7.11.05
VIDAS AJENAS X
María de la Purificación Gutierrez “Mari Puri” era hija de un adusto y estricto militar, el teniente coronel Rogelio Gutierrez. Huérfana de madre a muy tierna edad, hubo de acarrear con las responsabilidades propias de cualquier ama de casa, con la diferencia de que en vez de un marido cargaba con un antipático padre cercano a la jubilación y de salud delicada (problemas de corazón e hipertensión). Es a partir de entonces que comienza a coleccionar todo tipo de información relacionada con la familia real británica, que se convierte en su única distracción y, casi, en una obsesión. Compra todas las revistas del corazón, e incluso bastantes periódicos, y pasa jornadas enteras recortando metódicamente noticias y fotografías para posteriormente pegarlas en gruesas libretas de anillas de la marca Enri. Llega a acumular cientos, sino miles, de libretas en apretadas estanterias. Esta pasión la lleva a recorrer numerosas librerías de segunda mano y mercados de viejo a la búsqueda de cualquier tipo de publicación que tocara el tema y que le hubiera pasado desapercibida. En una de estas visitas conoce a Juan Luís Caparroso, coleccionista compulsivo de tebeos protagonizados por Spider-man, el Hombre Araña. Pese a la timidez e introversión del muchacho, comienzan a salir juntos y a practicar todo tipo de actos sexuales a escondidas (con cierta preferencia por los aseos públicos). Dos meses después del inicio de la relación, Mari Puri miente e informa a su pareja de un falso embarazo y de la necesidad de abortar por miedo a la reacción de su padre y los efectos en la precaria salud del militar. Juan Luís Caparroso se ve obligado a vender su preciada colección de tebeos de Spider-man, El Hombre Araña, para poder financiar el viaje a Londres y la ingrata intervención quirúrgica. En la capital de la Gran Bretaña, Mari Puri disfruta de una maravillosa, pero breve, estancia, visitando todo tipo de monumentos y lugares relacionados con la institución monárquica de sus amores. A su regreso corta con su apenado novio y comunica el falso aborto a su padre, quien, ante el disgusto, sufre su enésimo infarto. Muere tres días después. Extasiada de tanta felicidad, la ahora huérfana de padre y madre inicia lo que será la tónica de su vida: conocer aficionados a los tebeos de Spider-Man, el Hombre Araña, mantener intensas relaciones sexuales con ellos durante un par de meses (preferentemente en aseos públicos) y acabar obligando a los desconcertados muchachos a desprenderse de sus colecciones para poder financiar la interrupción de ficticios embarazos, que siempre tendrán lugar en Londres. Las víctimas de su egoísta actuación se pueden contar a centenares. A partir de 1992, el año calificado de Horribilis por la Reina Isabel de Inglaterra, comienza a titubear en su hobby. La muerte de la princesa Diana la sume en una profunda depresión y el día de las nupcias del príncipe de Gales con Camilla Parker-Bowles zanja décadas de admiración desmenuzando una a una, en pequeños rectángulos de escasos milímetros, todas las hojas de libretas de anillas de la marca Enri plagadas de recortes que había llegado a acumular. La titánica tarea le ocupa cinco tristes meses aunque afortunadamente el anuncio del matrimonio del Príncipe Felipe de Borbón con Leticia Ortiz ya la había rescatado del letargo en que se había convertido su vida. Se aficiona a coleccionar todo tipo de recuerdos relacionados con el esperado enlace de la monarquía española, con cierta predilección por los ceniceros serigrafiados. La consecución de estos objetos ocupa la mayor parte de su vida mientras continúa recorriendo todo tipo de librerías y certámenes a la caza y captura de coleccionistas de tebeos de Spider-Man, el Hombre Araña. “El nacimiento de la infanta Leonor me ha llenado de una profunda alegría y me da motivos para seguir viviendo inténsamente” es el mensaje que, con lágrimas en los ojos, desea comunicar a los internautas de habla hispana.
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