27.3.07

POR FIN EN MIS MANOS


Iberlibro es un gran invento. Uno tira la caña con regularidad rutinaria (en mi caso, normalmente, los lunes) y espera paciente. Casi siempre acabas por conseguir resultados aunque en algunos casos te lleve más de un año. Si la semana pasada llegaba a casa Sherlock Holmes contra Fu-Manchú, para muchos el mejor pastiche holmesiano, hoy mismo recibía La Gran caza del tiburón de mi admirado Hunter S. Thompson, una antología de artículos cuya localización me llevaba por la calle de la amargura desde hacía mucho mucho tiempo. Sólo pensar en lo que el periodista gonzo pudo escribir cubriendo un torneo de pesca en alta mar me hace salivar de lo lindo. Y a eso hay que añadir una introducción inédita a su obra maestra, reportajes sobre Marlon Brando, Hemingway o Jean-Claude Killy y, atención, sus experiencias como candidato a sheriff de Aspen. Fantástico; lástima que en estos momentos no me pueda permitir lanzarme de cabeza entre sus páginas. Es un imposible. No hay tiempo. Fíjense que tengo el tercer Martillo Cósmico a medias desde hace unas semanas, sin poder avanzar porque siempre hay algo más urgente que leer o visionar. El estrés subcultural es una terrible maldición.

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