Nacida en 1968, Dossier Negro fue el primer tebeo dedicado a la historieta de terror que apareció en España. Editado por Ibero Mundial de Ediciones, sobrepasó los dos centenares hasta su desaparicióna finales de los 80. El tebeo pasó por diversas etapas: los 17 primeros números tenían formato de novela de bolsillo (igual al de los viejos Vértice) y se nutría de material realizado por artistas españoles, probablemente material de agencia reciclado, pero eso no puedo asegurarlo. A partir del número 18 pasó a tener formato de revista y enseguida pasó a publicar material procedente de la mítica Warren norteamericana. El éxito propicio que la misma editorial dedicara nuevas cabeceras al clásico material (que en muchas ocasiones estaba dibujado por los autores españoles de la agencia de Josep Toutain Selecciones Ilustradas). Primero Vampus y luego Rufus y Vampirella. Esa dispersión provocó que el material Warren no fuera suficiente para alimentar cuatro revistas mensuales, así que Dossier Negro pasó a publicar material de las revistas de horror setentero de la DC (House of Mistery, House of Secrets) e incluso La Cosa del Pantano de Len Wein y Bernie Wrightston, pero también cosas de la sorpendente y reivindicable Skywald. Dossier Negro, como cabecera decana, cambió un par de veces de manos editoriales, y la calidad de los contenidos se resintió, llenándose de materiales italianos bastante menos apetecibles.
La revista la compraba mi padre y guardo un recuerdo imborrable del número 24, un tebeo de terror con el monstruo de Frankenstein en portada que yo, con apenas seis años de edad, releí infinitas veces, siendo quizás mi recuerdo tebeíl más remoto. En la segunda página de cubiertas se reproducían en blanco y negro y en pequeñito las portadas de los 18 primeros números, aquellos de formato novela. Horas debí pasar observando esas pequeñas ilustraciones porque quedaron impresas en mi memoria por siempre jamás (al final de la galería tienen un ejemplo de la calidad de esas reproducciones autopromocionales. Con el tiempo, además de ir comprando números de la revista de la etapa buena (es decir: Warren, Skywald y DC), siempre que he encontrado alguno de aquellos primeros númerosde hipnóticas portadas he procurado hacerme con ellos (si la ususrería de la segunda mano lo permitía). Y hacía tiempo que me cosquilleaba escanear las que descansan en mis estanterías y dedicarles un B-Art, que es lo que hecho sin saber que ya estaban en otra web (con más información: os la recomiendo).
Las portadas estaban ilustradas por Martí Ripoll, en ocasiones con seudónimo (Roy Jim), y son una maravilla. El Mad doctor preparando su jeringuilla ante el pavor de la víctima (número 2); la dentuda máscara de horror tiki (número 8); el arrebato de sicodelia horrorífica plagada de órbitas oculares salidas de sus cuencas (número 9); el mayordomo zombi candelabro en mano iluminado por la tormenta (número 10), el gorila con gabardina a punto de ser detenido (número 11); el hombre que avanza por un sótano e ilumina con su linterna un grupo de ratas (número 13); el impresionante encapuchado a la lus de unas velas (número 15); la impactante mujer que acuchilla a su pareja (número 16) o un nuevo arrebato sicodélico-gatuno (número 17). A los que añadir más gatos, el minero calavera o el contundente sadismo del dentista con alicantes (aquí pueden disfrutarlas mejor y a colores). Son todas imágenes que conformaron mi gusto infantil por la ilustración del horror y que recuperadas ahora me siguen pareciendo soberbias, auténticas obras maestras del arte pop de serie bé, generosas en detalles y capacidad hipnótica, que bien merecen ser reivindicadas como merecen.
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