16.6.05
LA FELICIDAD EN 32 MINUTOS
Cuando me lancé a la piscina con el Blog Ausente una de mis intenciones era dedicar un post semanal a un disco que me gustara mucho. Hasta le puse un título genérico a la sección: Música que me la pone dura. Si rebuscan en los archivos encontrarán alguno. Al final la cosa se fue diluyendo casi sin querer. Ha sido un extraño y atípico invierno desde el punto de vista de la melomanía ausente. Quizás el que menos música he escuchado, y es raro porque me ha acompañado toda la vida. Pero claro, luego llega la primavera, sale el sol, los pajaritos cantan y el hi-fi ausente empieza a tronar, con las ventanas abiertas.
Ayer, en mi querida lista brutta, casi sin querer, cité el Supremes A’ Go Go!!. Un disco maravilloso. Y volví a buscar el vinilo. Sí, el vinilo. Y a ponerlo en el plato del tocadiscos. Por segunda vez en una semana me encontré danzando como un imbécil por la sala. Y es que, apreciados lectores, estamos hablando de EL disco feliz por excelencia. Doce canciones capaces de resucitar a los muertos. Tan sólo una de ellas supera los tres minutos, y sólo un segundo. Y todas son la pócima exacta de rythm and blues apopado y brincable hasta la extenuación. La magia del soul tatareable de la Tamla Motown concentrada en 32 gloriosos minutos.
The Supremes A’ Go Go, editado en verano de 1966, supone el esplendor del trío vocal formado por Diana Ross, Mary Wilson y Florence Ballard tras otro álbum que no estaba nada mal (I Heard a Symphony). Ocho composiciones de los míticos Dozier, Holland and Holland entre las que encontramos gemas pop del calibre de Love is like an itching in my heart, You Can’t Hurry Love o I Can’t Help Myself, una tremenda recuperación del Get Ready de Smokey Robinson, de apabullante base rítmica al igual que la del clásico Money (That’s What i Want), el primer éxito de la compañía creada por Berry Gordy Jr.. Y si a eso sumamos una versión de un tema tan demoledor como el These Boots Are Made for Walkin’ del dúo Lee Hazlewood / Nancy Sinatra y la greasiana Hang on Sloopy... Ustedes mismos. Ritmos irresistibles, estribillos enganchosos y jobiales, campanitas, vientos y punteos que entran cuando tienen que entrar. Jo. Qué bueno. Let’s Go A’ Go Go!!!
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