Buff. Película francesa realizada en Hong Kong, entro en la sala expectante porque la guía de mano de certamen habla de giallo, de polar y categoría III hongkonesa. Ni rastros de lo primero, cierta atmósfera de lo segundo y respecto a lo tercero, por la presencia de Carrie Ng podemos aceptar el pulpo. Pero eso no es lo grave. A los 45 minutos estoy fuera, en mi primera deserción de este año, porque no entendía nada de lo mal explicada que está y porque no me interesaba lo más mínimo. Uno diría que más bien parecía una película de Jesús Franco rodada en Hong Kong, pero me callo porque le tengo un respeto al Tío Jess. Indago a la salida preguntando por el extraño juego sexual con tela de vinilo que abre la película (y que sirve de motivo al bello cartel). Pero nada, sólo aparece en esa escena inicial y a otra cosa mariposa, como el resto de los 45 minutos que pude visionar.
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