TEBEOS PRECODE: ATERRORIZANDO EL AMERICAN WAY OF LIFE (PARTE SEIS)

Finalizaba la anterior entrega de esta serie con algunas imágenes precode de Satán. Aquí le tienen de nuevo, con una iconografía más velluda y bruta, aleccionando a Madam Satan, una mujer fatal que regresaba de la muerte por imperativo diabólico. Se trataba de un personaje sobrenatural cuya misión era entregar almas masculinas al diablo (mediante un beso que implicaba infidelidad, un buen ejemplo de la moralina subyacente en esos tebeos, está por ver si sincera o por excusa exploit). Madam Satan protagonizó algunas historietas en Pep Comics (MLJ/Archie) durante un breve periodo. Su primera aparición se produjo en el número 16 (1941).

Madam Satan dice estar preparada para servir a su amo mientras a su alrededor bailan los demonios. La imagen me parece estupenda, con ese frenesí diabólico de esbozo rápido y ecos medievales.

Aunque regresaba del infierno conservando aparentemente su belleza, el verdadero rostro de Madam Satan era verde y calavérico. ¿Alguién está contando calaveras?

En el número 22 de Pep Comics las páginas de Madam Satan serían sustituidas por un nuevo personaje, Archie, cuyo éxito llevaría a la misma editorial (entonces MLJ) a cambiar su nombre por el del personaje y, a la larga, adquirir la consideración de empresa de contenidos moralmente intachables. recuerden que MLJ era también la editora del violento Hangman que conocimos en la cuarta parte.

Otro personaje femenino de rostro calavérico fue Phantoma, otra genial creación delirante de Fletcher Hanks (I Shall Destroy All the Civilized Planets); en concreto s trataba de una rubia defensora a ultranza de la jungla, con poderes sobrenaturales y que adquiría el calavérico rostro (en esta ocasión azulado) para inflingir castigo al villano demente de turno. Curiosamente, y tras años de discusión, en la actualidad se condisera que la fecha de su aparición, en Jungle Comics #2 (a principios de 1940), la convierte en la primera heroína femenina del comic book.

Otra viñeta de la Phantoma de Hanks en la que un grupo de gorilas desmiembran al villano mad doctor que los tenía sometidos hasta ese momento. Castigo y violencia son dos temas claves en la obra del creador de Stardust.

Al hablar de las superhembras de la golden age es obligado mentar a Wonder Woman y su fascinante universo bondage (abajo tienen otra muestra). De todas formas, los lectores de este blog estoy seguro que quedaron satisfechos (y boquiabiertos) con la contundente galería de hace un par de meses. De ahí que no me extienda más.

Otra heroína de la Golden Age era Black Cat, que se veía beneficiada por el maravilloso lápiz de Lee Elias. Pelirroja y peleona, sus shorts de cuero negro y su escote generoso de hombros descubiertos la convirtieron en una de las féminas más atrevidas de la época. Para Wertham era una lesbiana, y el buen psiquiatra se llevaba las manos a la cabeza cuando veía las lecciones de judo que complementaban los tebeos (y que también tuvieron galería ausente) y que consideraba peligrosas instrucciones para la violencia juvenil:

"On an educational page in the same book she gives good advice for violence as instruction for self-defense: Swing the upper part of your body forward while slamming the edge of your left hand against his larynx. The impact will knock him down."

Aunque si había un personaje que ponía de los nervios a Wertham, esa era la Phantom Lady. El personaje nació en 1941 (en Police Comics #1, de la Quality) aunque como si fuera una franquicia fue pasando de una editorial a otra. La etapa más recordada corrió a cargo de Fox Feature Syndicate, a la que pertenece el número 17, cuya portada fue incluida en Seduction of the innocent como muestra del contenido infame de los comic books con el siguiente pie de foto:

"Sexual stimulation by combining 'headlights' with a sadist's dream of tying up a woman."

Lo de headlights (luces delanteras) era el sobrenombre que se daba a esas portadas en las que la delantera femenina cobraba protagonismo destacado. El tamaño de los pechos era una obsesión muy arraigada en el psiquiatra, y en algunos fragmentos del libro su verborrea al respecto me parece incluso malsana.

Phantom Lady tampoco estaba exenta de violencia. Fíjense en esta viñeta...

Realmente es una composición extraña, y más por la falta de sangre, pero lo cierto es que la superhembra le arranca los ojos al villano de turno, o le lanza ojos de cristal. No me queda muy claro.

Un clásico del bondage de la Golden Age es esta portada del gran Jack Kamen para Brenda Starr, personaje nacido en las tiras de prensa que en la era precode subió de tono en los comic books .

Otro personaje femenino de tremendo erotismo es la Valkyria de Air Boy, una exhuberante piloto alemana reconvertida para el bien (de la democracia) sin perder su halo de mujer fatal. Su escote, cuya obertura llegaba hasta el ombligo, siempre me ha parecido un antecedente directo de Vampirella.

Y aquí tienen a la Señorita Rio, la reina de los espías, protagonista de numerosas historietas en Fight Comics de 1942 a 1951 (números 19 a 76). En la viñeta de arriba, bailando para los "paisanos" y enseñando mucho más muslo de lo posteriormente permitido.

Del spanish exotismo de la Señorita Rio pasamos al exotismo por excelencia de la Golden Age, los jungle comics, todo un subgénero lleno de sorpresas. Arriba, la portada del Jo-Jo #8 (1947). Una jamona recostada sobre una montaña de cráneos, tocada de un extraño moño con huesito (casi parece un zurullo) y con un biquini selvático de lo más atrevido, casi un tanga. No me extraña la cara del Congo Kid.

Esta portada probablemente la recuerden del Big Culo Day. El trasero de Sheena de la Jungla (personaje ideado por Eisner para su estudio con Iger) en todo su esplendor como principal reclamo del Jumbo Comics #82 (Fiction House, diciembre de 1945).

Otra muestra de bondage selvático a cargo de Rulah en Zoot Comics #11 (Fox, 1948). Llama mi atención de nuevo el sensual biquini, con los cordones sujetando la parte superior y mostrando, de nuevo, escote. No está mal recordar que el cinematográfico Código Hays impedía que este tipo de alegre vestimenta apareciera en las películas (recuerden el escándalo del primer Tarzan de Weismuller, donde Jane mostraba mucha más carne que en el resto de la serie). Lo mismo pasa con los biquinis (de los que hay aquí una muestra): el público cinematográfico (mainstream) debería esperar a Ursula Andrews en el Dr. No para ver algo parecido.

Otra portada del género, el peor en opinión de Wertham, que se recreaba de esta manera en Seduction of the Innocent:

"Jungle comics specialize in torture, bloodshed and lust in an exotic setting. Daggers, claws, guns, wild animals, well- or over-developed girls in brassieres and as little else as possible, dark "natives", fires, stakes, posts, chains, ropes, big-chested and heavily muscled Nordic he-men dominate the stage. They contain such details as one girl squirting fiery "radium dust" on the protruding breasts of another girl ("I think I've discovered your Achilles' heel, chum!"); white men banging natives around; a close-up view of the branded breast of a girl; a girl about to be blinded".

Otra cosa que aterrorizaba al buen doctor era lo que llamaba hidden pics, los dibujos ocultos. En su opinión eran mensajes subliminales destinados a pervetir a los niños. En la mía, meros juegos de unos dibujantes obligados a trabajar de manera industrial. Fïjense en la portada de arriba y busquen el hidden pic. Abajo el detalle.

Las mujeres no sólo eran heroínas, también las había de fatales, violentas y asesinas, como la Esfinge Asesina conta la que se enfrentaba Blue Beetle, personaje salido de los seriales radiofónicos y que protagonizaría una serie de tebeos bastante subidos de todo en su sensualidad y violencia, con un amplio reparto de féminas descocadas o necesitadas de rescate, y muy influenciado por los True Crime Comics, tema central de las próximas entregas.

(Continúa en parte siete)

Nota: Tebeos Precode, Aterrorizando el American Way of Life es la versión para el blog de la charla realizada en las Jornadas de Cómic de Castellón ComiCS_09. Lo ideal es seguir la serie desde la primera entrega.