar.
Abs: El otro día, en su Twiter, Mauro Entrialgo se preguntaba qué había en el regalo, envuelto y con forma triangular, que en Play Love nunca llega a abrirse. Apostaba por un trozo de camembert.
MAM: Un trozo de camembert no porque olería fatal (muchas risas).
Abs: Eso es todo, gracias.
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