Ayer recibí un mensaje en el móvil de mi cuñado: "Matías Prats Senior is dead". Todo empezó en julio del 2003, cuando, al enterarme de la muerte de Barry White le envié un mensaje. "Barry White is dead" le decía. Llamó para preguntar si era cierto y que le daba mucha pena. A partir de ese momento empezó un bonito juego necrófilo con el que llevamos compitiendo más de un año. Las muertes de Marlon Brando, Luis Ciges, Sacha Distel, Carmen Ordóñez, Elmer Bernstein y tantos otros han ido circulando entre su móvil y el mío, en un juego que ya les digo que es apasionante. No hemos dejado escapar ni uno. Durante un tiempo tuve a mi cuñado, el señor Spaulding, contra las cuerdas. Me adelantaba con todos. Quizá él estuviera un poco disperso. Ahora las cosas han vuelto a su cauce. Absencito nos tiene ocupados y él se aprovecha de cierta desconexión con la actualidad. Desde aquí les animo a que se busquen un contrincante. Verán como disfrutan con este sencillo entretenimiento. Yo me largo a la playa hasta el domingo con la esperanza de que se muera Kirk Douglas y yo me entere antes.
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